La diócesis de Oca (en latín: Auca o Dioecesis Aucensis) fue una sede episcopal de la Iglesia católica en Hispania, sufragánea de la archidiócesis de Tarragona. Existió entre los siglos III y VII en la zona de la actual provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León (España). Su sede estaba en la actual localidad de Villafranca Montes de Oca. Actualmente es una diócesis titular, sin jurisdicción territorial, como el resto de diócesis católicas extintas. Antes de la llegada de los romanos, en Cerezo de Río Tirón, se encontraba la ciudad de los autrigones de Segisamunculum. Auca fue fundada por los romanos en la misma zona.
A partir del siglo III existen algunas noticias sobre la diócesis de Auca, aunque su primera mención oficial data del año 589, cuando el obispo aucense Asterio asiste al III Concilio de Toledo.
La diócesis tiene poca importancia en la época visigoda, pero de esta época se conservan importantes testimonios, tales como la ermita de Quintanilla de las Viñas. La vida monástica fue muy activa en este período.
La ciudad de Oca fue destruida durante la invasión musulmana del siglo VIII. A partir de entonces y durante los siglos IX al XI habrá obispos residiendo en Amaya, Valpuesta, Muñó, Sasamón, Oña y Gamonal.
Todas estas sedes son suprimidas en el año 1075, cuando el Rey Alfonso VI de León restaura de manera definitiva y oficial la antigua sede de Oca a Gamonal, actualmente barrio de la ciudad de Burgos, de forma que la diócesis de Burgos pasa a ser continuación canónica de dicho obispado. Este acto es confirmado por el papa Urbano II en 1095.
Según Pablo Dorronzoro, Julián estableció la sede de Oca en el monasterio de Cardeña, algo antes del año 1039, cuyo abad era Gómez, su futuro sucesor. Esta decisión está motivada por los conflictos políticos derivados de los reinados de Fernando I y su hermano García Sánchez III de Pamplona. La división del reino a la muerte de Sancho III el Mayor, otorgó a García Sánchez gran parte del Condado de Castilla, en particular la tierra de Oca, mientras que Fernando quedaría con el resto del condado castellano. Esto provocará que Oca y burgos se separaran políticamente. Por este motivo, Julián situó su sede en el cenobio burgalés de Cardeña, del que había salido los anteriores obispos de Oca. García Sánchez III, no contento que la sede episcopal dependiese de su hermano Fernando, decidió nombrar a Atón como obispo de Oca, separando la jurisdicción territorial que había pertenecido a Julián. Atón era familiar de San Íñigo, abad del monasterio de Oña, con quien se había ido a vivir. Gomeź sucederá a Julián en la sede burgalesa en Cardeña, como lo atestigua un escrito en 1042 en el que aparece como obispo. Atón morirá en 1044 y, aunque Gómez ambiciones el obispado de Oca, no lo tendrá hasta 1054, cuando García Sánchez III muere en la batalla de Atapuerca y Oca pasará a la Castilla de Fernando I. Jimeno, sobrino de Gómez, fue abad de la iglesia monasterial de San Martín de Villariezo, la villa natal del obispo, durante el episcopado de Gómez. Después entraría como presbítero en el monasterio de Cardeña. Tío y sobrino patrimonializarían el episcopado de Oca-Burgos en un claro ejemplo de nepotismo. En documentos aparecen ambos como obispo, por ejemplo en una donación en 1068 de Sancho II al obispo Jimeno I de Burgos. Sancho II, heredero de Fernando I como rey de Castilla, pretende asimilación oficial de la diócesis de Burgos-Oca, en su estructuración de las sedes episcopales del nuevo reino. Pero en 1065 se celebra el concilio de Nájera, en él se evidencia el choque entre Roma y los eclesiásticos de la península. Hay indicios de un viaje de Jimeno entre 1068 y 1072 al monasterio de Cluny, así en 1068 aparecería en el concilio de Llantada un obispo con el nombre en latín de Simeonem que se nombrará como Jimeno II. Esto sugiere que Jimeno, o Simeonis episcopi como aparece en un documento, se quedaría en Cluny siendo sucedido por Jimeno II. Hay confusión entre estos dos obispos, si llegaron a ser dos distintos o él mismo que al regresar de su viaje cambio el nombre. Lo constatado es que sería Jimeno II quien asentaría definitivamente la sede de episcopado de Burgos-Oca en Santa María de Gamonal, hasta que Alfonso unificara las sedes castellanas Amaya, Valpuesta, Muñó, Sasamón, Oña y Gamonal en una única en Burgos.
Continúa en Episcopologio de Burgos
En tiempos contemporáneos, la Iglesia católica mantiene la denominación de la diócesis de Auca como una diócesis titular, sin jurisdicción territorial, al igual que el resto de las diócesis católicas extintas. Con tal carácter, fueron designados los siguientes obispos:
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