En macroeconomía , el producto interno bruto (PIB), conocido también como producto interior o producto bruto interno (PBI), es una magnitud macroeconómica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país o región durante un período determinado, normalmente de un año o trimestrales.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define el PIB como: "una medida agregada de producción igual a la suma de los valores brutos agregados de todas las unidades residentes e institucionales dedicadas a la producción y los servicios (más impuestos y menos subsidios, sobre productos no incluidos en el valor de sus productos)". Una publicación del FMI establece que "el PIB mide el valor monetario de los bienes y servicios finales, que son comprados por el usuario final, producidos en un país en un período de tiempo determinado (por ejemplo, un trimestre o un año )".
El PIB es usado como objeto de estudio de la macroeconomía. Su cálculo se encuadra dentro de la contabilidad nacional. Para su estimación, se emplean varios enfoques complementarios. Tras el pertinente ajuste de los resultados obtenidos, en forma parcial, resulta incluida en su cálculo la economía sumergida.
No obstante, existen limitaciones a su uso, además de los mencionados ajustes necesarios para la economía sumergida, el impacto social o ecológico de diversas actividades puede ser importante para lo que se esté estudiando, y puede no estar recogido en el PIB. Existen diversas medidas alternativas al PIB que pueden ser útiles para determinadas comparaciones.
El PIB es una magnitud denominada "flujo" que contabiliza solamente los bienes producidos o servicios prestados durante la etapa de estudio.
El significado de flujo o corriente se contrapone al de fondo o stock. El primero se refiere a un periodo (día, semana, mes, año, etc.), que, además, debe expresarse de forma clara, si bien en muchos casos ante su difusión y empleo generalizado, dicho periodo puede sobreentenderse. Así, por ejemplo, los ingresos de una persona son una corriente o flujo ya que hay que explicar el periodo en el que se han obtenido. Por tanto las corrientes o flujos tienen una clara dimensión temporal. En el lado opuesto, están los fondos o stocks que carecen de ella, aunque exista una referencia a un punto del tiempo. El patrimonio de una persona sería un ejemplo de variable fondo.
El PIB mide únicamente la producción final y no la denominada producción intermedia, para evitar así la doble contabilización. Al hacer referencia a bienes y servicios finales, quiere decir que no han de ser tomados en cuenta aquellos bienes elaborados en el periodo para su utilización como materia prima para la fabricación de otros bienes y servicios. Por lo tanto, dentro de bienes y servicios finales se incluyen aquellos producidos en el periodo que, por su propia naturaleza, no se van a integrar en ningún otro proceso de producción, así como aquellos otros bienes que no han llegado a integrarse en el proceso productivo a final del ejercicio aunque estaban destinados a ello.
El producto interno bruto (PIB) es el valor total de la corriente de bienes y servicios finales. Ya que el Producto Interno es un agregado (suma total de numerosos componentes), las unidades de medida contenidas en él son heterogéneas (toneladas, kilovatios-hora, etc.). Para obtener un valor total, es preciso transformarlos a términos homogéneos, lo que se consigue dando valores monetarios a los distintos bienes y servicios. El Producto Interno es, pues, el resultado de una multiplicación, en la que participan dos grandes factores: uno real, formado por las unidades físicas, bienes y servicios; otro monetario, integrado por sus precios. Así, se concluye que un país aumentaría su Producto Interno en un porcentaje simplemente por haber crecido el nivel general de precios en ese mismo porcentaje. Para evitar las distorsiones que este fenómeno provoca en las comparaciones intertemporales, se recurre al PIB en términos reales, que no se afecta por las modificaciones en los precios, ya que las unidades físicas se valoran siempre tomando como referencia los precios en un año base. Para hallar el PIB real, se divide el PIB nominal por un índice de precios conocido como deflactor del PIB.
Las macromagnitudes se utilizan para medir las operaciones y flujos que tienen lugar en la economía de un país o una región determinada, lo que permite tener una visión de conjunto de la economía de ese país. El PIB constituye la magnitud económica de la que parten todas las demás.
Existen otros tipos de macromagnitudes que se obtienen a partir del PIB como el Producto Nacional Bruto, que difiere del PIB en que solo considera la cantidad flujo de bienes y servicios producidos por ciudadanos de un país, mientras que el PIB no tiene en consideración el criterio de nacionalidad o la Renta nacional que mide la remuneración de los factores productivos de un país.
El cálculo de valor monetario de los bienes producidos, incluidos en el PIB, puede realizarse mediante dos formas diferentes:
La valoración a precios de mercado se realiza incluyendo los impuestos indirectos y las subvenciones a la explotación, mientras que la valoración a coste de los factores no incluyen estas cantidades. La relación entre ambos se obtiene restando al PIB valorado a precio de mercado, los impuestos indirectos ligados a la producción (Ti) y sumándole las subvenciones a la explotación (Su) y así se obtiene la valoración a coste de los factores.
