Los Aliados fueron países opuestos oficialmente a las Potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial.
Al comenzar la guerra, el 1 de septiembre de 1939, la coalición enfrentada a Alemania consistía en Francia, Polonia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, al cual se unieron poco después, algunos países del Commonwealth (Canadá, Australia, Nueva Zelanda, el Dominio de Terranova y la Unión Sudafricana), el Raj británico y el Reino de Nepal. En 1940, se unieron la Francia Libre, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo, los Países Bajos, Reino de Grecia y Reino de Yugoslavia (1941). En junio de 1941, la llamada Operación Barbarroja propició que la URSS se uniera a los Aliados. Los Estados Unidos de América se unieron en diciembre de 1941, tras el ataque japonés a Pearl Harbor, seguidos por China y algunos otros países de América como México el cual se unió en el año 1942. A partir de 1942, los llamados Cuatro Policías, es decir, el Reino Unido, la Unión Soviética, los Estados Unidos y China, dominaban la política aliada
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, la República de China ya se encontraba luchando contra el Imperio de Japón desde 1937.
Durante la década de 1920 el gobierno del Kuomintang fue asistido por la Unión Soviética, la cual ayudó a reorganizar el partido junto al modelo leninista de la unificación del partido, Estado y ejército. Sin embargo, tras la unificación de China, el generalísimo Chiang Kai-Shek purgó a los izquierdistas de su partido y rehusó aliarse con el Partido Comunista de China para luchar contra los nipones; en su lugar, optó por luchar con ambos a la vez. Siguió siendo así aún después del incidente de Mukden y el régimen títere de Manchukuo establecido por las tropas japonesas en 1931. Las campañas anticomunistas de Chiang continuaron mientras luchaba en conflictos pequeños e incesantes contra Japón a lo largo de los años 1930. China vio perder sus territorios ante Japón pedazo por pedazo en este periodo.
En los primeros años de la década de 1930, Alemania y la República de China se hicieron socios muy cercanos en las áreas del intercambio industrial y militar. La Alemania nazi proveyó la más grande proporción de importaciones de armas y pericia técnica chinas. Después del incidente del puente de Marco Polo del 7 de julio de 1937, China y Japón se enfrascaron en una guerra a gran escala que duró hasta 1945. En un principio, Alemania no denunció los crímenes de guerra en China, tales como la Masacre de Nankín de 1937. No obstante, Alemania reconoció también que Japón era más capaz de luchar contra la Unión Soviética, y la cooperación con China se rompió en mayo de 1938. La Unión Soviética, deseando mantener a China en la lucha contra Japón, apoyó a China con algo de asistencia militar hasta 1941, hasta que cesó la lucha con Japón para así prepararse para la guerra contra Alemania.
A pesar de que China había estado luchando más tiempo que cualquiera de las fuerzas aliadas, sólo se unió a los Aliados, de manera oficial, después del ataque a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. Chiang Kai-shek sintió que la victoria aliada estaba asegurada con la entrada de los Estados Unidos en la guerra y declaró la guerra a Alemania y a las otras naciones de las Potencias del Eje. Sin embargo, la ayuda aliada permaneció baja mientras se cerraba el camino a Birmania y sufrieron una serie de derrotas militares contra Japón en el comienzo de la campaña. El grueso de ayuda militar no llegaría hasta la primavera de 1945. Más de 1.5 millones de tropas japonesas fueron atrapadas en el teatro de operaciones de China; las tropas que de otra manera pudieron haber sido desplegadas en otra parte, tenían a China colapsada e hicieron una paz separada con Japón.
El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. El Reino Unido y Francia le dieron dos días a Alemania para retirarse de Polonia. Una vez que pasó la fecha límite, el 3 de septiembre, el Reino Unido, Australia, y Nueva Zelanda le declararon la guerra a Alemania, seguidos rápidamente por Francia, Sudáfrica y Canadá. En la madrugada del 1 de septiembre de 1939, sin previa declaración de guerra, invadió Polonia desde varios puntos del oeste del país. El 17 de septiembre, la Unión Soviética, siguiendo su acuerdo secreto con Alemania, invadió Polonia desde el este, convirtiendo las defensas polacas en un caos mediante la apertura de un segundo frente. Alemania y Unión Soviética ocuparon todo el territorio polaco en tan solo 36 días. Como consecuencia de la Campaña de Septiembre, la Polonia ocupada consiguió crear un poderoso movimiento de resistencia y contribuyó con fuerzas militares significativas al esfuerzo aliado durante el resto de la Segunda Guerra Mundial.
