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OICE



La Organización de Izquierda Comunista (OIC) fue un partido político de España fundado en 1974. En realidad fue una continuación de los ya existentes Círculos Obreros Comunistas (COC), cuyas raíces, a su vez, estaban en el Front Obrer de Catalunya (FOC), la versión catalana del Frente de Liberación Popular (FLP o FELIPE). A este tronco principal cabe añadir diversos grupos cristianos obreros, como los Grupos Anticapitalistas de Base (GAB) cordobeses, impulsados por trabajadores procedentes de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), rama juvenil de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Otro grupo que también confluyó en OIC fueron los Núcleos Obreros Comunistas (NOC) vascos.

Fue legalizado el 27 de septiembre de 1977, estando ubicada su primera sede oficial en la madrileña calle de Boltañá 60.[1]

Originalmente, tomó el nombre de Organización de Izquierda Comunista de España (OICE), perdiendo su última sigla en 1977 cuando pasó a definirse como marxista-leninista. Hasta esa fecha se había movido en el marco del llamado marxismo revolucionario, opuesto al estalinismo e inspirado en Marx, Engels, Lenin, Rosa Luxemburgo, Antonio Gramsci, György Lukács y León Trotsky. En uno de sus documentos fundacionales, el Anteproyecto (el otro fue el llamado Documento de Vigo), se establecía el carácter socialista del proceso político subsiguiente a la crisis final del franquismo y, en consecuencia, se postulaba un esquema opuesto a las propuestas consideradas reformistas del PCE o al etapismo de raíz estalinista del maoísmo ortodoxo. Mientras la concepción directamente socialista del proceso político tenía su fundamento en la teoría de la revolución de Lenin y en los conceptos de la "revolución permanente" de Trotsky, el consejismo y la oposición a la participación en las instituciones "burguesas" se inspiraban en Gramsci y en el Lukacs de "Historia y conciencia de clase" (1923). En gran medida, su organización histórica de referencia era el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), de filiación marxista no estalinista. En esta primera etapa, la organización política española más afín fue Acción Comunista (AC), con la que concurrió junto con la LCR y el POUM a las elecciones de 1977 en la coalición del Frente por la Unidad de los Trabajadores (FUT), que no obtuvo ningún parlamentario.

En sus inicios, no tuvo ninguna organización sindical de referencia; más bien optó por una teorización anti-sindicatos, proponiendo el impulso de elementos de democracia directa (asambleas y comisiones representativas)en los centros de trabajo. No obstante, impulsó una organización para-sindical, que localmente obtuvo cierta implantación y protagonizó activamente destacados procesos reivindicativos (Vallés Oriental, Vitoria, Córdoba, Valencia, etc.). Durante una etapa defendió un modelo de sindicalismo unitario (la CUT, o Central Única de Trabajadores) vinculado a sus concepciones de ruptura socialista. Una vez evidenciada la implantación con éxito del modelo sindical de la transición promovido por los partidos mayoritarios de la izquierda, propugnó una postura ecléctica respecto a los sindicatos existentes, dependiendo de la situación laboral concreta de sus militantes. Así, no era extraño toparse con militantes de OIC trabajando en UGT, USO y, en mayor medida, en CCOO. Tras su fusión con el MC, Comisiones Obreras pasó a ser su referencia sindical indiscutible.

Con la evolución iniciada en 1976 hacia posiciones más cercanas al marxismo-leninismo tradicional, el partido abandonó algunos de los aspectos más izquierdistas del consejismo, con raíces teóricas en el marxismo revolucionario europeo de entreguerras, y se inició un proceso de cambio interno en el seno de la organización que conduciría a la fusión con el MC.

Los planteamientos consejistas originales tomaban base en los siguientes principios, radicalmente opuestos al estalinismo y al marxismo-leninismo más dogmático:

Su primer secretario general fue Dídac Fàbregas, que utilizó el "nombre de guerra" de Jerónimo Hernández. El 11 de enero de 1978 dimitió de su cargo de Secretario General al producirse una votación mayoritaria en la ejecutiva federal en la cual se le exigía la fusión con el Movimiento Comunista de España. Cuatro días después en una carta dirigida a la Comisión Ejecutiva Federal renunciaba a su militancia. En enero de 1978 ingresó en el PSC (Congrés) siendo nombrado responsable del Comité Nacional de Política Municipal y Urbana de dicho partido.

En 1979 la OIC fue absorbida por el Movimiento Comunista de España como organización, lo que motivó que una parte importantísima de sus antiguos fundadores y de muchos dirigentes históricos abandonaran dicha organización para militar más tarde en el PCE-PSUC y en el PSOE.

Su relevancia política fue menor que su incidencia real en los movimientos obreros y populares. Tuvo presencia e influencia en el movimiento obrero de El Vallés Oriental, Tarragona, Ford de Almussafes y en la construcción de Madrid, Illes Balears, Córdoba, Granada y Camp de Morvedre (Valencia). En Mallorca una parte mayoritaria de la OIC se incorporó en el PSM Partit Socialista de Mallorca.

En Granada, a través de las Plataformas Unitarias de Estudiantes, una organización previa surgida de los círculos de la editorial ZYX, fue una de las organizaciones más activas y creativas en el ámbito universitario en la fase inmediatamente anterior a la transición. Con ella proclamaron la insubordinación universitaria creando en el año 1976 la "universidad paralela", donde los estudiantes en huelga se daban clase a sí mismos, prescindiendo del profesorado.

En el año 2016 ha surgido una organización con el mismo nombre, plataforma autodenominada como difusión de las ideas marxistas libertarias, denotando cierta tendencia al consejismo.

Su rama juvenil fueron las Juventudes de Izquierda Comunista (JIC), uno de cuyos miltantes, Iñaki Elicechea, tuvo cierta relevancia al ser protagonista de una campaña de la organización para su puesta en libertad, tras ser arrestado mientras cumplía el Servicio Militar, por tenencia de propaganda subversiva en su taquilla.

Cuando aún se denominaba COC, adoptaba, al lado de las siglas, la silueta de una hoz con el martillo, compacta y algo rechoncha. Se desconoce el color de esta silueta, que aparecía en negro por obvias razones de economía de medios.

Más tarde, convertida ya en OIC, adoptó una imagen corporativa ciertamente barroca, consistente en una estrella de cinco puntas con una hoz y martillo y un puño cerrado superperpuestos. Los colores de estos tres elementos eran vacilantes, con la probable salvedad del puño, que solía ser casi siempre blanco.

Actualmente utiliza las siglas OIC utilizando como punto sobre la "I" una estrella con una hoz y un martillo.



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