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Ñemby



Ñemby es una de las ciudades del Departamento Central de Paraguay, que integra el Gran Asunción, área constituida por la capital del país, Asunción, y sus ciudades periféricas. En sus inicios, esta localidad se llamó "San Lorenzo de la Frontera". Actualmente Ñemby cuenta con una población de 153.103 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística.

La fundación urbana del pueblo de Ñemby se produjo en el año 1718, en épocas del gobernador Diego de los Reyes Balmaceda. Ese año se colocó la primera piedra para la construcción de la capilla del pueblo, dedicada a San Lorenzo, y establecida cerca de la ubicación del actual templo. No se tiene certeza de la fecha exacta de fundación de Ñemby, sin embargo, Félix de Azara dice que la primera capilla tenía una viga con la leyenda “abril 4 de 1718”, fecha que correspondería a la fundación del pueblo.

Cuando los españoles desembarcaron por primera vez en lo que hoy es la Gran Asunción, lo hicieron en un paraje llamado Ñemby, por lo que debe quedar bien entendido que este pueblo ya existía antes de su fundación. Los primeros conquistadores encontraron albergue hospitalario en una tribu de Ñemby, que en su día fue reino de los carios, indios guaraníes distribuidos a lo largo de la costa oriental del río Paraguay. Todo indica que alrededor de 1528, los conquistadores españoles tomaron el término “Ñemby” de los carios, y lo tradujeron como “Frontera”, y desde entonces, el poblado fue conocido con estos dos nombres: por unos era llamado Ñemby, nombre dado por sus naturales, y por otros La Frontera, nombre dado por los conquistadores. En los documentos históricos se consigna que en 1537 Juan de Salazar y Espinoza fundó la casa fuerte de Asunción en el paraje de La Frontera. La extensión de La Frontera hacia la época de la fundación de Asunción, según las opiniones dispares de historiadores, sería de 350 a 650 km². A través del tiempo, La Frontera fue cediendo territorios, y fue dividido en varios pueblos. En sus tierras germinaron nucleamientos que a la postre derivaron en ciudades, como Lambaré, San Antonio, Villa Elisa, Villeta, San Lorenzo, Fernando de la Mora, Mariano Roque Alonso y Limpio.

En 1718, Ñemby no contaba con un núcleo urbano, los ranchos estaban separados entre sí por grandes distancias, hecho que facilitaba el ataque de los guaicurúes, indios chaqueños que entraban en las chacras a matar y a robar. Este dato apoyaría la hipótesis de que Reyes Balmaceda pensó en defender a la población, y para este fin, estableció el pueblo de Ñemby. La nueva agrupación, asentada a la sombra del cerro Caaguazú, en la orilla izquierda del arroyo Ñemby, serviría de contención para impedir el avance de los indios hostiles. Si la tesis es correcta, tal fundación hubo de hacerla con pequeños propietarios a los que se les concedieron parcelas en su nuevo emplazamiento, que comenzó a florecer en torno a la capilla. El gobernador, muy cercano a los Jesuitas, no le reemplazó al pueblo su antiguo topónimo, heredado de los españoles, pero sí le añadió el nombre de un santo, probablemente su preferido: el de San Lorenzo. Así, el pueblo dejó de llamarse La Frontera para pasar a llamarse San Lorenzo de La Frontera. A mediados de la década de 1940, se tomó la decisión de sustituir este nombre por el de Ñemby, nombre originario del pueblo, con el objetivo de evitar confusiones con su vecino homónimo, San Lorenzo del Campo Grande.

Ñemby fue el primer poblado señalado en las crónicas de los expedicionarios, apareciendo en ellas como «La Frontera», pueblo de indios que merodeaban la costa oriental del rio Paraguay. Fue esta ancestral tribu la primera destinataria de los europeos, a cuyas costas arribaron los barcos de los primeros conquistadores: Alejo García en 1525, Sebastián Gaboto en 1528, Juan de Ayolas en 1536, y Juan de Salazar y Espinoza en 1537. Ñemby fue la verdadera capital de la conquista, ya que en su día fue la fuente de salvación y el centro de abastecimiento de los españoles. Ñemby fue consagrado con la cruz de Cristo el 15 de agosto de 1537, cuando Salazar y sus 57 compañeros descendieron de los bergantines y fundaron en él la ciudad de Asunción. El destino le impuso ser el sitio donde se levantaron los primeros caseríos europeos, el beneficiario de la primera capilla, donde se rezaron las primeras Avemarías. Un párrafo del códice de Juan de Salazar y Espinoza, fundador de la ciudad de Asunción, pone de relieve muy claramente y de una vez para siempre el paraje en el que se fundó Asunción, y lo hace enlazándolo con sus habitantes, los carios de Ñemby: “Sabed -dice Salazar- A la subida de este río descubrí sitio adecuado para edificar esa fortaleza. Prometí hacerlo, a mi vuelta, con el parecer de ciertas personas, ante Amador de Montoya, escribano, en la tierra de aquellos carios que me llenaron de dádivas, de estos bastimentos que les traigo. Venid, Amador de Montoya, mostrad la escritura donde asentástéis lo que determiné en “La Frontera” (Ñemby) con parecer de Hernando de Ribera. ¿Qué os parece, señor Teniente General? ¿Os place el sitio? La casa fuerte será refugio y amparo de la conquista». La historia nos cuenta que Asunción es la madre de ciudades, pero no podemos cerrar los ojos ante el hecho de que Ñemby es la madre de Asunción, es decir, la abuela de ciudades, ya que de aquí españoles y carios salieron a fundar los primeros pueblos del Paraguay: la propia Asunción en 1537, Ypané en 1538, Guarambaré en 1538, Altos en 1538, Itá en 1539, Yaguarón en 1539, y Tobatí en 1539. A través del tiempo, aquel antiguo y colosal paraje de Ñemby o “La Frontera” fue mutilado, y el paulatino florecimiento de nuevas nucleaciones lo dividió en varios pueblos, pero Ñemby triunfó sobre los poderes de la extinción, perduró en un minúsculo pedazo de tierra mediterránea, última pero original reliquia de aquel paraje primitivo, que recuerda el lugar donde hace 500 años, todo comenzó.

