x
1

Desierto del Sahara



ArgeliaBandera de Argelia Argelia
Bandera de Chad Chad
EgiptoFlag of Egypt.svg Egipto
LibiaBandera de Libia Libia
MarruecosBandera de Marruecos Marruecos
MauritaniaBandera de Mauritania Mauritania
MalíBandera de Malí Malí
NígerBandera de Niger Níger
Bandera de República Árabe Saharaui Democrática República Árabe Saharaui Democrática
Bandera de Sudán Sudán

El Sahara o Sáhara (ambas acentuaciones son válidas en español;[1]​ en árabe, الصحراء الكبرىaṣ-Ṣaḥrāʾ al-Kubrā, «el Gran Desierto»; en amazig, ⵜⵉⵏⵉⵔⵉ Tenere o Tiniri) es el desierto cálido más grande del mundo y el tercero más grande después de la Antártida y el Ártico.[2]​ Con más de 9 400 000 km² de superficie,[3]​ abarca la mayor parte de África del Norte ocupando una extensión casi tan grande como la de China o Estados Unidos. El Sahara se extiende desde el mar Rojo, incluyendo partes de la costa del Mediterráneo, hasta el océano Atlántico. Hacia el sur, está delimitado por el Sahel, un cinturón de sabana semiárida tropical que conforma las regiones que cubren el norte del África subsahariana.

Algunas de las dunas de arena del Sahara pueden alcanzar los 193 m de altura.[4]

La palabra Sahara viene de la transliteración a idiomas europeos de صحرا, que en árabe significa desierto, resultando en un tautopónimo cuya pronunciación más cercana es [Sájara].[5][6][7][8]

El Sahara cubre amplias zonas de varios países, entre ellos Argelia, Chad, Egipto, Libia, Mali, Mauritania, Marruecos, Níger, Sahara Occidental, Sudán y Túnez. Es una de las tres provincias fisiografia distintivas que forman las divisiones fisiográficas masivas de África.

Las formas terrestres del Sahara han sido progresivamente esculpidas tanto por el viento como por lluvias ocasionales. Este efecto del tiempo y el clima ha dado forma a las dunas de arena y a los campos de dunas o mares de tierra (erg), a los valles de roca (hamada), las planicies de gravilla (reg), los valles secos y los salares (shatt o chott).[9]​ Existen además formas terrestres inusuales como las estructuras de Richat de Mauritania.

El Sahara contiene multitud de montañas profundamente disecadas, así como cordilleras montañosas, siendo algunas de ellas volcánicas. Entre estas formaciones montañosas se incluyen las montañas de Air, las montañas Ahaggar, el Atlas sahariano, las montañas Tibesti, el Adrar de los Iforas y las colinas del mar Rojo. El punto más alto del Sahara es el Emi Koussi, un volcán en escudo en el macizo de Tibesti ubicado en el norte de Chad.

La mayor parte de los ríos y corrientes del Sahara son estacionales o intermitentes, siendo la única y principal excepción el río Nilo, que cruza el desierto desde su fuente en África central para vaciarse en el Mediterráneo. Los acuíferos subterráneos en ocasiones pueden alcanzar la superficie, formando oasis, como por ejemplo los de Bahariya, Gardaya, Timimoun, Kufra y Siwa.

La parte central del Sahara es hiperárido, con escasa vegetación. Los extremos norte y sur del desierto, junto con sus zonas altas, tienen áreas de pasto y matorrales xerófilos, con árboles y arbustos más altos en los uadis donde la humedad se concentra. y es uno de los que más cubre países casi enteros por su gran crecimiento en toda la historia

En su límite norte, el Sahara alcanza hasta el mar Mediterráneo en Egipto y en parte de Libia. En la Cirenaica y el Magreb el Sahara hace frontera con las ecorregiones de bosque y matorral mediterráneo del norte de África, que disponen de un clima mediterráneo caracterizado por una estación de invierno lluviosa. De acuerdo con el criterio botánico de Frank White,[10]​ así como del geógrafo Robert Capot-Rey,[11][12]​ el límite norte del Sahara se corresponde con el límite norte de cultivo de la palmera datilera y el límite sur del esparto, una hierba típica de la zona de clima mediterráneo del Magreb y de la península ibérica. El límite norte también se corresponde con la isolínea de 100 mm de precipitación.[13]

