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Dialecto hispanoárabe



Afroasiático
  Semítico
    Semítico occidental;
      Semítico central
        Árabe
          Magrebí

El árabe andalusí o árabe hispano fue el dialecto árabe hablado de forma común en Al-Ándalus entre los siglos VIII y XV. Basado en el dialecto árabe magrebí de los invasores norteafricanos, el árabe hispano convivía con la lengua romance hablada por la población hispano romana local. Su estudio tiene gran importancia ya que la mayoría de los arabismos que pasaron al idioma español (y a otros idiomas peninsulares) derivan de esta forma de árabe popular y no del árabe clásico.

Al contrario que el judeoespañol, actualmente es una lengua muerta ya que tras la expulsión de los moriscos en el siglo XVII, estos se integraron con las poblaciones del norte de África perdiendo con el tiempo su lengua distintiva, que siguió a la reconquista cristiana, pero aún se usa en la música andalusí de África del Norte y ha ejercido una influencia considerable en los dialectos de ciudades como Tetuán, Fez, Rabat, Tánger, Nedroma, Tremecén, Mostaganem, Cherchell y Argel. En el Reino de Valencia fue la lengua predominante de las regiones interiores hasta la expulsión de sus habitantes en 1609.

También tuvo cierta influencia sobre el romance andalusí, el castellano (español), el valenciano, el gallego-portugués y los dialectos árabe marroquí y árabe argelino (principalmente el de la ciudad de Orán). Gran número de los préstamos léxicos del español en el árabe marroquí pasaron a través del árabe andalusí tardío.

El árabe andalusí pertenece a la familia de dialectos neoárabes occidentales antiguos, por lo que no admite distinciones entre dialectos beduinos, urbanos o rurales, ni tampoco entre las comunidades musulmana, cristiana o judía.

El árabe andalusí se habló en la península ibérica entre los siglos IX y XVII, y alcanzó su máximo número de hablantes (5-7 millones) en los siglos XI y XII, para menguar a partir de entonces bajo la presión de los pujantes reinos cristianos, conservándose su uso entre minorías musulmanas bajo control cristiano hasta la expulsión de éstas a principios del siglo XVII.

Como en otras regiones arabófonas, el dialecto local andalusí solo se usaba en la comunicación verbal, utilizándose solo el árabe clásico para materias elevadas o textos escritos.

El primer caso conocido de árabe andalusí data de los siglos X y XI, en citas aisladas, primero en textos en prosa y poesías en árabe clásico (moaxaja), y más tarde, a partir del siglo XI, en poemas dialectales con estribillo (zéjel) y conjuntos de refranes dialectales. En 1567, el rey Felipe II publicó un real decreto que obligaba a los moriscos de sus reinos a abandonar el árabe y prohibía su uso oral y escrito en todas las ocasiones; se les dio un plazo de tres años para dejar de usarlo; el uso del árabe se consideró un delito, y el árabe hispánico y clásico empezó a sufrir una mayor diglosia. Sus últimos documentos serían efectos comerciales y una carta escrita a principios del siglo XVII en Valencia. Con la expulsión de los moriscos (1609-1613) importantes contingentes fueron expulsados sobre todo de Aragón y de Valencia, donde habían enraizado con mayor fortuna, por lo que la lengua fue erradicada de la región.

Los topónimos, los préstamos a las lenguas románicas y otras evidencias prueban que en el árabe andalusí fue frecuente el cierre vocálico o imela por el cual una vocal /ā/ en ciertos contextos se pronuncia como /ī/ o /ē/, algunos ejemplos en el léxico común son:

Igualmente se encuentran confusiones de /i/ en /a/ atribuidas a la ley de Philippi.

En árabe andalusí parece haber existido un alto grado de alargamiento compensatorio asociado a la pérdida de ciertas consonantes o la lenición de consonantes geminadas precedidas por una vocal, así se tiene la evolución de عشّ [ʕʊʃː] ('nido') a > عوش [ʕuːʃ].

También se registra la monoptongación de ciertos diptongos como /aw/ y /ay/ que dieron lugar a /oː/ y /eː/ (fusionándose con otros sonidos que habían sufrido alargamiento compensatorio), aunque Colin conjetura que esos diptongos permanecieron en registros mesolectales influidos por el árabe clásico.

Un punto controvertido es qué sonido tenía el sonido representado mediante el grafema < ق >. Esta letra, en árabe clásico representaba o bien una velar faringalizada sorda [kˤ] o bien una oclusiva uvular sorda [q], sin embargo, en árabe andalusí parece haber dado lugar a una africada postalveolar o una oclusiva velar.

El contacto con las lenguas romances llevó a la introducción de los fonemas /p/, /g/ y posiblemente la africada /tʃ/ que debían aparecer en préstamos léxicos.

Como en el resto del árabe dialectal hay una marcada tendencia analítica, es decir, muchas marcas sintéticas de caso se pierden, prefiriéndose construcciones analíticas. También hay una disminución de alomorfos, por ejemplo en árabe clásico las marcas de género femenino incluyen /-at, -āʔ, -à~-ā/, pero en árabe andalusí solo aparecen derivados de la primera /-a(t)/ donde el elemento /t/ solo aparece ocasionalmente.




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