Puntos hasta hoy no aclarados, son el origen y significado del término Ñemby. Diversos autores, estudiándolo etimológicamente, han dado sus opiniones. Según el distinguido educador, profesor Juan Alberto Riveros, la discusión sobre el origen del término Ñemby, se divide entre las siguientes opiniones:

- Ñe’e ñemimby: que por síntesis terminó en Ñeemby, luego en Ñemby. Siendo su significado hablar en secreto. Según algunos autores, su origen proviene de reuniones que se realizaban en el cerro Ñemby (según otros lo hacían en este cerro y en el de Lambaré, alternativamente).

- Ñe’e he’emby: que significaba dulce lengua, con referencia al idioma guaraní que hablaban los aborígenes.

- Ybyya Ñemby: que significa límite meridional o sur en guaraní, que es la versión de Fulgencio R. Moreno.

La última teoría mencionada se corresponde con la de Luis Verón, que también refiere que Ñemby significa sur. El historiador indica que, antiguamente, para establecer la ubicación de la zona, la gente se refería a esta como “Paragua’y ñembygotyo” (al sur de Asunción). Otra teoría, menos conocida, es aquella que al parecer relaciona el origen del nombre del pueblo con la característica volcánica de su cerro, y que sostiene que Ñemby significa “piedra que salió de adentro”.

La teoría del cacique Ñemby

Esta teoría es quizá la más respaldada, y sostiene que Ñemby era el nombre de un cacique muy destacado de la región, nombre que después fue usado para identificar a toda la zona. Crónicas refieren que, de hecho, un cacique con ese nombre vivió en la época en que los primeros españoles desembarcaron en las costas de la actual Asunción.

La comarca de Ñemby, luego llamada La Frontera, fue establecida por los carios antes de la aparición de los españoles. Estos indios no formaban un subétnico independiente ni estaban separados de los demás carios, pues su cultura era similar entre sí, pero debido a su influencia en el proceso fundacional de Asunción, y en el origen del elemento identitario de la nación paraguaya, autores como Margarita Miró, Branislava Sušnik, Julio César Chaves, Augusto Roa Bastos, Efraím Cardozo y Natalicio González, se refirieron a estos guaraníes como “carios de la comarca asunceña”. Dicha definición daba a estos carios una acepción geográfica que los identificaba y distinguía de los demás. Ahora se sabe que estos indios eran los carios ñembyenses, gentilicio que procede del término Ñemby, voz que fue usada por los carios para señalar sus dominios. Varias teorías se encuentran en el origen de este topónimo, una de ellas sostiene que Ñemby era el nombre del primer cacique que en estas tierras escucharon los españoles. La dificultad para pronunciar el vocablo «Ñemby» seguramente llevó a los españoles a llamar La Frontera a la comarca de los carios, dificultad basada en el fonema de la vocal guaraní "y". Un estudio vital para entender la relación de la tribu de Ñemby con el antiguo paraje de La Frontera fue el realizado por el historiador Alberto Duarte de Vargas, quien en su obra Raíces históricas de Ñemby, escribe: “Es fundamental el topónimo utilizado por Juan de Salazar: «Llegados a este paraje de La Frontera«. Se refiere a la comarca asuncena, después de ocho años de erigido el fuerte de Asunción, utilizando una palabra diferente a Asunción. ¿Por qué utilizó este término y no otro? Evidentemente no utiliza el término de Asunción porque cuando llegó a este paraje aún no se llamaba así, puesto que él todavía no había fundado la casa fuerte de Asunción. Tampoco utiliza el de Paraguay, refiriéndose al río, o el Arambaré, algo al sur. Salazar utilizó la traducción al castellano de un concepto geográfico de los aborígenes carios, que designaba una zona extensa y bien delimitada, que traduce por dicho término de la Frontera. ¿Cuál era ese término? Solo puede ser Ñemby”. Este autor concluye diciendo que “Ñemby designaba una región geográfica ya antes que llegasen los españoles. Estos tradujeron esta comarca como La Frontera”.[3]

Localización

Las aldeas de los carios de Ñemby estaban diseminadas por la franja izquierda del río Paraguay, dentro de una vasta zona que hoy conocemos como la Gran Asunción. Las tribus de los carios “no ñembyenses” se asentaron en las zonas del río Manduvirá, río Tebicuary, lago Ypacaraí, Quiindy, Acahay, Altos, Emboscada, y Santa Catalina (la actual Florianópolis). Branislava Sušnik se refirió a los indios de Quiindy como «carios quiindyenses» y a los del Brasil como «carios catalinenses». Un documento escrito por Ruy Díaz de Guzmán en 1612 y conservado en el ANA constituye una de las pruebas históricas más antiguas y palpables de la existencia de los carios de Ñemby. Un párrafo de dicho manuscrito dice: “Pasando adelante Sebastián Gaboto, llegó a un término que llaman La Frontera (Ñemby), por ser los límites de los guaranís, indios de aquella tierra y término de las otras naciones, donde tomando puerto, procuró con toda diligencia tener comunicación con ellos y, con dádivas y rescates que dio a los caciques que le vinieron a ver, asentó paz y amistad con ellos, los cuales le proveyeron de toda la comida que hubo menester”. Los recién llegados pudieron comprender que Ñemby significaba “Frontera”, «aunque esto no quiere decir que Ñemby etimológicamente signifique Frontera, sino una interpretación geográfica que aludía al confín de los dominios guaraníes, lindante con tierras de otras parcialidades”, según Duarte de Vargas. Este autor calcula la superficie del Ñemby precolonial en unos 350 km² (35 000 hectáreas).