Hacia el sur, el Sahara está limitado por el Sahel, un cinturón de sabana tropical seca con una estación de verano lluviosa que se extiende a través del continente africano de este a oeste. El límite sur del Sahara está indicado botánicamente por el límite sur del Cornulaca monacantha (una especie de las Chenopodiaceae tolerante a la sequía), o por el límite norte del Cenchrus biflorus, una gramínea típica del Sahel.[11][12]​ De acuerdo con el criterio climático, el límite sur del Sahara se corresponde con una isolínea de 150 mm de precipitación anual (en media anual, dado que las precipitaciones varían anualmente).[13]

El clima del Sahara ha sufrido enormes variaciones en el tiempo, oscilando desde estado húmedo hasta seco durante los últimos cientos de miles de años.[14]​ Esta variabilidad se debe a un ciclo de 41 000 años en el que el eje de la Tierra cambia entre 22° y 24,5°.[15]​ Actualmente (Holoceno), nos encontramos en un período seco, pero se espera que el Sahara vuelva a ser verde en unos 15 000 años (hacia el 17 000).

Durante la última glaciación, el Sahara era aún más grande de lo que es hoy en día, extendiéndose hacia el sur más allá de sus límites actuales.[16]​ El final del período glacial trajo más lluvia al Sahara, a partir del año 8000 a. C. hasta el 6000 a. C., quizá debido a la existencia de áreas de baja presión sobre las capas de hielo polar del norte.[17]

Una vez que las capas de hielo desaparecieron, el norte del Sahara se secó. En el sur del mismo, no obstante, la tendencia hacia mayor sequedad pronto fue contrarrestada por el monzón, que trajo lluvia más hacia el norte de lo que lo hace hoy en día. En este período, todavía existía un clima monzónico en el Sahara. Los monzones se forman al calentar el aire sobre la superficie de la tierra durante el verano. El aire caliente sube y atrae el aire frío y húmedo del océano, que provoca lluvia. Así, aunque parece contra intuitivo, el Sahara era más húmedo cuando recibía mayor insolación en el verano. Esto era provocado por una inclinación del eje orbital más fuerte de la que existe actualmente (24,5 grados de inclinación frente a los 23,4° actuales),[15]​ teniendo lugar el ápside en julio hacia el año 7000 a. C.[18]

Hacia el año 4200 a. C., el monzón se retiró hacia el sur, en el entorno donde se encuentra hoy en día,[19]​ conduciendo hacia una progresiva desertificación del Sahara.[20]​ El Sahara es ahora tan seco como era hace unos 13 000 años.[14]​ Estas condiciones son responsables de lo que se ha venido a conocer como la teoría del bombeo del Sahara.

En general, se considera que en la actualidad el Sahara tiene uno de los climas más severos del mundo. El frecuente viento norte-este suele provocar tormentas de arena y mini tornados.[21]​ Cuando este viento alcanza el Mediterráneo, se conoce como siroco y suele alcanzar velocidades de huracán en el Norte de África y en el sur de Europa. La mitad del Sahara recibe menos de 20 mm de lluvia al año, y el resto recibe no más de 100 mm anualmente.[22]​ Las precipitaciones tienen lugar de modo muy poco frecuente, pero cuando ocurren suelen hacerlo torrencialmente, normalmente tras largos períodos secos. La frontera del sur del Sahara, medida por la cantidad de precipitaciones, ha avanzado y después se ha retirado entre los años 1980 y 1990. Como resultado de la sequía en el Sahel, la frontera sur se desplazó más hacia el sur, al menos 130 km durante ese período.[23]

Las señales más recientes indican que el Sahara y las regiones circundantes están haciéndose cada vez más verdes como consecuencia de un aumento de las precipitaciones. Las imágenes de satélite muestran que un reverdecimiento del Sahel ha podido haber tenido lugar entre los años 1982 y 2002, y tanto en el Sahara oriental como occidental se ha observado una tendencia de más de 20 años de incremento de las áreas de pasto y el florecimiento de los árboles y matorrales. Destacan en este sentido las observaciones del climatólogo Stefan Kröpelin.[24]

