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Sitio de La Serena



¿Dónde nació Sitio de La Serena?

Sitio de La Serena nació en Chile.


El sitio de La Serena fue un episodio del levantamiento armado de las provincias, acontecido durante los meses de septiembre a diciembre de 1851 en la ciudad chilena de La Serena.

Aunque esta fue una de las tantas luchas fratricidas del siglo XIX en Chile y tuvo en la zona norte un carácter más idealista que práctico, se le considera una de las mayores gestas histórica político-militares de La Serena y la Provincia de Coquimbo;[3]​ debido a que sus defensores, milicias improvisadas de cívicos y mineros, sin preparación militar alguna y que además no contaban con el armamento necesario, lograron enfrentar por varios meses un sitio en inferioridad numérica contra el Ejército central de Chile que incluía en sus filas a oficiales y soldados profesionales, junto a la artillería de algunas naves de la armada inglesa y tropas de mercenarios argentinos enviados desde Copiapó.

A pesar de esta gran diferencia entre las fuerzas beligerantes nunca se logró la rendición de la ciudad.

La importancia de estos hechos bélicos radica en que fueron las últimas expresiones de sublevación en las provincias que pusieron en duda el poder de Santiago para centralizar la vida política y administrativa del país. En los gobiernos posteriores a Montt, no se volverán a producir movimientos de importancia en este sentido, marcando el predominio del centro del país sobre las demás partes del territorio.[4]

La revolución contra el gobierno de Montt se forjó en La Serena debido al pensamiento político liberal reinante en esa ciudad, el excesivo autoritarismo del gobierno y el odio que sentía La Serena hacia el centralismo político y económico de la capital que nunca se extinguió del todo.[5]​ Posiblemente este germen liberal o pipiolo se había gestado con personajes como Clemente Morán a fines de la colonia, y a inicios de la república con los hermanos Campino y José Joaquín Vicuña entre otros. Sin embargo no fue hasta la época del gran desarrollo y descubrimientos mineros en la provincia de Coquimbo con (Arqueros, Tamaya, Brillador, La Fundición Lambert, Guayacán, La Higuera, entre otros), el auge económico y cultural del norte chico, que estas ideas se hicieron más fuertes representadas en ricos empresarios mineros liberales como Pedro Pablo Muñoz y Vicente Zorrilla que llevaron a todas las clases sociales a una revolución contra el gobierno central en torno a ideales que enfatizaban la igualdad y el regionalismo. Es importante también destacar el contacto que tuvieron los alumnos del Liceo de La Serena con los ideales que bogaban por mayores derechos e igualdad social, influenciados por la sociedad que creó Francisco Bilbao en Santiago y este a su vez por los ideales de la revolución francesa.[6]

Por otra parte los serenenses sentían que candidatura de Montt representaba el conservadurismo y la perpetuación de la política centralista. La provincia de Coquimbo, especialmente su capital no veía con buenos ojos esta presidencia que se decía, en vez de una elección democrática nacional, se trataba de una imposición de sectores centralistas ligadas al poder de las clases dirigentes santiaguinas (pág. 106 sitio la serena volantines). Sumado a esto Manuel Montt se había ganado la antipatía local al proferir “dicterios de desprecio contra la provincia de Coquimbo en el congreso”.[7]

En los inicios de la república, las zonas mineras del norte de Chile tenían argumentos suficientes para exigir una mayor autonomía e inversión local, ya que eran ellas las que sostuvieron la economía del país en la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo se tenía la sensación de que la oligarquía agraria, comercial del centro del país se estaba adueñando del Estado de Chile a través de las décadas. Los gobiernos de Prieto, Bulnes y luego Montt fueron afectando los intereses de las zonas mineras. A fines de 1840, impusieron nuevos gravámenes a la minería y un aumento por la Ordenanza de Aduanas. En cambio se dictaron leyes que favorecieron sistemáticamente a los terratenientes de la zona central, como fue el caso, ese mismo año, en una ley que declaraba exentos de impuestos al trigo y la harina (pág. 139 sitio la serena volantines).

Estas fueron algunas razones que gatillaron, al menos en la zona norte, la revolución contra el poder centralizado en Santiago y luego la revolución en Copiapó de 1859.

