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Ricardo Rodolfo Maduro Joest



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Ricardo Rodolfo Maduro Joest cumple los años el 20 de abril.


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Ricardo Rodolfo Maduro Joest nació el día 20 de abril de 1946.


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La edad actual es 78 años. Ricardo Rodolfo Maduro Joest cumplió 78 años el 20 de abril de este año.


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Ricardo Rodolfo Maduro Joest (Panamá, Panamá, 20 de abril de 1946) es un político y empresario hondureño de padre panameño y madre de origen hondureño. Fue el 6.º presidente constitucional de la República de Honduras desde la constitución de 1982,[2]​ entre el 27 de enero de 2002 y el 27 de enero de 2006.

Durante su gobierno, combatió con resultados dudosos la violencia de las pandillas juveniles y obtuvo éxitos visibles en la estabilización de la economía y la reducción de la deuda externa, pero dejó intacto el problema de una pobreza de enorme magnitud. Adhirió a Honduras al CAFTA y despachó tropas al Irak.[3]

Maduro nació en Panamá, de donde su padre es oriundo y mantenía actividad profesional. Su familia se estableció definitivamente en Tegucigalpa a finales de los años cuarenta, donde Ricardo Maduro realizó sus estudios primarios. Posteriormente fue enviado a Pensilvania, Estados Unidos, donde curso sus estudios secundarios. Prolongó su estancia hasta obtener su Licenciatura Economía en la Universidad de Stanford en 1969,[4]​ a la que añadió una cualificación de posgrado en Ingeniería Industrial. Tantos años de formación en Estados Unidos le permitieron aprender muy bien el idioma inglés.[3]

A su regreso a Honduras el joven Ricardo Maduro emprendió una boyante carrera empresarial en el sector privado. Se desempeñó como gerente general de la delegación en Honduras de la compañía de fotocopiado Xerox. Se volvió director ejecutivo de Inversiones la Paz en 1976, desde donde fundó, organizó y promovió de manera individual y colectiva varias empresas, como Aquacultivos de Honduras, Granjas Marinas San Bernardo, Jestereo, Comercial Ultramotor, Automundo, Fuji de Honduras, Banco de la Producción, Supermercados Todos, Centro Comercial Multiplazas y el Hotel Camino Real Intercontinental.[4]​ Posteriormente inició sus propios negocios hasta conformar a comienzos de los años ochenta un emporio familiar que en el momento de su postulación presidencial incluía la importación de equipos de consumo, el comercio en los ramos de la alimentación y la automoción, y la acuicultura de camarones, sin descuidar las inversiones en proyectos turísticos e inmobiliarios.[3]

Ricardo Maduro Joest comenzó su carrera política en torno a 1984, como miembro fundador del Movimiento de Unidad y Cambio a lo interno del Partido Nacional de Honduras (PNH),[5]​ que llevó la candidatura de Rafael Callejas, quien perdió ante el liberal José Azcona Hoyo en las elecciones de 1985. El empresario volvió a dirigir la campaña presidencial de Callejas de 1989, quien en esta ocasión se impuso a Carlos Roberto Flores Facussé y gobernó de 1990 a 1994.

El presidente Callejas le retribuyó su eficiente colaboración nombrándole Presidente del Banco Central de Honduras (BCH) y coordinador del Gabinete Económico. Defensor del libre mercado y de las des-regulaciones gratas al modelo neo-liberal, Maduro fue el encargado de diseñar y luego supervisar las medidas cambiarías y fiscales en aras del ajuste estructural de la economía que demandaba el FMI.[4]

En la elecciones de 1993, a petición de Callejas, Maduro renunció a sus aspiraciones de buscar una diputación al Congreso Nacional. El presidente deseaba mantenerlo al frente del BCH, sin embargo, no se opuso a que Maduro se postulara a diputado por Honduras en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), donde logró un escaño. Tras el cambio de gobierno en enero de 1994, Maduro regresó a sus negocios empresariales, así como a ocupar el puesto de primer vocal dentro del Comité Central del PNH.[4]

El 4 de agosto de 1999 Ricardo Maduro anunció su decisión de presentarse a las primarias del PNH del año siguiente. Las encuestas rápidamente lo colocaron con amplia diferencia a la cabeza de los presidenciables, reflejo de una popularidad y una respetabilidad generales que en parte se relacionaban con la condena de la población a la tragedia personal que había vivido dos años atrás, cuando su hijo mayor fue asesinado producto del crimen organizado,[4][6]