Simon Kuznets (1901-1985), creador del sistema estadounidense unificado de contabilidad nacional, había trabajado en la relación entre crecimiento económico y distribución de ingreso, fue el inventor del PIB (Producto interno bruto). Sin embargo, el mismo Kuznets fue siempre muy crítico con la pretensión de medir el bienestar exclusivamente sobre la base del ingreso per cápita derivado del PIB. En un discurso ante el congreso estadounidense en 1934 advertía que:
Sin embargo, sus advertencias fueron ignoradas y tanto economistas como políticos siguieron equiparando prosperidad y crecimiento del PIB per cápita. Así años más tarde en su declaración ante el congreso amplió sus críticas cuando declaró:
Kuznets y sus aportaciones en macroeconomía lo llevaron a ganar el Premio en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, en 1971, por sus labores en el estudio del crecimiento económico. Murió en 1985.
Se conoce como «Producto interno bruto» a la suma de todos los bienes y servicios finales que produce un país o una economía, elaborados dentro del territorio nacional tanto por empresas nacionales como extranjeras, y que se registran en un periodo determinado (generalmente un año).
El PIB puede calcularse a través de tres procedimientos:
En el enfoque basado en gastos, el PIB se mide sumando todas las demandas finales de bienes y servicios en un período dado. En este caso se está cuantificando el destino de la producción. Existen cuatro grandes áreas de gasto: el consumo de las familias (C), el consumo del gobierno (G), la inversión en nuevo capital (I) y los resultados netos del comercio exterior (exportaciones-importaciones). Obsérvese que las exportaciones netas son iguales a las exportaciones (X) menos las importaciones (M). Desde el punto de vista del gasto o demanda, el PIB resulta ser la suma de los siguientes términos:
Donde PIBpm es el producto interno bruto valorado a precios de mercado, C es valor total del consumo final nacional,G es el consumo de la administración pública, I es la formación bruta de capital también llamada inversión. X es el volumen monetario de las exportaciones y M el volumen de importaciones. Si se tiene en cuenta la existencia del sector público se distingue entre consumo e inversión privadas y gasto público en adquisición de bienes y servicios: G, entonces modificamos la fórmula:
Este enfoque suma los ingresos de todos los factores que contribuyen al proceso productivo, como por ejemplo, sueldos y salarios, comisiones, alquileres, derechos de autor, honorarios, intereses, utilidades, etc. El PIB es el resultado del cálculo por medio del pago a los factores de la producción. Todo ello, antes de deducir impuesto
Donde RL representa los salarios procedentes del trabajo, RK las rentas procedentes del capital o la tierra, Rr los intereses financieros, B los beneficios, A las amortizaciones, Ii los impuestos indirectos, Sb los subsidios
En términos generales, el valor agregado o valor añadido, es el valor de mercado del producto en cada etapa de su producción, menos el valor de mercado de los insumos utilizados para obtener dicho producto; es decir, que el PIB se cuantifica a través del aporte neto de cada sector de la economía.
Según el enfoque del valor agregado, la suma de valor añadido en cada etapa de producción es igual al gasto en el bien final del proceso de producción.
Un ejemplo puede ayudar a ilustrar este enfoque. Tomemos el caso del PIB producido en el sector petrolero. Supongamos que una compañía produce petróleo crudo que vende a una refinería, que a su vez produce gasolina. El petróleo crudo se vende por 20$ por barril a la refinería, y esta vende el producto terminado en 24 $ por barril. Para calcular el valor agregado producido en cada etapa del proceso de producción, se distinguirá:
La tasa de variación del producto interno bruto es el incremento o disminución que experimenta este en un periodo de tiempo determinado, normalmente un año. Se utiliza para medir el crecimiento económico de un país. Es el cociente entre el PIB del año n y el PIB del año (n-1) expresado en porcentaje. La tasa de variación en año n (%) tn viene dada por:
Donde el PIB usado es usualmente el PIB real ya que así se puede medir el crecimiento real de la economía dejando a un lado los efectos inflacionistas o deflacionistas.
El PIB per cápita (también llamado renta per cápita, ingreso per cápita o PIB por habitante) es una magnitud que trata de medir la riqueza material disponible. Se calcula simplemente como el PIB total dividido entre el número de habitantes (N):
La diferencia entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el Producto Nacional Bruto (PNB) procede de la medición de la producción que hacen ambas magnitudes, mientras que el PIB cuantifica la producción total llevada a cabo en un país, independiente de la residencia del factor productivo que la genera; en el PNB, por el contrario, solo se incluyen los productos o servicios obtenidos por factores productivos residentes en el país de medición. A título de ejemplo si un actor, residente en México, se desplaza hasta Estados Unidos para hacer una película en este país, este servicio se incluirá en el PIB de Estados Unidos y no en el de México. Por el contrario se incluirá en el PNB de México, su país de residencia, pero no en el de Estados Unidos.
