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Athelstan



Athelstan, Æþelstan, Æðelstān o Atelstán (nórdico antiguo: Aðalsteinn; 895-27 de octubre de 939), llamado el Glorioso, fue rey de los anglosajones de 924 a 927 y rey de Inglaterra de 927 a 939. Su reinado es frecuentemente pasado por alto por los historiadores modernos, enfocándose más en el de su abuelo, Alfredo el Grande, o en el de su sobrino, Edgar el Pacífico. Sin embargo, su reinado fue de importancia fundamental para el desarrollo político del siglo X.

Fue el primogénito de Eduardo el Viejo, rey de Wessex, y de Egwina. Pese a que sus padres se casaron, fue declarado ilegítimo al subir su padre al trono en 899. La baja condición social de su madre fue el motivo por la que se apartó de su lado y se casara con la que sería considerada su reina y primera esposa, Elfleda.

Su padre ascendió al trono del reino de los anglosajones formado por Alfredo, no sin dificultad. Su tía, hermana de Eduardo, Ethelfleda, rigió Mercia Occidental en su representación luego de la muerte de su marido, el ealdorman Ethelredo en 918. A la muerte de Ethelfleda, Eduardo rápidamente tomó el control de Mercia y, a la muerte de este, Athelstan directamente rigió los reinos anglosajones al sur del río Humber.[1]

Habiendo sido criado en el reino de Mercia por orden de su padre, como una forma de conseguir la lealtad de este rebelde país a la dinastía cérdica, a la muerte de este (17 de julio de 924) fue aclamado de inmediato rey de Mercia.

Al morir su medio hermano, el rey Ethelweard, luego de tan solo 16 días de reinado —al parecer asesinado por orden suya— el (2 de agosto de 924), la Witan lo elige como el nuevo soberano, siendo coronado en Kingston upon Thames el 4 de septiembre de 925.[2]

Durante su reinado demostró ser un consumado diplomático, prefiriendo las alianzas a la guerra. El 30 de enero de 926 casó a su hermana Edith con Sihtric ua Ímair, rey vikingo de Jórvik y de Northumbria. Sin embargo, Sihtric muere al año siguiente (927) y Athelstan aprovecha la oportunidad para anexionarse Northumbria. Esto lo convierte en el rey sajón con la mayor extensión territorial hasta entonces; por esta razón, los demás reyes británicos se sometieron a su mando en Bamburgh. En la Crónica anglosajona se describe cómo cada uno de los reyes se inclina ante su supremo líder: "primero Hywel, rey de Cornualles, y luego Constantino II, rey de Escocia, y Owain, rey de Gwent, y luego Ealdred de Bamburgh".[3]​ El cronista Guillermo de Malmesbury añade al rey Owain de Strahtclyde entre los reyes sometidos.

Se registran otros eventos similares en las marcas occidentales del dominio de Athelstan. Según Guillermo de Malmesbury, había sometido a los reyes del norte de Bretaña (lo que implica Gales) en Hereford, donde exigió un fuerte tributo. La realidad de su influencia sobre Gales es subrayada en el poema galés Armes Prydein Fawr y por la aparición de los reyes galeses como subreguli en las cartas de 'Αthelstan A'. En forma similar, dirigió Gales del Oeste (o sea Cornish) fuera de Exeter y estableció la frontera entre Inglaterra y Cornualles a lo largo del río Tamar.

Athelstan es considerado como el primer rey inglés de facto.[4]​ Alcanzó éxitos militares considerables sobre sus rivales, incluyendo a los vikingos, y extendió su dominio a partes de Gales y de Cornualles. Su victoria más grande, sobre una alianza enemiga que incluía a Constantino II de Escocia, fue la batalla de Brunanburh, en el otoño de 937.

Aunque estableció muchas alianzas a través de los matrimonios de sus medio hermanas con casas reales de Europa, nunca se casó ni tuvo descendencia. Sin embargo, crio como a su propio hijo a Haakon el Bueno, más tarde rey de Noruega.

Murió en su palacio de Gloucester el 27 de octubre de 939, a los 44 años de edad, siendo sepultado en la abadía de Malmesbury, en Wiltshire. No hay nada en la tumba bajo la estatua, ya que las reliquias del rey probablemente se perdieron en la Disolución de los monasterios de 1539. Los restos pueden haber sido destruidos por los comisionados del rey o haber sido escondidos antes de que llegaran dichos comisionados.

A medida que su reino crecía, Athelstan se impuso nuevos desafíos con respecto a su administración. Hacia fines de su reinado, se sabe de otro Athelstan, llamado 'medio rey' que fue Ealdorman para la mayor parte de la Mercia Oriental y Anglia del Este. Ian Walker ha planteado que, a medida que se incrementaba el poder de Athelstan, la extensión de la regencia del siguiente nivel de la aristocracia también debía crecer. Todo lo que apunta a una mayor estratificación de la sociedad anglosajona, desarrollo que es posible examinar desde los tiempos iniciales anglosajones hasta la conquista normanda y más allá.

