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Antonio Gamoneda



¿Qué día cumple años Antonio Gamoneda?

Antonio Gamoneda cumple los años el 30 de mayo.


¿Qué día nació Antonio Gamoneda?

Antonio Gamoneda nació el día 30 de mayo de 1931.


¿Cuántos años tiene Antonio Gamoneda?

La edad actual es 92 años. Antonio Gamoneda cumplirá 93 años el 30 de mayo de este año.


¿De qué signo es Antonio Gamoneda?

Antonio Gamoneda es del signo de Geminis.


¿Dónde nació Antonio Gamoneda?

Antonio Gamoneda nació en Oviedo.


Antonio Gamoneda Lobón (Oviedo, 30 de mayo de 1931) es un poeta español, distinguido con el Premio Cervantes en 2006. Escritor autodidacta, aunque asturiano de nacimiento, ha vivido desde los tres años en León, ciudad y entorno geográfico en el que se ha desarrollado su existencia y ha madurado su obra.[1]​ Por su fecha de nacimiento se le ha relacionado con el llamado "grupo poético de los años 50".

Antonio Gamoneda nació en Oviedo el 30 de mayo de 1931.[2]​ Su padre, también llamado Antonio, fue un poeta modernista que publicó un único libro, Otra más alta vida, en 1919. En 1934, ya huérfano de padre, se trasladó con su madre, Amelia Lobón a la capital leonesa. La presencia de su madre como refugio ante el horror y la miseria de la guerra y la postguerra es recurrente en toda su poesía. En 1936, con las escuelas cerradas, aprendió a leer con uno de los pocos libros que había en su casa, el poemario de su padre ("considero imposible que, con la muerte por medio, pueda darse una relación más real entre un padre y un hijo que la que aconteció en mi infancia" [3]​).

El poeta vivió inicialmente en el principal barrio obrero, y ferroviario, de la ciudad, El Crucero. Un entorno que supuso para el Gamoneda niño una descarnada vivencia de las miserias y crímenes de la guerra civil española y en especial de la represión llevada a cabo por los fascistas durante el conflicto y en la inmediata posguerra. Una experiencia no querida que impactó en su especial sensibilidad, dejando huella en la psicología y en la memoria del poeta ("Yo vi lo que vi" [4]​).

En 1941 comenzó a recibir instrucción gratuita en el colegio religioso de los Padres Agustinos hasta 1943, año en el que el poeta se autoexpulsó.

Al día siguiente de cumplir 14 años, empezó a trabajar como meritorio y recadero en el hoy extinguido Banco Mercantil. Terminó por libre sus estudios medios y permaneció en la condición de empleado de banca durante veinticuatro años hasta 1969.

Mientras trabajaba en el banco, tomó contacto y fue parte de la resistencia intelectual al franquismo. Se dio a conocer poéticamente con Sublevación inmóvil (1953-1959), publicado en Madrid en 1960, obra con la que fue finalista del premio Adonais de poesía, y que supuso una ruptura con las tradicionales reglas realistas de la época. En 1969 pasó a crear y dirigir los servicios culturales de la Diputación Provincial de León y, a partir del 70, la colección Provincia de poesía, intentando promover una cultura progresista con el dinero de la dictadura. Fue privado de su condición de funcionario, y posteriormente recontratado, mediante sentencia judicial. Durante estos años comenzó a colaborar asiduamente en diferentes revistas culturales.

A esta etapa pertenecen La tierra y los labios (1947-1953), no publicado hasta la aparición del volumen Edad, que recoge su poesía hasta 1987; Exentos I (1959-1960), poemas no aparecidos hasta Edad; Blues castellano (1961-1966), obra no publicada por motivos de censura hasta 1982 y Exentos II (Pasión de la mirada) (1963-1970), publicada con múltiples variaciones en 1979 con el título León de la mirada.

A esta primera etapa siguió un silencio poético de siete u ocho años, significativamente marcados por la muerte del dictador Francisco Franco y los inicios de la llamada transición. Este tiempo, marcado por la crisis existencial e ideológica, se hace sentir en su siguiente obra Descripción de la mentira, publicado en León en 1977, un largo poema que marcó un giro hacia una total madurez poética, el libro fue escrito entre León y La Vega de Boñar desde diciembre de 1975 hasta diciembre de 1976.[5]​ Posteriormente publica Lápidas (Madrid, 1987) y Edad, el volumen que recoge toda su poesía hasta 1987, revisada por el autor, y que le valió el Premio Nacional de Literatura.

En 1992 apareció Libro del frío, que le consagra como uno de los poetas más importantes en lengua castellana. En el año 2000 vio la luz la versión definitiva de esta obra, que incluía Frío de Límites, obra procedente de una colaboración con Antoni Tàpies pero que, desgajada de la pintura, adquiría el carácter de addenda necesaria de Libro del frío. Previamente habían aparecido los poemas de Mortal 1936, acompañando a unas serigrafías de Juan Barjola sobre la matanza en la plaza de toros de Badajoz durante la Guerra Civil, y no llegaron a publicarse Exentos III (1993-1997).

