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Cuencamé de Ceniceros



Cuencamense

Cuencamé de Ceniceros es una ciudad del estado mexicano de Durango, es cabecera del municipio de Cuencamé y está localizada en el centro-este del estado, dentro de la Comarca Lagunera.

Anteriormente existían varias versiones sobre el origen del término “Cuencamé”; hasta la fecha, el estudio o investigación más serio y mejor documentado es el que presenta el Ing. Alfonso González Contreras, publicado en el diario “La Opinión” de la ciudad de Torreón Coah., en el mes de marzo de 1564

“Algunos afirman que Cuencamé fue fundado en 1570 por el español José Antonio Vizarrón, y que significa lugar de origen del fundador que provenía de Cuenca, España, y le agregó el sufijo “mé” para indicar mío, “Mi Cuenca”. (1)

Sobre esta versión, comenta el Ing. González, no se encontró ningún documento o antecedente histórico del personaje en mención, ni de españoles provenientes de Cuenca que llegaran a esta región, ni mucho menos en su fundación. Además en una Carta Annua que escribe el padre Franciscano Francisco Ramírez en agosto de 1594, los indígenas del lugar lo llamaban “Concuemé”. (2)

Otra versión, que se fue transmitiendo por tradición oral, es cuando se dice que Cuencamé, por ser paso obligado en otras épocas de caravanas de arrieros, al llegar al arroyo grande que pasa por este lugar, que anteriormente llevaba agua en forma constante, y por lo mismo era un lugar donde había grandes árboles, era el sitio ideal para que los arrieros hicieran paraje y que las mulas o animales de tiro aprovecharan para beber agua, y en forma casi natural realizaran sus necesidades fisiológicas; de ahí surge la versión popular de que los arrieros decían que se detendrían a descansar ahí donde las mulas o la “cuenca mé”.

Existe otra versión que dice que el significado de Cuencamé es de origen tepehuano y quiere decir “puerta del sol” o “lugar por donde sale el sol”, pero adolece al igual que las anteriores, de justificación ni sustento, tanto etimológico como documental histórico, y además la región era habitada por la tribu de los zacatecos, y estos eran enemigos irreconciliables de los tepehuanos. (3)

El Ing. González Contreras menciona que le llevó más de un año investigar para demostrar el verdadero significado de la palabra “Cuencamé”, de la cual dice y sustenta lo siguiente:

Finalmente concluye el Ing. González diciendo que la palabra Cuencamé, en su acepción original en la lengua náhuatl que es “Concuemitl”, está formada por las partículas “con”, que es un artículo pluralizado según sea el sustantivo, y “cuemitl” que significa “tierras labradas” o “tierras de cultivo”, por lo que “Concuemitl” significa “Las tierras de cultivo”, y ante la dificultad de los europeos por pronunciar el náhuatl, a la que consideraban una lengua “impronunciable”, castellanizaron la palabra, como muchas otras, y simplemente lo llamaron Cuencamé.

La corriente principal que recoge casi todos los arroyos del municipio, es el arroyo de Cuencamé, que tiene un curso más o menos largo, nace en las montañas de la Hacienda de Atotonilco, en el curso de su trayecto existen algunos manantiales más o menos importantes; existe uno en un lugar llamado “El Nogalito”, y otros más en los lugares conocidos como “Tierras prietas” y la “Haciendita”, siguiendo su curso hacia el norte, recibe las aguas de los manantiales de la comunidad de San Pedro de Ocuila, distante de la cabecera municipal aproximadamente a tres kilómetros, poco más adelante, en un punto llamado “Las arrieras” brota otro manantial, en años anteriores toda el agua de estos manantiales que se encuentran en el curso del arroyo, llegaban hasta la cabecera municipal y era aprovechada para regar pequeños huertos situados en la parte norte; en la actualidad, estos manantiales han disminuido su capacidad, incluso la vertiente de aguas broncas del arroyo también han disminuido considerablemente; delante de la población de Cuencamé, en su curso hacia el norte, existen dos represas derivadoras que fueron construidas en la década de los años 50, para desviar las avenidas de aguas broncas de este arroyo y aprovecharla en las parcelas que se encuentran arroyo abajo en los predios ejidales llamados “al alto”, “el acevaleño” y el “castreño”. El uso colectivo del agua del arroyo fue motivo de disputa entre españoles e indígenas en el siglo XVIII que sostuvieron un litigio por muchos años, el cual finalmente las autoridades virreinales reconocieron el derecho ancestral sobre el agua de las comunidades indígenas, que venían disfrutando desde tiempo inmemorial, mediante Cédula Real expedida en el año de 1715, actualmente ese derecho les fue cancelado mediante decreto presidencial que solo permite el uso del agua del arroyo para el distrito de riego de la región lagunera.

El arroyo “Cuencamé”, desemboca sus aguas en el Río Nazas en un punto llamado “Rancho de Fernández”. En un lugar llamado “el cadillo”, recibe el tributo del arroyo “el derramadero”, que tiene un curso casi paralelo a este arroyo, nace en los terrenos de la ex Hacienda de Sombreretillo de Campa, hoy ejido 12 de diciembre perteneciente al municipio de Cuencamé, también tenía algunos “ojos de agua” en su nacimiento.

En la población de Pedriceña, va a desembocar en el arroyo “Cuencamé” por su margen izquierda el arroyo de “Corrales”, que nace en el rancho del mismo nombre; y un poco más hacia delante de la Estación de Pedriceña recibe el arroyo de “La vieja”, de caja más o menos ancha, pues recibe dos ramales que recogen los escurrimientos de la Sierra de Yerbaníz por el sur, y de Covadonga y Mesa de Terreros al norte; al unirse ambas corrientes van a desembocar a la Presa de las Mercedes o del “zorrillo”, construida a principios del siglo XX por el propietario de la Hacienda de Santa Catalina de Siena, quedando en la actualidad en terrenos del ejido Pasaje, almacena el agua que recoge de estos dos arroyos, la que después será aprovechada para regar algunas pequeñas parcelas de los ejidos de Pasaje, Las Mercedes y La Fe. Esta presa es el único depósito de agua en todo el municipio que se utiliza para riego, a pesar de los pocos escurrimientos que a veces no bastan para llenarla a su máxima capacidad, ésta sirve para regar algunas parcelas de los ejidos mencionados, contribuyendo un poco a la raquítica economía de los campesinos de estos ejidos.

Otro arroyo que toca el municipio de Cuencamé es el de “el álamo”, el cual nace en el ojo de agua de “Peñuelas” y va a desembocar al Río de Peñón o de Covadonga en el municipio de Peñón Blanco, a este río también desemboca el arroyo de “Rivas” que nace de los manantiales de la comunidad de San Ángel y de Emiliano Zapata, en el municipio de Cuencamé.

El arroyo del “Saucito” o “Mazamitote”, nace en la Sierra del Temascal en el municipio de Cuencamé, recibe las pequeñas corrientes que se forman en una planicie conocida con el nombre de “Bajío de Chapala” en terrenos de la ex Hacienda de Juan Pérez, este arroyo va a desembocar al Río Aguanaval en un punto llamado San Antonio de Aguanaval.

En todo el resto del municipio no hay más arroyos de importancia, debido en parte a la permeabilidad del suelo, casi siempre seco, que absorbe rápidamente el agua de las escasas precipitaciones pluviales.