El 18 de febrero de 1979, la nieve cayó sobre numerosos lugares del sur de Argelia, incluyendo una tormenta de nieve de media hora de duración que detuvo el tráfico en Gardaya, y fue considerada como la «primera vez desde que se tiene memoria».[25]​ La nieve desapareció en cuestión de horas.[26]​ Numerosas cordilleras saharianas, no obstante, reciben nieve con más regularidad. Aunque la humedad relativa es baja en los entornos áridos, la humedad absoluta es lo suficientemente elevada para que la humedad se condense en las latitudes montañosas altas. En invierno, las temperaturas caen lo suficientemente en la cumbre del Tahat para provocar nevadas cada tres años de media. Las montañas Tibesti reciben nieve en sus picos por encima de los 2500 una vez cada siete años de media.[27][28]

El 17 de enero de 2012, la nieve cayó en numerosos lugares del oeste de Argelia. Fuertes vientos arrastraron la nieve por carreteras y edificios en la provincia de Béchar.[29]

El Sahara comprende diferentes ecorregiones distintivas, que con su variabilidad en términos de temperatura, lluvia, elevación y suelo, albergan distintas comunidades de plantas y animales.

El desierto costero atlántico es una estrecha franja a lo largo de la costa Atlántica, donde la niebla generada en el litoral por la fría corriente de las Islas Canarias provee de suficiente humedad para sostener toda una variedad de líquenes, suculentas y matorrales. Cubre 39 900 km² en Sahara Occidental y Mauritania.[30]

Las estepas y bosques nord-saharianos se suceden en el norte del desierto, cerca de las regiones de bosque mediterráneo del norte del Magreb y de Cirenaica. Las lluvias de invierno mantienen matorrales y bosques secos que forman un paisaje de transición entre el clima Mediterráneo y el auténtico clima hiperárido del Sahara hacia el sur. Cubre 1 675 300 km² de Argelia, Egipto, Libia, Mauritania, Marruecos, Túnez y Sahara Occidental.[31]

La ecorregión del desierto del Sahara cubre la porción hiperárida del Sahara donde la lluvia es mínima y esporádica. La vegetación es infrecuente, y esta ecorregión está formada principalmente por dunas de arena (erg, chech, raoui), valles pedregosos (hamadas), planicies de gravilla (reg), valles secos (uadis) y salares. Cubre 4 639 900 km² de Argelia, Chad, Egipto, Libia, Malí, Mauritania, Níger y Sudán.[9]

La estepa y sabana arbolada del Sahara meridional es una ecorregión que se extiende por una estrecha banda que va del este al oeste entre el Sahara hiperárido y las sabanas del Sahel hacia el sur. Los movimientos de la Zona de convergencia intertropical (ITCZ por sus siglas en inglés) ecuatorial traen lluvias veraniegas durante los meses de julio y agosto que tienen de media entre 100 y 200 mm pero varían ampliamente de año a año. Estas lluvias mantienen los pastos de hierba en verano, con bosques secos y matorrales que se suceden junto a los cursos de agua estacionales. Esta región se extiende por 1 101 700 km² de Argelia, Chad, Malí, Mauritania, y Sudán.[32]

En el monte xerófilo del Sahara occidental, varias tierras altas volcánicas proveen de un entorno más frío y húmedo, que permite la existencia de bosques y zonas de matorral saharo-mediterráneos. La región cubre 258 100 km², mayoritariamente en el Tassili n'Ajjer de Argelia, con pequeños enclaves en el Aïr de Níger, la Meseta de Adrar de Mauritania y el Adrar de los Iforas de Malí y Argelia.[33]

El monte xerófilo del macizo del Tibesti y el monte Uweinat es una ecorregión formada por las tierras altas del Tibesti y el Monte Uweinat. Lluvias altas y más regulares así como temperaturas más templadas permiten la existencia de bosques de palmeras datileras, acacias, myrtus, adelfas, tamariscos, y muchas plantas poco frecuentes y endémicas. Esta región cubre 82 200 km² en el Tibesti de Chad y Libia, y Jebel Uweinat en la frontera de Egipto, Libia y Sudán.[34]

