Un valor de cambio es cómo en el mercado, se considera una mercancía, a un bien económico que, además de poseer valor de uso posee valor de cambio porque su ideal es ser intercambiado por valores de uso diferentes. Por extensión, también se usa valor de cambio como sinónimo de precio de mercancía. También se le llama así cuando no conduce a confusión, simplemente a un valor. El filósofo Aristóteles fue uno de los primeros en distinguir entre el valor de uso y el valor de cambio.
El valor de cambio es central en la teoría del valor-trabajo, actualmente sostenida casi exclusivamente por el marxismo y algunas tendencias socialistas, y antaño por las corrientes de la economía política inglesa y los socialistas neoricardianos. En cambio, la teoría del valor subjetivo, sostenida actualmente por la casi totalidad de las escuelas y tendencias liberales, no considera relevante el concepto y lo ha dejado mayormente de lado, fundamentalmente debido a que no existe en dicha teoría una diferencia importante entre valor de uso (utilidad) y valor de cambio (costo).
Es preciso reducir los valores de cambio de las mercancías a algo que les sea común. Debido a que el intercambio asume la forma de una ecuación (por ejemplo, X zapatos = Y cigarrillos), el valor de cambio es una cantidad, y no una cualidad, como sí es el valor de uso (el uso de un zapato no guarda ninguna relación, menos aún una relación medible, respecto al uso de un cigarrillo).
Este "algo común" que a su vez debe ser un "algo mensurable" (medible) no puede ser una propiedad natural de las mercancías; ésta solamente se tiene en cuenta en el valor de uso. Lo único que tienen en común es ser útiles y haber sido creadas por trabajo humano. Mientras la utilidad es imposible de medir, sí lo es el gasto de fuerza de trabajo que ha sido empleada. Para poder reducir el objeto a una misma expresión o proporción, se tiene en cuenta solamente la cantidad de trabajo humano que contiene dicho objeto, sin tener en cuenta los componentes físicos o químicos del mismo. Este trabajo es expresado en el tiempo que lleva producir un determinado bien.
Karl Marx entonces señala que solamente se considera el tiempo de trabajo socialmente necesario, que es el tiempo requerido de producción en las condiciones medias vigentes en una sociedad y con el grado medio de destreza del trabajador. Recién teniendo en cuenta todos estos requisitos podemos determinar la magnitud de valor.
Dentro de la magnitud de valor de una mercancía tal como es producida en general en el modo de producción capitalista, es decir, dentro del marco de la acumulación, pueden ser diferenciados tres montos de horas de trabajo:
Existen diversos tipos de costos de cambio; para ordenarlos, se utilizara la taxonomía presentada por Klemperer (1995). A pesar de que como en cualquier clasificación, esta puede resultar no exhaustiva, provee una adecuada forma de ordenar el origen de los distintos tipos de costos de cambio. De acuerdo con esta clasificación, los costos de cambio se pueden clasificar de la siguiente manera.
Antes de que existiera la portabilidad numérica, que permite que los usuarios de teléfonos móviles mantengan su número cuando se cambian de proveedor, los consumidores enfrentaban altos costes de cambio.
Así por ejemplo, además de los costes de búsqueda y de aprender a utilizar un nuevo equipo, los consumidores enfrentaban el coste de tener que informar a todos sus amigos, colegas y familiares del nuevo número asignado. Además, ante la posibilidad de perder llamadas importantes (por ejemplo de ofertas de trabajo u organismos oficiales), muchos consumidores preferían no cambiarse de proveedor.
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