El Reino Unido fue el principal enemigo de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Luego de la invasión nazi a Polonia, el 1 de septiembre de 1939, los británicos (junto con los franceses), fueron los primeros en declararle la guerra a Hitler el día 3. Posteriormente, Mussolini, el aliado de Hitler, le declaró la guerra a los británicos. El Reino Unido repudiaba las formas de gobierno de la Alemania nazi e Italia fascista y estaba dispuesta a luchar contra ellos.
Tan pronto como Winston Churchill llegó al poder, el Reino Unido se convertiría en una amenaza para Alemania. A causa de esto, los alemanes mantuvieron una cruenta guerra aérea, a consecuencia de esto Reino Unido inicia una campaña de bombardeo sistemático a las zonas industriales y principalmente a la población civil alemana. Los británicos también se enfrentaron con los italianos y alemanes en el norte de África, y al Imperio del Japón, que atacó las colonias británicas en Asia y el océano Pacífico.
Al igual que Reino Unido, Francia declaró la guerra a Alemania después de la invasión a Polonia, luchando contra los alemanes e italianos entre 1939 y los inicios de 1940. Sin embargo, después de la batalla de Francia, los alemanes invadieron y dominaron la nación, convirtiéndola en un aliado obligado, y aunque en el sur del país se estableció un gobierno autónomo conocido como Francia de Vichy, los nazis no permitieron alianza entre este y los británicos. Cabe destacar, que durante la ocupación alemana de Francia, Charles de Gaulle estableció un gobierno en el exilio conocido como Francia Libre, el cual proporcionaba una minoritaria ayuda a los aliados.
Después de la batalla de Normandía y la liberación de Francia, en el año 1944, los alemanes fueron expulsados del territorio y los franceses volvieron en totalidad al lado de los Aliados, quedándose con ellos hasta el final del conflicto.
El 23 de agosto de 1939, la Alemania nazi y la Unión Soviética firmaron el Pacto Ribbentrop-Mólotov, por el cual se repartía a Polonia en dos partes: una para cada quien. El 1 de septiembre, Hitler invadió Polonia por el oeste y el 17 de septiembre, Stalin invadió Polonia por el este.
El 30 de noviembre de 1939, la Unión Soviética invadió Finlandia, pero los finlandeses lograron frenar el avance, pero tuvo que cederle territorios a la Unión Soviética. El 14 y 17 de junio de 1940, la Unión Soviética anexó las repúblicas bálticas y el 28 de junio y 4 de julio ocupó Besarabia y el norte de Bukovina.
En octubre y noviembre de 1940, la Alemania nazi y la URSS mantuvieron unas negociaciones para la incorporación de esta última en el Eje, que no prosperaron al no ponerse de acuerdo las partes sobre las condiciones de dicha incorporación. (Véase en:German–Soviet Axis talks.) El 18 de diciembre, el Führer firmó la Directiva n.º 21, denominada «Operación Barbarroja», donde se declaraba la invasión relámpago de la Unión Soviética, que debía ser aniquilada, teóricamente, en una sola campaña de apenas un par de meses.
Finalmente, el 22 de junio de 1941, Alemania y sus estados satélites invadieron la Unión Soviética, iniciando lo que allí se vino a llamar la Gran Guerra Patria. A continuación, la Unión Soviética pasó a formar parte de los Aliados de la Segunda Guerra Mundial.
Desde entonces, los alemanes debieron luchar ahora en un enorme frente oriental contra la Unión Soviética y debieron a su vez asumir la penosa carga de las innumerables bajas por los combates en dicha nación. Entre los alemanes y soviéticos se vivieron las batallas más crueles y sangrientas de toda la Segunda Guerra Mundial y la historia humana, devastando ciudades y asesinando a millones de personas. La invasión de la URSS desfavoreció completamente a los alemanes y propició la derrota de la Alemania nazi en la guerra.
Estados Unidos apoyaba a los aliados, aunque no entró en guerra hasta diciembre de 1941, cuando el Imperio del Japón (aliado de los alemanes e italianos) atacó la base de Pearl Harbor en Hawái, los estadounidenses entraron inmediatamente en guerra junto a los Aliados y ayudó en los combates a los británicos. Luego de que los Estados Unidos declararan la guerra a los japoneses, Alemania y el Reino de Italia, los aliados del Imperio de Japón, declararon la guerra a los estadounidenses, configurando oficialmente los bandos hasta el final del conflicto.
La entrada de los Estados Unidos a la guerra fue muy decisiva, pues este país no estaba desgastado como los demás países beligerantes y se encargaría de ayudar al Reino Unido y la Unión Soviética en su lucha contra Alemania, además de batallar también contra el Reino de Italia. Pero también, se encargaría de detener y hacer retroceder el avance del Imperio del Japón por el océano Pacífico, luchando contra los japoneses isla por isla.