En la región de los llanos, los pequeños arroyuelos que bajan de los montes pierden pronto su caudal y se derraman en las llanuras, por lo que también aquí es difícil encontrar arroyos de gran curso, a excepción de los ya descritos.[3]

Los primeros pobladores que habitaron el valle donde se encuentra la población de Cuencamé, Dgo., fueron zacatecos de las tribus chichimecas,[4]​ los límites naturales del valle donde se estableció esta tribu fueron: desde la parte oriental de la Sierra de Yerbaníz y la Sierra del Temascal, hasta el Río de las Nazas al norte, hasta las estribaciones de la Sierra de Jimulco al oriente; la Sierra de Yerbaníz servía de frontera natural entre los zacatecos y tepehuanos; el río Nazas era la frontera entre los zacatecos y las tribus ribereñas y laguneras, principalmente los irritilas, y hacia el sur y sureste existían los guachichiles.[5]

Los zacatecos se agrupaban en torno a los manantiales existentes en la región y en las riberas del curso del Arroyo de Cuencamé, en lo que hoy son las comunidades de San Pedro de Ocuila, El Pueblo de Santiago, El Nogalito, Tierras Prietas, Pasaje y otros puntos, según se desprende por los objetos y vestigios encontrados en estos lugares (puntas de flecha, raspadores, buriles, objetos de molienda, etc.)[6]​ con los cuales se denota cierto grado de sedentarización; se dedicaban de manera incipiente al cultivo de la tierra, a la recolección de frutos y raíces silvestres, principalmente las que les proporcionaban las cactáceas. Eran magníficos cazadores.[7]

Se distinguían de las demás tribus por su costumbre de llevar vendas en la frente y medias calzas y sandalias que fabricaban con la fibra de la lechuguilla, llevaban el cabello hasta la cintura, se tatuaban y pintaban el cuerpo, también como distintivo de su tribu.[8]

Y según asentaron los primeros misioneros que llegaron a esta región, eran de estatura crecida y bien agestados, afables y domésticos, a diferencia de las demás tribus chichimecas, buenos tiradores que no usaban el arco y la flecha sino únicamente para la caza.[9]

De acuerdo a los rastros dejados por esta tribu, habitaban en grupos, en San Pedro de Ocuila, Pueblo de Santiago y la región de Pasaje; construían sus chozas y jacales con garrochas, tacotes y jarilla cubriéndolas de lodo, empezaron a usar el adobe hasta la llegada de los españoles; en la época de invierno se refugiaban en cuevas y cavernas para protegerse del frío; se organizaban en pequeños cacicazgos hereditarios que mantenían alianzas entre sí, realizaban trabajos comunales,[7]​ todavía persisten en la actualidad en las comunidades de San Pedro de Ocuila y Pasaje, donde se organizan para realizar algunas actividades comunitarias, como el desensolve de las acequias para regar, a esta actividad comunitaria le llaman “faina” o faena.

El temor a los fenómenos naturales y a lo desconocido los hacía creer en la hechicería y los maleficios, tenían especial reverencia al sol, y atribuían sus desgracias y enfermedades a la luna y las estrellas.[10]

En algunos lugares donde existían manantiales, como los descritos anteriormente, los zacatecos cultivaban el maíz y algunas calabazas, pero habitualmente dependían de los alimentos que les ofrecían las cactáceas y los mezquites; se comían las tunas crudas, secas y en forma de licor; también el corazón y las flores de los cactos.

Con el mezquite hacían un pan blanco en grandes rebanadas, que seguía siendo comestible durante muchos meses o hasta un año, y de la misma planta preparaban una especie de licor; el jugo del agave se utilizaba en lugar del agua cuando ésta escaseaba.[11]

Todavía en la actualidad se “capan” los magueyes para escurrir la savia llamada aguamiel, ésta se hierve y se obtiene miel de un color negruzco, del mismo maguey se utiliza el tallo llamado “quiote”, el cual se coce y se exprime su jugo, al secarse lo utilizaban en la construcción de sus chozas con el nombre de “garrocha”.

Las peregrinaciones de las tribus nahuatlacas provenientes del noreste, tuvieron mayor influencia en las tribus tepehuanas y zacatecas, que habitaban las regiones atravesadas por los derroteros nahoas, la influencia o herencia cultural que dejaron fue la lengua, los zacatecas usaban un dialecto del mexicano o azteca.[12]

El cronista español, Cap. Alonso de León, describe el arma principal de las tribus del norte diciendo: “Hacen el arco de diferentes géneros de madera, y los mejores y más correosos, según dice en ellos, es de raíz de mezquite, la cuerda es de las hebras que salen de la lechuguilla...las flechas son de un carrizo delgado y duro, o jarilla, curados al fuego, ponen unas plumas en el extremo de este palo, hacen una muesca, y en ella ponen una piedra puntiaguda que a forma de hierro de lanza, haciendo unos arpones atrás, que cuando entra en alguna parte, se queda allá la piedra, si topa al salir en algo, o abre cruel herida...”[13]

Las primeras incursiones de españoles a la región se dieron por el valle de Pasaje, la labor colonizadora de los españoles comenzó en esta región. Según el Archivo “Catalina”, se cita a esta región en la primera “merced” o dotación de tierra concedida por el Teniente de Gobernador de la Nueva Vizcaya, Martín López de Ibarra, a Pedro Morcillo, que fue uno de los que acompañaron a Francisco de Ibarra en la fundación de la villa de Durango, la fecha de dicha “merced” el 17 de enero de 1569; dicha merced amparaba una estancia o sitio de ganado mayor con el nombre de San Joseph (La futura hacienda del Pasaje), donde se estableció posteriormente un Presidio con el nombre de La Limpia y Purísima Concepción del Pasaje, dice textualmente el documento: “dos leguas poco más allá del pueblo de Cuencamé”, y dos caballerías de tierra, “una legua poco más o menos del dicho pueblo” (1); en 1578, otorgaba en posesión el ya citado Martín López de Ibarra, más tierras, cerca de las anteriores, al mismo Capitán Pedro Morcillo. (2)

En el mismo Archivo de Santa Catalina, existe un documento original del año de 1588, en donde concede otra merced de tierras, Alonso Díaz, Teniente de Gobernador y Capitán General de la Nueva Vizcaya, al mismo Pedro Morcillo, dicha merced dice textualmente que “era vecino y uno de los primeros pobladores de esta Villa de Durango”, la merced ampara dos estancias o sitios para ganado mayor, una de ellas llamada “el agua de la vieja” (3), punto que aún conserva ese mismo nombre hasta hoy día, y se le ha transmitido a una estación de bandera del ferrocarril, antes de llegar a la de Pasaje.

Los primeros conquistadores que descubrieron e incursionaron en el valle de Cuencamé, fueron los evangelizadores españoles. El Padre Fr. Jerónimo Panger funda una Misión franciscana en este lugar en el año de 1583 (4), posiblemente donde hoy se encuentran las ruinas de la antigua iglesia en el Pueblito de Santiago.

