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Bactriana



Bactriana o Bactria es el antiguo nombre griego de una región histórica del Asia Central, localizada entre el Hindú Kush (Parapamisos o Caucasus Índicus para los autores grecolatinos) al sur, y el río Amu Daria (Oxus) al norte; su capital fue la ciudad de Balh (Bactra o Zaraspa). Hoy ese territorio corresponde a varias naciones, el norte de Afganistán, el sur de Uzbekistán, y Tayikistán.

La Bactriana limitaba por el este con la región antigua de Gandhara en el subcontinente indio, al oeste con Drangiana e Hircania y al norte con la Transoxiana, la Sogdiana y la extensísima Escitia (Extra Imaus), al sur confinaba con Aracosia; entre otros territorios, la Bactriana incluía a los de la Guriana, la Bubacena, la Parapamisade y el llamado «país de los marucenos». El idioma clásico de la Bactriana era una lengua indoeuropea de la subfamilia indoirania, el idioma bactriano.

Los bactrianos son una de las líneas hereditarias de los modernos tayikos, así como posiblemente de los pastunes. Algunos historiadores creen que el nombre moderno de «tayik» se originó de Ta-Hia o Daxia, nombre chino antiguo para la región (en chino medieval se pronunciaba /datguea/); por su parte los antiguos indios la denominaban Bahlika.

Era un país montañoso con un clima continental, aunque en los abundantes oasis que en la Antigüedad poseía el territorio, el agua era abundante y la tierra muy fecunda. La Bactriana se consideraba tradicionalmente como el lugar de origen de una de las tribus iranias. Los autores modernos han usado a menudo el nombre en un sentido más amplio, como la designación del norte de Afganistán.

En estas regiones de tierras fecundas en los oasis, de un país montañoso rodeado por la depresión del Turán, desde tiempos remotos la Bactriana fue una etapa importantísima y casi obligada para el tráfico comercial y la comunicación entre el Extremo Oriente, el subcontinente indio y la cuenca del Mediterráneo. Fue en la Bactriana donde se considera que el profeta Zoroastro predicó y ganó sus primeros adeptos. El idioma en que el Avesta, libro santo del zoroastrismo está escrito, se llamó «antiguo bactriano» alguna vez, aunque luego pasó al zend.

No es conocido si la Bactriana formó parte del Imperio medo, pero fue subyugada por Ciro el Grande en una campaña llevada a cabo probablemente entre 545 y 540 a. C. Desde entonces, la Bactriana fue una de las principales satrapías del Imperio aqueménida. Durante la guerras intestinas del año 522 a. C., el sátrapa Dadarsi, fue un valioso aliado del rey Darío I. Ya en el reinado de Jerjes I, el sátrapa Masistes intentó fallidamente iniciar una rebelión. Cerca del 462 a. C. estalló en Bactriana una revuelta contra el rey Artajerjes I, liderada por su hermano Histaspes (Diodoro Sículo, XI 68) o por un sátrapa llamado Artabano (Ctesias, 35). Después de que Darío III fuera derrotado por Alejandro Magno, su asesino Besos, el sátrapa de Bactriana, intentó organizar una resistencia nacional en sus dominios.

Alejandro conquistó la Bactriana sin mucha dificultad; solo en Sogdiana al norte, más allá del Oxus, encontró una resistencia fuerte. Bactriana se volvió una provincia del Imperio macedonio. En Bactriana Alejandro conoció a una de sus más célebres mujeres, Roxana, y con ella contrajo matrimonio; también ocurrió otro hecho famoso en la vida del conquistador: Alejandro Magno nombró como primer sátrapa griego a su favorito Clito el Negro en el 328 a. C., pero durante un banquete Clito le reprochó ciertas actitudes a Alejandro, quien como respuesta le ultimó de un lanzazo. Tras la muerte de Alejandro la Bactriana cayó —con casi todos los territorios asiáticos— bajo la tutela del diádoco Seleuco I Nicátor.

Tras la muerte de Alejandro, el general macedonio Seleuco I Nicátor y su hijo Antíoco I establecieron el Imperio seléucida, y fundaron muchos pueblos en la región del Irán oriental, el idioma griego se volvió durante algún tiempo en la región el idioma dominante. La paradoja de que la presencia griega era más prominente en Bactriana que la cercana Partia o que otras áreas más adyacentes a Grecia,[1]​ posiblemente se podría explicar por la política impuesta por los reyes persas, que consistía en deportar a los colonos griegos a las provincias más remotas de su gran imperio. Sin embargo, la región quedaba muy lejos de los centros de civilización helénica y tuvo que sobrevivir por sus propios medios.[1]

Las muchas dificultades contra las que los reyes seléucidas tenían que luchar y los ataques de Ptolomeo II de Egipto, dio al sátrapa bactriano Diodoto I la oportunidad de hacerse independiente (circa 255 a. C.). El territorio abarcaba Sogdiana, Aria y Aracosia creándose el llamado Reino grecobactriano.

