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Ejército de Liberación Nacional de Bolivia



La Guerrilla de Ñancahuazú se refiere al grupo guerrillero de orientación comunista comandado por Ernesto Che Guevara en Bolivia entre 1966 y 1967, y que finalizó con su muerte y la de la mayor parte de sus integrantes. El grupo, conocido como Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN), estableció su campamento base en una finca atravesada por el río Ñancahuazú, tributario estacional del río Grande, a 250 kilómetros al suroeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.[5]

Luego de la retirada del Congo, Che Guevara se ocultó varias semanas en la embajada cubana en Tanzania donde aprovechó para escribir su memoria de la fracasada experiencia que luego se publicaría en 1999 como Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo.

Con posterioridad se trasladó a Praga donde permaneció por cinco meses en una casa de seguridad del servicio secreto cubano. Se trata de uno de los períodos menos conocidos de su vida en los que analizó sus próximos pasos que lo llevarían a iniciar la acción guerrillera en Bolivia.

Algunos de sus biógrafos consideran que es altamente probable que haya estudiado y escrito mucho, pero hasta 2006 no había certeza de que existan los supuestos cuadernos de Praga.[6]​ Sin embargo de este período datan las anotaciones y comentarios al manual oficial soviético sobre Economía Política, con gran variedad de críticas y reformulaciones del llamado "socialismo científico". Estos textos fueron considerados una herejía y aún permanecen en su mayor parte inéditos.[7]

Luego de analizar varias opciones, el Che Guevara con apoyo de Fidel Castro decidió establecer un "foco" guerrillero en Bolivia, un país que estando en el corazón de Sudamérica y limitando con Argentina,[8]Chile, Perú, Brasil y Paraguay, permitía extender con facilidad la guerra de guerrillas a todo el subcontinente, sobre todo a su país natal.[9]

El 21 de julio de 1966 Guevara volvió secretamente a Cuba. Allí se reunió con Fidel Castro, su esposa Aleida March, Orlando Borrego y el grupo de guerrilleros que lo acompañaría a Bolivia. El 2 de noviembre, sin revelar su identidad, vio por última vez a sus hijos, con excepción de Hilda, la mayor, debido a que podría reconocerlo.

En 1966 Bolivia estaba gobernada por una dictadura a cuyo frente se encontraba el general René Barrientos, que había derrocado al presidente Víctor Paz Estenssoro y puesto fin a la revolución nacionalista-popular iniciada en 1952. La población era mayoritariamente campesina e indígena. La poderosa Central Obrera Boliviana (COB), con base en los obreros mineros, llevó adelante una férrea oposición al régimen que en 1965 expulsó del país a su secretario general, Juan Lechín Oquendo, hecho que a su vez generó disturbios generalizados en todo el país y al establecimiento del estado de sitio.

La posibilidad de una acción guerrillera en Bolivia, con el objetivo de ampliarla a Argentina, venía siendo preparada directamente por el Che Guevara desde varios años antes. La fracasada experiencia del Ejército Guerrillero del Pueblo en Salta, dirigida por Jorge Masetti, en la frontera con Bolivia, en 1963/1964, es un antecedente muy importante. Ya en 1964 Guevara había mandado a la argentina-alemana Tamara Bunke (Tania) como agente encargada de infiltrar al gobierno militar en La Paz, mientras que Ciro Bustos debía organizar una red de apoyo en Argentina, sobre la base de distintos grupos disidentes del Partido Comunista. A mediados del año 1966, el Che envió a Bolivia a dos de sus hombres de confianza, Harry Villegas (Pombo) y Carlos Coello (Tuma), donde ya se encontraba José María Martínez Tamayo (Papi o Ricardo), organizando los contactos y analizando la situación.

El Partido Comunista Boliviano, dirigido por Mario Monje, mantenía una posición ambigua frente a la lucha armada. Por un lado, el propio Monje y otros militantes del partido habían recibido entrenamiento militar en Cuba. Por otro lado, Monje y otros dirigentes habían expresado en algunas circunstancias su oposición a una acción guerrillera en Bolivia.