Características de los carios

Las descripciones brindadas por los cronistas permiten señalar que los carios eran físicamente fuertes y de mediana estatura, acostumbraban a andar desnudos, aunque algunas mujeres se cubrían el pubis con un paño llamado tanga. Eran buenos pescadores, cazadores y guerreros, utilizaban el arco y la flecha; eran hábiles nadadores y conocedores del río, viajaban en canoas, criaban aves y animales, cultivaban abatí, jety, manduví, kumandá, andaí y mandió, base de su alimentación. Los ñembyenses sembraban estos alimentos en huertas comunales, mientras que del monte juntaban huevos y sacaban miel y plantas medicinales. De las plantas silvestres arrancaban la naná (piña), el mbocaya, el yatai, el karaguatá, el guembé, el pindó, el apepú heé, y de las riberas colectaban el ñai»ú (arcilla negra) para la cerámica. Según Ulrico Schmidl, los carios hacían cerveza de la mandioca y vino de la miel, también producían pety y algodón, con el que hacían su vestimenta. Como todos los de su nación, los carios de Ñemby obedecían a un cacique o tuvichá que ascendía hereditariamente, se dividían en tabas y vivían en el oga guasú, casas comunales construidas con paja y barro, dispuestas de tal manera que dejaban un espacio libre en el centro para los Aty Guasú. Para protegerse del asalto de los guaicurúes, los carios ñembyenses rodeaban sus poblados con empalizadas. Los guaicurúes eran temibles bárbaros chaqueños que asediaban a los carios en sus comunidades, y no perdían la oportunidad para robar cosechas, secuestrar y violar a las mujeres de sus oponentes guaraníes. Entre los años 1933 y 1934, se hallaron en Ñemby restos arqueológicos pertenecientes a estas dos etnias rivales.

Acercamiento con los españoles

El primer contacto estrecho de los indios ñembyenses con los españoles puede cifrarse en 1528, cuando Sebastián Gaboto arribó por el río Paraguay a una tribu de Ñemby. Le siguió la expedición de Juan de Ayolas en 1536, a cuyos expedicionarios los carios salvaron oportunamente del hambre. Buscando pistas de Juan de Ayolas, de quien no se tenía noticias desde su incursión en el chaco, arribaron a la aldea los bergantines de Juan de Salazar y Espinoza. La riqueza y la hospitalidad que Salazar y sus hombres encontraron en esta aldea, gobernada por el cacique Kara Kara (Carduaraz para Manuel Domínguez), dejaron en ellos una profunda impresión. Guastavino dice que los famélicos navegantes europeos, que venían de Buenos Aires donde la gente se moría de hambre, encontraron en esta tribu “gallinas, perdices, palomas de variada calidad, patos, harina de maíz, harina de pescado, harina de mandioca con la cual hacían un pan apetitoso, carne de cervatillo, de cerdo montés, pescados exquisitos, frutas delicadas y variadísimas, pero mucho más valioso que todo eso les significó la dulzura y la generosidad de las mujeres, así como la serena prestancia de los jefes de familia. Habían hallado la tierra de promisión. Estaban en un pueblo de indios mansos y labradores, agricultores inteligentes y de hogar estable, cuyo símbolo era el ave casera: la gallina. Allí estaba la salvación de la conquista”. Salazar observó la organización de los carios ñembyenses, la zona privilegiada de su pueblo, su paisaje humano y natural, sus bastimentos, sus huertas, sus carnes de caza, y por la combinación de estos factores, decidió levantar un fortín en un paraje de Ñemby, a orillas del río, en la confluencia de dos arroyos, que dieron en llamarse Los Patos y Pozo Colorado. El pequeño fuerte, levantado el 15 de agosto de 1537, con la colaboración de los carios ñembyenses, no era más que una modesta casa de madera con techo de paja, pero en adelante cumpliría la función de puerto, sería el origen de la ciudad de Asunción, el punto de suministro de alimentos, y la cabecera de la conquista de América del sur.

La alianza hispano-guaraní no duró mucho tiempo, y en 1545, se dio el conflicto armado llamado Guarnipitán. Esta guerra es considerada la primera del Paraguay, y tuvo como causa la negativa de los carios a seguir obedeciendo al español. A esta contienda se unieron un gran número de grupos carios (Azara menciona los guerreros de Ñemby, Guarambaré, Ypané, Altos, Itá, Yaguarón, Atyrá, Acahay y Tobatí), grupos que si bien vivían separados entre sí, eran capaces de reunirse con rapidez para guerrear. Con respecto al descontento de los carios, Natalicio González escribe: “Los carios rechazaron el esfuerzo físico en servicio del hombre blanco, les dieron todas las facilidades necesarias para que se instalasen cómodamente -alimentos, esteras, “cuñá”, hogar-, pero no quisieron alzar sobre sus hombros o conducir con la fuerza de sus brazos los elementos de construcción. Eran generosos, pero dignos señores de su casa”. Para la historiadora argentina Macarena Perusset, los motivos desencadenantes de la guerra fueron las rancheadas, que “consistían en incursiones en busca de hombres y mujeres a quienes se los extraía violentamente de sus comunidades y se los obligaba a trabajar para el español. El bien más querido de esos asaltos eran las mujeres en edad de procrear y trabajar». Esta autora señala que “la saca de indias causó drásticas alteraciones en la demografía de la región, afectando seriamente las capacidades de reproducción de las comunidades”.[4]

