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Carlos Castaño Gil



Carlos Castaño Gil (Amalfi, Antioquia, 15 de mayo de 1965[1]​- Vereda Guadual de San Pedro de Urabá, 16 de abril de 2004), alias el Comandante, fue un jefe paramilitar colombiano, máximo líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), federación de grupos paramilitares de todo el país (muchos de ellos dedicados al narcotráfico), autodenominados como autodefensa campesina, y que combatían a las guerrillas comunistas colombianas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP),el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Disidencias del EPL[2][3]​ todos actores armados implicados con el narcotráfico.[4][5]

Castaño fue aliado del Cartel de Medellín, y conformó grupos paramilitares como el Muerte a Revolucionarios del Nordeste, luego fundó e hizo parte de Los Perseguidos por Pablo Escobar 'Los Pepes', luego se consolidó como líder de los grupos de autodefensa al tomar el mando de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), después de la muerte en 1994 de su hermano Fidel Castaño,[6]​ que había sido su fundador. Las ACCU eran aliadas del Ejército Nacional en su lucha contra guerrillera y fueron parte de los grupos que pasarían a ser las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) fundadas en 1997.[7][8][9]

Su hermano Vicente Castaño ha sido señalado como el autor intelectual de la muerte de Carlos Castaño y de ser el promotor del grupo narco-paramilitar Águilas Negras surgido tras la desmovilización de las AUC.[10][11][12][13]

Castaño ha sido señalado como responsable de las masacres de miles de campesinos, el asesinato de activistas y líderes políticos de izquierda como Bernardo Jaramillo Ossa,[14]José Antequera,[15]Carlos Pizarro Leongómez,[16]Jaime Pardo Leal, y el humorista político Jaime Garzón,[17]​entre otros.[18][19][20]

Nacido el 15 de mayo de 1965, en Amalfi (Antioquia), Carlos fue uno de los 12 hijos (ocho hombres y cuatro mujeres) del ganadero Jesús Alberto Castaño González y Rosa Eva Gil de Castaño.[21]

Desde los 16 años Castaño ingresó a grupos de autodefensas junto con su hermano Fidel, el cual había conformado un grupo armado para defender su actividad económica (agricultura) de las guerrillas comunistas, las cuales solían exigir a los campesinos "vacunas" (extorsión) para su autofinanciación.

En 1979, el padre de los Castaño, Jesús Castaño, es secuestrado en su finca de Segovia (Antioquía) por el frente 4 de las FARC-EP. Fidel Castaño paga un rescate de 30 millones de pesos, pero su padre muere en manos de sus secuestradores antes de su liberación y no entregan su cuerpo.[22]​ Desde ese momento, Fidel y Carlos alimentaron la idea de armar a los colombianos para defenderse, ante la incapacidad de las fuerzas oficiales.

Los hermanos Castaño crearon grupos paramilitares como 'Los Tangueros', del nombre de la Finca de Fidel Castaño, 'Las Tangas' en Valencia (Córdoba).[23][24]​ Posteriormente se denominaron como el ‘Muerte a Revolucionarios del Nordeste', responsables de masacres en Segovia (Antioquia), entre otras.[25]

Fidel se movía dentro de importantes círculos de la mafia, llegando a ser muy cercano a Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha durante la década de 1980, tiempo en el cual Fidel había traficado con cocaína de la mano del capo del Cartel de Medellín.

Su hermano Fidel, fundador de las ACCU era conocido por sus actividades en el tráfico de drogas y por su cercanía al capo Pablo Escobar a quien después combatió junto con Carlos en la organización conocida como Los Pepes.[26][27][28][29][30]

No obstante, la cercanía de éstos se rompió cuando Escobar, mientras estaba recluido en La Catedral, ordenó el asesinato, dentro del penal, de dos de sus principales socios, Galeano y Moncada, que eran buenos amigos de los Castaño, razón por la cual Fidel y Carlos, temiendo que el capo los asesinara, decidieron colaborar con la creación de Los Pepes, (Perseguidos por Pablo Escobar), que en colaboración con el grupo élite de la Policía (conocido como Bloque de Búsqueda) lograron localizar y dar de baja al capo.[31][32][33][34]