El 3 de noviembre de 1966 el Che Guevara llegó a Bolivia bajo la identidad falsa de un economista uruguayo llamado Adolfo Mena González. El 7 de noviembre, día en que comienza su Diario de Bolivia, se instaló con veinticuatro hombres, nueve de ellos bolivianos, en una gran finca adquirida por Roberto Peredo Leigue (Coco), en la zona sudeste del país, justo en el límite del departamento de Santa Cruz con el de Chuquisaca, donde las últimas estribaciones de la Cordillera de los Andes se unen con la región del Gran Chaco.

El lugar no era bueno. Estaba ubicado en una zona casi deshabitada, demasiado lejos de la frontera con Argentina y fue comprado prácticamente sin ningún análisis estratégico y sin clara conciencia de su ubicación.[10]​ La base guerrillera fue ubicada en una propiedad de 1.500 hectáreas de selva en un área montañosa atravesada por el río Ñancahuazú, tributario estacional del río Grande, en un área indígena correspondiente a la cultura guaraní.

El grupo guerrillero tomó el nombre de Ejército de Liberación Nacional (ELN) y contó con apoyo de unidades situadas en Argentina, Chile y Perú.

El 31 de diciembre de 1966 llegó al campamento guerrillero de Ñancahuazú Mario Monje, el secretario general del Partido Comunista Boliviano. La entrevista de Monje y Guevara tuvo un resultado negativo, ya que Monje reclamó para sí la conducción de la guerrilla, ante la terminante oposición del Che Guevara. Monje solicitó a los combatientes bolivianos de su partido abandonar la guerrilla recibiendo una negativa contundente. Monje se retiró del campamento y buscó por todos los medios diezmar el apoyo de las juventudes comunistas al proyecto del Che. Inti Peredo, el hermano de Coco, se convertiría en el líder de los guerrilleros bolivianos dentro del ELN. Poco después Moisés Guevara, líder de un grupo maoísta disidente del Partido Comunista Boliviano, se sumó también al ELN con varios hombres. Por ese entonces la guerrilla se consideraba integrada por 50 a 200 miembros.[11]

El 1 de febrero de 1967 el Che Guevara partió con la mayor parte del grupo con el fin de reconocer el terreno circundante y realizar entrenamientos. Acosados por infinidad de dificultades, recién volvieron al campamento el 20 de marzo, en momentos en que el gobierno boliviano ya sabía de la presencia de la guerrilla guevarista y comenzaba a organizar una amplia operación represiva.

A comienzos de marzo, cuando el Che aún no había retornado a la base, llegaron a Ñancahuazú Tamara Bunke (Tania), el francés Régis Debray, el argentino Ciro Bustos (Pelado-Carlos) y el peruano Juan Pablo Chang (Chino). Poco después, el 11 de marzo, dos hombres del grupo de Moisés Guevara, Vicente Rocabado y Pastor Barrera, habían desertado y fueron detenidos tres días después por la policía. Rocabado confesó que se trataba de un grupo guerrillero dirigido por el Che Guevara, en el que también había una mujer. Ese mismo día el presidente constitucional boliviano solicitó la cooperación de Estados Unidos y organizó un sistema de inteligencia coordinado con las dictaduras de Argentina, Brasil y Paraguay, y los gobiernos democráticos de Chile y Perú.

Debray y Bustos volvieron a partir unos días después para organizar grupos de apoyo, pero Tania, cuya identidad secreta había sido descubierta, debió permanecer como combatiente. La decisión de Tania de ir a Ñancahuazú, no tiene una explicación clara. Tania estaba encargada de organizar la logística de la guerrilla en La Paz y establecer los contactos con Argentina, razón por la cual el Che le había ordenado que por ningún motivo fuera a Ñancahuazú. Cuando vuelve al campamento y la ve, manifiesta su enojo por la situación, que luego vuelca en su diario.[12]

El 23 de marzo del 1967 el ELN emboscó una unidad militar, mató siete soldados, tomó veintiún prisioneros y obtuvieron una copia del plan del ejército para combatirlos. Al día siguiente un avión AT-6 bombardeó los alrededores del campamento y el 27 de marzo el combate ganó la primera plana internacional.

Las tropas guerrilleras comenzaron entonces a circular por la zona con el fin de escapar del cerco que estaba formando el ejército boliviano. El 17 de abril Guevara dividió sus fuerzas, poniendo a Juan Vitalio Acuña Nuñez (Joaquín) al mando de la segunda columna, en la que permanecieron los enfermos, entre ellos Tania. Ambas columnas se perderían y no volverían a encontrarse.

