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Camello (animal)



Camelus es un género de mamíferos artiodáctilos de la familia Camelidae que incluye a las tres especies vivientes de la familia originarias del Viejo Mundo, que son denominadas popularmente como camellos y dromedarios. Son animales ungulados nativos de zonas secas y desérticas de Asia.

Existen tres especies de camellos actuales y otras tres fósiles:

Según estudios de ADN mitocondrial, Camelus ferus y Camelus bactrianus divergieron de un ancestro común hace unos 700 000 años, en el Pleistoceno.[3]

Son rumiantes sin cuernos, sin hocico, con los orificios nasales formando aberturas oblicuas, el labio superior dividido y movible por separado y extensible, sin pezuñas (tienen dos dedos diferenciados), el abdomen elevado y patas largas y delgadas. Al contrario de la creencia popular, el camello almacena grasa en vez de agua en la joroba, que suele caer hacia un costado al encontrarse sin reservas.


Los camellos conforman un género dentro de la familia de los camélidos, en el cual son el taxón hermano de las llamas (Lama) y las vicuñas. Los dromedarios y los camellos bactrianos se pueden cruzar. Los híbridos resultantes, que se conocen como tulus o bukhts, tienen un tamaño más grande que sus padres «puros». También se ha conseguido cruzar llamas con camellos mediante inseminación artificial. Su progenie se conoce como cama.

Los camellos pertenecen a la familia de los camélidos. Este grupo apareció durante el periodo Luteciense (Eoceno medio) [4]​. Los fósiles más antiguos conocidos de la familia han sido descubiertos a la cantera de Laguna Riviera (California, Estados Unidos).[5]

Los camellos propiamente dichos aparecieron y se extendieron durante el Plioceno medio. Los camellos actuales desarrollaron adaptaciones a las condiciones áridas en las cuales vivían (jorobas, digestión y metabolismo, absorción de grandes cantidades de agua, consumo de alimento con mucha sal, etc.). Estas adaptaciones probablemente surgieron en una fase tardía de la evolución de los camélidos, es decir, no eran propias de los camélidos basales, y les permitieron extenderse allá donde otros herbívoros no podían prosperar.

Su esperanza de vida está en torno a los 40 a 50 años. Un camello adulto mide 1,85 m a la altura de los hombros y 2,15 m en la joroba. La joroba sobresale unos 75 cm. Los camellos pueden correr a 65 km/h en carreras cortas y mantener una velocidad de 40 km/h.

Los camellos macho tienen un órgano llamado doula en su cuello, que es un gran saco inflable que sobresale de su boca cuando está en celo, para imponer la dominancia y atraer a las hembras. Parece como una larga lengua rosada e hinchada que sale por un lado de su boca.

La familia de los camellos es originaria de América y migró a Eurasia y África gracias a las glaciaciones. Esto se comprueba mediante el amplio registro fósil de camélidos en América. El fósil de camélido más antiguo fue hallado en Kansas, a mediados de los años 1930.

Por lo general, los camellos tienen un carácter pasivo. Pero, para su defensa, suelen utilizar las patadas o lanzan saliva, que produce ardor en contacto con los ojos.

Se emplean normalmente como animales de carga, aunque también se aprovecha su piel, leche y carne. Puede ingerir 180 litros de agua de una sola vez y desplazarse sin volver a tomar agua durante más de 10 días. Tradicionalmente, la leche de las hembras ayudó a sobrevivir al hombre durante viajes largos por el desierto. El pelo del camello puede hilarse para hacer vestidos y sogas. Con la piel se confeccionan sandalias y cantimploras, y el estiércol es útil como combustible para cocinar.

En el norte de África existen "dromedarios danzantes" y de competición, que divierten al público durante la fiesta conocida como "el día del camello". También se emplean para transportar turistas por el desierto.

Durante las últimas décadas, los camellos han recuperado el reconocimiento por su potencial producción de comida en zonas áridas y semiáridas de Sudán. Después de haber sido despreciados por antieconómicos por el gobierno de Sudán, su papel vital en el soporte de poblaciones humanas en algunas de las áreas más pobres y azotadas por la sequía del mundo ha sido ahora reconocido (Hjort af Ornäs, 1988). La devastadora sequía de África entre 1984 y 1985 demostró que la posesión de camellos podía dar a los pastores una excelente oportunidad de sobrevivir. Mientras todos los rebaños de ovejas y cabras sucumbían a las áridas condiciones, la población de camellos sobrevivió relativamente ilesa. Por consiguiente, algunos grupos de pastores con profundas raíces en la ganadería, como los samburu del norte de Kenia, empezaron a adquirir camellos (Sperling, 1987), un hecho que atrajo la atención de agencias de desarrollo y organizaciones internacionales.

Se han hecho intentos de utilizar los camellos como caballería y monturas de dragones y como animales de carga en lugar de caballos o mulas. Los camellos han sido usados militarmente, sobre todo, por su habilidad para asustar caballos en recintos cerrados, una cualidad usada por los aqueménidas persas cuando luchaban contra Lidia. Además, los persas solían usar los camellos en caravanas de avituallamiento para transportar armas y equipo. Los caballos aborrecen el olor de los camellos que están cerca, incluso se hacen difíciles de controlar. El ejército de los Estados Unidos tuvo una unidad de camellos desplegada en California en el siglo XIX, y los establos de ladrillos todavía pueden verse en el arsenal de Benicia, ahora convertido en estudio de artistas y artesanos. Los camellos se han usado en guerras por toda África; hasta el Imperio Romano de Oriente usó tropas auxiliares conocidas como Dromedarii, reclutadas en las provincias del desierto. Durante la Guerra Civil Americana, los camellos fueron usados en una etapa experimental, pero no llegó lejos.

Corazón camello.

Pata de camello.

Riñón de camello (sección longitudinal).



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