En 1990, Carlos Castaño aún acompañaba a su hermano Fidel que lideraba un grupo de autodefensas financiado por ganaderos de Córdoba que tenían por objetivo sacar del departamento al Ejército Popular de Liberación. Para fortalecer esa lucha Fidel funda las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), un poderoso grupo paramilitar responsable de varias masacres. Además según algunas versiones, en varias ocasiones habrían acordado pactos con las FARC-EP.[35]

En enero de 1994, a los 29 años de edad, Castaño reemplazó a su hermano Fidel en la comandancia de las ACCU tras la muerte de este a manos de la guerrilla,[36]​ sin embargo, Castaño se las arregló para mantener en secreto la muerte de su hermano durante cinco meses mientras lograba la confianza de las autodefensas que este mismo comandaba.[37][38][39]​ Castaño asumió el control de 20 frentes de las ACCU que operaban en el norte del país, asolando los campos en busca de guerrilleros y sus colaboradores.[31]

Carlos Castaño contrajo matrimonio en 1990 con Paula Restrepo, de quien se divorcia en 1992 hastiada del mundo del paramilitarismo pero con quien tiene dos hijos; Lina y Carlos. Posteriormente Castaño contrae matrimonio con la reina de belleza, Kenia Gómez Toro, de cuya unión nace su hija menor Rosa María Castaño quien nació con Síndrome del maullido de gato y que fue una de sus motivaciones morales para desmovilizar a las autodefensas.[40][41]

Mientras comandaba las ACCU, Castaño se propuso junto a su amigo Iván Roberto Duque Gaviria alias Ernesto Báez, quien era ideólogo de grupos paramilitares aparecidos en Cundinamarca en la década de 1980, afianzar la unificación de los grupos paramilitares del país en una asociación que se conocería como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) la cual fue conformada en abril de 1997 y donde Castaño fue nombrado líder. Las AUC, formadas por decenas de miles de paramilitares movilizados por campos y montañas, eran financiadas por ganaderos, hacendados, terratenientes, comerciantes, propietarios de empresas nacionales y algunas multinacionales, sin embargo dicho financiamiento no les fue suficiente por lo que Castaño decidió cobrarle un impuesto a los narcotraficantes para financiarse. Una vez recuperadas las finanzas del grupo, Castaño lanzó una ofensiva en 1997, propinando duros golpes a las guerrillas de las FARC-EP, el ELN y las disidencias del EPL de territorios como el Nudo de Paramillo y Córdoba.[42][43]​ A su vez atacando a integrantes de la población civil a quienes acusa de ser auxiliadores de la guerrilla, como en la masacre de Mapiripán, Meta asesinando 49 civiles presuntamente guerrilleros, en la masacre de El Aro, en Antioquia donde fueron asesinadas 15 personas, entre otras. Mientras las AUC en las ciudades cometían abusos y atrocidades contra presuntos colaboradores de las guerrillas e infiltrados en sindicatos y otras organizaciones. Durante ese año Human Rights Watch le atribuyó a Castaño la autoría de al menos 22 acciones contra la guerrilla. La presión norteamericana y de organizaciones europeas, obligaron al presidente Ernesto Samper a declarar a las AUC como organización armada subversiva y ofrecer 1.000 millones de pesos por la cabeza de su líder. Castaño salió entonces ante los medios en entrevistas desde la clandestinidad donde justificaba sus acciones diciendo que no asesinaba colombianos indefensos, a quienes precisamente las fuerzas patrióticas defendían, sino a terroristas, secuestradores y asesinos miembros de las guerrillas, muchas veces mimetizados o vestidos de civil.[44]​ El periodista Jean-François Boyer indica que Carlos Castaño "posee sus propios laboratorios de cocaína y parece cumplir la función de juez de paz (…) cuando se presenta algún conflicto entre narcos".[45]

Con el tiempo, sectores de las AUC se involucraron más en el negocio del narcotráfico, contra las órdenes de su líder. En efecto, Carlos Castaño se oponía ferozmente a la producción y exportación de coca debido a que esto y otras acciones como el Pacto de Ralito (firmado en 2001), eran hechas a espaldas suyas y de otros comandantes, y por ello había expresado sus intenciones de negociar con las autoridades de Estados Unidos,[46]​ por lo que se ganó la enemistad de varios comandantes de los diferentes grupos que conformaban las AUC, entre ellos 'Ernesto Báez' quien era una de las personas más cercanas a él y también de su propio hermano Vicente (quien más tarde sería señalado como la persona que ordenó el asesinato de Carlos), así como Don Berna y Macaco, entre otros.[47]

