Cristián VIII (Copenhague, 18 de septiembre de 1786 - ibíd 20 de enero de 1848) fue brevemente rey de Noruega en 1814, con el nombre de Cristián Federico. Siendo también heredero del trono de Dinamarca, fue rey de ese país entre los años 1839 y 1848.
En un momento en que Noruega, por el Tratado de Kiel, debía ser cedida por Dinamarca a Suecia, Cristián trató de asegurar su derecho al trono noruego, pactando con los notables de ese país la redacción de una constitución liberal en 1814, que aún en la actualidad permanece vigente. Sin embargo, tuvo que dejar el trono rápidamente ante la amenaza sueca. En Dinamarca llegó al poder en 1839, y gobernaría como monarca absoluto, defraudando las aspiraciones de los daneses liberales hacia una democratización de la vida política y una reforma hacia una monarquía constitucional.
Cristián nació en año 1786 en el Palacio de Christiansborg. Fue hijo de la duquesa Sofía Federica de Mecklemburgo-Schwerin y del príncipe heredero Federico de Dinamarca y Noruega, por tanto nieto de Federico V de Dinamarca. Como el rey Federico VI no tenía hijos varones, Cristián fue, de acuerdo a la Ley Real (Kongeloven), el más cercano en la sucesión del trono de Dinamarca y Noruega.
En 1806 contrajo matrimonio con su prima, la duquesa Carlota Federica de Mecklemburgo-Schwerin; de este matrimonio sólo nació un hijo, que sería el rey Federico VII de Dinamarca. Cuando Cristián VIII tuvo noticia de que la princesa sostenía una relación sentimental con su profesor de canto, el francés Édouard Du Puy, el matrimonio fue anulado. Carlota Federica fue desterrada a Horsens y fue imposibilitada de volver a ver a su hijo, mientras que Du Puy se marchó a Suecia.
En mayo de 1813, Federico VI envió a Cristián a Noruega en calidad de lugarteniente, con la intención de fortalecer la lealtad noruega a la Casa de Oldemburgo. Mientras tanto, Dinamarca había pactado una alianza con Napoleón en las llamadas Guerras Napoleónicas, que sería fatal para la integridad del reino. En el Tratado de Kiel de 1814, Federico VI fue obligado a ceder Noruega al rey de Suecia.
Cristián aprovechó su estancia en Noruega para fomentar la independencia de Noruega y evitar que esta pasara a manos suecas. En febrero de 1814 emprendió un viaje por el interior del país que lo llevaría hasta Trondheim, y posteriormente convocaría a una asamblea de notables en Eidsvoll, cerca de la ciudad de Cristianía. En esa asamblea, se logró la unanimidad sobre convocar a una asamblea constitucional (Asamblea del Reino) ese mismo año, que se celebró el 17 de mayo de 1814, y dotaría a Noruega de una constitución propia, de carácter liberal. El mismo día, Cristián fue elegido como rey de Noruega, en una monarquía constitucional. Tras una corta guerra contra Suecia, se vio obligado a aceptar la Convención de Moss del 14 de agosto, abdicar al trono y regresar a Dinamarca después de convocar a una asamblea extraordinaria al Storting (parlamento noruego), dejando el poder en sus manos. Por los acuerdos entre el Storting y los diplomáticos suecos, Noruega conservó su constitución, aunque esta pasó por algunos cambios para permitir una laxa unión con Suecia. El 4 de noviembre se eligió como nuevo rey de Noruega al rey Carlos XIII de Suecia.
El príncipe Cristián abandonó Noruega el 10 de octubre y regresó a Dinamarca. En 1815 se casó con Carolina Amalia de Augustenburg. El mismo año fue nombrado gobernador de Fionia y Langeland. Entre 1818 y 1822 el matrimonio realizó un largo viaje al extranjero, visitando a diversos hombres de estado de Europa, y Cristián tuvo la ocasión de cumplir sus intereses culturales y artísticos. En 1831 el rey Federico VI le dio un puesto en el Consejo de Estado. El príncipe se mostró proclive a las cuestión liberales y nacionalistas y por ello, no fue bien visto en la reaccionaria corte danesa. Él y su esposa permanecieron en un relativo alejamiento de la corte, participando en actividades de la sociedad literaria y científica de Copenhague.
Con la muerte del rey en 1839, Cristián, con 53 años de edad, heredó el trono con el nombre de Cristián VIII de Dinamarca. Su llegada al poder fue recibida con beneplácito por los liberales daneses, que recordaban su obra en Noruega, y muchos esperaban que el nuevo rey le daría a Dinamarca una nueva constitución (hasta entonces, Dinamarca contaba con una "constitución" absolutista). Sin embargo, Cristián defraudó a los liberales y prefirió ocuparse de la cuestión de los ducados de Schleswig y Holstein, donde aumentaban los sentimientos nacionalistas. En 1840, extendió un decreto que hacía del danés la lengua administrativa y jurídica en las partes de Schleswig donde era ya la lengua eclesiástica y de la enseñanza, en detrimento de los habitantes germanófos
El rey gobernó con gran respeto a las reglas absolutistas. No obstante, concedió una constitución autónoma a Islandia, y favoreció la vida cultural e intelectual. Siguió el ejemplo de su predecesor y otorgó premios a todos aquellos que usando un telescopio localizaran cometas en el espacio. Financió a Heinrich Christian Schumacher para la publicación de su periódico científico Astronomische Nachrichter (Noticias Astronómicas).
La oposición liberal contra el monarca creció en la década de 1840. Uno de los líderes más prominentes fue el jurista Orla Lehmann, miembro de la representación ciudadana de Copenhague en 1840, que convocó a los campesinos a unirse a la lucha y en 1848, con la mayoría de la representación ciudadana, exhortó formalmente al rey a conceder una constitución liberal. El monarca nunca respondió a la petición, pues murió el 20 de enero de 1848 por causa de septicemia. Fue sepultado en la Catedral de Roskilde.
Casado en 1806 con su prima, la duquesa Carlota Federica de Mecklemburgo-Schwerin, tuvo un único hijo:
Anulado su primer matrimonio, se casó nuevamente en mayo de 1815, con la princesa Carolina Amalia de Augustenburg. La pareja no tuvo hijos.
Recibió las siguientes órdenes y condecoraciones:
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