Ñemby, el escenario de una gran batalla

Estos abusos hartaron a los carios, quienes mandaron a decir a los españoles que les darían suministros para que puedan volver a su tierra cuanto antes. Los españoles rechazaron la propuesta, y los carios les declararon la guerra. La guerra se desarrolló en las antiguas tierras de Areguá, Ñemby y Tobatí (y Acahay, según algunos autores). Según el historiador Alberto Duarte, quien cita al Dr. Blas Garay, la “guerra comenzó en Areguá, por junio de 1545 (febrero para Azara)”. En la primera batalla, los carios fueron derrotados y corrieron a refugiarse en Ñemby. Ulrico Schmidl, un soldado y explorador alemán que participó de la guerra y presenció la brutalidad de los españoles, describe así las batallas de Areguá y Ñemby: Salimos de la Asunción con nuestro general, 350 cristianos, y los 1,000 indios (yapirús y guatatás, aliados de los españoles) distribuidos de forma que siempre tres asistiesen a un cristiano. Llegamos a tres leguas de los Carios, que eran 15.000 gobernados por su cacique Mayrairù (Macaria, según Azara) y aunque nos pusimos a media legua de ellos, no los envestimos por estar cansados del camino, y muy mojados de la continua lluvia; ocultámonos en un bosque en que habíamos pasado la noche. A las seis de la mañana del día siguiente empezamos a marchar, y a las 7 los envestimos, duró la batalla hasta las 10, que huyeron precipitadamente a meterse en Froemidiere (Frontera/Ñemby) pueblo que habían fortificado cuatro leguas de allí, quedando muertos 2,000 carios, cuyas cabezas llevaron los yapirús. De los nuestros murieron diez, y algunos heridos que enviamos a la Asunción. Tenía el pueblo (de Ñemby) fortificado como con muralla, con tres órdenes de maderos del grueso de un hombre, de un estado de alto; habían hecho también hoyos, como los que quedan dichos, y en cada uno 5 o 6 estacas fijadas, y aguzadas como agujas. Estaba muy bien fortalecido, y con guarnición de indios fuertes tuvímosles sitiados tres días en vano. Entre dos y tres de la mañana acometimos al pueblo, por tres partes, y a las tres horas, destruidas las palizadas, entramos haciendo grande estrago en indios, mujeres y muchachos, aunque la mayor parte de ellos huyó a Aracaiba (Tobatí, según Azara/Acahay, según El instituto).

Para describir las cualidades guerreras de los carios, Alberto Cabrera testifica en 1541: Los indios carios son con quienes en el Paraguay vivimos, son gente belicosa, astuta, deseosa de matar. Por su parte, Aguirre relata: Firmes, los sublevados aguardaron a los españoles. Habían convenido en arrojarse a tierra a la primera descarga, para luego acometer y descargarse cuerpo a cuerpo, y lo hicieron con tal serenidad y arrojo, que a poco de empezar la batalla, introdujeron bastante desorden en sus contrarios. Sigue anotando Aguirre, que exalta la fiereza de los carios: Está demostrado que los guaraníes eran antiguamente de los más guerreros de estas regiones. Eran la nación más poderosa de individuos, la más extendida y mejor poblada, y la más respetable.

La guerra continuó por año y medio, y a la postre, los carios se vieron forzados a hacer la paz con los españoles, que iban mejor armados, ataviados con corazas, y montados en grandes animales de cuatro patas. La paz significó una nueva alianza hispano-guaraní, que se transformó paulatinamente en una dominación total española. Los carios de Ñemby fueron los últimos remanentes de una nación de cazadores y agricultores que vivieron en la zona donde hoy se encuentra la gran Asunción. Un grupo que ya entonces estaba diezmado por las guerras con los guaicurúes y el robo de sus mujeres, terminaría extinguiéndose más o menos medio siglo después de la fundación de Asunción; aquellos que no fueron exterminados o esclavizados por sus enemigos, fueron asesinados o reducidos por los españoles. Según el historiador Alberto Duarte de Vargas, las últimas tolderías indígenas en Ñemby datan de 1580.

En 1899, ante el crecimiento del pueblo y la falta de un gobierno local, los vecinos de Ñemby se erigieron en precursores de la creación de lo que sería la antecesora de la actual Junta Municipal, o de la propia Municipalidad, al solicitar al ministerio del Interior la creación de una Junta Económico-administrativa. De esta manera, por Decreto del presidente Emilio Aceval del 2 de agosto de 1899, se creaba la Primera Junta E. Administrativa de la ciudad, que en adelante desempeñaría las funciones municipales. El primer intendente de Ñemby fue el señor Pedro Regalado Bogarín. El primer intendente elegido democráticamente, luego de la caída del régimen de Alfredo Stroessner, fue Enrique Hugo Delvalle García que asumió ese cargo en fecha 17 de diciembre de 1991.

La ciudad está constituida por un Intendente y una Junta Municipal de 12 miembros elegidos cada 5 años. Además, son enviados dos Concejales Departamentales a la Gobernación en representación del municipio. El actual intendente es el señor Tomás Olmedo de la ANR.

La bandera distrital tiene la misma dimensión que el Pabellón Nacional. Consta de dos colores: bordó y blanco. El color bordó representa la capa del Santo Patrono San Lorenzo, el color Blanco simboliza la paz y la pureza. Ambas franjas tiene iguales dimensiones. La bandera distrital flamea en todas las instituciones públicas del distrito de Ñemby.

El escudo distrital está situado en el centro de la bandera sobre los colores bordó y blanco en forma circular y compuesto de 6 estrellas que representan a las compañías Salinas, Mbocayaty, Pa'i Ñu, Rincón, Cañadita y Caaguazú. Este escudo reúne además símbolos como el cerro, los arroyos, la tierra y el cocotero que representan a la naturaleza de Ñemby y la parrilla que es el símbolo de mártir de San Lorenzo. El cerro simboliza al Cerro Ñemby. La planta de cocotero es el homenaje a lo que fue Ñemby en sus inicios.

La ciudad se encuentra en un punto elevado del Departamento Central. Alcanza su mayor elevación en el cerro Ñemby, con tres colinas bastante diferenciadas entre sí divididas por el Arroyo Ñemby y sus afluentes.

La ciudad es mediterránea, pero cuenta con accesos a los puertos de la ciudad de San Antonio. Limita al norte con la ciudad de San Lorenzo, al este con la ciudad de Capiatá, al sur con San Antonio y al oeste con Villa Elisa.

Según la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos, para el 2019, Ñemby contaba con 139 691 habitantes. Ñemby posee una densidad de 3492 hab./km² (habitantes por kilómetro cuadrado). Este distrito es de vida predominantemente urbana. La mayoría de las personas que habitan en él, trabajan en Asunción.