El ELN comenzó a sufrir bajas en combates aislados. El 10 de abril murió el cubano Jesús Suárez Gayol (Rubio). Pocos días después, desapareció Jorge Vázquez (Loro). En realidad había sido herido y luego fue secuestrado por el ejército desde hospital y arrojado vivo desde un helicóptero. Más adelante murió Eliseo Reyes (Rolando) que acompañaba al Che desde la campaña de Sierra Maestra.

El 20 de abril la guerrilla sufrió un duro golpe al ser capturados a Régis Debray y Ciro Bustos cuando intentaban dejar la zona. Ciro Bustos dibujó a todos los integrantes del ELN y brindando información sobre la guerrilla. Fue entonces cuando Regis Debray confirmó definitivamente la presencia del Che Guevara.[13]​ Los actos de Debray y Bustos bajo tortura han sido muy discutidos, señalándolos a Bustos como delator.

Para fines de abril el ejército había bloqueado la salida de los guerrilleros hacia el río Grande, obligándolos a cruzar la montaña. En el resumen del mes de abril el Che Guevara escribe en su diario:

Durante mayo los guerrilleros escaparon una y otra vez del cerco. El 5 de junio los oficiales al mando de las tropas del gobierno fueron reemplazados y se estableció un sistema más descentralizado bajo el plan Cynthia. En junio y julio el ELN perdió siete hombres en una serie de pequeños combates: Casildo Condori Vargas (Víctor), Antonio Sánchez Díaz (Marcos), Carlos Coello (Tuma), Julio Velazco Montaño (Pepe)(desertor que se rindió al ejército y posteriormente fue asesinado), Serapio Aquino Tudela (Serapio), Raúl Quispaya Choque (Raúl) y José María Martínez Tamayo (Papi).[14]

El 1 de agosto llegaron a La Paz dos agentes de la CIA para sumarse a la caza del Che Guevara: los cubano-estadounidenses Gustavo Villoldo y Félix Rodríguez. El 14 de agosto el ejército tomó el campamento de Ñancahuazú donde, entre otras cosas, encontraron cantidad de fotos de los guerrilleros tomadas por Tania. El 31 de agosto el ejército emboscó a la columna de Joaquín en Vado del Yeso, mientras intentaban cruzar el río, siendo muertos Juan Vitalio Acuña Nuñez (Joaquín), Haidee Tamara Bunke Bider (Tania), Apolinar Aquino Quispe (Polo), Walter Arencibia Ayala (Walter), Moisés Guevara Rodríguez (Moisés), Gustavo Machín Hoed de Beche (Alejandro), Freddy Maymura Hurtado (Médico o Ernesto) (capturado herido y asesinado) e Israel Reyes Zayas (Braulio). Sus cuerpos fueron expuestos primero y luego enterrados clandestinamente.[15]

Para entonces el grupo se hallaba completamente aislado y el Che Guevara afectado gravemente por el asma y sin medicamentos. El grupo abandonó entonces la zona del río Ñancahuazú para escalar los altos cordones montañosos ubicados al oeste y dirigirse hacia la zona de La Higuera. El 17 de septiembre se realizó en Camiri el juicio contra Debray y Bustos, en el que fueron condenados a 30 años de prisión, concitando la atención mundial y que fue escuchado por radio por los guerrilleros.

Para mediados de septiembre los militares bolivianos ya sabían la ruta que estaba siguiendo la columna guerrillera, mediante la información que recibían de los pobladores. El 26 de septiembre entraron al pequeño caserío de La Higuera, hallando solo mujeres y niños. El Che envió una partida de siete hombres que al salir de la aldea fueron emboscados por los Rangers, muriendo tres de ellos: Roberto Peredo (Coco), Mario Gutiérrez (Julio) y Manuel Hernández Osorio (Miguel), quedando heridos Benigno y Pablo, y desertando Camba y León. Luego de ese combate, el recién creado cuerpo de rangers bolivianos entrenados por asesores militares del ejército estadounidense se sumó a la persecución.

El Che Guevara y los 16 sobrevivientes del ELN buscaron escapar trepando aún a mayores alturas, logrando esconderse durante tres días. El 30 de septiembre el presidente Barrientos llegó a Vallegrande para hacer acto de presencia anticipando la derrota de los guerrilleros.