Ante la popularidad de Maduro, el gobernante Partido Liberal de Honduras (PLH) emprendió una campaña para destacar su origen panameño y el rechazo a todo lo extranjero.[6]​ Luego que Maduro inscribiera su movimiento Arriba Honduras, el PLH presentó el 6 de octubre de 2000 una impugnación ante el Tribunal Nacional de Elecciones (TNE) pidiendo la revisión de la nacionalidad de Maduro y de los demás aspirantes a la presidencia. Días después, extendió su impugnación cuestionando la nacionalidad de la madre de Maduro. Anteriormente, el 4 de octubre, el TNE había excluido a un precandidato de ese movimiento, por lo que Maduro extendió ese mismo día una carta al Comisionado de los Derechos Humanos, Leo Valladares Lanza, preocupado ante la amenaza de una violación a su derecho de participar como candidato, como parte de una maniobra política del partido de gobierno. El dictamen del Comisionado fue emitido el 19 de octubre, cuando el TSE aun no había decidido sobre la impugnación presentada. Este concluyó como puntos principales:[7][8]

Y recomendó al TSE la inmediata inscripción del candidato nacionalista.

Ante la tensión política generada por la renuencia del TSE de inscribir a Maduro: el 3 de noviembre de 2000 el Gobierno y los dos partidos políticos en confrontación, más dos partidos minoritarios, firmaron un Acuerdo Patriótico, a instancias del presidente Flores. Mediante el Acuerdo se creó una Comisión de 3 juristas: uno nombrado por el PLH, otro por el PNH y otro nombrado de común acuerdo por los dos juristas anteriores; para determinar, entre otros asuntos, la nacionalidad de Maduro. El 22 de noviembre se escogió como tercer jurista al brasileño João Grandino Rodas. Los juristas comenzaron su análisis en Brasilia el 26 de noviembre. El 30 de noviembre, y con la negativa del jurista liberal, la mayoría de juristas determinó que Ricardo Maduro era hondureño de nacimiento y cumplía con los requisitos para ser presidente de la República.[7][9]

Sintiéndose arrinconado por el TSE, Maduro depuso temporalmente sus aspiraciones y designó en su lugar a su jefe de campaña, Luis Cosenza, quien se convirtió en el candidato presidencial "interino" mientras Maduro hacía valer su derecho.[7]​ Cosenza obtuvo el 83 por ciento de los más de 800,000 votos registrados en las primarias.[10]

Maduro asumió la presidencia del Comité Central del Partido Nacional, pues su movimiento ganó las internas, mientras que Cosenza puso su candidatura "a disposición" de su líder. El 12 de marzo de 2001 la mayoría liberal del Congreso aprobó una lectura constitucional que validaba la aspiración de Maduro y al día siguiente el TNE aceptó la renuncia de Cosenza e inscribió a Maduro como ganador de las primarias nacionalistas.[11]

Durante su campaña presidencial, Ricardo Maduro Joest destacó en su perfil de economista competente, bilingüe y con perspectiva internacional, capaz de vender Honduras hacia el exterior y de atraer inversiones. Basado en esto, Maduro se propuso crear un programa de Gobierno sustentado en pilares básicos para el desarrollo del país, como la re-negociación de la deuda externa, la creación de empleo y la reforma del sector educativo pero, fundamentalmente, centró su discurso en la promesa de luchar contra la pobreza y la delincuencia, auténticas lacras de la sociedad hondureña.[12]

El 25 de noviembre de 2001 se llevaron a cabo las elecciones generales. Al final las propuestas hechas por el candidato nacionalista resultaron ser las más atractivas para los votantes. De esta manera, Maduro se impuso a su principal rival, Rafael Pineda Ponce del gobernante Partido Liberal con 52.21% de los votos (1,137,734 votos); contra el 44.26% por ciento de Pineda Ponce.[13]

El 27 de enero de 2002, Ricardo Maduro Joest tomó posesión como sexto presidente constitucional de Honduras desde 1982.[14]​ A la toma de posesión asistieron los presidentes de Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Belice. En su discurso, Maduro prometió que combatiría "con energía" la pobreza y la corrupción, y que reduciría la impunidad de los empleados públicos.