Los primeros franciscanos abandonan el lugar, y a principios del mes de agosto del año de 1594, once años después, el Padre jesuita Francisco Ramírez, funda otra Misión en el mismo lugar, según la descripción que hace en la carta annua de ese año, donde dice textualmente:

“Trájonos Su majestad a principios de agosto a este pueblo de Concuemé, el cual está en un valle muy espacioso y muy ancho, coronado de hermosos montes, que por estar algo lejos hacen una vista apacible, y es todo poblado de grandes frescuras que conservan siempre en su verdor unas fuentes que manan en medio, con que se cultivan las milpas. Tiene mucha caza y grande abundancia de dátiles muy sabrosos, mucha miel, tunas y otras frutas de los indios, que son aquí muy domésticos y afables. No usan arco ni flecha sino para la caza, y visten ropas que por su trabajo les dan los españoles. Son bien agestados y de gentiles talles, y los niños muy hermosos, muchos de cabello rubio, aunque las familias que hay en este pueblo apenas llegan a treinta...” (5) Esta Carta annua del padre Ramírez, documento de mucha importancia histórica, nos describe el lugar, que posiblemente haya sido en lo que hoy es el Pueblito de Santiago o San Pedro de Ocuila, donde se encontraba el primero y antiguo Cuencamé, o Concuemé como lo llamó el Padre Ramírez o los indígenas del lugar, su alimentación y su principal actividad que era el cultivo de las tierras, de ello se deduce el grado de sedentarización de los naturales a la llegada de los españoles. Un dato muy importante que aporta este documento es el hecho de que los naturales ya vestían ropas que les proporcionaban los españoles por su trabajo, estos tenían que ser los españoles que poseían tierras en la región de Pasaje, a los cuales les trabajaban estos indígenas en calidad de encomienda. Esto quiere decir que al llegar los primeros misioneros a esta región, los naturales del valle de Cuencamé ya tenían contacto con los españoles que llegaron al valle de Pasaje, alrededor de veinte años antes.

La labor que realizó el Padre Ramírez con estos naturales es digna de elogio, estableció la primera iglesia, les enseñó el cultivo de algunas verduras, aprendió la lengua de éstos, tradujo el catecismo y enseñó el evangelio; la Misión que fundó sirvió de puesto de avanzada para penetrar y evangelizar las tribus laguneras y ribereñas un poco más al norte.

Existe otro documento, al igual que la Carta Annua del padre Ramírez de bastante importancia, desde el punto de vista histórico, que se encuentra en el Archivo Franciscano de la Biblioteca Nacional, en donde se cristaliza y se concreta la labor colonizadora de los españoles en el poblado de Cuencamé, que de hecho ya existían algunos congregados alrededor de la Misión y Doctrina fundada por los franciscanos, dicho documento viene a ser propiamente el Acta de Fundación oficial del Pueblo de indios de Cuencamé, de fecha 23 de enero de 1598, en este protocolo se dota a la población indígena congregada de tierras y agua, dotación que llevó a cabo el Capitán y Justicia Mayor de las Parras, Laguna y Río de las Nasas, Antón Martín Zapata, con la representación del Capitán General y Gobernador de la Nueva Vizcaya, acompaña al joven Capitán como promotor de la fundación y testigo de honor de este acto oficial, el padre Juan Agustín de Espinoza de la Compañía de Jesús. Convocan y congregan en esta población a los cacicazgos de las rancherías circunvecinas, nombran como primera autoridad de esta nueva Congregación a Martín Mitza, bautizado con el nombre del Capitán fundador, para que regule la saca y distribución del agua, todo esto quedó asentado en el acta que levantó y dio fe el escribano Real Don Rodrigo de Paz.[14]

Después de fundado oficialmente este Pueblo de indios con el nombre de Cuencamé, la comitiva avanza más hacia el norte donde fundan, con igual protocolo: Santa María de las Parras en el Valle del Pirineo, así bautizado por los españoles, Santiago de Mapimí y San Juan de Casta, en las márgenes del Río Nazas, primer poblado fundado en la Región Lagunera.[15]

En la visita que hizo a este Real, a principios del siglo XVII, el obispo de la Nueva Galicia, Alonso de la Mota y Escobar, menciona las minas y las fundiciones a la orilla del arroyo, dice que: “existen diez haciendas de moliente y fundiciones, las cuales muelen el metal con mulas, que viven en el Real en forma continua más de cien españoles entre mineros y mercaderes, que es uno de los Reales más bien poblados que hay en toda la Nueva Vizcaya. Que el Real cuenta con Iglesia Parroquial atendida por clérigos que proporciona el Patronato Real de la Nueva Vizcaya y cuyo salario lo cubren los mineros y vecinos”;[18]​ al otro lado, “separado por el arroyo de Cuencamé, existe un monasterio de frailes franciscanos que tienen a su cargo la doctrina de un poblezuelo de indios chichimecos que se llama Cuencamé”, de quien tomaron el nombre este Real, “juntamente tienen estos religiosos a su cargo una parte de los indios que sirven en las casas y minas de los españoles....” ,[18]​ con respecto a la autoridad del Real, el obispo de la Mota y Escobar escribió: “Gobiérnase este Real por un Alcalde Mayor que provee el Gobernador de la Nueva Vizcaya....” [18]​ Nótese la importancia que adquirió el Real al ostentar la categoría política de Alcaldía mayor.

Posteriormente el Pueblo de indios chichimecos como lo menciona el obispo De la Mota y Escobar, y con el fin de evitar confusiones, cambia el nombre a “Pueblo de indios de Santiago”. El convento y la doctrina de los indios estaban dedicados a la Purísima Concepción, mientras que la parroquia del Real, el santo patrono era San Antonio de Padua. Para este tiempo, los jesuitas habían abandonado esta región y se habían establecido en Santa María de las Parras.

El real y Minas de San Antonio de Cuencamé, inmediatamente se convierte en el sitio más importante de la región, sus minas atrajeron gran cantidad de españoles, se establecieron varias fundiciones más, haciendas de saca y molinos de metales.

Debido a la importancia económica y política que cobró el Real y Minas de San Antonio de Cuencamé, fue blanco de varias incursiones de tribus salvajes del desierto, principalmente los temibles tobosos. (1)

En una carta informe del Obispo Don Juan de Gorospe y Aguirre, al tomar posesión del obispado, el 13 de septiembre de 1662, describe y pinta la situación política y social que se vivía en la Nueva Vizcaya. En uno de los párrafos menciona que: “en el año de 1655 fue asaltado el pueblo de Cuencamé, por las tribus salineras, cabezas y tobosos, donde mataron mucha gente de laborío, hicieron notabilísimos robos y obligaron a que se despoblara el Real...” (2)

Informado de esta grave situación de guerra y levantamientos indígenas, el Virrey de la Nueva España decide establecer Presidios o guarniciones militares que tendrían como propósito el resguardo y defensa de la población de los ataques de los indios, en el Real de Cuencamé se establece un Presidio, que posteriormente fue trasladado a la Región de Pasaje, la Cédula real de erección del Presidio tenía fecha de 16 de junio de 1685, siendo el primer jefe de este destacamento militar el Capitán Juan Bautista Escorza. (3)

En el año de 1622, el convento establecido en el Real recibe el nombre de Convento de San Antonio de Cuencamé, y estaba a cargo de Fray Francisco Santos, y en el año de 1693, se le conoce como Convento de la Purísima Concepción. (4)

En el siglo XVIII, entre 1723 y 1740, el Real y Minas de San Antonio de Cuencamé, tuvo un periodo de relativa calma, este periodo de abundancia y calma en el Real, animaron a los vecinos a emprender la reconstrucción de la Parroquia de San Antonio de Padua, que había sido destruida por las tribus indígenas salvajes que asolaban la región, la construcción de la Parroquia actual, con su arquitectura colonial y barroca, se inició por orden y autorización del obispo Benito Crespo en el año de 1728, sobre las ruinas de la que ya había existido en el mismo lugar que sufrió los ataques y destrucción de los indígenas. (5)

En una visita que realizó el obispo Benito Crespo a este Real, el 15 de noviembre de 1729, autoriza la construcción de la capilla de la virgen de la Soledad. (6)

(1). G. Sarabia, Atanasio. “Apuntes para la Historia de la Nueva Vizcaya” “La Conquista”, “Las sublevaciones”

(2). Gallegos, José Ignacio: “Historia de la Iglesia en Durango”. Pp.165. Colección México heroico. Ed. Jus. México 1969. (3). Vallebueno Garcinava, Miguel. “El sur del obispado de la Nueva Vizcaya” I.I.H. UJED. Edición en prensa. (4). Bargellini Cioni, Clara. “La arquitectura de la plata en el noroeste de México” Ed. UNAM. 1990. (5). Ob. Cit. (6). Archivo de Catedral de Durango. Libro XLV ff.16

El 25 de diciembre de 1810, se verificó una batalla entre españoles e insurgentes en los llanos de Tapias del entonces Partido de Cuencamé.

