Una herramienta agrícola, también denominada apero de labranza o apero agrícola, es un utensilio o instrumento usado en la agricultura con una o ambas manos. Es necesaria para llevar a cabo tareas como desbrozar, labrar, cavar, preparar y acondicionar la tierra; mover, cargar y transportar materiales; sembrar y plantar, regar, abonar, limpiar y mantener; podar, segar, cosechar y recolectar; trillar, cribar, seleccionar, desecar y moler, entre otras. No debe confundirse con la maquinaria agrícola, normalmente de gran complejidad técnica.
Las primeras herramientas agrícolas, que específicamente pueden calificarse como tales, acompañan el desarrollo de la agricultura desde el período neolítico, hace unos 8000 años. Ya entonces hay datación de herramientas usadas para las labores de siembra, recolección, secado y almacenaje de cereales y otros cultivos. Algunos restos han podido encontrarse en los yacimientos arqueológicos del neolítico, excavados en Europa, el Cercano Oriente o [[Iberoamérica Estas fuentes han servido para determinar que los primitivos labradores europeos utilizaban azadones de piedra con mangos de madera, en tanto que los agricultores precolombinos se servían de un palo largo acabado en punta para enterrar los granos de maíz.
Las herramientas eran simples instrumentos hechos de madera, piedra, asta o hueso. Aparecen hachas, azadas y otras herramientas para el trabajo de la tierra, el corte de la mies y la limpieza de zonas arbustivas para la siembra. Los primeros arados aparecieron hace unos 3.500 años y son una evolución de la azada a la que se añade un tiro, humano y posteriormente animal, para facilitar el volteo profundo de la tierra.
La permanencia hasta la actualidad de muchas de aquellas herramientas en sus estructuras fundamentales es un hecho sorprendente. La mayoría de las herramientas; con la evidente incorporación de piezas metálicas, que se iniciaría débilmente en la Edad del Cobre, ya que este metal no mejora la resistencia del sílex, siguió con la Edad del Bronce y se extiende y generaliza en la Edad del Hierro —el hierro aporta la necesaria dureza a los instrumentos agrícolas lo que les hace muy eficaces—; perviven en su integridad y extensión de uso hasta la Revolución Industrial y la aparición de maquinaria agrícola. Aún hoy, siguen siendo necesarias en tareas secundarias en el medio agrícola industrializado y fundamentales en muchas otras regiones, sobre todo de países pobres y poco industrializados.
La preparación del terreno previo a la siembra es vital para luego obtener buenas cosechas. El suelo compactado debe romperse y removerse para oxigenarlo. También se debe destruir la maleza y los rastros de cultivos anteriores para acelerar desarrollo y prevenir de enfermedades. Los principales implementos utilizados en esta etapa son: subsoleadores, arados, cultivadores, gradas, palas, recolectores de piedra y niveladores. La diferencia entre estos está en la profundidad con que remueven el suelo, siendo el subsoleador el que penetra más profundo.
Las gradas o escarificadores pueden ser de puntas, de arrastre o de discos. Las gradas de arrastre han caído en desuso, a favor de las gradas de disco.
Para la siembra y fertilización durante la siembra, las principales herramientas utilizadas son: esparcedores de semilla, sembradores, emplasticadores de camas, y trasplantadores.
Para la fertilización y control de plagas, después de la germinación de las plantas se utilizan: cultivadores, esparcedores de fertilizante, fumigadores, esparcedores de estiércol y terragator.
Para la irrigación: pivote.y también para nada
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