Debido a la expansión universitaria, el movimiento nocturno en Ñemby ha crecido, especialmente en las últimas décadas. Los jóvenes tienen más acceso a las universidades de la ciudad. No solamente los jóvenes de la ciudad ingresan a estas universidades sino también jóvenes de las ciudades aledañas, tales como San Antonio e Ypané.

Según la cartografía oficial de la DGEEC, Ñemby cuenta con 14 barrios urbanizados o en proceso de urbanización, caracterizados por una alta concentración de espacios verdes. A partir del año 2000, varios barrios populares con viviendas de bajo costo han sido creados en este distrito con apoyo extranjero. Uno de los países que más ha contribuido en ese sentido es el Gobierno de Taiwán, en respuesta a demandas de sectores que no cuentan con una vivienda o tienen dificultades para acceder a ellas.[6]

A mediados del siglo XX, Ñemby empezó a conocer la prosperidad manteniendo el mismo negocio que lo vio nacer: la agricultura. En la primera mitad del siglo XX, Ñemby seguía siendo un pueblo eminentemente agrícola. En 1932, las principales producciones de los ñembyenses eran la piña, la banana, la naranja, el algodón y la caña dulce. En el año 1942, Ñemby contaba con 458 chacras, muchas de las cuales eran familiares, con 407 agricultores varones y 51 agricultoras, trabajando en un total de 2561 hectáreas. Entonces en el pueblo había 42 chacras, y en el barrio Caaguazú 98 chacras, en Cañadita 86 chacras, en Mbocajaty 47 chacras, en Paí Ñú 97 chacras, en Rincón 67 chacras, en Salinas 21 chacras. En aquel tiempo, 49 de las chacras no contaban con arados ni carretas, y 48 no contaban con ningún tipo de implemento; de los 458 agricultores ñembyenses 192 trabajaban fuera de la chacra, ya sea como albañiles, jornaleros, servicio doméstico, etc. Si bien entonces se plantaban maíz, caña de azúcar y poroto, el producto más importante era la mandioca, que ese año se contó en 47 hectáreas en pie (con una producción estimada en 4498 toneladas). Aquel año el distrito tenía 264 plantas de mandarinas, 104 de mangos, 245 de naranjas, 148 de piñas y 2 plantas de yerba mate, 59.8 kilómetros de alambrado, un total de 180 carretas, 199 arados de hierro y 89 arados de madera. El censo de aquel año, basado en una muestra del 20 % de las chacras ñembyenses, estimaba un 40 % de analfabetos en el pueblo. En la segunda mitad del siglo XX, ya en épocas de infraestructuras de comercios y servicios, Ñemby se resistía a despojarse de su pasado rural. En 1971, los tamberos de Ñemby organizaban reuniones para hablar sobre la producción de forrajes y la alimentación invernal del ganado lechero. En aquel año, entre los trabajadores rurales del distrito, el gobierno distribuía 90 000 plantitas de frutillas para establecer un nuevo rubro de renta, además, agricultores del barrio Cañadita recibían créditos de parte del ministerio de agricultura, así como implementos agrícolas como insecticidas, fungicidas, abonos, alambres, postes, varillas, pulverizadores, envases para transporte de agua, yuntas de bueyes, etcétera. Aunque el mundo viejo de Ñemby se debilita y muere, aún quedan vestigios de lo que fue una vez. Hoy, como recuerdo de aquel Ñemby en el que agricultores y pequeños ganaderos constituyeron la base de la economía, pueden verse todavía pequeños tambos y sembrados en los distintos barrios de la ciudad. Entre los tambos están los de Domingo Delvalle, Francisca “Kika” Bogarín, y la granja de Eladio Merlo, situada al pie del cerro Ñemby. Los pobladores más antiguos de las zonas urbanas y periurbanas siguen aprovechando los terrenos baldíos para cultivar y producir alimentos de autoconsumo, como mandioca y poroto.[3]

En Ñemby, las primeras trasformaciones de materias primas de las que se tienen noticias se dieron a fines del siglo XIX. Según Héctor F. Decoud, hacia el año 1890 en Ñemby se elaboraban almidón, aceite de coco, tejidos de algodón, ladrillos y tejas. En la misma época, en todo el distrito se ubicaban apenas 7 comercios, lo que nos deja ver que el desarrollo comercial e industrial en Ñemby, dedicado históricamente al campo, estuvo muy a la zaga de las demás ciudades del país. Recién en las postrimerías el siglo XX, con la aparición del agua corriente y la ruta asfaltada, y el servicio eléctrico funcionando, comenzó un proceso de desarrollo sin precedentes en el distrito; con la densificación de la población urbana y barrial se aceleró el crecimiento de la actividad comercial e industrial. A finales de los 70 y principios de los 80, se instalaron empresas importantes como Industrias Reunidas Ñemby (1979), fábrica de plástico; Embotelladora Central S.A., franquicia de la internacional Arci Cola (1981), Paraguay Refrescos S.A., fábrica de productos Coca-Cola (1980); Conpar S.A., prefabricados de hormigón (1980); Envases Paraguayos S.A. “Envapar”, fábrica de plásticos (1981); Itarendy S.A., fábrica de electrodos (1982); empresa de Transporte “29 de setiembre Boquerón S.R.L. línea 18 (1983); Cartón Box Del Paraguay S.A. industrializadora de papel higiénico (1986), las cuales se unieron a las ya existentes: Azucarera Surroca & Lluis (1897), Aceitera Ñemby S.A (1946), Concret-Mix (1968), entre otras. En las postrimerías de los 80 y comienzos de los 90, empezaron a proliferar bares, librerías, roperías, peluquerías, cines, sanatorios, panaderías, ferreterías, talleres, depósitos de materiales, supermercados y pequeños comerciantes dedicados a pequeños negocios en el centro de la ciudad. Para el año 1993 existían 18 plantas industriales, y en 1997, 2488 establecimientos comerciales, entre los que se contaban la mina, la agricultura, la caza, la pesca, la ganadería, los servicios, las finanzas, la construcción, el transporte, etcétera. Hacia finales de los 90, en el 47 % de los negocios trabajaba solo el dueño, y el 36 % empleaba a 2 o 5 personas; solamente 10 empresas empleaban a más de 50 personas. Cabe mencionar que, comenzando el nuevo milenio, la cantidad de industrias y firmas multinacionales se fue incrementando. En el periodo 2000-2019, iniciaron sus actividades empresas como Chemtec S.A, formuladora de agroquímicos (2002); Brassur S.A., reciclaje de metales (2005); Supermercado Real I (2008); supermercado Gran Vía (2008); Arcángel S.A, productora de alimentos (2011); Pro-Textil SACI, hilandería (2011); Mercotec, repuestos para automóviles y motocicletas (2014); Kim’s Towel, primera fábrica de toallas del país (2015); supermercado Real II (2019), Burger King, local de comida rápida (2019); supermercado Superseis (2019), entre otras.[8]

