Lenguas otomangue
Tlapaneco-mangueanas
Tlapaneco-sutiaba
El idioma sutiaba —subtiava, según Sapir— o maribio (marrabio), es una lengua extinta perteneciente a la familia otomangueana. Fue hablado por un pueblo asentado en el noroeste de Nicaragua, más particularmente en torno a la localidad de Subtiava que hoy forma parte de León. Según la evidencia disponible, el subtiava fue una lengua muy cercana al idioma tlapaneco, que actualmente se habla en el estado de Guerrero, en México. Por ello, forma parte del grupo subtiava-tlapaneco de la dicha familia otomangueana.
En 1925 Edward Sapir escribió sobre el subtiava un artículo basado en el análisis de la evidencia disponible. En el texto, Sapir incluía esta lengua en la hipotética familia hokana. Cuando Sapir escribió su artículo de 1925, el subtiava estaba a punto de extinguirse. Oltrogge [1977] propuso una relación del subtiava con el jicaque-tol y el tequistlateco, aunque la evidencia de la relación jicaque-tol-tequistlateco es sólida, la evidencia en favor del parentesco con el subtiava es débil. Sin embargo, los trabajos comparativos que presentaron mejor evidencia del parentesco son los de Rensch [1976, 1977] y Suárez [1977] que independientemente encontraron evidencia en favor de la relación del subtiava con el tlapaneco y otras lenguas otomangueanas.
Sutiaba es la más grande y mejor organizada de las comunidades de la Costa del Pacífico de Nicaragua, que reclama una identificación indígena a pesar de haber perdido muchos de los atributos externos de identidad étnica como idioma tradicional, tierra, rituales religiosos y vestimenta étnica.
Para quitar relevancia al cacicazgo de Sutiaba, en el Siglo XVI, se creó el corregimiento de Quetzalguaque que incluía Sutiaba, Telíca, Posoltega y Posolteguilla, el cual duró hasta el año de 1611. No obstante, Sutiaba mantuvo su preeminencia.
Adiact es su cacique más recordado, quien no estuvo de acuerdo con el traslado de León Viejo a las cercanías de Sutiaba. Se rebeló y mantuvo resistencia hasta 1614, cuando fue asesinado en el Cerro de los Vientos, hoy conocido como Cerro de Oro, camino hacia Poneloya. Su cuerpo fue colgado de un enorme árbol de Tamarindo, el famoso "Tamarindón", un símbolo de la resistencia indígena en contra de la colonia española y un ejemplo de la preservación y respeto de los recursos naturales.
En octubre de 2010 el Tamarindón colapso por los años y los embates de la naturaleza, partes del tronco y algunas ramas son resguardadas en la casa museo de la "Comunidad Indígena de Sutiaba (CIS)", ubicada cerca de la iglesia San Juan Baustista de Sutiaba.
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