En julio de 2003, Castaño anunció su desmovilización dentro del proceso que adelantaba el gobierno de Álvaro Uribe Vélez con las AUC y por primera vez ante las cámaras pidió perdón por lo que denominó "excesos lamentables" y dijo que el ciclo de violencia "se debe detener" y reiteró sus intenciones de enfrentar a la justicia de los Estados Unidos.[48]​ Según los informes judiciales, dichas intenciones de Castaño de entregarse a la justicia de Estados Unidos fueron las que llevaron a que se armara un complot en su contra y fue entonces cuando su hermano Vicente, uno de los más involucrados en el negocio del narcotráfico, ordenó su asesinato.[49]

Por cuestiones psicométricas, no se tenía claridad sobre su paradero desde abril de 2004. Se manejaban hipótesis como la de que fue ajusticiado por otras facciones de las mismas AUC, debido a las disputas internas que protagonizó meses antes de su desaparición y que habrían desencadenado en su asesinato.[50]​ Aunque su desaparición fue testimoniada por Jorge Antonio Ramos Montes alias 'El Tigre', uno de sus guardaespaldas; Castaño se conectaba en Internet habitualmente con su familia, pendiente del tratamiento de su hija menor, en una tienda llamada 'Rancho al hombro', corregimiento El Guadual, municipio de Arboletes, Antioquia, el 16 de abril cuando navegaba en Internet en dicha tienda es asaltado por un grupo armado, más numeroso que su habitual escolta, y en dicha balacera Castaño había sido retenido y posteriormente ajusticiado en un terreno baldío.[51][52][53]

El 23 de agosto de 2006, informantes relataron a la Fiscalía General de la Nación y a los medios de comunicación que Carlos Castaño fue ajusticiado en abril de 2004 en una finca cercana a Santa Fe de Antioquia por Jesús Ignacio Roldán Pérez, alias "Monoleche" guardaespaldas de su hermano Vicente, quien al parecer recibiría órdenes de este.[54][55]​ Sus restos fueron hallados la última semana de agosto de 2006 gracias a la confesión de alias Monoleche. Según pruebas morfológicas y de ADN hechas por el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía (CTI) , este organismo confirmó el 4 de septiembre de 2006 que dichos restos eran los del jefe paramilitar.[56]

Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia no considera que las pruebas sobre el fallecimiento de Carlos Castaño sean contundentes por lo que lo condenó en ausencia a 28 años y dos meses de cárcel por la Masacre de Mapiripán.[57]​ Algunas versiones consideran que los hermanos Castaño Gil no están muertos.[58]

A Carlos Castaño y a sus hermanos se les acusa de la comisión y ejecución de decenas de masacres colectivas entre 1988-2002. Entre las más sangrientas, se enumeran:

Además, ordenó asesinatos y atentados contra numerosas personalidades del mundo político colombiano. Algunos de ellos líderes de partidos de izquierda como la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano, periodistas, defensores de derechos humanos y algunos miembros notables del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos:

Junto con Los PEPES, el Cartel de Cali y la Policía de Antioquia, la muerte de Escobar y sus asesinos, las destrucciones de sus propiedades y amedrentamientos contra toda su familia:

Con la ayuda del periodista Mauricio Aranguren, Castaño publicó en 2001 un libro llamado Mi confesión, donde el entonces líder de las AUC hacía varias revelaciones que iban desde la explicación de su lucha armada, su historia familiar hasta espinosos capítulos de la historia reciente de Colombia. Se mencionan hechos como la Toma del Palacio de Justicia por parte del M-19, los asesinatos de Carlos Pizarro Leongómez, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, así como historias relacionadas con los grupos narcotraficantes colombianos, destacándose la forma como fue encontrado el jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar, en una alianza de fuerzas del Estado con ayuda de grupos al margen de la ley.[65]



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