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Cabruagénigos



Los cabruagénigos (en genitivo latino Cabruagenigorum)[2]​ eran una tribu astur, emparentada con la tribu de los zoelas (junto a los clanes de los visaligos, desoncos y tridiavos), que probablemente se asentaban en la actual comarca de La Cabrera (León). En sus orígenes eran un antiguo clan de los Zoelas (que extendían su territorio desde Sanabria hasta la sierra de la Culebra ocupando también parte de la región portuguesa de Trás-os-Montes,[3]​ pero se habrían desligado del tronco común pasando a ser una unidad independiente y estando, por tanto, en su mismo plano jerárquico.[4]

Sobre el origen del término cabruagénigos, destaca la vinculación entre el sustrato celta ginos, genos[5][6]​ cuyo sentido es 'hijo de' (en latín raza, origen, clan, familia) y la raíz en asociación con el indoeuropeo kapro (cabra),[7][8]​ presente en la palabra celta gabros.[9][10]

Se puede observar un parentesco si analizamos la evolución sintáctica que ha experimentado la denominación de la comarca leonesa de La Cabrera, gracias a la documentación medieval[11]​ que se ha conservado hasta nuestros días:

No se dispone de escritos antiguos que atestigüen cuál era el territorio exacto que habitaban, pero hay indicios que indican la probabilidad de que se asentaran y dieran origen a la actual comarca de La Cabrera o Cabreira (su nombre en dialecto cabreirés),[15][16][17]​ en el suroeste de la provincia de León, entre los siglos I a. C. y III d. C.. En la Edad Contemporánea esta relación se manifiesta en lo relativo a la toponimia (Cabreira)[18]​ y gentilicios (cabreirés/cabreiresa), así como en las reminiscencias culturales,[19]​ presentes en un amplio número de costumbres prerromanas,[20]​ de origen celta,[21]​ que hasta finales del siglo XX se conservaban en la zona.

Hallazgos arqueológicos indican que en el norte del territorio cabreirés hubo presencia de clanes Gigurros,[22]​ pero no hay una información precisa sobre el resto de valles cabreireses, mucho menos accesibles por su agreste orografía. Sobre los Cabruagénigos se sabe que eran vecinos de los Zoelas (Sanabria, Trás-os-montes, Aliste) y Orniacos (La Valduerna), y conociendo los emplazamientos de estas tribus y la de los Gigurros (Valdeorras) queda un vacío territorial, una tierra de nadie, que coincide con La Cabrera, la cual podría haber estado ocupada por ellos. Así lo afirma el historiador, nacido en Castrocontrigo, Antonio Justel Carracedo.[23]​ Los textos y grabados de época romana recuperados hasta la fecha son breves, escuetos y apenas aportan algo de información sobre los asentamientos, pero las excavaciones arqueológicas realizadas durante el siglo XX han encontrado un amplio número de castros y coronas astures en todo el territorio cabreirés. Posteriores estudios han revelado también los usos y modo de vida de sus habitantes, confirmando su ascendencia astur.[24]

De confirmarse que se asentaban en el eje entre el monte sagrado Teleno, asociado al dios astur Tileno del que era objeto de culto en su cima (denominación derivada de la voz primigenia indoeuropea tilenia cuyo significado es punta o cumbre de una montaña: tilenia → Tilenus → Tileno → Teleno),[25]​ y la explotación minera de oro de Las Médulas, la tribu de los Cabruagénigos pudo ser altamente participativa tanto en las guerras cántabras (en el Mons Medulius se desarrolló una de las batallas más cruentas y decisivas), como en la importante obra de ingeniería de canalización de aguas hacia la explotación minera de Las Médulas.

La descripción más interesante que tenemos de ellos, la cual engloba a todos los pueblos montañeses del noroeste de la península, se la debemos a la obra Geographiká de Estrabón, que nos dice:

En relación con las guerras astur-cántabras el historiador romano Lucio Anneo Floro también nos muestra el carácter guerrero de los pueblos astures:

En cualquier caso fue Plinio el Viejo, naturalista y militar romano, quien entre los años 68 y 72 visitó los Montes de León, dirigiendo la prospección de metales que dieron origen, entre otros, a la explotación de oro de Las Médulas. Plinio da cuenta de ello en una carta enviada al emperador romano Galba:

Y da cuenta del proceso de extracción del preciado metal de Las Médulas:

Para dar salida al oro y minerales extraídos y facilitar los movimientos de las tropas de dominio y vigilancia de las explotaciones, los romanos construyeron una calzada que bajando de La Cabrera empalmaba cerca de Congosta con la calzada que de Astorga conducía a Braga, en Portugal, pasando por Calzada de la Valdería y cuyo nombre recuerda la existencia de esta vía.

Los astures se hallaban divididos en gens o tribus; éstas estaban compuestas, a su vez, por clanes familiares, las llamadas gentilidades. Al ser éstas grupos cerrados dentro de una gens más amplia, y establecer la identidad jurídica del individuo, forman clanes cuya insolidaridad y fuerza van en detrimento de una organización política a modo de Estado.

El elemento corrector de este fenómeno fue una institución conocida con el nombre de hospitium (hospicio u hospitalidad), que eran acuerdos de amistad consistentes en su mayoría en un documento portátil de bronce o plata, llamado tésera; suponía una vinculación especial por la cual los implicados (individuos o ciudades) se recibían en mutua protección, reconociéndose leyes, derechos y deberes que se plasman en cartas tabulas (tablas de bronce). El pacto de hospitalidad permitía adquirir los derechos de un grupo gentilicio a otros grupos o individuos; quienes se acogían a la tutela de ese grupo. No se trataba de un acto de adopción, las partes actuantes contraían derechos mutuos sin que la personalidad propia se perdiera. Al principio estos pactos eran verbales, un rito con presencia de testigos y de los dioses que actuaban como garantes. Más tarde, los romanos asimilarían también estos acuerdos.[27]

La gens cabruagéniga aparece mencionada por primera vez en el Pacto de los Zoelas,[28]​ un tratado de hospitalidad entre las civitas Zoelarum en época romana.[29]

En ambos textos se puede observar que están datados correctamente atendiendo a la mención de los cónsules y el calendario romanos. El primer párrafo se corresponde con el 27 de abril del año 27 y el segundo párrafo se corresponde a su vez con la renovación del pacto, el 11 de julio del año 152.

El primer pacto indica, por otra parte, que se trata de una reafirmación de otro tratado anterior, que con toda probabilidad pudiera tener un origen prerromano. Se reconocen mutuamente dos gentilidades que pertenecen a una misma gens, que sirven de unidades sociales correspondientes a unos límites territoriales concretos y definidos. Los seis firmantes del pacto poseen un solo nombre astur, acompañado de la denominación del padre, también astur. Aparece también un magistrado de la gens zoela.

En el pacto correspondiente al año 152, las dos gentilidades deciden reafirmar y ampliar el pacto, incluyendo a tres nuevos representantes de sus respectivas gens: Orniacos, Visaligos y Cabruagénigos (estos dos últimos pertenecientes a la civitas de los Zoelas). Es importante comprobar el grado de romanización que ya se ha adquirido: los zoelas mencionados poseen ahora nombres romanos. Un personaje, Sempronio Orniaco, posee los tres nombres al modo romano, al igual que los dos magistrados que dan fe. El primer pacto fue realizado en la ciudad de Curunda mientras que el segundo en la capital del conventus, Asturica Augusta.




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