En el hinduismo, maia o maya es la ilusión, una imagen ilusoria o irreal. Más concretamente en el hinduismo se suele considerar que la realidad o todo el universo de cosas fenoménicas y que aparecen como existentes son ilusorias, es decir, hacen el tejido de la maya y que, por ejemplo, los seres humanos solemos tener karma al quedar, muchas veces gozosamente, atrapados en la maya.
En idioma protoindoiranio māiā es cognado del avéstico māiā, que significa ‘fuerza milagrosa’, ya sea desde la raíz mai- (‘intercambio’) o de la raíz mā- (‘medida’).
Según la doctrina advaita, la multiplicidad de este mundo fenoménico y la diferencia entre las almas (ātmā) y Brahman (Dios) es solo maya (irrealidad): la realidad es que solo hay Dios.
Según la doctrina sankhya, māyā se identifica con prakriti (‘materia’) y con pradhana (pre-sustancia desconocida, fuente de la materia), y —también según la filosofía vedānta— es la fuente del universo visible.
Según la religión de los shivaístas, māyā es uno de los tres pāśas (’nudos’ que atan al alma a este universo material), junto con el karma y el ego.
Māyā, según los budistas, es la duplicidad (una de las 24 pasiones negativas menores).
Según la tradición, también la madre de Siddhartha Gautama (Buda) se llama Māyā.
En el marco de la mitología hindú, Māyā es la personificación de la energía ilusoria māyā (‘ilusión’, materia, en contraposición con el espíritu).
La diosa Māiā, según la literatura puránica, es hija de Ánrita (án-ṛita: ‘no-real’, falso, falsedad) y su madre es la diosa Níriti (o la diosa Nikriti). Maia es madre del varón Mritiu (‘muerte’ personificada).
En otras versiones su padre sería Adharma (ateísmo, ‘irreligión’).
A veces también se la identifica con la diosa Durgá.
En varias religiones hindúes aparecen diferentes significados para Maya. Aun así el significado parece centrarse en el concepto de “Ilusión”. Maya es la deidad principal que manifiesta, perpetúa y gobierna la “ilusión” y el sueño de la dualidad en el universo de los fenómenos. Para algunos místicos esta manifestación es real. Cada persona u objeto físico, desde la perspectiva de la eternidad, es como una breve y perturbada gota de agua en un océano sin límites. La meta de la autorrealización espiritual es entender esto, sentir intuitivamente la diferencia entre el yo y el universo como una falsa dicotomía; puesto que la idea de que la conciencia y la materia física, o la mente y el cuerpo son cosas diferentes, es el resultado de una no – iluminada perspectiva.
En el Devi Mahatmyam se dice que el aspecto espiritual de Maya (llamado Yogamaya) cubre los ojos de Vishnú para hacer que él duerma en yoganidra (sueño divino). En una ocasión, el dios Brahmā no podía matar a dos demonios, Madhu y Kaitabha, por lo que se dirigió a esta Yogamaya para pedirle que despertara a Vishnú. Entonces este despertó y mató a los demonios.
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