Un gran número de códigos legislativos se crearon durante su reinado. Examinar cada uno de ellos en detalle tomaría mucho tiempo, pero se pueden resumir dos puntos de vista sobre ellos: Patrick Wormald afirma que la ley escrita tenía poco uso práctico en la Inglaterra anglosajona, que había poca homogeneidad entre las leyes y que la naturaleza esporádica de ellas indicaba un sistema poco coherente basado en la ley escrita. Mientras que Simon Keynes ha argumentado que existe un patrón en las leyes del reino de Athelstan y que estas son evidencia 'no de cualquier actitud casual hacia la publicación o registro de la ley, sino todo lo contrario'.

El reinado de Athelstan marca un hito en las esporádicamente inquietas relaciones entre anglosajones y galeses.

Según Asser, un monje de San David, Dyfed, varios reinos de Gales se sometieron a Alfredo (incluyendo aquellos que habrían sido regidos por los hijos de Rhodri Mawr). No se registran batallas entre los ingleses y galeses durante el reinado de Athelstan, pero algunas cartas indican que los reyes galeses asistían a su corte, posiblemente al ir con él en campaña.

D.P. Kirby argumenta que Athelstan reprimía a los reyes galeses, manteniéndolos cerca para tener su lealtad. Aún más, es posible que algunos de ellos, particularmente Hywel Dda resultaran beneficiados con esta relación. Hywel habría sido influenciado por ideas inglesas de la soberanía - él es el primer rey galés que se asocia con un código mayor de ley galesa y una moneda, acuñada en Chester, lleva su nombre.

Como las de sus predecesores, la corte de Athelstan estaba en contacto con el resto de Europa. Sus medio hermanas se casaron con familias de la nobleza europea. Edith desposó al futuro emperador Otón I del Sacro Imperio Romano Germánico, hijo de Enrique I el Pajarero y otra contrajo matrimonio con Egill Skallagrímsson, el inspirador de la islandesa saga de Egil.

Alano II, duque de Bretaña, y Haakon, hijo de Haraldo de Noruega, fueron acogidos en la corte de Athelstan y dieron un hogar a Luis, el hijo exiliado de Carlos el Calvo.

Athelstan puede haber considerado su reinado en forma imperial: el estilo basileus se basa en sus cartas, mientras que es el primer rey en llevar el título de r[ex] tot[ius] B[ritanniae].

Según Guillermo de Malmesbury, reliquias como la espada del emperador Constantino I de Roma y la lanza de Carlomagno (primer emperador del Sacro Imperio Romano Germánico) llegaron a Athelstan, sugiriendo que él estaba relacionado de alguna forma con grandes regentes del pasado.

Aunque estableció varias alianzas a través de su familia, no tuvo hijos propios.

Athelstan era religioso y realizó importantes donaciones a la iglesia de Wessex. A su muerte en 939 en Gloucester fue enterrado en su abadía preferida (Malmesbury) en vez de con su familia en Winchester. Aunque su tumba aún se encuentra allí, su cuerpo se perdió hace décadas.

En Malmesbury, su nombre continúa vivo en los siglos XX y XXI, en muchas cosas, desde una empresa de autobuses hasta una tienda de artículos de segunda mano, así como en varias avenidas y calles.

Le sucedió su medio hermano menor, el rey Edmundo de Inglaterra.

En Athelstan y los Galos:

Para las leyes de su reino:

Se pueden encontrar compilaciones de sus fuentes en:

La Crónica anglosajona que es muy explícita durante los reinados de Alfredo el Grande y Eduardo el Viejo, queda relativamente en silencio durante el reinado de Athelstan y la información que sobrevive es retrospectiva. Unas pocas referencias hablan de sus campañas militares, la información más extensa se encuentra en un poema sobre la batalla de Brunanburh, compuesto probablemente durante el reinado de su sucesor Edmundo.

Otras fuentes narrativas a través de Europa contienen más información. Los anales de Flodoardo contienen varias referencias a la lucha de Athelstan contra los regentes del Este y Oeste de Francia, así como la Crónica de Nantes.

Guillermo de Malmesbury, no obstante, en sus escritos de principios del siglo XII, provee mayores detalles. Su obra incluso lleva a la ya desaparecida Vita Æthelstani, pero —como plantea el historiador Michael Wood— se debe tener cuidado en este caso, ya que su existencia aún no ha sido comprobada y la fuentes de Guillermo a menudo no pueden ser verificadas.

Las fuentes documentales son cartas y leyes anglosajonas. Existen numerosas cartas que informan acerca de la persona de Athelstan y a quién otorgaba tierras. A través de ellas, es posible examinar sus peregrinaciones, particularmente entre los años 927 y 932 en que todos los diplomas fueron bosquejados por el extraordinario escribano conocido como 'Athelstan A'. Existen varios códigos de ley anglosajones atribuidos a Athelstan, un par de ellos siguen la tradición de Alfredo y Eduardo, los otros son menos 'oficiales', pero no menos reveladores de aspectos de la administración de Athelstan.

Existen disponibles fuentes no escritas. Las más útiles son las monedas, que dan a Athelstan un título que revela cuan extendida estaba su administración (o la acuñación) a través de toda Bretaña. También son interesantes los manuscritos y reliquias que el rey coleccionaba y donaba -muchas de las cuales contienen notas de detalles de las donaciones. Las reliquias donadas permitieron conocer mejor el patronato del rey del culto de San Cuthbert en Northumbria, al cual donó dos manuscritos que contenían referencias a los primeros regentes ingleses, el Corpus Christi Manuscript.




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