El Imperio Maurya fue el primer gran imperio unificado de la India. Regido por la dinastía Maurya, existió entre los años 320 a. C. y 185 a. C. (fechas probables), dominando todo el norte y centro de la India y algunas regiones de Afganistán y Pakistán.
Originado del reino de Magadha en los llanos de la cuenca Indo-Ganges en la hoy moderna ciudad de Bihar y Bengala, con su capital Pataliputra (cerca de la moderna Patna), el Imperio fue fundado por Chandragupta Maurya, que había derrocado a la dinastía Nanda y comenzado a ampliar su poder a través de la India central y occidental.
El imperio fue expandido hacia el norte, a lo largo de las fronteras naturales del Himalaya, y al este hacia el hoy estado de Assam. Al oeste, después de la muerte de Alejandro Magno, alcanzó más allá de Pakistán e incluyó Beluchistán en Persia y partes significativas del ahora Afganistán, incluyendo Herat y las provincias de Kandahar. El Imperio fue ampliado en las regiones centrales y hacia el sur de la India por el emperador Bindusara, pero esto excluyó una pequeña parte de las regiones inexploradas cerca de Kalinga.
Después de la conquista de Kalinga, Ashoka el Grande termina la extensión militar del Imperio. Los reinos de Pandya y Cheras en el sur de la India conservaron así su independencia, aceptando la supremacía del emperador Maurya. El Imperio Maurya fue quizás el mayor imperio que haya gobernado el subcontinente indio hasta la llegada de los británicos. Su decadencia comenzó cincuenta años después de la muerte de Ashoka, y se disolvió en el año 185 a. C. con la fundación de la dinastía shunga, en Magadha.
Bajo Chandragupta, el Imperio Maurya liberó la región que estuvo bajo la ocupación macedonia. Chandragupta derrotó a los invasores conducidos por Seleuco I, un general griego del ejército de Alejandro. Bajo Chandragupta y sus sucesores, tanto el comercio interno como externo, la agricultura y las actividades económicas prosperaron y se ampliaron a través de la India gracias a la creación de un sistema único y eficiente de finanzas, administración y seguridad. Después de la Guerra de Kalinga, el Imperio experimentó medio siglo de paz y seguridad bajo Ashoka: la India era un Imperio próspero y estable de gran poder económico y militar, cuya influencia política y comercio se extendieron a través del Asia central, occidental y Europa.
La India también disfrutó de una era de armonía social, la transformación religiosa, y la extensión de las ciencias y del conocimiento. El abrazo de Chandragupta Maurya a la religión yaina aumentó la renovación social y religiosa y la reforma a través de su sociedad, mientras que la conversión de Ashoka al budismo fue la fundación del reinado de paz social y política y no violencia a través de la India. Ashoka patrocinó la extensión de los ideales budistas en Sri Lanka, el sudeste de Asia, el Asia occidental y el Mediterráneo europeo. Se cree que en esta época se escribió el texto ateísta Brihaspati sutras, lo que podría indicar la libertad religiosa sin precedentes que se vivió en esta época.
El ministro Kautalya de Chandragupta escribió el Artha shastra, uno de los mayores tratados sobre economía, política, asuntos exteriores, administración, artes militares, guerra y religión alguna vez producido en Asia. El Artha-sastra y los Edictos de Ashoka son las fuentes primarias de los registros escritos sobre los maurya. El Imperio maurya es considerado uno de los períodos más significativos en la historia india. El capitel de los leones de Ashoka en Sarnath es el actual emblema de la India.
Cuando Alejandro Magno conquistó el noroeste de la India en el 326 a. C., estableció una alianza con el rey Ambhi de Taxila (llamado Taxiles u Omphis en las fuentes griegas), con cuyo apoyo logró vencer, en la batalla del Hidaspes, al rey Poros de Pauravas, un reino de Panyab occidental. Alejandro creó varios Estados vasallos, gobernados por los reyes Ambhi y Poros (tras atraerlo a su causa), fundando varias fortalezas. En la región del bajo Indo, Alejandro dejó como gobernador a Peithon, y en la del alto Indo a Filipo, que se estableció en la ciudad de Taxila.
A la muerte de Alejandro en Babilonia (323 a. C.), su imperio se fragmentó y se fundaron numerosos reinos nuevos. En la India, Chandragupta Maurya aprovechó para crear el primer imperio unificado del subcontinente indio.
En 320 a. C., un nuevo monarca, Chandragupta, derroca a la dinastía reinante en la ciudad de Magadha, los Nanda, e instaura una nueva dinastía, la Maurya.
Chandragupta entró de nuevo en conflicto con los griegos, cuando, en el 305 a. C., Seleuco I, monarca del Imperio seléucida, intentó reconquistar las regiones noroccidentales de la India que habían formado parte del Imperio de Alejandro. Chandragupta derrotó a Seleuco, y ambos monarcas firmaron un tratado de paz. Chandragupta contrajo matrimonio con la hija de Seleuco y recibió los territorios de Gandhara y Aracosia. Seleuco recibió 500 elefantes de guerra, que jugarían posteriormente un papel decisivo en su victoria contra los reinos helenísticos occidentales en la batalla de Ipso, en 301 a. C. Ambos reinos establecieron relaciones diplomáticas, y varios embajadores griegos, como el historiador Megástenes, residieron en la corte Maurya.