El Sahara halófita es un área de depresiones salinas estacionalmente inundadas que acoge comunidades de plantas adaptadas a la sal de halófitas. Las halófitas saharanas cubren 54 000 km², abarcando las depresiones de Qattara y de Siwa en el norte de Egipto, los lagos de sal de Túnez en Túnez central, el Chott Melghir de Argelia, y pequeñas áreas de Argelia, Mauritania y Sahara Occidental.[35]

El Tanezrouft es una de las regiones más duras del planeta Tierra y de las más secas del Sahara, con ninguna vegetación y muy escasa vida. Se encuentra a lo largo de las fronteras de Argelia, Níger y Mali, al oeste de las Montañas Ahaggar.

Los dromedarios y las cabras son los animales domésticos que se pueden encontrar con mayor frecuencia en el Sahara. Dadas sus cualidades, en especial su resistencia y velocidad, el dromedario es el animal favorito de las poblaciones nómadas.

El escorpión amarillo puede medir 10 cm de largo. Su veneno contiene una importante cantidad de toxinas como agitoxin y scyllatoxin y es muy peligroso. No obstante, un pinchazo de este escorpión raramente puede matar a un hombre adulto.

Varias especies de zorro viven en el Sahara, incluyendo el fénec, el zorro pálido y el zorro de Rüppell. El addax, un gran antílope blanco, puede pasar cerca de un año en el desierto sin beber agua. La gacela dorcas es una gacela del norte de África que también puede pasar largas temporadas sin hidratarse. Otras gacelas notables incluyen a la gacela blanca y la gacela dama.

El guepardo del Sahara vive en Argelia, Togo, Níger, Mali, Benín y Burkina Faso. Quedan menos de 250 ejemplares maduros que son muy precavidos, huyendo de cualquier presencia humana. El guepardo evita el sol desde abril a octubre, buscando el cobijo de los matorrales y acacias. Son extraordinariamente pálidos.[36]

Otros animales de esta zona incluyen varánidos, hiracoideos, víboras de las arenas, así como pequeñas poblaciones de perro salvaje africano,[37]​ presentes quizá tan solo en 14 países,[38]​ y ocasionalmente avestruces. Existen otros animales en el Sahara, en particular pájaros como los canores africanos de pico plateado, entre otros. También existen pequeños cocodrilos del desierto en Mauritania y en la meseta de Ennedi de Chad.[39]

Se estima que el Sahara central tiene quinientas especies de plantas, una cifra extremadamente baja teniendo en cuenta su inmensa extensión. Plantas como las acacias, palmeras, suculentas, matorrales espinosos y diferentes pastos se han adaptado a las áridas condiciones, creciendo menos para evitar la pérdida de agua como consecuencia de los fuertes vientos, almacenando agua en sus gruesos tallos para utilizarla en los períodos secos, disponiendo de largas raíces que viajan horizontalmente para alcanzar el mayor área de agua así como mediante la disposición de pequeñas y gruesas hojas o agujas que evitan la pérdida de agua por evapotranspiración. Las hojas pueden llegar a secarse totalmente y recuperarse posteriormente.

La actividad humana afecta con frecuencia el hábitat en áreas donde existe agua permanentemente (oasis) o donde el agua aparece cerca de la superficie. En estos lugares, la presión sobre los recursos naturales puede llegar a ser intensa. Las poblaciones de mamíferos han sufrido esta presencia humana, habiéndose reducido su número como consecuencia de la caza y de otras actividades humanas.

Durante el Neolítico, antes de que la desertización se pusiera en marcha, en torno al año 9500 a. C. la zona del Sudán central había sido un rico entorno que daba sustento a importantes poblaciones que habitaban zonas ocupadas actualmente por el desierto, como el Wadi el-Qa'ab. Hacia el milenio 5 a. C., los pueblos que habitaban lo que actualmente se conoce como Nubia, participaron de lleno en la llamada "revolución agrícola", llevando un estilo de vida sedentario y domesticando plantas y animales. El arte rupestre que se conserva en rocas del Sahara indica la presencia de un culto al ganado similar al que se puede encontrar en Sudán y en otras sociedades pastoralistas africanas actuales.[40]​ Se han encontrado megalitos en Nabta Playa, restos de lo que probablemente sean los primeros ejemplos de instrumentos de arqueoastronomía de la humanidad y que antecedieron a Stonehenge en cerca de 2000 años.[41]​ Esta complejidad, tal y como se observa en Nabta Playa, y tal y como se deduce de los diferentes niveles de autoridad dentro de las sociedades de la época, seguramente formaron la base de la estructura tanto de la sociedad neolítica de Nabta como del Antiguo Imperio de Egipto.[42]