Al igual que en la mayoría de las ciudades del interior, en Ñemby de principios de los 70 se utilizaban fuentes de energía contaminantes y de baja calidad, como leñas, velas, lámparas de querosén, baterías, entre otras. El acceso a la luz eléctrica en Ñemby se produjo el 29 de febrero de 1972, gracias a la energía proveída por la represa Acaray. Ñemby fue el tercer municipio del país en beneficiarse con la electricidad proveniente de esta hidroeléctrica. Poco a poco fueron extendiéndose transformadores, postes y cables para instalar los sistemas de transmisión en los distintos barrios de la ciudad. Los primeros tendidos eléctricos, los alumbrados públicos con grandes focos de cristal en lo alto de los postes, y la iluminación con bombillas en el interior de los hogares, maravillaron a los pobladores, y sentaron las bases para un futuro con mejores condiciones. A fines de los 70, las noches de Ñemby dejaron de ser tan oscuras, y su ruta principal era un camino de todo tiempo, sin embargo, la población seguía sacando agua de pozos y arroyos para beber, cocinar, bañarse y lavar. La Junta de Saneamiento de Ñemby fue fundada en diciembre de 1978, y las obras de construcción del primer sistema de agua corriente de la ciudad iniciaron el 5 de diciembre de 1979, y a mediados de 1980, la Junta comenzó a abastecer de agua corriente tratada al área urbana de Ñemby. Por esos años, en las áreas alejadas de la ciudad, el agua se seguía tomando como en tiempos remotos; sin embargo, el acarreo manual de agua en bidones y baldes estimuló la proliferación de los carriteros aguateros. Estos aguadores de profesión hacían entregas de agua a domicilio arriba de un carrito tirado por un caballo y provisto de un tambor. Solían reunirse en Ykuás, arroyos y aguateras privadas de su zona para surtirse de agua. Hasta mediados de los 90, los pobladores de los suburbanos seguían abasteciéndose del líquido vital a través de ellos. Es destacable que tras este periodo Ñemby supo dar fin a los retos de la gestión del agua, creando Juntas de Saneamiento en los distintos barrios, mediante vecinos organizados, y la promoción y asistencia técnica de la Senasa.[8]

En 1716 Ñemby no poseía área urbana. La gente vivía dispersa por un valle atravesado por arroyos, en casas rudimentarias con techo de paja. Por el historiador Ramón Gutiérrez sabemos que las casas de Ñemby eran muy pobres hacia el año 1780, época en que la iglesia del pueblo estaba cubierta de paja. Deducimos que la arquitectura de las viviendas ñembyenses no cambió mucho en 1843, cuando el padre Rafael Quiñonez indica que “las tres naves de la iglesia estaban cubiertas de tejas, y las tijeras eran de palma”. Un siglo después, en 1940, Ñemby seguía siendo un poblado muy modesto, con un presupuesto municipal de apenas 48.000 guaraníes. En contraste, los municipios de San Lorenzo del Campo Grande y Fernando de la Mora tenían un presupuesto de 1.666.000 y 288.880 guaraníes, respectivamente. En 1942, Ñemby tenía 116 casas de material, 352 de estaqueo, y 357 de otro tipo. En 1956, según un informe de las Naciones Unidas, la mayoría de los ñembyenses cocinaban en el suelo con leña: en aquel mismo año, el núcleo urbano de Ñemby se componía de un total de 123 casas, con una población de 625 habitantes. Así, observamos que a 238 años de su fundación, en pleno siglo XX, el centro de Ñemby era el de un pueblo muy pequeño. A inicios de la década de 1980, Ñemby comenzaría a despertarse y a separarse de su pasado rural. Por su cercanía con Asunción, sus escuelas, medios de transporte y servicios básicos era el lugar perfecto para las familias y los trabajadores que debían trasladarse diariamente a la capital para estudiar y trabajar. Entonces Ñemby aumentó su población y comenzó a ampliarse aceleradamente hacia sus compañías. En un corto lapso de tiempo, la inmensa demanda de viviendas llenó los espacios de su jurisdicción obligando a prolongar el distrito hacia nuevos núcleos. Así surgen los barrios San Carlos, Florida, Villa Leticia, Vista Alegre, 3 de mayo, Los naranjos, La Conquista, San Miguel, Villa Anita, Piroy y Cerrito. En el Censo Nacional de 1992, en Ñemby se registraron 8.864 viviendas particulares, con un promedio de 4.3 ocupantes por vivienda. En 1997, el total de viviendas particulares según los barrios era el siguiente: Cerrito 229 viviendas; Centro 393 viviendas; Piroy 427 viviendas; Villa Anita 1.233 viviendas; Rincón 1.249 viviendas; Mbocayaty 1.302 viviendas; Caaguazú 1.725 viviendas; Cañadita 1.895 viviendas; Vista Alegre 2.011 viviendas; Paí Ñú 4.376 viviendas. En el nuevo milenio, el fuerte crecimiento económico y la necesidad de viviendas tuvieron un evidente impacto en la fisionomía de la ciudad y sus suburbios. Además, como parte de su proceso de urbanización, surgen asentamientos populares a partir del flujo migratorio desde las zonas rurales del país. En el 2015, Ñemby era la tercera ciudad con mayor cantidad de asentamientos en Central, detrás de Luque y Limpio. A pesar de su pequeñísimo tamaño, ese año Ñemby registraba 53 urbanizaciones populares con un total de 3.341 familias ocupando 3.001 viviendas.[8]