Finalmente, los estadounidenses lograron colaborar en la rendición del Reino de Italia; debilitaron y ayudaron a derrotar a la Alemania nazi a través de bombardeos y tras fuertes batallas, y finalmente tras los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki vencieron al Imperio del Japón.
El 1 de septiembre de 1939. con la invasión de Alemania a Polonia dio inicio la Segunda Guerra Mundial. Alemania inició la operación, mientras Reino Unido, Francia, Australia y Nueva Zelanda le declararon la guerra a Alemania el 3 de ese mismo mes. Nepal, Terranova, Tonga, Unión Sudafricana y Canadá se unieron en los días posteriores, debido a la unión de la isla británica al conflicto bélico junto al Principado de Andorra. El 17 de septiembre, la URSS invadió Polonia desde el este y el 30 de noviembre, los soviéticos atacaron Finlandia. Al año siguiente, la URSS se anexó los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) junto con partes del Reino de Rumanía. El pacto germano-soviético llegó a su fin con la invasión alemana a la URSS, el 22 de junio de 1941.
Los Estados Unidos se unieron a los Aliados tras el ataque a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. En la Declaración de las Naciones Unidas, el 1 de enero de 1942, se unieron oficialmente 26 naciones como aliadas (la declaración formó también las bases para la ONU).
La alianza informal de los Cuatro Grandes —Reino Unido, la Unión Soviética, los Estados Unidos y China — surgió en la última mitad de la II Guerra Mundial y sus decisiones determinaron la estrategia aliada alrededor del mundo.
Alrededor de 10 000 republicanos españoles lucharon contra el nazismo y el fascismo en las filas de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, a los que habría que sumar los 55 000 que formaron parte de las compañías de trabajadores extranjeros que movilizó el ejército francés.
Los voluntarios españoles estuvieron presentes en las filas de la gran mayoría de unidades francesas libres de tierra y en un número importante de las navales y las aéreas, lo que hace que los exiliados españoles estuvieran presentes en las operaciones en las que intervinieron las tropas que comandaba De Gaulle: desde Dakar, Berchtesgaden, Gabón, Siria, Líbia, El Líbano, Túnez, Italia y la misma Francia.
Hay constancia de la existencia de, al menos, cuatro unidades militares en el ejército francés y en el británico en las que la presencia de republicanos españoles era mayoritaria. Así pues existía la Spanish Company Number One, que combatió en Dunkerque y en Noruega; el Tercer Batallón de Fusileros Marinos formada íntegramente por vascos; el XIV Cuerpo de Guerrilleros Españoles con más de 8000 miembros y que se acabaría convirtiendo en Agrupación de Guerrilleros Españoles; el Tercer Batallón del Regimiento de Marcha del Chad que acabaría jugando un papel capital en la Liberación de París.
Tras la Declaración de las Naciones Unidas, países como México, Colombia, Venezuela y Brasil se unieron a la guerra por ataques por parte de los alemanes a sus navíos, aportando a la guerra participación significativa, la cual ayudó en la recta final de la guerra mundial.
Brasil no fue el único país latinoamericano en enviar tropas a Europa. Naciones como Argentina también participaron. Cinco mil argentinos sirvieron en las Fuerzas Armadas británicas, a pesar de que Argentina era oficialmente un país neutral. Aproximadamente 750 voluntarios argentinos sirvieron en la Fuerza Aérea Real y la Fuerza de Aire Real Canadiense, mayoritariamente en el escuadrón Núm. 164 (argentino) cuyo escudo llevaba el sol de la Bandera de Argentina y el motto, "Determined we fly (Firmes Volamos)" Muchos eran parte de las fuerzas especiales, como John Godwin.
Además Un total de casi 42000 soldados brasileños lucharon en el frente italiano y francés; mientras que México envió al Escuadrón 201 para observaciones, bombardeos y ametrallamiento de posiciones japonesas, vehículos en convoy y emplazamientos de artillería en Filipinas y Formosa, y pactó con Estados Unidos el envío de trabajadores mexicanos a los campos agrícolas y fábricas para compensar la falta de mano de obra debido al correspondiente reclutamiento estadounidense y finalmente Colombia logra hundir al submarino alemán (U-154) que estaba amenazando al canal de Panamá utilizando una fragata misilera (RC CALDAS) expulsando a los alemanes de este canal. Algunos países como Paraguay, enviaron tropas nacionales a luchar dentro del Ejército Brasileño.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Fuerza Aliadas durante la Segunda Guerra Munidal (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)