El 22 de mayo de 1824, el Congreso constituyente del estado de Durango, decreta la desaparición de la Provincia de la Nueva Vizcaya y se crea el estado de Durango, y para su organización administrativa y política se dividió en 10 partes denominados Partidos, Cuencamé fue uno de esos partidos y la población de Cuencamé como cabecera del mismo. Originalmente el Partido de Cuencamé estuvo integrado con la municipalidad del mismo nombre, Peñón Blanco y Santa Clara. (1)

En la ley de División territorial promulgada por el Gobernador, Lic. Esteban Fernández, promulgada en diciembre de 1905, se establece que para el régimen administrativo del estado el territorio se divide en Partidos, municipalidades y jefaturas de manzana.

En esta nueva división territorial se establecen 13 partidos, uno de ellos es el de Cuencamé que comprende las municipalidades de Peñón Blanco y Santa Clara.

Originalmente la municipalidad de Cuencamé comprende: La cabecera de partido que es la villa de Cuencamé, 2 pueblos, 8 haciendas, 64 ranchos, 9 minerales y 7 estaciones de ferrocarril. (2)

En el año de 1864, el Presidente de la República, Lic. Benito Juárez, en su peregrinar hacia paso del norte, la noche del 15 de septiembre, encontrándose hospedado en compañía de su comitiva en la hacienda de la Noria de Pedriceña, da el Grito de Independencia en el Aniversario del Inicio de esta lucha armada, frente a la casa grande de esta Hacienda. (3)

(1). División Territorial del Estado de Durango de 1810 a 1995. INEGI 1997. (2). Fernández, Esteban. Gobernador del Estado de Durango. “Ley de división territorial 1905.” Hemeroteca del Congreso del Estado. (3). Herrera, Catarino. “Geografía descriptiva, económica y social del Estado de Durango” Pág. 108. Ed. Patria. México, 1934

En el antiguo Partido de Cuencamé, que abarcaba las municipalidades de Peñón Blanco y Santa Clara, la mayor parte de la superficie de la tierra estaba en manos de 14 familias de hacendados; la superficie de las tres municipalidades era de 980 000 ha. Y estaba poblada hasta antes de 1910 por 41 200 habitantes; las 14 familias, dueñas de las haciendas, juntas poseían una superficie de 1.185.900 ha, los únicos pueblos y congregaciones que poseían tierras eran la Villa de Cuencamé, los Pueblos Unidos de Santiago y San Pedro de Ocuila, que juntos sumaban aproximadamente 3700 ha, y Peñón Blanco que tenía 4500 has, siendo la superficie total de 8200 ha, que formaban el patrimonio de 6400 individuos que habitaban estos pueblos. (1)

REBELIÓN DE LOS PUEBLOS UNIDOS DE SANTIAGO Y SAN PEDRO DE OCUILA

Los indígenas de los Pueblos Unidos de Santiago y San Pedro de Ocuila, del municipio de Cuencamé, fueron despojados arbitrariamente de sus tierras que poseían desde tiempo inmemorial, por el dueño de las Hacienda de Sombreretillo de Campa, Laureano López Negrete, reduciendo la propiedad de los indígenas a una legua cuadrada; (2) El conflicto entre comuneros de los Pueblos Unidos contra los hacendados se agudiza cuando empleados de la Hacienda de Sombreretillo asesinan, en una emboscada al jefe de cuartel de San Pedro de Ocuila, José Achá, y a Francisco Hernández Saldaña, apoderado de los indígenas, sucesos acaecidos el 20 de enero de 1909. (3)

Para defenderse y enfrentar en mejores condiciones a los terratenientes y recuperar los terrenos despojados, los comuneros de Ocuila se organizan y constituyen un “Comité de Defensa de los Pueblos Unidos de Santiago y San Pedro de Ocuila”, que encabezan los señores; Juan G. Machado, Vicente Gámiz, Nicasio Espinoza y Calixto Contreras Espinoza. (4)

Los comuneros se dan cuenta de que a través de la lucha legal no podían recuperar sus terrenos, se amotinan y se declaran en lucha abierta contra el régimen en el año de 1909 encabezados por Calixto Contreras Espinoza, armados toman la Presidencia Municipal del partido de Cuencamé, hostigan y atacan la Hacienda que les había arrebatado sus tierras, por este motivo, los cabecillas del movimiento fueron acusados por el delito de sedición y motín, reclutados al servicio forzoso de leva como castigo, y ante la posibilidad de que se generalizara en la región el alzamiento de los de Ocuila, el Gobierno Federal envía a la población de Cuencamé, el temible II Regimiento de Caballería del Ejército federal para que sirva de guarnición. (5)

(1). Rouaix, Pastor. Ing. “Geografía de Durango” Pág. 155. Comisión Editorial del Congreso del Estado de Durango. 1987. (2). Ob. Cit. Pp. 156. (3). Martínez Guzmán, Gabino. “La Revuelta de Ocuila” Publicado en “El Sol de Durango”. 24 y 25 de noviembre de 1989 (4). Carta Abierta dirigida al Gral. Porfirio Díaz por los indígenas de los Pueblos unidos de Santiago y San Pedro de Ocuila de la Municipalidad de Cuencamé, Dgo. México 1901. Archivo del Ejido Gral. Severino Ceniceros, Cuencamé, Dgo. (5). Martínez Guzmán, Gabino. Chávez Ramírez, Juan Ángel. “Durango, Un volcán en erupción” Fondo de Cultura Económica. México 1998.

Para el 20 de noviembre de 1910, fecha en que se inicia la Revolución Mexicana, Calixto Contreras y su gente, que para estas fechas ya andaban montados y armados, se unen al movimiento maderista, son los primeros en la región en tomar las armas y acudir al llamado de la Revolución.

La gente de Cuencamé y sus alrededores, comandados por los generales Calixto Contreras y Severino Ceniceros, se unen e integran la Poderosa División del Norte, al mando del Gral. Francisco Villa, tienen participación destacada en sus heroicas batallas.

Cuencamé aportó al movimiento revolucionario 21 generales y alrededor de 70 oficiales de rangos menores, además de la multitud de revolucionarios, hombres y mujeres.[19]

Los días 11 y 12 de diciembre de 1915, la comunidad de San Pedro de Ocuila y el Pueblo de Cuencamé, son desalojados e incendiados por las tropas carrancistas al mando de los Generales Francisco Murguía y Pablo González, por órdenes del Gobierno Federal, por el solo hecho de ser partidarios del General Francisco Villa y como un acto de venganza contra los Generales de esta población que constantemente infringían derrotas militares al ejército carrancista.[20]

José Maria C Rodríguez General

Una de las tradiciones más antiguas y de más arraigo en la población de Cuencamé, Dgo., son las festividades del Señor de Mapimí, esta festividad religiosa se inicia desde el 28 de julio con el novenario donde se organizan peregrinaciones de los poblados cercanos con danzas y carros alegóricos; del 1º al 6 de agosto la festividad continúa con la feria tradicional; eventos deportivos y culturales, danzas y juegos pirotécnicos, esta festividad tiene su origen con el arribo a esta población de la imagen del Señor de Mapimí, el 6 de agosto de 1715.

