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Campo de Mirra (Alicante)



Campo de Mirra (antiguamente hasta 1857 Campo[2]) (en valenciano y cooficialmente El Camp de Mirra)[3]​ es un municipio de la Comunidad Valenciana, España. Situado en el noroeste de la provincia de Alicante, en la comarca del Alto Vinalopó, contaba con una población de 445 habitantes según el censo de 2015.[4]

La localidad es conocida principalmente porque el 26 de marzo de 1244 se firmó en su castillo el Tratado de Almizra entre Jaime I y Alfonso X el Sabio.[5]

El origen del topónimo es con total seguridad árabe, con deformación por etimología popular a partir de Almizra (en valenciano medieval Almizrà o Almiçrà).[6]​ Su origen primero, no obstante, es controvertido porque no existen referencias al mismo en textos árabes. Carmen Barceló lo derivó de المصران (al-miṣrān, las dos fronteras o las dos comarcas),[7]​ partiendo de la premisa de que esta línea fronteriza ya existiría entre los reinos de taifas.[6]​ Sin embargo, Sergio D. Garrido ve su origen en el término المزرعة (al-mazra'a, el cultivo), cuya derivación almiçrà se explica perfectamente por el fenómeno de la imala. De ahí, pues, saldría el término el camp o el campet con el que se conoció a la localidad hasta que en 1849 se oficializó la denominación ‘Campo de Mirra’, y por tanto la denominación actual sería un tautopónimo, como en «puente de Alcántara».[7]

Campo de Mirra se encuentra situado al noroeste de la provincia de Alicante, en el interior del valle de Benejama, que forma parte de la comarca del Alto Vinalopó.[6]

El relieve se divide en cuatro unidades, siendo la parte más septentrional parte de la sierra de Benejama (o de la solana), un anticlinal cretácico de dirección bética SO-NE que alcanza altitudes de 982 metros en el pico del Águila, 897 en el Alto de la Zafra (mojón con Villena y Fontanares) y 943 en el Carrascalet, mojón trifinio con Fontanares y Benejama. Al pie de esta sierra se extiende un extenso glacis cubierto de olivares, almendros y viñedos que termina sobre una cañada o vega enmarcada entre el camino viejo de Benejama a Caudete y una acequia del Vinalopó, al otro lado de la cual se vuelve a levantar el terreno dando lugar al cerro de Les Penyetes (687 metros) última estribación NE de la sierra de la Villa, que por el otro extremo muere sobre la ciudad de Villena. Una línea de corrales (de Galvany, de Molina, etc) marca la transición entre la sierra y el glacis. El monte apenas conserva vegetación arbórea (pinos y carrascas) debido seguramente a su antiguo aprovechamiento como pastizal.[6]

El núcleo poblacional, de casas bajas y calles relativamente anchas, se extiende sobre una pequeña cuesta entre el regadío y el cerro de San Bernabé (o de les Penyetes).[6]​ El clima es continental y los vientos predominantes son: Levante, Poniente, Tramontana y Lebeche.

Localidades limítrofes

El la zona de Campo de Mirra existía en época andalusí una alquería perteneciente al Iqlim de Medina Bilyana (Villena), en cuyo castillo Jaime I de Aragón y Alfonso X el Sabio firmaron el 26 de marzo de 1244 el Tratado de Almizra, mediante el que se fijaban las fronteras entre la Corona de Castilla y la Corona de Aragón en el reparto de la cora de Tudmir.[5]​ Campo de Mirra pasó a pertenecer a la dependencia de Biar, ciudad esta última a la que se otorgó carta puebla en 1280, conjuntamente con los lugares de Almiçrà (Campo de Mirra), Negret y Benizamaya (Benejama). En esta carta puebla se concedía la población para cristianos viejos según el fuero de Valencia.[5]