Para construir las trincheras se desempedraron todas las veredas de granito ubicándolas a modo de base sólida de unas dos varas y media en su alto y ancho, frente a ellas se cavó un foso de una vara y media de profundidad y ancho. En el centro de la trinchera se dejó un portalón abierto para colocar el cañón que debía defenderla. La parte superior de la trinchera estaba coronada por sacos de tierra que se elevaban unas dos o tres varas sobre el cimiento de piedra. Los cuales se iban renovando a medida que el fuego los inutilizaba. Cuatro de las trincheras eran semicirculares de modo que podían hacer fuego a dos calles distintas. En ellas se instaló dos o tres cañones, o bien uno giratorio. En el exterior de las trincheras y a cierta distancia se dispusieron minas terrestres llamadas “infiernillos” compuestas de hasta dos arrobas de pólvora y tarros de metralla. (pág. 301 vic mackena)

La defensa de la ciudad se organizó en torno a nueve trincheras ubicadas en las esquinas de las manzanas perimetrales de la plaza de armas. En ellas se dispusieron diez cañones, uno de calibre 18 libras, tres de calibre 12 libras y el resto de menor tamaño.(pág. 286, el sitio de la serena y la revolución de los libres)

Trinchera n.º 1 Infantería Cívica (Esquina Pedro Pablo Muñoz/ G. Cordovez) compuesta por:

Artillería

El comandante era el sargento mayor graduado Balvino Comella.

Trinchera n.º 2 Infantería Cívica (Esquina Pedro Pablo Muñoz/ A. Prat) compuesta por:

El comandante era el subteniente José Arnados.

Trinchera n.º 3 Infantería Cívica (Esquina Pedro Pablo Muñoz/ Brasil) compuesta por:

Artillería

El comandante era el Teniente José María Covarrubias.

Trinchera n.º 4 Infantería Cívica (Esquina Brasil/ Matta) compuesta por:

El comandante era el sargento José María Vega.

Trinchera n.º 5 Infantería Cívica (Esquina Brasil/ Carrera) compuesta por:

Artillería

El comandante era el alférez José María Lazo.

Trinchera n.º 6 Infantería Cívica (Esquina Prat/ Cienfuegos) compuesta por:

Artillería

El comandante de esta trinchera era el sargento mayor don Isidoro A. Morán.

Trinchera n.º 7 Infantería Cívica (Esquina Cordovez/ Cienfuegos) compuesta por:

Artillería

El comandante de esta trinchera era el sargento mayor graduado don Candelario Barrios.

Trinchera n.º 8 Infantería Cívica (Calle Carrera, entre G. Cordovez y Ed. de la Barra) compuesta por:

Artillería

El comandante de esta trinchera era el sargento mayor graduado don Miguel Cavada.

Trinchera n.º 9 Infantería Cívica (Esquina Matta/ Ed. de la Barra) compuesta por:

Artillería

El comandante de esta trinchera era el teniente coronel don Ricardo Ruiz.

José Miguel Carrera Fontecilla: Militar, hijo del prócer José Miguel Carrera.

Benjamín Vicuña Mackenna: Destacado político e historiador.

Felipe Varela: guerrillero argentino elevado post mortem a general de la república por la presidenta Cristina Fernández.

Gregorio Torres: artista argentino discípulo de Monvoisin, fue el creador de la única ilustración conocida del sitio. La obra actualmente se encuentra en la exhibición del museo Gabriel González Videla.

Juan Nicolás Álvarez: Uno de los más grandes opositores de Diego Portales. Fue el creador de "El diablo político", periódico satírico contra el régimen de Portales que le valió diversas persecuciones políticas. Durante el sitio creó el "Periodiquito de la Plaza" el cual era lanzado sobre las tropas gobiernistas a través de volantines.

Juan Crisóstomo Álvarez: Militar y caudillo argentino nacido en Tucumán. Notables fueron sus participaciones en la guerras civiles argentinas contra la dictadura de Rosas. Fue fusilado equivocadamente en Tucumán dos meses después terminado el Sitio en La Serena.

Si bien el futuro de la revolución de 1851 en el norte se sella en la batalla de Loncomilla, este sitio marca un precedente para la siguiente levantamiento de las provincias contra el gobierno central en 1859.

El costo de esta resistencia fue una gran destrucción de las calles y viviendas periféricas de La Serena, incluso el saqueo de casas y algunos templos. Las fuerzas sitiadoras sufrieron unas 200 bajas, mientras que los sitiados perdieron unos 100 hombres. Muchos personajes de renombre en la zona debieron partir al exilio.

Respecto a los ideales liberales, estos más tarde serían encauzados en la creación del Partido Radical en Copiapó y el estallido de la revolución de 1859.



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