La festividad en honor de la virgen de Guadalupe, en el antiguo pueblo de indios de Cuencamé, en el santuario que antes era parte del convento y que ahora está dedicado a la advocación de la virgen morena de rasgos mestizos, es otra de las tradiciones más sentidas del pueblo de Cuencamé, el día 12 de diciembre de cada año el santuario de la virgen de Guadalupe y la plazuela del mismo nombre reciben a toda la feligresía de Cuencamé en una fiesta popular donde se disfruta de las danzas, juegos pirotécnicos, y los tradicionales antojitos mexicanos. En años anteriores, para los habitantes de este pueblo, esta fecha tenía una significación histórica, se recordaba el día que las tropas carrancistas desalojaron y quemaron este pueblo para un 12 de diciembre de 1915, para recordar esta fecha, en las casas sobre las azoteas se encendían cachimbas, mechones o hachones con fuego para simbolizar la quema de Cuencamé.

La semana santa en Cuencamé también tiene una máxima significación, como en todo el mundo católico que celebra la pasión de cristo, se escenifica este acto con la participación de grupos de jóvenes que asumen su papel con devoción y presentan los pasajes que van desde el juicio, pasión y crucifixión de Cristo; esta fecha es considerada, por su importancia para la iglesia católica, para la adoración de la sagrada imagen del Señor de Mapimí.

Otra tradición de arraigo popular es la fiesta del Pueblo de Santiago, durante los días 24 al 26 de julio de cada año, hay danzas y juegos pirotécnicos; en honor de Santiago Apóstol.

En el pueblo de San Pedro de Ocuila, se celebra el Santo patrono, San Pedro de Alcántara, el 19 de octubre de cada año, con danzas, eventos culturales, coleadera, jaripeo, juegos pirotécnicos.

Las manifestaciones culturales en esta comunidad tienen su origen en las festividades religiosas, como la danza de pluma que se baila en el Pueblo de Santiago, las danzas de matachines y apaches que se bailan el 12 de diciembre, 6 de agosto, semana santa y cada día 6 de cada mes, las pastorelas y coloquios que se escenifican en las fiestas navideñas junto con los nacimientos, también son manifestaciones de la cultura popular.

Existen algunos artesanos en la comunidad que elaboran objetos de fibra de lechuguilla llamada ixtle, utilitarios de tule, pieles y madera, en forma rústica pero con una técnica que se ha venido transmitiendo de generación en generación, desafortunadamente esta tradición artesanal se ha ido perdiendo debido a la poca demanda de los productos y la incosteabilidad en el mercado al ser sustituidos por materiales sintéticos e industriales de baja calidad y costo.

Se cuenta en la cabecera municipal con una Biblioteca Pública con servicio de videoteca, y sala digital para uso de los estudiantes de todos los niveles y la población en general, este inmueble está ubicada en la esquina de Av. Sarabia y calle Leona Vicario, cuenta con tres empleadas para atención al público.

Existe un salón de usos múltiples construido para eventos políticos, culturales y sociales, su diseño arquitectónico es malo y cuenta con una mala acústica por lo que no se pueden realizar algunos eventos culturales. Existen dos clubes sociales; el club Sertoma y el club de Leones, los cuales promueven la convivencia entre sus agremiados y organizan actividades de bienestar social.

Funciona un Museo Comunitario en el Kiosco de la Plaza Principal, donde el tema principal es la Revolución en Cuencamé.

POBLACIÓN ECONOMICAMENTE ACTIVA

Población de 12 años y más en el Municipio de Cuencamé, tabulado por sexo según condición de actividad económica. Al 14 de febrero de 2000. (1)

POBLACION OCUPADA EN EL MUNICIPIO TABULADA POR SEXO, SEGÚN SITUACIÓN EN EL TRABAJO. Al 14 de febrero de 2000. (2)

(1). FUENTE: INEGI, Durango. Censo General de Población y vivienda 2000. tabulados básicos TOMO I (2). INEGI. Durango. Censo General de Población y vivienda 2000. tabulados básicos TOMO I (3). FUENTE: IMSS. Dirección Regional norte, Delegación estatal; jefatura de Afiliación y cobranza COSTUMBRES

Se han conservado algunas costumbres distintivas de la comunidad y la región, a pesar de la irrupción de modismos extranjerizantes.

Entre las más notables podemos anotar una costumbre muy arraigada en este pueblo, es la de asistir los domingos al ritual de la misa, en un pueblo con profundas raíces católicas, los sábados enviar, después del mediodía, a los niños a que reciban los primeros conocimientos de la doctrina cristiana.

Los domingos por la tarde y parte de la noche, la plaza se ve bastante concurrida por familias de esta población en el paseo dominical, sentados en las bancas de los corredores y alrededor de la plaza, saborean algunas golosinas, o simplemente se deleitan escuchando la música o en amena charla sobre los acontecimientos o incidentes ocurridos durante la semana.

Otra de las costumbre, que se ha ido perdiendo, es sentarse en bancas o “pollitos” construidos fuera de la casa, al lado de las personas mayores y escuchar de viva voz sus experiencias, el recuerdo de algún acontecimiento lejano o cercano, un hecho que se convierte en historia, leyendas y relatos de “aparecidos o la existencia de tesoros encantados, o los túneles subterráneos que atraviesan el pueblo en diferentes direcciones; todo esto producto de la tradición oral y de la historia tan rica en acontecimientos de este pueblo tan antiguo.

Una actividad que se hizo costumbre, es la “faina”, que consiste en realizar alguna actividad de beneficio para la comunidad, donde se demuestra el espíritu comunitario y de ayuda mutua de la comunidad.

En la actualidad, el municipio de Cuencamé es atravesado por la Autopista de cuota de cuatro carriles, en el tramo Gómez Palacio a la Ciudad de Durango, la autopista pasa por el poniente de la cabecera municipal aprox. a 1 km, antes de llegar al poblado de El Tanque.

Se encuentra en la intersección de dos de las carreteras más importantes del país: La carretera 49 que comunica la Ciudad de México con Ciudad Juárez, que representa la frontera más importante con Estados Unidos, y la carretera 40 que atraviesa el país de oriente a poniente uniendo los puertos de Matamoros con Mazatlán, lo cual confiere a la ciudad una importancia por su ubicación estratégica.

Anteriormente, durante casi toda la época colonial, el antiguo Real de Cuencamé era tocado por el Camino Real de Tierra Adentro, en su tramo de Zacatecas hasta Nuevo México; actualmente confluyen en la cabecera municipal las carreteras Vía Corta o 49, en su tramo Torreón - Fresnillo, y la Carretera Interoceánica o 40 en su tramo Torreón –Durango; existen en el Municipio de Cuencamé, hasta el año de 1990, 79,8 km de carreteras locales pavimentadas, y 229 km. de caminos rurales que comunican a los diferentes comunidades y ejidos del municipio. (1)

La única vía férrea que atraviesa el municipio es el ferrocarril central, en su ramal Torreón - Durango; esta vía toca 5 estaciones en el Municipio: Huarichic, Pedriceña, Las Mercedes, El Centro o Agua Vieja y Pasaje, esta última es la más cercana a la cabecera municipal, y antes de que existieran las carreteras que hoy atraviesan esta cabecera, era el único medio de transporte, el cual tenían que abordar en la Estación de Pasaje, los pasajeros de Cuencamé tenían que recorrer aprox. 12 km para abordarlo; la inauguración oficial de esta vía férrea fue el 10 de noviembre de 1892, en plena época Porfirista. (2); son 84 km de vía férrea, en lo que corresponde en su travesía por el municipio de Cuencamé.

