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Vladimiro Kirílovich de Rusia



Vladimiro Kirílovich de Rusia (Влади́мир Кири́ллович), príncipe de la familia Románov, nacido en Finlandia en 1917 y fallecido en Miami en 1992. Fue el único hijo varón del gran duque Cirilo Vladímirovich y la gran duquesa Victoria Fiódorovna (nacida princesa Victoria Melita de Sajonia-Coburgo-Gotha). Tuvo dos hermanas, Kira y María. En 1938 sucedió a su padre en sus pretensiones al trono de Rusia. Para los realistas legitimistas fue Vladímir I de Rusia.

Contrajo nupcias en 1948 en Lausana con la princesa Leonida Georgievna Bagration, divorciada del financiero Sumner Moore Kirby. De este matrimonio nació en 1953, en Madrid, una hija única, María Vladímirovna, que casó con el príncipe Francisco Guillermo de Prusia.

Residió la mayor parte de su vida en el exilio en Francia y después en España, aunque pudo visitar Rusia al final de su vida.

En una decisión muy polémica, proclamó como heredera de sus derechos a su hija por considerar que todos los restantes miembros de la familia (a los cuales se refería como Románovsky) habían perdido sus derechos al contraer matrimonios con mujeres no pertenecientes a casas soberanas. Los demás varones Románov repudiaron esta decisión y se congregaron en una Asociación de la Familia Románov, cuyo jefe es el príncipe Príncipe Andrés Andréyevich.

Vladimiro nació el 30 de agosto de 1917 en Porvoo en el Gran Ducado de Finlandia. Fue el único hijo del gran duque Cirilo Románov y de la gran duquesa Victoria Fiódorovna (nacida princesa Victoria Melita de Sajonia-Coburgo-Gotha). Los abuelos paternos de Vladimiro fueron el gran duque Vladimiro Aleksándrovich de Rusia y la gran duquesa María Pavlovna. Sus abuelos maternos eran el duque Alfredo de Sajonia-Coburgo-Gotha y la gran duquesa María Aleksándrovna de Rusia.

La familia de Vladimiro había huido a Finlandia después de la revolución rusa de 1917.[1]​ En 1920 se trasladaron a Coburgo (Alemania). El 8 de agosto de 1922, el gran duque Cirilo se proclamó curador del trono ruso y dos años más tarde, el 31 de agosto de 1924, dio un paso más y asumió el título de Emperador y Autócrata de todas las Rusias.[2]​ Cuando su padre asumió ese título, Vladimiro fue proclamado zarevich (presunto heredero) y gran duque con tratamiento de Alteza Imperial. En 1930 su familia abandonó Alemania y se estableció en Saint-Briac-sur-Mer (Francia), donde su padre estableció su corte.[3]

En ese periodo Vladimiro vivió durante un tiempo en Reino Unido, estudiando en la Universidad de Londres[3]​ y trabajando en la fábrica de equipos agrícolas Blackstone en Lincolnshire. Más tarde regresó a Francia y se trasladó a Bretaña, donde se convirtió en terrateniente.[4]

A la muerte de su padre, el 12 de octubre de 1938, asumió la jefatura de la familia imperial de Rusia.[2]​ En 1938, hubo algunas pretensiones a que sería nombrado regente o gobernante de una monarquía en Ucrania, apoyado por Hitler. La disputa principal por el "trono" ucraniano era entre él y Nicolás Di Fonzo, hijo del príncipe Alejandro Dolgorouky, que casualmente estaba casado con Ceclava Czapska, una mujer que aseguraba ser la gran duquesa María Nikolàyevna, la tercera hija del zar Nicolás II. Finalmente rechazó la idea, diciendo que no ayudaría a disolver Rusia.[4]

Durante la Segunda Guerra Mundial, vivió en Saint-Briac-sur-Mer, pero en 1942 su séquito y él fueron enviados a un campo de concentración en Compiègne, después de que se negara a emitir un manifiesto llamando a los emigrados rusos a apoyar la guerra de la Alemania nazi contra la Unión Soviética.[4]​ Pero el 26 de junio de 1941 publicó esta declaración:

En 1944, el ejército alemán movió la familia al interior del país por temor a una invasión de la costa. Los alemanes los llevaban a París cuando se dio una orden para llevarlos a Vittel, aunque por inseguridad fueron enviados a Alemania. Vladimiro vivió en un castillo perteneciente al marido de su hermana mayor en Amorbach (Baviera). Después de la derrota de Alemania, el temor de Vladimiro de ser capturado por los soviéticos hizo que se trasladasen a Austria y luego a Liechstenstein. La tía materna de Vladimiro, la infanta Beatriz de Orlans y Borbón, le consiguió una visa española y vivió con ella en Sanlúcar de Barrameda.

