En el marco del hinduismo, el praná o prāṇa es una palabra en sánscrito que significa ‘aire inspirado’ o energía vital.
La primera mención de la palabra praná aparece en el Rigveda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.), donde significa ‘respiración’ en el sentido de ‘vida’.
"El aire y el oxígeno que hay en el prana pueden considerarse como sus manifestaciones, pero no constituyen el prana en sí mismo. El prana es más sutil, más fundamental que cualquier tipo de gas".
Otras combinaciones de palabras:
Según la medicina del Ayurveda y el yoga, el praná (‘aire inspirado’) fluye a través de una red de canales llamados Nadís, que están distribuidos por todo el cuerpo, se dice que está asociado con la red de arterias y venas aunque esto no ha sido comprobado
Según la Chāndogya Upaniṣad (texto en sánscrito de mediados del I milenio a. C.), el aire inspirado ―no se habla allí de «fluido magnético»― circula por tres nadís (‘tubos’ en idioma sánscrito):
En las prácticas del pranayama, el "Nadi Shodan" (que consiste en ir tapando con el dedo anular y pulgar consecutivamente una y otra fosa nasal, mientras se inspira y espira) permite que el praná fluya mejor por el cuerpo, y se eliminan los bloqueos en los Nadis, así como la eliminación de toxinas de la sangre. Con la aparición de la medicina Ayurveda (hacia el siglo IV a. C.) se pudo conocer más del interior del cuerpo humano.
La tradición define Pranotthana como aquella situación en que el Praná entra en un período de intensa actividad.
Hay cinco tipos de praná (aire):
Según el ocultismo occidental, y el yoga, el praná no sería el aire inspirado sino una energía universal invisible e inmedible que se encuentra en todo el cosmos, tanto en las cosas animadas como inanimadas, este ingresa en el cuerpo a través de la respiración. Los nadís no serían entonces los tubos por donde corre el aire dentro del cuerpo, sino canales akásicos o etéricos (siendo akasha ‘éter’ en sánscrito) por donde fluye la energía, penetrando de esta manera todas y cada una de las partes del cuerpo, renovándolas, y rejuveneciendolas. Esos canales estarían distribuidos y entretejidos en todo el cuerpo, y a través de ellos fluiría la energía praná.
Según la escritora ucraniana Helena Blavatsky (1831-1891) la interrelación de los canales energéticos susumná, ida y pingalá se simboliza con el caduceo del dios romano Mercurio.
El escritor ocultista británico C. W. Leadbeater (1854-1934) escribió que el praná sería una energía que viene dentro del aire inspirado, que corre por los nadís y es utilizada por medio del aparato circulatorio y el sistema nervioso. Él diferenciaba el praná del mesmerismo o "magnetismo humano", que es el «fluido peculiar» de los nervios, especializado en la médula espinal y constituido por la energía vital entremezclada con la kundalini.
En la medicina china tradicional, especialmente en la acupuntura y sus derivaciones, el equivalente al praná ―no al praná hinduista (aire) sino al praná ocultista (energía invisible)― es el qui.
Según la escritora ucraniana Helena Blavatsky (1831-1891), el ser humano posee una constitución septenaria, de la que el praná sería el sexto principio:
Kosha en sánscrito, quiere decir funda o envoltura, del ser, del alma. Son representaciones para entender como somos. El humano tiene 5 koshas y el praná-maya-kosha constituye la cuarta ‘funda o envoltura’
El alma (atman) está cubierta por cinco koshas:
El semen ('viriá') es conocido como el praná de los pranás[cita requerida].
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