El servicio de correo en el Municipio de Cuencamé cuenta con 3 administraciones, las cuales operan en: Cuencamé de Ceniceros, Pedriceña y Velardeña; 9 agencias que se encuentran distribuidas en las poblaciones de Ignacio López Rayón, Pedro Vélez, La Virgen, Emiliano Zapata, Progreso, J. Isabel Robles, Las Mercedes, Estación Pasaje y Ramón Corona.

Telégrafos: se cuenta en el municipio con dos oficinas que prestan este servicio; una en Cuencamé de Ceniceros y otra en Pedriceña.

Teléfono: de este importante medio de comunicación, el municipio de Cuencamé cuenta con 6 centrales automáticas que se encuentran en: Cuencamé de Ceniceros, Cuauhtémoc, Emiliano Zapata, La Virgen, Pasaje y Progreso; también existen 6 estaciones terrenas de microondas situadas en Cebadero, Ignacio López Rayón, La Virgen, Pasaje, Ramón Corona y Velardeña.

La población de Cuencamé y las de mayor índice poblacional en el municipio, cuentan con el servicio de teléfono en domicilios particulares y comercios, además existen servicio de teléfono público situados en la plaza principal y esquinas, se cuenta además con servicio de Internet.

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SERVICIOS

El municipio de Cuencamé cuenta con infraestructura necesaria para impartir educación preescolar, primaria, media básica, media superior y superior.

El equipamiento para educación en la Ciudad de Cuencamé de Ceniceros está formado por 2 guarderías, 5 jardines de niños, 5 escuelas primarias, un Centro de Atención Múltiple, una Escuela Secundaria, un Bachillerato, y una extensión del ITD.

Las guarderías tienen capacidad para atender hasta cien niños y son adecuadas para las necesidades de la Ciudad.

La educación preescolar se imparte en los siguientes jardines:

La educación primaria se imparte en las escuelas:

Casi todas las escuelas primarias fueron construidas en los años 70’s. A excepción de la Leona Vicario que fue la primera escuela de la ciudad, originalmente estaba ubicada en un edificio antiguo donde ahora se encuentra la Biblioteca Pública y la Distribuidores NISSAN No. 46 inaugurada en el año 2006.

Para le Educación Secundaria se tiene la Escuela Secundaria General “Gral. Severino Ceniceros”, construida hace aproximadamente 35 años, cuenta con 18 salones para atender hasta 40 alumnos cada uno, teniendo una capacidad para 720 alumnos. Tienen acceso a ella el 90% de los alumnos egresados de las escuelas primarias de la ciudad, el otro 10% continúan sus estudios fuera de la localidad o dejan de estudiar.

El CBTis 115, ofrece a la comunidad la oportunidad de cursar la educación preparatoria, imparte una preparación superior y una capacitación técnica para el trabajo inmediato en tres tipos de talleres: máquinas de combustión interna, computación y contabilidad.

Funciona en la actualidad una Unidad a Distancia del Instituto Tecnológico de Durango que ofrece actualmente la carrera de Ingeniería Industrial.

En septiembre de 2012 inicia actividades en la Universidad Politécnica de Cuencamé, con las carreras de Ingeniería Metalúrgica, Ingeniería en Tecnologías de la Información y Licenciatura en Administración y Gestión de Pequeñas y Medianas Empresas.

Recreación y Deporte: en el aspecto de recreación es donde se tiene mayor deficiencia en la ciudad, ya que solo se cuenta con un parque infantil, no se cuentan con jardines vecinales, ni parques urbanos, o centros de espectáculos como cine o teatro, solo se cuenta con un salón de usos múltiples con deficiencias de acústica, teatro y proscenio, el único lugar de reunión es la plaza principal, sobre todo los fines de semana, la falta de espacios de recreación generan problemas de alcoholismo y drogadicción en los jóvenes de la localidad.

El deporte que se practica en la ciudad se concentra en dos áreas deportivas, la primera en la parte sur de la población sobre el entronque de la carretera a Durango, se practica el deporte de béisbol donde se realizan encuentros regionales y locales y sirve también de escenario para otras actividades deportivas. La segunda área formada por la Unidad deportiva que se encuentra en la zona nor-oriental de la ciudad: cuenta con dos cancha de fútbol y gradas con superficie de tierra, un campo de beis-bol, 5 canchas de básquetbol y voleibol construidas con piso de concreto y una pista atlética con piso de tierra. Sobre el lecho del arroyo de Cuencamé se han construido 4 canchas de basquetbol que se encuentran en mal estado debido a la erosión provocada por las avenidas de agua del mismo arroyo.

Los servicios de salud en el municipio se brindan por parte de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA), el Instituto de seguridad Social para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La SSA cuenta en la cabecera municipal con un Centro de Salud tipo B, que presta los servicios de Consulta externa, primeros auxilios, atención a partos y área de observación, y cuenta para esto con un consultorio, área de rayos X y ultrasonido, un laboratorio que está en desuso, un área de trabajo de parto y área de encamados con 5 camas para observación, un núcleo de baños y área de oficinas. El servicio lo prestan dos médicos generales que atienden un promedio de 40 consultas diarias generalmente con problemas comunes tales como: gripes, enfermedades estomacales y primeros auxilios, los problemas más serios se canalizan al Hospital General regional de esta ciudad o a la ciudad de Gómez Palacio o Guadalupe Victoria.

El ISSSTE, presta servicio en un inmueble con un área para consulta externa, 2 consultorios para médicos y área administrativa. Se tiene un promedio de 30 a 50 consultas diarias y es insuficiente debido a la demanda del servicio que se tiene.

El IMSS, tiene la Unidad Médica Rural No. 14, que presta el servicio de Consulta externa en una casa rentada, no tiene el área suficiente para la demanda que requiere la comunidad y además necesita trabajos de mantenimiento y remodelación.

Se cuenta también con un Hospital Regional que depende directamente de la S.S.A. del Estado de Durango, con atención múltiple en varias especialidades, para atender la demanda de los habitantes de los municipio de: Cuencamé, Nazas, Simón Bolívar, Santa Clara, Peñón Blanco, Guadalupe Victoria, San Juan de Guadalupe; Juan Aldama y Miguel Auza en el estado de Zacatecas; y cuenta con Consulta General, Consulta en gineco-obstetricia, cirugía, Odontología, Pediatría, traumatología, Hospitalización, Urgencias, laboratorio, Rayos X, farmacia; 13 médicos especialistas, 8 médicos generales, 44 enfermeras, 3 técnicos radiólogos, 3 laboratoristas, 14 administrativos, 2 trabajadoras sociales, 2 choferes, 1 farmacéutico, 3 cocineras, 4 de mantenimiento, 4 lavanderas, 4 camilleros, 2 afanadoras, 1 Director General.

El promedio de pacientes atendido mensualmente son: Consulta externa 815, urgencias 558, hospitalización 112, rayos X externos 211, laboratorio externo 378. la capacidad de atención es de 24 camas.