En esas condiciones el Che Guevara intentó encontrar una ruta de descenso que los llevara al río Grande y huir a través del mismo. El 7 de octubre comenzaron a bajar por un desfiladero abrupto hacia el río. Esa noche realiza la última anotación de su diario:

El Ejército dio una rara información sobre la presencia de 250 hombres en Serrano para impedir el paso de los cercados en número de 37 dando la zona de nuestro refugio entre el río Acero y el Oro.

El 8 de octubre de 1967 los 17 guerrilleros sobrevivientes fueron sorprendidos por los recién llegados Rangers mientras intentaban descender por la Quebrada del Yuro. El Che dividió sus hombres en tres grupos. Luego de tres horas de combate el Che resulta herido en una pierna y es capturado con el boliviano Willy y el peruano Chang, mientras que otros tres de sus hombres perdieron la vida: René Martínez Tamayo (Arturo), Orlando Olo Pantoja Tamayo (Antonio), Aniceto Reinaga Cordillo (Aniceto). Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho) fue malherido y murió al día siguiente. Otros cuatro guerrilleros fueron perseguidos y asesinados cuatro días después, siendo enterrados en tumbas clandestinas: Octavio de la Concepción de la Pedraja (Moro), Francisco Huanca Flores (Pablo), Lucio Edilverto Garvan Hidalgo (Eustaquio) y Jaime Arana Campero (Chapaco).

Notablemente seis guerrilleros (Pombo, Benigno, Urbano, Inti, Darío y Ñato) lograron romper el cerco y escapar. El ejército los persiguió abatiendo a Ñato, pero los cinco restantes lograron finalmente salir de Bolivia gracias a la ayuda algunos integrantes del Partido Comunista Boliviano y de una serie de organizaciones chilenas, encabezadas por el entonces senador socialista Salvador Allende.[16]

Durante 1967, el ELN emitió cinco comunicados al pueblo boliviano, aunque sólo el primero alcanzó difusión pública. El Che Guevara, por su parte había escrito su famoso Mensaje a los Pueblos del Mundo, leído en la Tricontinental, el 16 de abril de 1967, que se inicia con una cita de José Martí, "es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz", y otras consideraciones como:

Las circunstancias en que se desarrollaron las acciones del Che Guevara en Bolivia ha dado lugar a una gran cantidad de debates y discusiones sobre varios temas, tales como la decisión del Partido Comunista Boliviano y la Unión Soviética, de no apoyar a la guerrilla guevarista; el papel de la CIA en la decisión de fusilar clandestinamente a Guevara; la actitud de Fidel Castro, tanto en su apoyo al Che de ir hacia Bolivia como en las intenciones detrás de ese apoyo, como también en el aislamiento en que quedó del grupo guerrillero; el efecto de las fotos de los guerrilleros tomadas por Tamara Bunke y encontradas por el ejército boliviano; el rol desempeñado por Regis Debray y Ciro Bustos, y una posible delación, cuando fueron detenidos al dejar el campamento guerrillero, para ser luego torturados y enjuiciados. Se ha discutido incluso el rol del propio Che Guevara, de quien muchos años después, el propio Regis Debray dijo que "el Che Guevara no fue a Bolivia para vencer, sino para perder".[17]

Al entrar en la Quebrada del Yuro o Churo, el Che Guevara ordenó dividir el grupo en dos, enviando a los enfermos delante y quedándose con el resto a enfrentar las tropas del gobierno. Harry Villegas («Pombo»), uno de los cinco sobrevivientes, cuenta así ese momento:

En el combate, Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda y hecho prisionero junto con Willy por el sargento Bernardino Huanca, cuando al intentar romper el cerco fueron a caer junto a las posiciones ocupadas por un mortero del ejército y su dotación, poco después del mediodía del 8 de octubre. Instantes después llegó el capitán de los rangers bolivianos Gary Prado Salmón, quien lo identificó, le ató las manos a la espalda y mandó un radiograma a Vallegrande, que recibió el teniente coronel Andrés Selich, subjefe del Regimiento Pando de ingenieros militares con sede en Vallegrande, Selich se dirigió inmediatamente a la zona de combate y ordenó el traslado de los prisioneros a La Higuera, donde fueron recluidos en las dos aulas de la escuela, un precario rancho de adobe con piso de tierra. Los militares bolivianos encontraron en poder del Che varios documentos entre los que estaban dos cuadernos de su Diario. Ese día Selich mantiene varias conversaciones, no muy extensas, con Guevara, mientras éste se encontraba atado de pies y manos y sangrando de la herida sin atender, tirado en el suelo, donde también fueron colocados los cadáveres de los guerrilleros abatidos.

