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Diente de león



Taraxacum officinale, de nombre común diente de león o achicoria amarga, es una especie de la familia de las asteráceas.

Considerada generalmente como una mala hierba, aunque sería más correcto decir "hierba adventicia", sus hojas se consumen en ensalada y se le han atribuido numerosas propiedades medicinales.

Esta planta perenne con raíz primaria larga y roseta basal, suele alcanzar 40 cm de altura.[1]​ Tiene hojas alternas lanceoladas con una nervadura central, sin peciolo diferenciado, pinnatipartidas con lóbulos en forma triangular de márgenes dentados y agudos, a veces presenta microvellosidades. El tallo permanece siempre en un estado extremadamente acortado, es por esto que se denominan plantas acaulescentes. Además son capaces de producir un entrenudo alargado con una inflorescencia, denominado escapo. Pedúnculos de la inflorescencia huecos, que al romperse emanan un jugo lechoso amargo. Flores hermafroditas de un color amarillo dorado que la hacen fácilmente identificable. Corola en lígulas terminada en cinco pequeños dientes, florece desde fines de invierno a hasta fines de verano. El fruto es un "aquenio" (cipsela) con largo pico y vilano.

Hay indicios serios sobre una procedencia europea.[2]​ En la actualidad se ha extendido prácticamente por todos los continentes.

Se encuentra fácilmente en los caminos, pastizales, prados, cultivos de siembra directa, y sobre todo en jardines, tanto que es considerada mala hierba o "maleza", por los jardineros.

Taraxacum officinale fue descrita por el médico y botánico alemán Friedrich Heinrich Wiggers (abrev.: F.H.Wigg.) y publicado en Primitiae Florae Holsaticae 56. 1780.[3]

Número de cromosomas de Taraxacum officinale (Fam. Compositae) y taxones infraespecíficos: 2n=24, 26.[4]

Todos los demás serían meros sinónimos de la especie o de otras especies del género.[6]

En algunos periodos de escasez, la raíz seca se ha utilizado como sustituto de la achicoria, que a su vez es sustituto del café. Sus hojas silvestres o cultivadas son comestibles, se prefieren las que son jóvenes y tiernas para ensaladas mientras que las maduras, al ser más amargas, se consumen cocidas, aunque está sin confirmarse la existencia de cultivos para este fin.

Font Quer, en su Dioscórides renovado, comenta la existencia de cultivos en León por el látex de la raíz, rico en caucho (sin especificar la especie de Taraxacum de que se tratara).

Es una de las principales especies de flora de interés apícola en las praderas, las abejas visitan sus flores indefectiblemente, que entregan muy buena cantidad de néctar y polen. Por su distribución prácticamente cosmopolita es conocido en todo el mundo por los apicultores.

Es una planta depurativa, indicada para purificar el organismo de elementos tóxicos. Puede actuar en el hígado, riñón y la vesícula biliar, y con su efecto diurético evita la aparición de piedras en el riñón. También es un tónico digestivo contra el estreñimiento y la resaca de alcohol.

Para uso tópico es eficaz para limpiar la impurezas de la piel, acné, urticaria. Estas propiedades se deben a su contenido de inulina, ácidos fenólicos y sales minerales, entre otras sustancias que aportan beneficios a la piel.[10]

Se llega a hablar de una taraxoterapia en cuanto al uso medicinal de esta planta; en medicina popular es usado para diversas recetas y composiciones con otros fitoremedios, principalmente como:

Entre los compuestos más importantes de Taraxacum se encuentran las sesquiterpenlactonas (a las cuales se les atribuyen las propiedades antiinflammatorias y anticancerígenas), fenilpropanoides (se les atribuyen propiedades antiinflamatorias), saponinas triterpenoides y polisacáridos. Las sesquiterpenlactonas normalmente se encuentran como glucósidos, por ejemplo los taraxacósidos, taraxacólidos, dihidrolactucina, ixerina, ácidos taraxínicos, y ainsliósido. Entre los fenilpropanoides se destacan el ácido cicórico, el ácido monocafeoiltartárico, el ácido 4-cafeoilquínico, ácido clorogénico, ácido cafeico y compuestos relacionados. La inulina se encuentra en cantidades considerables en la raíz.[11]

En fitoterapia (herbolaria) se usa también los principios activos puros mediante infusiones o decoctos, principalmente para inapetencia, indigestión y disturbios hepáticos.

Sus hojas contienen gran cantidad de vitamina A, C, hierro, llevando más hierro y calcio que las espinacas u otras hortalizas.[12]

En las artes culinarias de países del Mediterráneo es apreciada la ensalada primaveral hecha ya sea solamente con las hojas de taraxacum o mezclada con otras verduras.

También los pétalos de las flores pueden contribuir a dar sabor y color a ensaladas mixtas. Los botones de las flores son apreciados si se preparan con aceite de oliva. Las flores también se pueden preparar en pastel e incluso fritas (rehogadas). Los tiernos brotes basales se pueden consumir al natural o con aceite de oliva extravirgen o salteados en una sartén con ajo (o aún mejor con ajo ursino).

En muchas regiones de Europa se preparaba una mermelada de estas flores. También se prepara un vino de diente de león.

Las hojas de esta planta son uno de los ingredientes del preboggion, mezcla de hierbas típica de la cocina de Liguria.



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