Hacia 6000 a. C., los egipcios predinásticos que habitaban el suroeste de Egipto ya pastoreaban ganado y se dedicaban a la construcción de importantes edificaciones. La subsistencia de los asentamientos organizados y permanentes del Egipto Predinástico de mediados del milenio seis a. C. se centraban predominantemente en el cereal y en la agricultura animal: ganado, cabras, cerdos y ovejas. Los objetos metálicos sustituyeron a los anteriores de piedra. El trabajo y tintura de la piel animal, la cerámica y el tejido eran habituales en esta era.[43]​ Existen indicaciones de una ocupación temporal o por estaciones de la Ciudad de Fayún en el sexto milenio a. C, centrándose las actividades alimentarias en la pesca, la caza y la recolección de alimentos. Algunas puntas de flecha, cuchillos y espátulas de esta era se encuentran aquí con facilidad.[44]​ Entre los objetos encontrados en enterramientos se encuentran cerámica, joyas, utensilios de labranza y de caza, así como comidas preparadas que incluyen carne seca y fruta. El enterramiento en entornos desérticos parece preceder y promover los ritos egipcios de preservación, enterrándose a los muertos además mirando hacia el oeste.[43]

Hacia el año 3400 a. C, el Sahara era tan seco como lo es hoy en día, como consecuencia de una reducción en las precipitaciones y un aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio en la órbita terrestre,[19]​ convirtiéndose en una barrera prácticamente impenetrable para los humanos. Solo dispersos asentamientos, normalmente centrados en torno a oasis, se pueden encontrar a partir de entonces. Sin embargo, poco comercio discurría a través del desierto. La única gran excepción era el Valle del Nilo. El Nilo, no obstante, era imposible de cruzar en diferentes cataratas, haciendo el comercio y el contacto por barco difícil.

El pueblo de Fenicia, que floreció en torno a 1200 a. C. - 800 a. C., creó una confederación de reinos a través de todo el Sahara hasta Egipto. Generalmente se asentaban a lo largo de la costa Mediterránea, así como en el Sahara, entre los pueblos de la Antigua Libia, que son los ancestros de los pueblos que hablan lenguas bereberes en el norte de África y en el Sahara actual, incluyendo los tuareg del Sahara central.

El alfabeto fenicio parece haber sido adoptado por los antiguos libios del norte de África, siendo este Tifinagh todavía utilizado por los pastores de camellos que hablan bereber en el Sahara central actual.

En algún momento entre los años 633 y 530 a. C, Hannón el Navegante estableció o reforzó las colonias fenicias del Sahara Occidental, pero cualquier posible resto antiguo ha desaparecido sin dejar prácticamente ningún rastro.

Hacia el año 500 a. C, los griegos llegaron al desierto. Los comerciantes griegos se dispersaron por la costa este del Sahara, estableciendo colonias comerciales en la zona del mar Rojo. Los cartagineses exploraron la costa atlántica del desierto, pero la turbulencia de las agua y la falta de mercados explican la escasa presencia más hacia el sur del moderno Marruecos. Los estados centralizados, por lo tanto, rodeaban el yermo tanto al norte como al este, si bien el desierto como tal permaneció fuera de su control. Los ataques de los pueblos nómadas bereberes del desierto eran una causa de preocupación constante para los que vivían en los límites del desierto.