Chandragupta, asesorado por Kautilia, creó un Estado fuertemente centralizado con una compleja administración. La capital del imperio estaba en Pataliputra, actual Patna (en Bihar); según Megástenes, estaba rodeada por una muralla de madera con 64 puertas y 570 torres y rivalizaba en esplendor con las ciudades coetáneas Susa y Ecbatana del extinto Imperio persa.
Bindusara, hijo de Chandragupta, extendió el Imperio hasta la India central y meridional. Existe muy escasa información acerca de su reinado. En su corte hubo también un embajador del Imperio seléucida, llamado Démaco, y un representante de Ptolomeo II Filadelfos, llamado Dyonisos.
Ashoka (Aśoka) (273- 232 a. C.), nieto de Chandragupta, es el más importante de los monarcas del Imperio maurya.
Tras varias campañas militares, amplió el antiguo reino de Magadha hasta Afganistán y Bengala, y desde Nepal hasta el río Krishna, en el Decán. Se convirtió al budismo, según la inscripción que figura en uno de sus edictos rupestres, a causa de los remordimientos que le causaron sus sangrientas conquistas en Kalinga (actual Orissa), y decidió adoptar como norma de conducta en su reino la ley del dharma. Su política estuvo caracterizada por los ideales de no violencia, tolerancia religiosa y respeto por los padres, maestros y mayores. Envió misioneros budistas a Cachemira, Persia y Sri Lanka. Convocó en Pataliputra el tercer concilio budista.
Sus edictos fueron grabados sobre piedra o en pilares monolíticos de arenisca, llamados lat o stambha, que se colocaron por todos los lugares de su imperio. Estos pilares muestran inscripciones en diferentes dialectos vernáculos del prácrito y constituyen los ejemplos más antiguos conocidos de utilización de los alfabetos brahmi y kharosthi. En las zonas fronterizas del Imperio —por ejemplo, en Kandahar— se emplearon también lenguas como el griego y el arameo. Los edictos de Ashoka son una de las principales fuentes de información sobre su reinado.
Construyó, según la tradición, 84 000 stupas budistas por toda la India, así como carreteras y hospitales. Erigió un gran palacio en su capital, Pataliputra, inspirándose en el arte persa.
El llamado capitel de Ashoka, que remata la columna de Sarnath, es en la actualidad el escudo oficial de la India. Presenta en relieve figuras de caballos, toros, elefantes y leones; en el centro, la rueda del budismo y, encima de ella, tres leones.
La decadencia del Imperio se inició posiblemente en los últimos años de la vida de Ashoka, tal vez por los privilegios otorgados por el monarca a la religión budista en detrimento del hinduismo. A la muerte de Ashoka, el reino se dividió entre su hijo Kunala y sus nietos Dasaratha y Samprati, a la vez que los territorios meridionales del Imperio se independizaron. Los Puranás mencionan otros tres reyes, el último de los cuales es Brihadratha, cuya muerte (y por tanto el final del Imperio maurya) se ha situado entre los años 187 y 180 a. C.
Fue asesinado por un usurpador, Pusiamitra, quien fundó el imperio Shunga.
También fue la decadencia de la cultura de la cerámica negra pulida norteña (una cultura de baja tecnología que existió entre el siglo VIII y el II a. C.), que dejó rastros en la importante llanura gangética, entre los ríos Ganges y Yamuná, en el centro-norte de la India.
El imperio estaba dividido en cinco virreinatos: el emperador gobernaba directamente el primero, cuya capital era Pataliputra; los otros cuatro gobernantes (príncipes reales o kumara), nombrados por el emperador, se hacían cargo de las otras capitales: Taxila (en el actual Pakistán), al noroeste del reino; Tasali (en Kalinga, actual Orissa), al este; Ujjain o Ujayin (en el actual Madhya Pradesh), al oeste; y Suvarnagari (en el actual Andrhra Pradesh), al sur. Cada uno de estos virreinatos se dividía a su vez en distritos, gobernados por mahamatras y con su propio cuerpo de funcionarios encargados de las diferentes tareas administrativas.
La cronología de los reinados es discutida. Según Eggermont (The Chronology of the Reign of Asoka Moriya. Leiden, 1956), Ashoka fue coronado en el 268 a. C.
Uno de los datos más importantes para esclarecer la cronología de los monarcas de la dinastía Maurya es el edicto XIII de Ashoka, en el que se citan como reyes contemporáneos suyos a Antiyaka, Tulamaia, Antekina, Maka y Alika Sudara. Según la mayor parte de los investigadores, se trata respectivamente de:
No hay acuerdo, sin embargo, entre la identidad de todos los reyes, ni en sus fechas de reinado. Según Thomas, estos cinco monarcas estuvieron al mismo tiempo en el poder en los años 258 o 257 a. C., pero otros autores, como Thapar, consideran la fecha más probable los años 266 o 265 a. C. De cualquier manera, las divergencias en cuanto a las fechas entre los diferentes estudiosos nunca van más allá de siete u ocho años.
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