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Conjunto histórico de Albarracín



El conjunto histórico-artístico de Albarracín es el conjunto de edificios que conforman el núcleo más antiguo del municipio de Albarracín, que presentan una protección global al haberse catalogado y delimitado el área de protección por la Orden de 18 de abril de 2011, publicada en el Boletín Oficial de Aragón del día 30 de mayo de 2011.[2]

Geográficamente Albarracín se sitúa en la comarca aragonesa de Sierra de Albarracín, en la provincia de Teruel, España. Ubicada en la cuenca del río Guadalaviar, en el Sistema Ibérico y más concretamente en la Sierra de Albarracín.[2]

La presencia en la zona de Albarracín de restos de pintura rupestre pertenecientes al Arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica, cuyas muestras han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad, hizo que se llevara a cabo la creación del llamado Parque Cultural de Albarracín.[2]

La fundación de Albarracín se realizó sobre los restos de una villa romana, datada alrededor del siglo II a.C., de la que se conservan parte de su trazado y los restos del acueducto romano de Albarracín-Cella, excavados en la roca. Este primer núcleo de población levantó en época visigoda una iglesia con la advocación de Santa María, sobre la cual se construyó otra en 1567 de fábrica medieval y dirigidos los trabajos por Quinto Pierres Vedel.[2]

Albarracín padeció la dominación musulmana, estando la que se conoció como Taifa de Albarracín (independiente del Califato de Córdoba) bajo el gobierno de un grupo de Bereberes de la tribu de Banu Razín, pudiéndose contemplar de este período histórico una buena muestra de edificios de diferentes usos.[2]​ No consiguieron arrebatarla del dominio árabe ni los esfuerzos de El Cid, ni de Jaime I de Aragón, siendo los almorávides quienes consiguieron que entrara a formar parte del Reino de Valencia en el siglo XI.[2]

El primer señor cristiano de la zona fue Pedro Ruiz de Azagra, en 1170, permaneciendo en posesión de su familia hasta el siglo XIII, cuando se desposee del señorío a los Azagra pasando a manos de Pedro III de Aragón, quien le otorgó un fuero semejante al de la ciudad de Teruel.[2]

Pedro IV de Aragón la incorporó a sus dominios en el siglo XIII y su sucesor Juan II le concedió el título de Ciudad. Tras enlaces y alianzas matrimoniales pasará a pertenecer en el siglo XIV, a la corona de Aragón. Será Felipe II quien decide acabar con el foralismo de Albarracín en 1598. Durante la Edad Media Albarracín experimentó un periodo de gran desarrollo económico y, en parte como consecuencia de lo anterior, arquitectónico. Es en este momento cuando se refuerza la muralla, datada, en la parte más antigua conservada, del siglo XI, y el castillo llamado de El Andador. Más tarde, ya entrado el siglo XIII se construye la que será la catedral de El Salvador de estilo gótico, que fue reformada en el siglo XVI y a la que se le anexionó, ya en el siglo XVII el Palacio episcopal que actualmente presenta fachada de estilo barroco.[2]

El desarrollo económico de la ciudad durante la Edad Moderna hizo que se produjera una nueva expansión de la construcción, sobre todo, de caserones y palacetes, los cuales han llegado a nuestros días en perfecto estado de conservación. Pareja a este desarrollo se produce un aumento del poder eclesiástico que se refleja en construcciones de ese momento como el monasterio de San Bruno o el de San Esteban. Y más tarde, ya entre los siglos XVII-XVIII, construyen la iglesia de Santiago, la ermita de la Vega y en estilo barroco el colegio de Los Padres Escolapios[2]

También sufrió la ciudad la invasión francesa desde 1809, produciéndose en tras la guerra de independencia un periodo de decadencia económica que supuso la desaparición de prácticamente toda la industria. Mucho más tarde, durante el conflicto bélico del 36, la situación de decadencia de la zona se incrementó considerablemente.[2]

En el año 1961 fue declarada Monumento nacional, mientras que la Orden de 18 de abril de 2011, publicada en el Boletín Oficial de Aragón del día 30 de mayo de ese mismo año, delimita el conjunto histórico de Albarracín (Teruel) y su entorno de protección.[2]​ Siendo el primer conjunto histórico que se declaró en Aragón.[3]

En pleno siglo XXI, Albarracín es considerado un núcleo de considerable actividad industrial (en su mayoría maderera), y desarrolla una gran actividad en el sector servicios dada su oferta turística.[2]

