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Alcázar



Alcázar es un término español para designar a un castillo o palacio fortificado. Proviene de la palabra árabe القصر -al-Qaṣr-, que a su vez es una deformación del latín castrum (castillo o guarnición militar) y de su plural castra (campamento o cuartel).[1]

Muchas ciudades de España utilizan también la palabra alcázar para nombrar antiguos palacios musulmanes (del periodo califal o de las taifas) reconstruidos por los reyes cristianos posteriores.

Son numerosos los topónimos relacionados con esta palabra y sus derivaciones: Alcázar (de San Juan, del Rey, Guadalcázar, etc.), Alcácer (en valenciano o catalán, cfr.: Alcàsser), Alquézar, Alcazarejo de los Altamirano; Alcocer de Planes (Alcosser), Alcocer y Alcocero (de al-quṣayr, diminutivo árabe de al-qaṣr); Alcazarén (de al-qaṣrayn, dual de al-qaṣr); Belalcázar (y el antropónimo Balcázar); incluso exónimos como el caso de Alcazarquivir. También el portugués Alcácer do Sal.

Fuera de España, en el moderno Palermo (Sicilia), el distrito aún llamado Cassaro se corresponde con el lugar en el que se situaba el antiguo asentamiento púnico de Zis, que los árabes refortificaron y llamaron al qasr, donde después se erigió el palacio normando.

El Alcázar de Colón o Palacio Virreinal de Don Diego Colón es un palacio situado en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, República Dominicana, que fue construido sobre un solar cercano a los farallones que miran hacia el río Ozama, concedido a Diego Colón, hijo primogénito del colonizador de América, Cristóbal Colón, por el rey Fernando el Católico, para que edificara una morada para él y sus descendientes en la isla La Española, a la cual llegó en 1509 en calidad de gobernador y en donde actualmente funciona el Museo Alcázar de Colón.

Su origen se remonta al Virreinato de Nueva España, cuando los virreyes solían frecuentar Chapultepec como zona de descanso y recreación. Bernardo de Gálvez ordenó el inicio de su construcción el 16 de agosto de 1785,/> en cuyo diseño participaron Francisco Bambitelli y Manuel Agustín Mascaró. No obstante, quedó abandonado durante un par de décadas hasta su adquisición por el Ayuntamiento de México en 1806. Hasta entonces, la obra palaciega estaba rodeada de amplios muros de cimentación construidos de andesita. A principios de los años 1840 el Heroico Colegio Militar estableció su sede en el Alcázar, período durante el cual se construyó el torreón Caballero Alto. Tuvo un significativo rol durante la batalla de Chapultepec como parte de la intervención estadounidense en México en 1847, al ser «el último bastión de defensa nacional, durante la cual sufrió daños considerables en su estructura. Miguel Miramón lo utilizó por primera vez como residencia presidencial a finales de los años 1850, hasta la segunda intervención francesa en México. Durante la transición imperial, Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota habitaron el edificio cautivados por las hermosas vistas del Valle de México que se apreciaban desde el lugar, y llevaron a cabo una serie de adecuaciones inspiradas en el estilo rundbogenstil y neoclásico parisino, que le proporcionaron una simetría similar a la de los recintos burgueses europeos de esa época.



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