Ñemby siempre estuvo relacionado muy de cerca con esta ruta, llamada antiguamente “Camino real a Ysaty”, e históricamente Ruta a Ñemby, o Ruta Ñemby. Existen indicios de la existencia de este camino en 1716, dos años antes de la fundación de Ñemby. En la década de 1930, el camino era de tierra, y según la referencia de una guía de turismo de la época, se hallaba en “estado regular”. A inicios de los 70, la ruta siguió estando caracterizada por ser un paso de piedra y tierra (pedregullo), y era el camino tortuoso que realizaban las burreras y los carreros ñembyenses para el transporte de sus productos. Hasta 1997, la ruta llegaba hasta el pueblo, y de allí, luego de cruzar el centro y hacer un giro en la Iglesia, iniciaba su itinerario hacia otros rumbos. En 1971 fue autorizada la pavimentación asfáltica de esta ruta por contrato de fecha 21 de mayo, y aprobada por Resolución N.º 79 de la MOPC el 23 de mayo del mismo año. En 1972, fue asfaltada desde su punto de partida en 4 mojones hasta el pueblo de Ñemby, y en 1978 concluyó el asfaltado del tramo Ñemby-Ypané. En enero de 1995, iniciaron los trabajos previos a las obras de ensanchamiento de la nueva ruta, conocida hoy como Acceso Sur, que incluían el derribo de casas en el casco urbano, y la destrucción parcial del club Fulgencio Yegros. La nueva autopista, que fue terminada en 1998, y contaba con dos carriles por cada mano y un paseo central de 80 cm (centímetros), fue vital para la nueva configuración de la ciudad. Hoy es una rápida ruta de comunicación y comercio, y significa una vía capital del progreso ñembyense.[3]​ Desde 2019 con la recategorización de las rutas nacionales del MOPC, acceso sur pasa a formar parte de la ruta 1, convirtiéndose así en una ruta nacional.

En 1886, en Ñemby existían dos curanderos que de forma natural atendían diversos males de la población. En ese entonces, las parteras tradicionales ayudaban a las mujeres a dar luz a sus hijos. Recién el 26 de julio de 1942 el nosocomio ñembyense encuentra su origen cuando es conformada la primera comisión pro-hospital de la ciudad, integrada por autoridades y ciudadanos locales. La municipalidad de Ñemby donó el terreno donde actualmente se encuentra el hospital, que fue construido gracias al aporte del ministerio de Salud, los fondos municipales y la contribución de vecinos. El Puesto Sanitario fue inaugurado el 28 de octubre de 1956. La salud de la población era un tema complejo de resolver debido a la escasez de profesionales médicos, la falta de farmacia y la pobreza de la población. Ya en la década de 1970, la salud de Ñemby seguía siendo atendida por médicos que venían esporádicamente a la zona. Una publicación de ABC Color del 13 de octubre de 1972, señalaba: En lo que se refiere a salubridad, este aspecto está bastante descuidado en el pueblo de Ñemby. Hay un médico que suele irse dos o tres veces por semana y esta frecuencia es insuficiente, a más de que el Puesto Sanitario no cuenta con farmacia. Los pacientes pobres —que son la mayoría— reciben la receta médica y generalmente allí suele quedarse la preocupación por su salud. Como no hay farmacia, la receta no les sirve para nada. En el año 2000, el Centro de Salud seguía sin contar con médico permanente, aunque sí con enfermeras y obstetras las 24 horas. Con el paso de los años, el antiguo centro de salud quedó pequeño frente a la creciente demanda sanitaria y poblacional de Ñemby, y en 1995, el intendente Hugo Enrique Delvalle mandó construir un pabellón con 12 salas, que en la actualidad son el núcleo del hospital. Las nuevas salas fueron destinadas a internados, recién nacidos, sala de espera, lavandería y cocina. La obra tenía una dimensión de 420 metros cuadrados, y tuvo un costo de 75 millones de guaraníes. Esta nueva edificación también quedó pequeña a inicios del año 2.000, y por ello, el Ministerio decidió crear un hospital de cabecera, mucho más complejo y con mayor capacidad para atender la demanda. Es así que el 29 de octubre de 2004 empieza a funcionar el Hospital Distrital Nuestra Señora de Lourdes. El nosocomio contaba con una importante ampliación edilicia, 47 camas hospitalarias, centro quirúrgico, sala de partos, internación pediátrica y consultorios. En el año 2009, este nuevo hospital atendió a más de 140 000 personas en todas las áreas.[3]

En abril de 1990, en Ñemby existían apenas 6 instituciones educativas, para una población escolar estimada en 10 000 estudiantes. En la actualidad, existen 89 instituciones, además de institutos de formación artística, técnica, informática, docente y en salud.

Ñemby cuenta con importantes universidades privadas, como la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC), la Universidad Politécnica y Artística del Paraguay (UPAP), la Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo (UTCD), la Universidad Americana y la Universidad Española.

Ñemby cuenta con tres bancos operativos, Banco Visión (desde 2002), Banco Familiar (desde 2011), y Banco Nacional de Fomento. En la ciudad existen sucursales de las financieras El Comercio (desde 2009) y Paraguayo Japonesa (desde 2019). Las cooperativas más importantes son: la Cooperativa Ñemby (fundada en 1990) y la cooperativa Universitaria (desde 2012).