Con la publicación en el BOA de la Orden por la que se delimitaba el Conjunto Histórico de Albarracín y su entorno de protección, se establecieron las medidas de tutela, tanto para el Conjunto Histórico, a través de su Plan Especial, como para su Entorno de Protección.[3][4]

La nueva delimitación (bien a proteger) del Conjunto Histórico recoge tanto el casco histórico situado dentro del recinto de las murallas así como los barrios de los Palacios y de Jesús.[3][4]​ El conjunto protegido abarca cuatro zonas:

Este conjunto se caracteriza por presentar calles estrechas y empinadas callejuelas en las que se disponen casas de irregulares muros de fábrica de mampostería y entramados de madera, utilizándose tabicones de escayola (en su mayoría de color rojo), para hacer tanto tabiques interiores de las casas o divisiones interior en las mismas, como soportes para la colocación de tejas, pizarras así como de otros elementos.[5]

El núcleo más primitivo del conjunto histórico se centraría en la zona en la que en el siglo IX los Banu Razin habrían construido un hisn, en la peña en la que se sitúa en la actualidad la alcazaba, alrededor del cual se establece un caserío, que da lugar a un núcleo poblacional que se denomina Santa María de Levante, conservando de este modo el nombre del antiguo poblado visigodo y la iglesia que existiría en los alrededores del mismo.[3]

Este núcleo inicial se expande dando lugar a la formación de una medina (protegida por una murallas que recorrían el borde superior del meandro, y que se completaban con la conocidas como Torre del Andador y de la Muela, esta última en ruinas actualmente; de manera que se formaba con la Alcazaba, un triángulo inexpugnable) que ocupó la totalidad del meandro y que estructuraba su urbanismo en un eje principal en el que se disponía la alcazaba, la mezquita y el zoco, que es la actual plaza Mayor.[3]

Con la aparición del Reino de Taifa de Albarracín en el siglo XI, Santa María de Levante pasa a denominarse Santa María de los Banu Razín, nombrándose finalmente Albarracín. Durante este siglo el recinto amurallado se amplía añadiendo en su interior el primer arrabal extramuros que surgió alrededor de los caminos que salían del zoco, que coincidirían con las calles Azagra (donde se disponen las conocidas como “casas colgantes”, en la que pueden observarse espléndidos ejemplos de casas señoriales como la casa de los Dolz de Espejo, el palacio de los Navarro de Arzuriaga y la casa de la Brigadiera (que actualmente es un hotel),[2]​ y Portal de Molina, añadiéndose además una gran zona que se utilizaba para el pastoreo y refugio del ganado ante cualquier peligro.[3]

Con la estabilidad económica y política que se alcanza en el siglo XVI se produce una extensión de la ciudad, apareciendo barrios extramuros como Palacios o el Arrabal de la Vega, este último ya entre los siglos XVII-XVIII. Mientras intramuros se construían casas de mayor tamaño. Es en este momento cuando se construye la catedral, el Palacio Episcopal, el Ayuntamiento, las iglesias de Santiago y Santa María, la ermita de San Juan, el Hospital así como el Colegio e iglesia de los escolapios.[3]

Las características urbanísticas de Albarracín dificultaban el paso de vehículos por la carretera que debía atravesar el núcleo histórico. Es por ello que en el siglo XIX se construye un túnel en la roca sobre la que se asienta Albarracín, lo que dio lugar a la aparición de un nuevo barrio al norte del casco antiguo llamado barrio del Jesús.[3]

Así, entre los monumentos que estarían incluidos en este conjunto histórico hay que destacar:

Fachada lateral de la catedral

Galería del claustro de la catedral

Puerta de acceso al claustro de la catedral

Órgano de la catedral

Retablo de la catedral

Retablo de la catedral

Campanario

Altar mayor

Detalle de la cúpula

Palacio Episcopal

Puerta de acceso

Detalle del escudo de la fachada principal, sobre la puerta de acceso

Vista general

Restos antigua Alcazaba

Detalle torres circulares

Portal de Molina

Portal del Agua

Murallas

Torre del Andador

Torre de Doña Blanca

Casas colgantes

casa de Dolz de Espejo

Puerta de la casa de Santa María

Casa de los Monterde

Casa de los Navarro Arzuriaga en la calle Palacios

Casa de los Navarro Arzuriaga conocida como “Casa azul”.

Casa de los Pérez de Toyuela

Casa del Abanico

Ermita de San Juan

Escuelas Pías

Iglesia de Santa María

Vista general de la Iglesia de Santiago




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