Una civilización urbana, los Garamantes, se alzó hacia el 500 a. C en el corazón del Sahara, en un valle que se conoce en la actualidad como Wadi al-Ajal en Fezán, Libia.[14]​ Los Garamantes lograron este desarrollo gracias a la excavación de túneles profundos en las montañas que flanquean el valle para obtener agua fósil y conducirla hasta sus campos. Los Garamantes crecieron en número y fortaleza, conquistando a sus vecinos y capturando multitud de esclavos (que eran utilizados en el trabajo de excavación de nuevos túneles). Los antiguos griegos y romanos supieron de los Garamantes, viéndolos como nómadas incivilizados. Sin embargo, comerciaron con ellos, habiéndose encontrado un termas romanas en la capital de los Garamantes, Garama. Los arqueólogos han encontrado ocho ciudades principales y multitud de otros asentamientos importantes en el territorio de los Garamantes. Cuando toda el agua disponible en los acuíferos fue agotada, la civilización de los Garamantes colapsó, no pudiendo permitirse la continuación de extender sus túneles en las montañas.[45]

Los bereberes ocuparon (y todavía ocupan) buena parte del Sahara. Los bereberes Garamantes construyeron un próspero imperio en el corazón del desierto.[46]​ Los nómadas tuareg han continuado, hasta el presente, habitando y moviéndose a través de amplias áreas del Sahara.

El Imperio bizantino controló las costas del norte del Sahara desde el siglo V hasta el siglo VII. Cuando la conquista musulmana del Magreb comenzó entre mediados del siglo VII y comienzos del siglo VIII, la influencia árabe e islámica se expandió rápidamente por todo el Sahara. Hacia el final del año 641 todo Egipto estaba en manos árabes. El comercio a través del desierto se intensificó. Los reinos del Sahel, especialmente el Imperio de Ghana y el Imperio de Malí, aumentaron su riqueza y fortaleza gracias a la exportación de oro y sal hacia el norte de África. Los emiratos que se sucedían a través de la coste del mar Mediterráneo enviaban bienes manufacturados y caballos hacia el sur. Desde el propio Sahara se exportaba sal. Este proceso convirtió a las dispersas comunidades de los oasis en centros comerciales y los trajo bajo el control de los imperios que se asentaban en los límites del desierto. A través del yermo tenía lugar un importante comercio de esclavos. Se estima que desde el siglo X y hasta el siglo XIX, entre 6000 y 7000 se transportaron hacia el norte cada año.[47]

El comercio a través del Sahara persistió durante muchos siglos hasta que el desarrollo en Europa de la carabela permitió que los barcos, inicialmente desde Portugal y pronto desde toda Europa Occidental, navegaran alrededor del desierto y se hicieran con los recursos desde su fuente, la región de Guinea. El Sahara fue pronto marginalizado.

Desde el siglo XVI, la zona norte del Sahara, comprendiendo áreas costeras de las actuales Argelia y Túnez, así como partes de la actual Libia, junto al reino semi-autónomo de Egipto, fueron ocupados por el Imperio otomano. Desde el año 1517 Egipto pasó a considerarse como parte del Imperio otomano, propiedad que les permitió a estos controlar el Valle del Nilo, el Mediterráneo oriental y el norte de África. El beneficio de estas conquistas para los otomanos fue considerable, permitiéndoles libertad de movimiento para sus ciudadanos y bienes. El comercio aprovechó las rutas terrestres otomanas para llevar especias, oro y tela desde Oriente, manufacturas desde Europa y esclavos y oro desde África. El árabe continuó siendo la lengua local y la cultura islámica se reforzó. las regiones del Sahel y del sur del Sahara acogieron a numerosos estados independiente así como a clanes tuareg nómadas.

La exploración moderna del Sahara fue iniciada bajo los auspicios de la Association for promoting the discovery of the interior parts of Africa, fundada en 1788 y transformada en 1830 en la Royal Geographical Society. Friedrich Hornemann, el primer europeo que trató de cruzar el Sahara de norte a sur (1798-1800) murió poco antes de llegar al Níger. Oudney, Denham y Clapperton (1822-182]) realizaron la primera travesía. La investigación científica comenzó en 1850 con los trabajos de los grandes exploradores alemanes Heinrich Barth, Gustav Nachtigal, Friedrich Gerhard Rohlfs y Oskar Lenz. Los representantes de Francia, y entre ellos en primer lugar Émile Félix Gautier, llegaron a ser los que hicieron una mayor contribución del conocimiento geográfico del gran desierto.[48]