Diodoto y sus sucesores pudieron defenderse contra los continuos ataques del rey seléucida Antíoco III el Grande, hasta que los seléucidas fueron derrotados finalmente por los romanos (190 a. C.) en Oriente Próximo.

El Reino grecobactriano fue tan poderoso que pudo extender su territorio hasta el norte de la India (o, más exactamente, hasta ejercer una hegemonía sobre territorios que, mayormente, corresponden al actual Pakistán y que en la Antigüedad eran el núcleo de la cultura del valle del Indo.

El rey bactriano Eutidemo I y su hijo Demetrio cruzaron el Hindu Kush y empezaron la conquista del norte de Afganistán y el valle del Indo. Durante un tiempo ellos manejaron un gran imperio griego, levantado muy lejos de Grecia, en el Este.

Pero este imperio se fragmentó por las disensiones interiores y las usurpaciones constantes. Cuando Demetrio avanzó hacia la India, uno de sus generales, Eucrátides I, se sublevó y le arrebató Bactriana y Sogdiana (hacia 175 a. C.).

Las posesiones griegas fueron divididas entre los familiares de Eucrátides, que recibieron Bactriana, Sogdiana y el Punyab occidental, y los de Demetrio, que hubieron de conformarse con el Punyab oriental.

Todo lo que se conoce sobre ellos es por sus monedas, muchas de los cuales se han encontrado en Afganistán y la India. Por estas guerras internas la posición dominante de los griegos en la región se vio disminuida.

Hacia el año 150 a. C., un soberano notable, Menandro I entró en conflicto con el Imperio Sunga; invadió el valle del Ganges, hasta Benarés, conquistó Pataliputra (tal vez llegó hasta Patna) y favoreció la religión budista; este es el único personaje griego (en sánscrito «javana» —jonio—, nombre dado a todos los helénicos por los antiguos hindúes) que aparece mencionado fehacientemente en la literatura de la antigua India, en la misma su nombre es transformado a Milinda. De este modo, por su propio peso económico, cultural y demográfico, el área de la cuenca del Indo y del alto Ganges se escindió del Reino grecobactriano, constituyéndose entonces un nuevo reino helenístico al sur y este del Hindu Kush: el bastante efímero Reino indogriego, con capital en Taksila.

Entre 80 y 30 a. C., los últimos príncipes griegos del Punyab fueron destronados por los invasores procedentes del Asia Central (en especial por el conjunto de tocarios llamado kushanas), mas la cultura griega subsistió a la nueva dominación a través de centenares de años.

La Bactriana (conocida como Ta-Hia en chino) fue visitada por el explorador chino Zhang Qian en 126 a.C. Los informes de Zhang Qian escritos en el Shiji (‘los archivos del Gran Historiador’) por Sima Qian en el siglo I a. C., describen una civilización urbana muy importante de aproximadamente un millón de personas, quienes vivían en ciudades amuralladas bajo el gobierno de pequeños reyes o magistrados.

Estos contactos llevaron inmediatamente a la expedición de embajadas múltiples del Imperio chino, comenzando el desarrollo de la Ruta de la seda, que de Antioquía llegó al Pamir, y a través del océano Índico a los puertos de Barygaza y Musiris así como el remoto de Cattigara.

Posteriormente la zona donde se desarrolló el Reino grecobactriano, tal como se ha señalado, fue ocupado por el Imperio kushán (llamado también tocario). Por esta razón, la región será conocida posteriormente por su nombre persa y árabe de Tocaristán. A diferencia de pueblos de la misma etnia que se establecieron en el noreste de Xinjiang y fortalecieron allí su individualidad etnolingüística, los kushanas se iranizaron rápidamente sin dejar rastro de su identidad original.

Este territorio fue conquistado por los sasánidas. Después de un breve periodo bajo hegemonía uigur, fue conquistado por los árabes en el siglo VII d. C.

Bactra, su capital (actual Balh) floreció bajo el dominio árabe hasta que fue destruida por los mongoles en 1221. Luego se recuperó parcialmente, pero debió dejar su lugar de primacía a Mazari Sharif, ciudad santuario ubicada a poca distancia al sudeste. Este santuario compite, en el islamismo popular, con la ciudad iraquí de Nayaf por el honor de ser el último lugar de descanso de Ali (600-661), yerno del profeta Mahoma y primer imán de la fe chií. En siglos más recientes, el original Tojaristán iranio se vio infiltrado por migraciones de pueblos túrquicos, particularmente turkmenos y uzbekos, a tal punto que la región es conocida también en tiempos modernos como Turquestán afgano.

Se destaca el curioso arte grecobactriano, que representa una variante del arte de la Antigua Grecia influido por rasgos del arte indio y del arte medo-persa, llegando a fundirse con el arte greco-budista de Gandhara, tal cual se reflejaba en los colosales Budas de Bāmiyān destruidos en 2001.



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