Las acciones y campañas de prevención que aplica el Hospital son: Detección de cáncer cérvico-uterino, detección de cáncer de mama, Detección de diabetes, detección de hipertensión arterial, Planificación familiar, campañas de vacunación nacional, semana de salud, Nutrición, Aplicación de vacunas. El Hospital cuenta con edificio propio con la siguiente distribución de espacios: Acceso y estacionamiento, áreas verdes, Explanada, urgencias, descansos médicos, Hospitalización, Quirófano, Ceye, recursos humanos, almacén, Mortuorio, lavandería, cocina, Consulta externa, Caja, laboratorio, Trabajo social, Rayos X, Farmacia, Área de gobierno, Aula de enseñanza, Caseta de vigilancia, Taller de mantenimiento y conservación, Centro comunitario digital.(1)

El comercio establecido se encuentra ubicado en ambos lados y a todo lo largo de la Calle Severino Ceniceros, y en esa área se encuentran negocios de venta de: comestibles, abarrotes, tiendas de ropa y zapaterías, ferreteras, tiendas de materiales de construcción, farmacias, papelerías, entre otros.

Existe un Mercado que se encuentra ubicado sobre la calle Severino Ceniceros, tiene una extensión de 600 m², no tiene área de estacionamiento, ni área de carga y descarga.

Agua Potable: se abastece de agua potable con calidad de dulce a tolerable, de un pozo ubicado en un terreno situado junto a la carretera a Zacatecas, en el sur de la ciudad y tiene un suministro de 19 L/s, y que abastece el 36,3% de la población, y otro pozo situado en el pueblo de Santiago, que tiene un suministro de 28 l/s, que brinda el servicio al 53.6% de la población, sin embargo debido al agotamiento de los mantos acuíferos, se ha tenido una caída del servicio hasta 12 l/s. Esporádicamente. La red general está construida con tubo de PVC de 12” de diámetro, y las redes secundarias con tubo de PVC de 8” a 10” de diámetro. Las tomas domiciliarias son de poliducto hidráulico con uniones de fierro fundido.

La demanda actual está cubierta en un 90%, siendo necesaria la perforación de otro pozo, y los dos pozos requieren de servicio de mantenimiento en su equipo y estructura.

El 81,71% de la comunidad cuenta con servicio de drenaje sanitario con tubería de fibrocemento de 15” de diámetro en los colectores principales con una longitud de 180 m y colectores secundarios con tubería de 10” en una longitud de 620 m y con tubería de 8” en una longitud de 15233 m para dar servicio a 1.332 descargas domiciliarias. El sistema cuenta con capacidad para proporcionar el servicio a una población total de 11.000 hab. y los desechos son vertidos a dos lagunas de estabilización de 1 ha cada una, siendo la eliminación de desechos por el método de gravedad. Se carece en su totalidad de sistema de drenaje pluvial, por lo cual los escurrimientos pluviales se canalizan principalmente al arroyo de Cuencamé con una pendiente natural de sur a norte de 0 al 0,5%.

El abasto de energía eléctrica a la ciudad de Cuencamé, se da a través de la línea de corriente eléctrica trifásica 115 kV, proveniente de la planta Frankeen ubicada en la ciudad de Gómez Palacio Dgo., y que accede a la ciudad por medio de la conducción eléctrica de la línea ubicada junto a la carretera Torreón - Zacatecas.

De las 1960 viviendas que tiene la ciudad de Cuencamé, 1925 tienen servicio de energía eléctrica, lo que representa el 98,22% del área urbana.

El 90% de la población cuenta con alumbrado público, sin embargo en algunas zonas el servicio es deficiente. Y es necesario aumentar el número de luminarias.

El servicio de recogida de basura, desechos y desperdicios es hecho con dos camiones para basura que depositan su contenido en un relleno sanitario ubicado a las afueras de la ciudad en la zona noreste.

Se cuenta con un solo mercado municipal ubicado por la Av. Gral. Severino Ceniceros, con locales comerciales donde predominan las carnicerías, los demás son de frutas y legumbres, tortillería, tienda de ropa y calzado.

Existe un solo Panteón Municipal, ubicado en el Ejido Gral. Severino Ceniceros, de 1,95 ha, de finales del siglo XIX, su estado físico es bueno, actualmente remodelada la barda perimetral con bloques de concreto.

Existe un Rastro Municipal ubicado en la parte norte de la ciudad, al final de la Av. Gral. Severino Ceniceros.

Cuenta con una superficie pavimentada del 50% de sus calles con tres diferentes tipos de materiales en su acabado:

Asfáltico, con una superficie cubierta de 2000 m² ubicado principalmente en la calle Severino Ceniceros como continuación del material de las carreteras con las que se conecta en el norte y el sur de la misma. Su estado físico y el tipo de construcción es regular.

Adoquín, con una primera superficie de 340 m² ubicados en las calles que bordean a la plaza principal, las cuales son: Francisco Sarabia, Leona Vicario y Constitución, su estado físico y construcción son buenos.

Concreto hidráulico, con una superficie de 1,21 ha, ubicados en la mayor parte de las calles pavimentadas de la ciudad. Su estado físico es bueno, por tener pocos años de haber sido instalado.

Existen dos plazas públicas, la Plaza Principal o de Armas ubicada en la cabecera municipal entre las Avenidas Severino Ceniceros y Francisco Sarabia, y las calles Leona Vicario y Constitución, y la Plazuela de Guadalupe ubicada en el ejido Gral. Severino Ceniceros entre las calles: Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Riva palacio y B. Juárez.

Existe un parque infantil en regulares condiciones, se necesitan más áreas verdes, de ornato y paseos públicos.

Existe una Dirección de Seguridad Pública y Vialidad para vigilar la seguridad y el orden de la ciudad, tiene las oficinas ubicadas en el edificio de la Presidencia Municipal. Para ofrecer adecuadamente sus servicios cuenta con camionetas adquiridas recientemente que se encuentran, algunas en buen estado y otras requieren de servicio y reparación, hay tres demarcaciones de policía en el municipio ubicadas en Cuauhtémoc, Emiliano Zapata y Velardeña, se cuenta con una pequeña prisión que aun cuando ocupa una pequeña área, es suficiente para el servicio que ofrece, ya que los detenidos son eventuales, en su mayoría por delitos menores, los detenidos por delitos mayores son turnados al CERESO No 1 y 2, ubicados en la Cd. De Durango y Gómez Palacio.

La calle Severino Ceniceros representa la vialidad de mayor jerarquía de la ciudad, ya que en un inicio formaba parte de la carretera 49, cruzando la población de sur a norte. Con la construcción del libramiento periférico su tráfico disminuyó considerablemente, pero sigue siendo la arteria de mayor importancia en la ciudad, y hacia ella llegan las principales vialidades secundarias que comunican las colonias del oriente y del poniente de la ciudad con el centro de la población donde se ubican las zonas de comercio, trabajo y servicios. La avenida Severino Ceniceros es la calle más ancha de la ciudad con una superficie asfáltica de 9 m. Se encuentra pavimentada en su totalidad con asfalto y tiene banquetas de 2 m de ancho a cada lado construidas con concreto y es utilizada principalmente por tráfico de transporte foráneo y de carga que cruza la ciudad, así como por tráfico local.

Las vialidades secundarias cruzan perpendicularmente la avenida Severino Ceniceros. La calle Leona Vicario comunica el oriente de la ciudad con el centro de la misma, cuenta con un puente de concreto para cruzar el arroyo de Cuencamé y se encuentra pavimentada en un 100% de concreto hidráulico, esta calle termina al cruzar el arroyo, después se llama 10 de mayo. La calle Constitución comunica con la parte poniente de la ciudad, y cruzando el arroyo de la Pólvora a través de un pequeño puente, llega hasta el libramiento periférico. Se encuentra pavimentada con concreto hidráulico en un 85% de su totalidad.