El colonialismo europeo en el Sahara comenzó en el siglo XIX. Francia conquistó la regencia de Argel de los Otomanos en 1830, y el mando francés se expandió hacia el sur desde Argelia y hacia el este desde Senegal hacia el alto Níger para incluir lo que actualmente es Argelia, Chad, Mali que entonces se conocía como Sudán francés e incluía Tombuctú, Mauritania, Marruecos (en 1912), Níger y Túnez (desde 1881). Para el comienzo del siglo XX, el comercio transahariano había decaído significativamente ya que los bienes habían empezado a trasladarse mediante métodos modernos más eficientes, como el avión, en vez de a través del desierto en caravanas de camellos.[49]

El Imperio colonial francés era entonces la fuerza dominante en el Sahara. Estableció enlaces regulares por avión desde Toulouse hasta Oran y sobre el Hoggar hasta Tombuctú así como hacia el oeste hasta Bamako y Dakar, así como servicios de autobús transaharianos operados por la Compagnie Générale Transsaharienne (fundada en 1927).[50]​ Una película grabada por el capitán de aviación René Wauthier documenta el primer convoy de camiones que atravesaron el desierto desde Argel hasta Chad.[51]

Egipto, bajo Muhammad Ahmad y sus sucesores, conquistaron Nubia en 1820-22, fundando Jartum en 1823, y conquistando posteriormente Darfur en 1874. Egipto, incluyendo Sudán, se convirtió en un protectorado británico en 1882. Egipto y el Reino Unido perdieron el control de Sudán entre 1882 y 1898 como consecuencia de la Guerra del Mahdí. Tras su captura por las tropas británicas en 1898, Sudán pasó a ser un condominio anglo-egipcio.

España capturó el actual Sahara Occidental en 1874, aunque Río del Oro siguió principalmente bajo la influencia tuareg. En 1912, Italia se hizo con partes de lo que se conoce actualmente como Libia de los otomanos. Para promover la religión católica en el desierto, el papa Pio IX designó un delegado apostólico del Sahara y Sudán en 1868. Posteriormente, su jurisdicción fue reorganizada en el Vicariado Apostólico del Sahara.

Egipto se independizó de Gran Bretaña en 1936, aunque el Tratado anglo-egipcio de 1936 permitió a Inglaterra mantener tropas en Egipto y mantener el condominio anglo-egipcio en el Sudán. Las fuerzas militares británicas dejaron el país en 1954.

La mayor parte de los estados del Sahara lograron la independencia tras la Segunda Guerra Mundial: Libia en 1951, Marruecos, Sudán y Túnez en 1956, Chad, Malí, Mauritania y Níger en 1960, y Argelia en 1962. España salió del Sahara Occidental en 1975, y este quedó dividido entre Mauritania y Marruecos. Mauritania lo dejó en 1979, y Marruecos sigue manteniéndose en su territorio.

En la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, multitud de mina se han desarrollado para utilizar los recursos naturales del desierto. Entre estos se encuentran importantes yacimientos de petróleo y gas natural en Argelia y Libia, e importantes depósitos de fosfatos en Marruecos y Sahara Occidental.

Varias carreteras transafricanas han sido propuestas a través del Sahara, incluyendo la Carretera Cairo-Dakar a lo largo de la costa Atlántica, la Carretera Transahariana desde Argel hasta el Mediterráneo hasta Kano en Nigeria, la Carretera Trípoli-Ciudad del Cabo desde Trípoli en Libia hasta Yamena en Chad, y la Carretera Cairo-Ciudad del Cabo que discurre a lo largo del Nilo. Cada una de estas autopistas está parcialmente completa, con importantes zonas incompletas y secciones sin pavimentar.

Los dialectos árabes son las lenguas más habladas del Sahara, desde el Atlántico hasta el mar Rojo. Los pueblos bereberes se encuentran desde Egipto occidental hasta Marruecos, incluyendo los pastores tuareg del Sahara central. Los pueblos beja viven en las Colinas del mar Rojo del sureste de Egipto y de Sudán oriental. Árabe, bereber y sus variantes reagrupadas bajo el término amazigh (que incluye el idioma aborigen hablado por los habitantes bereberes originales de las Islas Canarias) y los idiomas de los beja son parte de la familia de lenguas afroasiáticas o hamito-semíticas.[cita requerida]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Desierto del Sahara (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!