De un diccionario relativo a la ciencia médica arcaica (1993-1998) y Libro de los venenos (Madrid, 1995) son obras más atípicas que parten de la convicción del autor de que el lenguaje arcaico se ha cargado estéticamente hasta convertirse en poesía y revelan la fascinación del poeta por la traducción de Dioscórides realizada por Andrés Laguna en el siglo XVI y su interpretación en clave poética.

Arden las pérdidas es publicado en 2003, libro que culmina la madurez iniciada en Descripción de la mentira, de una poesía en la perspectiva de la muerte en la que lo perdido (la infancia, el amor, los rostros del pasado, la ira…) aún arde en el tránsito hacia la vejez con mayor lucidez, con mayor claridad, con mayor frío. Tras él vendrán Cecilia (2004) y Esta luz: poesía reunida: (1947-2004), (2004).

En 2006 obtuvo el Premio Reina Sofía y el Premio Cervantes.

Durante esta segunda etapa, entre 1979 hasta 1991, fue director gerente de la Fundación Sierra-Pambley, creada en 1887 por Francisco Giner de los Ríos bajo los principios de la Institución Libre de Enseñanza. Posteriormente fue miembro del Patronato hasta 2007.

El 20 de abril de 2007 introdujo un mensaje en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, cuyo contenido se sabrá en 2032.[6]

Además de los importantes premios ya mencionados anteriormente, pueden anotarse otros reconocimientos, como el Premio Castilla y León de las Letras (1985), el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2004, el Premio Quijote en 2009, la Medalla de Oro de la ciudad de Pau, la Medalla de Plata del Principado de Asturias, el Premio “Leteo”, la Medalla de Oro de la Provincia de León y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes. Es Hijo Adoptivo de León y de Villafranca del Bierzo, y Doctor Honoris causa por la Universidad de León. En 2015, fue nombrado académico correspondiente en León de la Academia de Buenas Letras de Granada.

Gamoneda ha definido la poesía en uno de sus ensayos: "Es arte de la memoria en la perspectiva de la muerte". Su recepción crítica siempre ha sido favorable desde que el poeta comenzó a publicar:

“Prieto y denso es el verbo de Antonio Gamoneda, como salido apenas del silencio para quedar con él, para volver a él ni bien se profiere, verbo como desprendido del erial, de la contemplación de un paisaje desolado, como nacido de la fría extensión para dejar su melancólica constancia del despojamiento…La poesía de Antonio Gamoneda tiene la desnudez de la existencia.”[7]

“Antonio Gamoneda se ha convertido en guía y modelo de los poetas más jóvenes, que valoran su sabiduría lingüística y su apertura hacia las tradiciones de la modernidad, apertura que nace de la asunción de la propia historia personal y colectiva.”[8]

“Antonio Gamoneda se encuentra con el expresionismo de Trakl, y sobre todo, con la última poesía de Lorca, cuya difícil herencia es sin duda hoy el único en atreverse a recoger.”[9]

“Voz probada e inmersa y sumergida, pues, en el paso mismo de los años, en la variabilidad alucinógena de la circunstancia histórica hispana, doblada en el acontecer espacioso de una “vida de poeta” seguida por Gamoneda; pero voz también que ocupa con autoridad su lugar en el vasto campo de unas letras españolas, y que en él toma sus posiciones, ejecutando la conquista de su espacio y figura más propia en una callada estrategia cuyo secreto es la demora, el silencio (y hasta un cierto exilio), y ello hasta verse en la actualidad respaldada por todas las instancias de legitimidad de que quepa hacer inventario […].”[10]

“Tres son los puntales, repetidos por el poeta insistentemente en [sus] escritos, sobre los que se alza la estatura de su pensamiento poético: - La naturaleza autorreferente de la palabra poética –intrarreferente, dice él también–, cuya significación y cuya realidad no atraviesan hacia una referencia exterior. - El desencadenante de naturaleza musical del lenguaje poético (‘El pensamiento poético es un pensamiento que canta’). - El hecho de que sólo sea posible que el lenguaje poético entre en la inteligibilidad bajo la condición de imágenes sensibles.” ”[11]

“Gamoneda no desarrolla propiamente un relato, ni siquiera cuando anuncia que va a hacerlo; los hechos se fragmentan en sensaciones, en detalles aislados de su contexto, transportan ecos de tiempos anteriores. La mirada está sometida a un núcleo obsesivo que la absorbe, la dirige de forma centrípeta hacia lo que el poeta llama interiorización. Sólo cuentan los sucesos interiorizados –escasos, hirientes– y éstos ofrecen su terca recurrencia, sus metamorfosis, su permanecer…Es una suerte peculiar de forma autobiográfica: no narrativa ni tampoco referencial de modo directo; pero sí tejida en la constancia de las imágenes y de los núcleos de interés, de los elementos que se tornan emblemáticos, de las figuras y personajes relevantes. Se trata de una dinámica minimalista y reiterativa…que se impone en la lectura conjunta de la obra.”[12]





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