Después de la guerra pasó la mayor parte de su tiempo en Madrid, con frecuentes estancias en su propiedades francesas.

Vladimiro se casó con la princesa Leonida Gueórguievna Bagratión, el 13 de agosto de 1948 en Lausana (Suiza).[5][6]​ Según la ley rusa existente antes de la revolución, solo los nacidos de un matrimonio "entre iguales", es decir, entre un miembro de la dinastía Románov y un miembro de otra casa real soberana, se podían incluir en la línea de sucesión al trono; por otra parte, los hijos de matrimonios morganáticos no podían heredar el trono. La familia a la que pertenecía la princesa Leonida, la dinastía Bragationi, había sido la de los reyes de Georgia desde la época medieval hasta principios del siglo XIX, pero ningún antepasado masculino de ella había reinado como rey en Georgia desde 1505 y su rama de los Bagrations, la Casa de Mukhrani, había sido naturalizada entre la nobleza no gobernante de Rusia después de que Georgia fuera anexada al imperio ruso en 1801.[7]​ Sin embargo, la situación real de la casa de los Bagrationi había sido reconocida por Rusia en el 1783 por el Tratado de Georgievsk y fue confirmada por Vladimiro el 5 de diciembre de 1946 como jefe de la casa imperial rusa.[8]​ Por lo tanto, surge alguna controversia sobre si el matrimonio de Vladimiro con Leonida era igual o morganático, y si su reclamación al trono imperial se debe pasar a su hija María o a algún otro miembro de la dinastía.[8]

Después de que Vladimiro designase a su hija como "curatriz del trono" y como heredera a los derechos dinásticos, tres jefes de otras ramas de la dinastía Románov- los príncipes Vsevolod Ioannovich (Konstantinovichi), Roman Petrovich (Nikolaevichi) y Andrei Alexandrovich (Mihailovichi)-escribieron a Vladimiro en 1969, afirmando que el estado dinástico de su hija no era diferente de la de sus propios hijos (Vsevolod Ioannovich no tenía hijos, pero Roman Petrovich tenía dos hijos con la condesa Prascovia Sheremetyev, mientras que Andrei Alexandrovich tuvo dos hijos de Donna Elisabeth Ruffo de una rama rusa de los príncipes de San Sant 'Antimo) y que su esposa no era de mayor estatus que las esposas de los otros príncipes Romanov.[9]​ Independientemente de las protestas, Vladimiro emitió un controvertido decreto en el que nombraba a su hija heredera universal de los derechos dinásticos.[10]​ Esto fue visto por un sector de la familia como negativo y declararon ilegales las pretensiones de Vladimiro[9]​-

El gran duque Vladimiro murió de un aparente ataque al corazón en una reunión de banqueros e inversores de habla española en Miami Estados Unidos, el 21 de abril de 1992. Su cuerpo fue devuelto a Rusia y lo enterraron con toda la pompa y el esplendor en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo, siendo el primer Romanov en ser honrado de esta manera desde la revolución. La prensa señaló que el funeralera considerado por las autoridades cívicas y rusas como una obligación para la familia Romanov en lugar de un paso hacia la restauración de la monarquía. Como era un bisnieto de un emperador ruso , su título de "Gran Duque de Rusia" causó problemas a la hora de ponerlo en su tumba.[11]​ Después de su muerte, su hija María Vladimirovna asumió la jefatura de la familia imperial de Rusia según la interpretación de su rama de las leyes rusas de la casa. Esto fue disputado por Nicolás Románovich Románov, príncipe de Rusia que había sido elegido presidente de la autodenominada "Asociación de la Familia Románov" antes de la muerte del gran duque Vladimiro.[12][13]

El príncipe Nicolás afirmó que él era el varón de más alto rango dentro de la dinastía Románov, tras la muerte de Vladimiro, ya que creía que los hijos de grandes duques (hijos y nietos de los zares de Rusia) que no se habían casado de forma igualitaria, no podían asumir la salvaguardia del trono, mientras que los príncipes de Rusia (los bisnietos o los descendientes remotos de los zares de Rusia) no estaban sujetos a la restricción del matrimonio igualitario, y consideraban que sus hijos eran dinásticos.[14]La posición de la gran duquesa María Vladimirovna como Jefe de la Casa Imperial es reconocida por la mayoría de las organizaciones monárquicas rusas más serias y por la mayoría de los Jefes de las Casas Reales que siguen manteniendo relaciones con la Casa Imperial, según el erudito Guy Stair Sainty.[15]​ La Asociación de la familia Romanov no reconocieron a Vladimiro ni su hija por los derechos existentes al trono de Rusia, ni se ha reconocido ningún otro descendiente de los Romanov, como tal, ya que sus estatutos prohíben expresamente reconocer la reclamación de cualquier persona al trono.


Sucesión al trono de Rusia.



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