La avenida Severino Ceniceros, por su acceso y salida del transporte suburbano de carga y pasajeros, al norte y sur de la ciudad, por agrupar en su mayoría las principales actividades comerciales y de servicios tales como: planta maquiladora, la escuela primaria Leona Vicario, el mercado y las paradas de autobuses Estrella Blanca y Ómnibus de México, ha originado que la mayor parte del tráfico de la ciudad se concentre en ella creando nudos conflictivos principalmente en la ubicación de los servicios antes mencionados.

En el municipio de Cuencamé se pueden admirar y disfrutar de algunos atractivos naturales como son los manantiales de Ramón Corona, San Pedro de Ocuila y Pasaje; en las sierras de San Lorenzo, La Venada, de Palotes y Los Leones donde se puede cazar venado, puma, gato montés, conejo, liebre. Como atractivos turísticos de la ciudad está el templo de San Antonio de Padua, construido a principios del siglo XVII, y reconstruido a principios del siglo XVIII, en este templo se pueden admirar las siguientes obras de arte: retablo barroco estípite de madera que enmarca la imagen del Señor de Mapimí, otro retablo neoclásico anástilo, Una pintura al óleo barroca con las animas del purgatorio, la virgen del Refugio, San Francisco y San Nicolás Tolentino, Un cuadro con Santa Teresa de Ávila y las ánimas del purgatorio. En la parte exterior del templo, en el atrio del mismo en el extremo poniente se levanta un pilar cuadrado de cantera que sostiene en su parte superior un Reloj de Sol.

El Templo de la Virgen de la Soledad y el Santuario de la Virgen de Guadalupe.

La Hacienda de Atotonilco, de acceso restringido, que conserva su estilo arquitectónico y mobiliario de la época porfirista.

La Ex-Hacienda de Pedriceña, la Casa Grande y la Iglesia que cuenta con una admirable colección de pinturas al óleo del siglo XVIII.

En la Plaza Principal de la cabecera municipal, se puede admirar el monumento a los 21 generales originarios del municipio.

Existen en el municipio varios cascos de Hacienda en ruinas, algunos se podían rescatar y restaurar y convertirlos en atractivos turísticos, estas haciendas son La Purísima, Juan Pérez, La Estanzuela, San Marcos, La Carleña y San Jerónimo.

Ciudadanos que fungieron como Presidentes Municipales desde la época post-revolucionaria hasta la fecha

La ciudad de Cuencame tiene Hermanamientos con las siguientes ciudades alrededor del mundo

• Es atacado nuevamente el Real de Santiago de Mapimí por indios cocoyomes y tobosos que se resistían a la evangelización, acometen la procesión de fieles que llevaban la imagen de un cristo crucificado que llamaban “Señor de Mapimí”, un jueves santo; en la batalla matan más de 300 españoles, los portadores de la imagen huyen con ella a esconderla en un lugar seguro. • 6 de agosto, llega la imagen del Señor de Mapimí a la Parroquia de San Antonio de Padua del Real de Cuencamé, después de que fue encontrada por unos soldados escolteros en la Sierra de Jimulco.

• El conde de San Pedro del Álamo asumió el mantenimiento del Presidio del Pasaje con el fin de controlar la región donde formó la extensa hacienda de Santa Catalina del Álamo.

En el Real de Cuencamé, de ahí pasó a la pequeña Iglesia de los indios del Pueblo de Santiago dedicada a la Purísima Concepción, atendida por franciscanos.

San Antonio de Cuencamé. Este año son expulsados los padres jesuitas del Imperio español.

• Los condes de San Pedro del Álamo establecieron la Hacienda del Pasaje junto al Presidio y la población aumentó a 295 personas.

Cólera morbus causó graves estragos en el estado de Durango, de mediados del mes de junio a mediados del mes de noviembre, los afectados en Cuencamé por esta epidemia fueron 73 personas. • Se integró en Cuencamé una Compañía Militar con el fin de defender a la región de los ataques de los indios apaches y comanches que venían del norte, los gastos de esa Compañía fueron sufragados por Don Manuel Meneses y Don Juan Francisco Garde, ambos vecinos de Cuencamé.

• La noche del 15 de septiembre, el Presidente Juárez da el Grito de Independencia en la Hacienda de Pedriceña de la municipalidad de Cuencamé.

• Porfirio Díaz formula el Plan de la Noria.

1892.- 10 de noviembre, inauguración del ferrocarril internacional en su tramo Torreón - Durango.

• El juez de letras del Partido de Cuencamé aprueba dicha medida, los campesinos apelan tal resolución.

• 20 de diciembre, se promulga la Ley de División Territorial del Estado de Durango, en donde Cuencamé es considerado Partido y municipalidad del Estado.

• 13 de abril, se suscita una matanza de mineros en el Mineral de Velardeña, acusados de amotinarse son fusilados 50 mineros.

• 8 de enero, Severino Ceniceros se une a Calixto Contreras y juntos toman la plaza de San Juan de Guadalupe. A finales del mes de marzo, los contreristas toman la población de Cuencamé, que era defendida por la tropa federal al mando del Teniente Rafael Lamas, es cual es hecho prisionero y pasado por las armas.

• 29 de septiembre, reunión de los jefes revolucionarios de Chihuahua y Durango en la Hacienda de La Loma para conformar la División del Norte. Es nombrado como jefe principal de la División del Norte el Gral. Francisco Villa, las fuerzas de Contreras fueron bautizadas como Brigada Juárez, Calixto Contreras recibe el grado de General Brigadier. • Del 30 de septiembre al 1º de octubre, la División del Norte toma las poblaciones de Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, el Gral. Villa le encarga al Gral. Contreras la custodia de Torreón.

• El Gral. Calixto Contreras acuñó en Cuencamé las monedas conocidas como “Muera Huerta” o “tres estrellas”, en oro plata y cobre, única moneda en el mundo con una consigna de muerte. • Entre el 17 y 23 de junio, la División del Norte se cubrió de gloria al tomar la Cd. de Zacatecas donde acabó con el ejército del usurpador Victoriano Huerta, la Brigada Juárez al mando del Gral. Contreras, y la Brigada Ceniceros, al mando del Gral. Severino Ceniceros, se lucieron al tomar la estación del Ferrocarril, el cerro del padre y la Mesa de Guadalupe. • Carranza desconoce la Convención de Aguascalientes, se inicia una nueva etapa de la Revolución, surgen dos bandos: constitucionalistas o carrancistas, y Convencionistas o Villistas, la mayoría de los generales de Cuencamé permanecieron fieles al villismo. • El 14 de diciembre, el Gral. Calixto Contreras es el encargado de dirigir el ataque del ejército villista a la Cd. de Guadalajara, consiguiendo derrotar a la División de Occidente del ejército carrancista.

• En el mes de abril, los villistas son derrotados en Celaya por los carrancistas dirigidos por el Gral. Álvaro Obregón. • En el mes de septiembre, los carrancistas toman la Cd. de Torreón. El Gral. Contreras libra batalla contra el Gral. Francisco Murguía logrando derrotarlo en la estación de Pedriceña. • 11 y 12 de diciembre. El Gral. Francisco Murguía, acatando órdenes superiores, ordena quemar y desalojar las poblaciones de San Pedro de Ocuila y Cuencamé, en venganza y represalia por las derrotas que los cuencameros infringieron a su tropa.

• 15 de abril, se publica un Decreto donde se erige la municipalidad de Pedriceña con localidades segregadas de las municipalidades de Nazas, Peñón Blanco y Santa Clara. • En el mes de septiembre, toma posesión como Gobernador del Estado de Durango el Gral. Domingo Arrieta. • 6 de octubre, se expide la Constitución Política del estado libre y soberano de Durango, Cuencamé es reconocido como municipio libre.



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