Durante la Edad Media debió quedar despoblado por ser poco seguro y probablemente no cobró entidad hasta finales del siglo XVIII cuando, según las descripciones de Cavanilles en 1796, era un caserío de unas 20 casas y una ermita alineadas a lo largo de una sola calle.[6]​ Campo de Mirra perteneció a la gobernación de Játiva (del Júcar) hasta 1707. Terminada la guerra de la sucesión, pasó a depender del corregimiento de Jijona hasta 1833,[5]​ y desde entonces hasta la actualidad, a la provincia de Alicante. En 1795 se incluyó en el nuevo término de Benejama, recién segregado del de Biar.[6]​ En 1836 se segregó, junto con Cañada, para formar un municipio conjunto, y en 1843 se constituyó en municipio independiente.[6][5]​ En el Diccionario de Madoz (1845-1850) aparece la siguiente descripción:

En 1796 Campo de Mirra era un pequeño caserío de unas 20 casas, pero en 1857 ya había alcanzado los 682 habitantes, que crecieron hasta 1014 en 1910. Sin embargo, a causa de la filoxera principalmente, la población descendió a 671 en 1930 y, posteriormente, la cercanía a las industrias de Villena propició la emigración hasta reducir la población a 379 en 1996, cifra que ha ido creciendo paulatinamente desde entonces.[6]

Campo de Mirra está gobernada por una corporación local formada por concejales elegidos cada cuatro años por sufragio universal que a su vez eligen un alcalde. El censo electoral está compuesto por todos los residentes empadronados en Campo de Mirra mayores de 18 años y nacionales de España y de los otros países miembros de la Unión Europea. Según lo dispuesto en la Ley del Régimen Electoral General,[9]​ que establece el número de concejales elegibles en función de la población del municipio, la Corporación Municipal de Campo de Mirra está formada por 7 concejales. El Ayuntamiento de Campo de Mirra está actualmente presidido por el PP y consta de 4 concejales de este partido y 3 del PSPV-PSOE.[10]

La economía de la población ha sido tradicionalmente agrícola, predominando los cultivos de secano; la vid, el olivar, cereales, almendros y frutales. A escala familiar se cultivan algunas hortalizas y legumbres que se benefician de los riegos proporcionados por las acequias del "Reg de dalt" y del "Reg de baix". En la actualidad predomina el cultivo del olivar y la elaboración de aceite de oliva, que comercializa la cooperativa fundada en la década de 1950. Las tierras de cultivo ocupan el glacis y la cañada, sumando un total de 950 ha (44% del término).[6]​ Sin embargo, el porcentaje de trabajadores que se dedican plenamente a las labores agrícolas es muy bajo.

En el sector industrial llegó a despuntar el ramo textil, como en el resto de la comarca, aunque actualmente solo sobreviven dos pequeñas empresas. El mercado laboral se desarrolla principalmente en industrias y servicios de las localidades vecinas, sobre todo Benejama y Villena.

La única carretera de entidad que atraviesa el término de Campo de Mirra es la CV-81, que enlaza en por el norte en la A-7 a la altura de Bocairente y por el sur en la A-31 en Villena.[11][12]

Los platos típicos de Campo de Mirra suelen estar elaborados con carnes de caza o corral, como en el resto de la comarca. Entre ellos están las albóndigas de relleno (fassegures), elaboradas con carne picada, pan rallado, sangre, huevos y especias; los gazpachos (gaspatxos) se preparan con una pasta sin levadura, cocida al horno y troceada muy menuda, a la que se añaden carne de conejo y pollo, cebolla, rovellones y pebrella para mejorar el sabor; la borreta es un guiso preparado con patatas, bacalao, tomates secos y ñoras; la ollita (olleta) es otro guiso preparado con verduras, arroz y carnes de cerdo.

En cuanto a repostería destaca como ingrediente la almendra molida, como en los almendrados, las magdalenas de almendra y las tartas de almendras (tortaes). Son peculiares asimismo las cocas de aceite (coquetes d'oli), las rosquillas de aguardiente (rotllos d'aiguardent), las toñas y las monas.

Es también típica la elaboración del herbero, bebida que se produce con una mezcla de anís seco y dulce a la que se añade una mezcla de hierbas aromáticas de la zona y se deja macerar. Su elaboración da pie a muchas variaciones según las proporciones y los ingredientes que se incluyen.



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