El ahorro, la inversión y la balanza comercial son tres magnitudes flujo que satisfacen una identidad muy simple:
(EF)
Esta sencilla identidad puede deducirse a partir del concepto de renta nacional o cantidad de bienes y servicios disponibles en una economía nacional:
(*)
Donde:
El primer término respresenta el origen de los dos componentes de la renta nacional: los bienes producidos por el propio país (PIB) y los bienes producidos fuera del país o importaciones (M). El segundo término representa los tres posibles usos de dichos bienes: ser consumidos, ser invertidos o ser exportados fuera del país. En una economía cerrada el ahorro iguala a la inversión, es decir, el ahorro destinado a la adquisición de bienes de capital se convierte en inversión. Sin embargo, en una economía nacional abierta que exporta e importa bienes del extranjero la inversión y el ahorro en general no serán exactamente iguales, esto puede verse reescribiendo la (
) como:
Y definiendo el ahorro más específicamente como la diferencia entre el PIB y el consumo entonces se tiene que la última ecuación es precisamente la ecuación (
). Dicha ecuación predice que en un país el ahorro únicamente puede superar a la inversión si las exportaciones superan en valor a las importaciones.El PIB es usado frecuentemente como una medida del bienestar material de una sociedad. Eso motiva que políticamente se usen las cifras de crecimiento económico del PIB como un indicador de que las políticas económicas aplicadas son positivas. Sin embargo tanto Simon Kuznets, uno de los creadores de la contabilidad nacional que dio lugar al uso del PIB como indicador económico, como numerosos autores posteriores, han criticado el uso del PIB como sinónimo de bienestar social.
Ciertamente existen algunas correlaciones positivas entre PIB y medidas claramente relacionadas con el bienestar social, especialmente en países de bienestar o el desarrollo de un país:
Por todas estas consideraciones, se suele interpretar el PIB según su evolución: es decir, si es ascendente durante un período, la economía estará creciendo, si descendiera, estaría en recesión. La comparación entre años permite reducir los errores, pues lo que no se tuvo en cuenta un año (como el trabajo en negro), tampoco se tiene al siguiente.
Al respecto la opinión del profesor Joseph Stiglitz (Premio en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel) sobre el PIB:
Debido a estas críticas se han propuesto medidas relacionadas con el PIB, que contabilicen las externalidades negativas y el efecto de la actividad económica sobre el medio ambiente, para tener una medida más inclusiva y más directamente relacionada con el bienestar social, como por ejemplo el Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES).
Algunos economistas se refieren a este PIB verde como a una modificación del PIB convencional, restándole el valor (si es a la baja) de los recursos naturales deteriorados. Este método de contabilidad pretende un mayor realismo en saber si una actividad económica aumenta o reduce la riqueza nacional. En 2004, Wen Jiabao anunció que un PIB verde (green GDP) reemplazaría el PIB convencional en las decisiones del Partido Comunista de China. Finalmente, esta decisión fue abandonada ya que las disminuciones de PIB tras la corrección eran tan grandes que resultó políticamente inaceptable.
Además, cuantificar la contaminación, los residuos, la deforestación o desertificación, entre otros fenómenos es muy complejo.
Este índice es una combinación de las estadísticas de:
Este índice es una combinación estadística de ingreso medido por PNB, educación y salud ajustados por desigualdad dando un índice más realista del desarrollo humano en cada país.
El índice del planeta feliz es un índice alternativo de desarrollo, bienestar humano y ambiental. El índice está diseñado para medir el desarrollo de los países con base en la expectativa de vida, la percepción subjetiva de felicidad y la huella ecológica.
La huella ecológica y la huella hídrica son indicadores no tanto de desarrollo social sino de sostenibilidad de dicho desarrollo social. Dicho de otra manera, si uno de los indicadores de tipo "huella" tiene valores altos, se considera que a largo plazo indicadores sociales como el IDH o el PIB pueden verse afectados negativamente, al condicionar formas de actividad económica nocivas que acabarán teniendo externalidades negativas considerables.
Las propuestas de inclusión o exclusión de apartados económicos o socioeconómicos suponen una crítica a la tradicional construcción de las variables del PIB.
Para la economista Mariana Mazzucato en los Sistemas de contabilidad nacional (SCN) contemporáneos subyace la teoría del valor marginalista que conlleva una atribución indiscriminada de la productividad a cualquiera que se haga con unos grandes ingresos, en tanto que subestima la productividad de los menos afortunados. Al hacerlo, justifica desigualdades excesivas en ingresos y riqueza y convierte la extracción de valor en creación de valor. Para Mazzucato la confusión entre precio y valor lleva a considerar que cualquier actividad que pueda intercambiarse por un precio que considera que aporta valor al PIB y son los constables del SCN quienes determinan ideológicamente -combinan la utilidad marginal con la estadística posible y el 'sentido común'- que es el PIB.
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