La ciudad cuenta con 2 cementerios municipales, el Eternidad del barrio Vista Alegre (con 5000 lotes), y el Campo de la Paz, del barrio Caaguazú (con 8000 lotes). También cuenta con un cementerio Privado, el Ñemby, en el barrio Caaguazú.

En Ñemby existe 1 mercado Municipal, conocido popularmente como "el mercadito".

Está garantizado por la comisaría 7.ª Central, por la comisaría 55 de Vista Alegre, por la comisaría 58 de Mbocayaty, y la sub-comisaría 8 del barrio Cañadita.

El distrito cuenta con un Juzgado de Paz y una sede del Ministerio Público. En esta unidad fiscal están consignadas la Unidad Penal Ordinaria Número 1 y de Juegos de Azar, la Unidad Penal Ordinaria Número 2, la Unidad Penal Ordinaria Número 3 y Delitos Electorales, Hechos Punibles que involucren a Adolescentes en conflicto con la ley en San Antonio, Villa Elisa, Ñemby y Lambaré, y la Unidad Especializada de lucha contra el Narcotráfico.

Está conformada por el arroyo Ñemby, también llamado Guazú, que nace en San Lorenzo. Posee un recorrido de 10,4 kilómetros hasta su desembocadura en el río Paraguay. El arroyo Paí Ñú forma parte de su cuenca. El acuífero Patiño cubre el 100 % del territorio de Ñemby.

La ciudad cuenta con un cerro y tres colinas. La altura original del cerro Ñemby, antes llamado Caaguazú, era de 206 m (metros); actualmente, es de 156 m. Es un volcán apagado, y su edad es de 45 000 000 (cuarenta y cinco millones) de años. Originalmente, su forma era cónica; actualmente, está cubierto de tupida vegetación al Este y Oeste.

En la actualidad, en Ñemby existen 4 clubes importantes que participan en distintas categorías del futbol paraguayo. Ellos son: club 6 de enero, fundado el 6 de enero de 1930, club Fulgencio Yegros, fundado el 14 de mayo de 1924, club Cristóbal Colón, fundado el 12 de octubre de 1925, y club Teniente Fariña, fundado el 24 de junio de 1921.[8]

Actualmente, existen 11 medios de comunicación ñembyenses en internet, que difunden contenido noticioso, político, deportivo, cultural, histórico y de entretenimiento. Dichos medios son: Ñemby Opina El Original., ECOS de Ñemby, Sin Fronteras Tv Ñemby Py., El Búho Tv Online, ÑEMBY NOTICIAS, Barrio Caaguazú - Cañadita Ñemby, NTR Noticias, Visión Ciudadana, Efemérides y Héroes de Ñemby - De Francisco Araujo Báez, Cañadita informativo y El nuevo paraguayo.

La ciudad cuenta con una Iglesia principal detrás de la plaza Fulgencio Yegros, y 38 capillas distribuidas en los diferentes barrios.

En la ciudad están instaladas un total de 394 industrias, de las cuales 50 son de alimentación, 93 de textil y cuero, 14 de papel, cartón y madera, y 10 de químicos.

Ñemby se encuentra en el 5.º puesto de los distritos más pequeños del Paraguay; tiene una superficie de 25 km² (kilómetros cuadrados), que equivalen a 25 000 000 m² (veinticinco millones de metros cuadrados), que equivalen a 2500 ha (hectáreas). Los distritos más pequeños del Paraguay son: Nanawa, Chaco (4 km²); Villa Elisa (18 km²); Fernando de la Mora (20 km²); San Antonio (23 km²) y Ñemby (25 km²). Los distritos más grandes del Paraguay son: Concepción (11 277 km²); La Victoria (22 418 km²); Fuerte Olimpo (54 592 km²); Villa Hayes (60 334 km²) y Mariscal Estigarribia (89 472 km²).

La ciudad cuenta con una densa red de autobuses que la conecta con todas sus ciudades vecinas y con Asunción, cuenta también con buses internos para su comunicación barrial. Además la ciudad está dividida en dos por la Ruta PY01 (Acceso sur hasta julio de 2019 y anteriormente denominado Ruta Ñemby) que comunica a Asunción con la ciudad de Encarnación, cuenta con una densa red de caminos y avenidas además un puerto municipal en el río Paraguay dentro de la ciudad de San Antonio. Su principal medio de comunicación es la Radio Ñemby FM 88.3, luego la ciudad tiene alcance con todos los medios asuncenos.

Las líneas de transporte interurbano que atraviesan la ciudad son:

Cuadro de movimiento de la población de Ñemby desde 1761:

Los sitios históricos de Ñemby más conocidos son el Colegio Pablo Patricio Bogarín, la Escuela Carlos Antonio López, que se encuentra en el centro mismo de la ciudad. También entre los patrimonios se encuentra la Casa de la Cultura, una pequeña residencia donde en tiempos anteriores a la actual administración democrática, se desarrollaba las tareas administrativas de la ciudad.

La ciudad cuenta con una Biblioteca Municipal Digital llamada Centro Cultural Digital Departamental y Municipal. El proyecto comenzó como una biblioteca, pero ahora terminó como un Centro Cultural Digital. También en el centro cultural digital se imparte cursos de informática mediante un convenio entre la Municipalidad de Ñemby, la Gobernación con el SNPP y la Sinafocal.

Uno de los personajes más destacados, que ayudó a formar la educación de los pobladores fue la Profesora Elvira Benigna Rolandi Duarte De Granado; quien comenzó a enseñar en el colegio Carlos Antonio López, después de esto continuó como docente en el colegio Divino Niño Jesús y luego de su jubilación continuó en el Colegio Privado José Meza. El centro de la ciudad es muy visitado por personas de ciudades vecinas porque registra una constante actividad comercial y juvenil en la que la diversión y el ocio van de la mano.

Un punto interesante para el visitante es el cerro Ñemby que sirve de panorámico de los alrededores.



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Comentarios
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Quiero conocer los intendentes que pasaron por el municipio de Ñemby
2023-08-10 18:15:22
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