Una vez en la presidencia, Maduro se puso a trabajar inmediatamente en la ejecución de su principal divisa electoral, y a los pocos días ya hubo resultados espectaculares, contradiciendo a los que habían sospechado demagogia en sus promesas de campaña.[4]

El 8 de febrero la policía incautó un formidable arsenal, incluidos lanzacohetes, que escondía una banda de secuestradores y atracadores que operaba en coordinación con los cárteles de la droga de México y Colombia, y que tenían su base de operaciones en Lempira, cerca de la frontera salvadoreña. El capturado jefe de la organización, el salvadoreño José Benedicto Villanueva Ortiz, se le imputó un plan para asesinar a Maduro el 25 de enero, aprovechando su venida a San Pedro Sula para presenciar la toma de posesión del nuevo alcalde.[4]​ Con relación al supuesto atentado a su vida, el presidente Ricardo Maduro declaró que las pruebas presentadas no eran contundentes.[16]

Este éxito inicial alentó al Ministerio de Seguridad Pública, encabezado por Óscar Álvarez, para aplicarse en la persecución de las maras —pandillas violentas típicas de países centroamericanos.[3]​ El 7 de agosto de 2003 el Congreso Nacional de Honduras, liderado por el Partido Nacional, aprobó una reforma al Código Penal para castigar hasta con 12 años de cárcel a los miembros de las maras, se supone la reducción de las acciones de los pandilleros tendentes a agredir físicamente, dañar bienes, amenazar o extorsionar a personas, o cometer cualquier otro acto constitutivo de delito. A los pandilleros que no sean jefes se les pasó a sancionar con una pena “rebajada en un tercio” con respecto al castigo que recibirían los que dirigen a las maras.[17]

Tomando como referencia los tatuajes empleados por los pandilleros para distinguir su condición, la Policía lanzó una vasta redada que sin embargo produjo dos efectos perniciosos. Por un lado, las detenciones masivas de mareros multiplicaron la población carcelaria y aumentaron el riesgo motines y enfrentamientos entre reclusos de bandas rivales, como el que en abril de 2003 devastó la Granja Penal El Porvenir, próxima a La Ceiba, donde 70 reos perecieron víctimas de los disparos o de las llamas en unas circunstancias que no quedaron del todo esclarecidas.[3]

Por otro lado, las propias maras desafiaron al Gobierno de Maduro con actos de salvajismo, como el asesinato indiscriminado de pasajeros de autobuses de transporte urbano, tomados al asalto por comandos de pistoleros que disparaban contra los ocupantes a quemarropa. La peor de estas atrocidades, que dejó 28 cadáveres, tuvo lugar en San Pedro Sula el 23 de diciembre de 2004.[18][3]

El presidente Maduro, condenó estas acciones como hecho de barbarie y cobardía que constituía un ataque contra todos los hondureños y prometió el castigo de los responsables. La Policía Nacional acusó del crimen múltiple a la Mara Salvatrucha y, en efecto, las confesiones de personas detenidas y llevadas ante la justicia confirmaron esto.[3]

La masacre de San Pedro Sula propició un acalorado debate político sobre la oportunidad y necesidad de endurecer aún más el Código Penal, para castigar a los jefes de las maras con penas de hasta 30 años de cárcel e incluso restablecer la pena de muerte —derogada en 1946— para los condenados por delitos de extrema gravedad.[3]

Sus padres son Osmond Levy Maduro Cardoze, judío y miembro de una destacada familia de empresarios y políticos panameños cuyos ancestros eran judíos holandeses emigrados al continente americano, y María Cristina Joest Midence, de nacionalidad hondureña, aunque nativa de Guatemala.[n 1]

Estuvo casado por 25 años con la salvadoreña Miriam Andreu, de quien se divorció en 1996.[19]​ Con ella tuvo 4 hijos: Carolina, Cecilia, Lorena y Ricardo Ernesto. Este último fue víctima del crimen organizado, siendo asesinado a sus 25 años en un intento de secuestro en San Pedro Sula el 23 de abril de 1997.[20][4]​ A raíz de este incidente, el Congreso Nacional aprobó la modificación de la Constitución para introducir la cadena perpetua como pena máxima para los delitos de extrema gravedad.[21]​ Maduro tiene actualmente cuatro nietos.[4]

El último tercio del 2001, mientras se encontraba en campaña presidencial, conoció a la española Aguas Ocaña, quien se desempeñaba como canciller de la embajada de España en Tegucigalpa. Con ella contrajo matrimonio el 10 de octubre de 2002 en una ceremonia íntima a la que no tuvo acceso la prensa.[20]​ Su proceso de divorcio comenzó en enero de 2006, por lo cual Ocaña no acompañó a Maduro al traspaso del mando presidencial el día 27 de ese mes, y al día siguiente ya se encontraba de vuelta en España con los tres hijos que la pareja había adoptado.[19]

Maduro se casó nuevamente el 5 de diciembre de 2009 con la hondureña Melissa Callejas Cantero, después de casi tres años de noviazgo, en una ceremonia a la que tampoco tuvo acceso la prensa. Callejas es fundadora de la joyería Casa de Oro y tiene una hija de un anterior matrimonio llamada Giulia.[22]




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