En la madrugada del 9 de octubre, llegaron en un helicóptero OH-23 a La Higuera el coronel Joaquín Zenteno Anaya y el agente de la CIA Félix Rodríguez, con uniforme militar boliviano y bajo el nombre de "Capitán Ramos". Este último envió un mensaje cifrado a sus superiores, mantuvo también breves conversaciones con el Che y fotografió cada página del Diario. A las 12:30 se recibió en La Higuera la orden de asesinar al Che Guevara, pero no resulta claro quién recibió la orden, ya que tanto el coronel Zenteno como el agente Félix Rodríguez sostienen haber sido ellos. La orden provino del mismo presidente Barrientos y existen dudas sobre el grado de apoyo que la decisión tuvo por parte de Estados Unidos.[19]

Luego de haber recibido la orden, Félix Rodríguez volvió a conversar con el Che Guevara y le sacó varias fotografías, las últimas en las que aparece con vida. A eso de las 13:10 fue fusilado por el sargento Mario Terán mediante ráfagas de ametralladora debajo de la cabeza para simular su muerte en combate, luego de que corrieran la misma suerte Simeón Cuba Sanabria (Willy) y Juan Pablo Chang Navarro (el Chino).

En 1977 en una entrevista publicada por la revista Paris Match Mario Terán dio su versión sobre los últimos instantes del Che Guevara:

La tarde del 9 de octubre el cuerpo del Che Guevara fue llevado en helicóptero a Vallegrande y fue colocado en el lavadero del hospital Nuestro Señor de Malta, donde permaneció en exhibición pública durante ese día y todo el día siguiente, inyectándosele gran cantidad de formaldehído para evitar la descomposición.

Cientos de personas (soldados, pobladores, curiosos, periodistas) concurrieron a ver el cuerpo. Hay gran cantidad de fotos de esos momentos, en las que el Che aparece con los ojos abiertos. Las monjas del hospital y las mujeres de la villa señalaron su parecido con Jesucristo y cortaron mechones de su pelo para preservarlos como talismanes.[21]​ Los soldados y funcionarios se quedaron con cosas que llevaba el Che al morir. Debido a que ya estaba decidido que se haría desaparecer el cuerpo del Che Guevara, como el del resto de los guerrilleros, la noche del 10 de octubre se le cortaron las manos al cadáver para conservarlas como prueba de la muerte.

Existen diversas versiones sobre el destino final del cadáver. El general Juan José Torres declaró que el cuerpo había sido cremado, mientras que el general Alfredo Ovando afirmó lo contrario. Hay consenso entre los militares bolivianos presentes en el lugar de que la orden de cremación fue real, pero que no pudo ser ejecutada por carecer de los medios adecuados y también debido al hecho de una eventual reacción negativa de la población debido al hecho de que en Bolivia la cremación era ilegal.[22]​ También existía cierto consenso sobre el hecho de que el cadáver del Che fue enterrado en la madrugada del 11 de octubre por el teniente coronel Selich, en una fosa diferente de los otros seis guerrilleros[23][24]

El 28 de junio de 1997 un equipo de científicos cubanos encontraron en Vallegrande siete cuerpos enterrados clandestinamente en una sola fosa común, e identificaron entre ellos, con apoyo del prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense, al del Che Guevara y los de cuatro de sus hombres. El cadáver carecía de manos, registraba un alto contenido de formaldehído, y llevaba ropa y elementos compatibles con los que se supone que llevaba al momento de ser enterrado.[25]

El 12 de julio de 1997 los restos fueron llevados a Cuba, donde fueron recibidos por una multitud para ser sepultados en Santa Clara en el memorial que guardan los restos de la mayoría de los guerrilleros que le acompañaron en su expedición.[26][27]



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