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Elecciones presidenciales de Argentina de 1963



Las elecciones presidenciales de Argentina de 1963 se celebraron el domingo 7 de julio, con reunión de los colegios electorales el 31 de julio, donde resultaron elegidos Arturo Illia como presidente de la Nación y Carlos Perette como vicepresidente, ambos del partido Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP).

Fueron organizadas por el gobierno encabezado por José María Guido que había sustituido al presidente Arturo Frondizi derrocado el año anterior siendo discutible si aquel fue un presidente constitucional o de facto.[1]​. Las elecciones se realizaron con el expresidente Frondizi detenido e impedido de participar en las mismas y todos los ciudadanos peronistas proscriptos para presentar sus candidaturas, incluyendo también al expresidente Juan Domingo Perón que había tenido que exiliarse.[2]​ Dos días antes de las elecciones el gobierno prohibió la presentación de la lista del Partido Demócrata Cristiano, debido a que estaba encabezada por el neurocirujano Raúl Matera que militaba en el peronismo.[3]

Los resultados del Territorio Nacional de Tierra del Fuego se sumaron al total de Capital Federal.

Debido a las severas restricciones que pesaban sobre la elección, los simpatizantes de figuras proscriptas como Perón o Frondizi se expresaron mayoritariamente mediante el voto en blanco, que alcanzó el 19,41% de las preferencias. Visto de este modo, Illia obtuvo solo el 25,14% del total de votos emitidos (aunque un 31,90% de los votos válidos), lo que condicionaría severamente su presidencia. Efectivamente, Illia no pudo finalizar el mandato constitucional debido a que fue derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio de 1966.

El presidente Arturo Frondizi había logrado su victoria electoral de 1958 gracias al apoyo del peronismo, proscripto desde el golpe de estado de 1955, con su partido, la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), siendo una facción de la UCR original, siendo la otra la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP). En este escenario, el nuevo presidente había llegado al poder condicionado desde el inicio por su dependencia electoral del peronismo e institucional de los militares, ambos grupos frontalmente enemistados. La política sociolaboral, petrolera y educativa de Frondizi tuvo picos de alta conflictividad, con grandes manifestaciones y huelgas del movimiento obrero y del movimiento estudiantil, así como numerosos atentados contra el gobierno con fines políticos en los que resultaron asesinados diecisiete civiles y militares.[4]​ Aprobó y ejecutó el Plan CONINTES, que ponía a los manifestantes bajo jurisdicción de los tribunales militares y prohibía las huelgas, aunque este fue realmente una imposición militar alternativa a declarar el estado de sitio permanente y suprimir los derechos civiles.[5]

Debido a estos condicionamientos, Frondizi perdió gran parte de su legitimidad política luego de fracasar en cumplir su trato con el exiliado Juan Domingo Perón de legalizar el peronismo en las elecciones legislativas de 1960, en la que la mayoría de los peronistas descontentos se expresaron mediante el voto en blanco. Para la siguiente renovación legislativa en 1962, que además traería consigo las elecciones para gobernador de varias provincias, Frondizi aceptó anular parcialmente la proscripción y permitir que varias fuerzas calificadas como neoperonistas presentaran candidaturas. Los comicios se realizaron el 18 de marzo con una estrecha victoria para las diferentes listas neoperonistas, aunque el principal resultado se plasmó a nivel provincial con la elección del peronista Andrés Framini como gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más poblada y depositaria de más de un tercio del electorado argentino.[6]

Pese a que la UCRI no sufrió la debacle absoluta que se le anticipaba y de hecho el partido logró consolidar su papel como principal partido contrario al peronismo y facción más grande del radicalismo, el gobierno de Frondizi terminó de desangrarse ante la pérdida de control del Congreso y de casi todas las provincias.[6]​ La insistencia de Frondizi en aceptar el resultado electoral, si bien intervino provisionalmente todas las provincias donde ganó el peronismo, provocó que las Fuerzas Armadas realizaran un golpe de estado el 29 de marzo, once días después de los comicios, arrestando a Frondizi y separándolo del cargo.[6]

Habiendo renunciado el vicepresidente Alejandro Gómez en 1958, el sucesor constitucional de Frondizi era José María Guido, presidente provisional del Senado de la Nación Argentina. Mientras se ejecutaba el golpe, por la noche, Julio Oyhanarte, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación tomó la detención de Frondizi como un caso de acefalía presidencial y se apresuró a prestar juramento a Guido, evitando el quiebre institucional total y la asunción de un militar como presidente de facto.[1]​ Los militares golpistas terminaron aceptando la situación y convocaron a Guido en la Casa Rosada para comunicarle que sería reconocido como presidente, en tanto y en cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las medidas políticas indicadas por las Fuerzas Armadas. Entre estas medidas se encontraban la anulación del resultado electoral del 18 de marzo, la intervención de todas las provincias y la clausura del Congreso Nacional. Al no tener el presidente de la Nación facultades constitucionales para tales movimientos, el estado legal de la presidencia de Guido es controvertido hasta hoy, siendo discutible si fue un presidente constitucional o de facto.[1]

Durante el mandato de Guido, se produjo un enfrentamiento interno en las Fuerzas Armadas, denominado azules y colorados.[7]​ Los azules estaban de acuerdo con permitir un acceso limitado a algunos dirigentes peronistas, con el fin de lograr la normalización institucional y al mismo tiempo combatir a los grupos de extrema izquierda. Los colorados, por su parte, equiparaban al movimiento peronista con el comunismo y abogaban por erradicarlo completamente mediante la instauración de una dictadura militar permanente. Cada bando luchaba para lograr el control sobre el conjunto de las Fuerzas Armadas y, de ese modo, estar en condiciones de ejercer la tutela sobre el gobierno y establecer el rumbo que debía seguir la política nacional.[7]​ Enfrentamientos armados entre el 21 de septiembre de 1962 y 5 de abril de 1963 llevaron a la muerte de varios civiles y militares.[8]

La victoria de los azules, liderados por Juan Carlos Onganía, permitió la supervivencia de la presidencia de Guido y la convocatoria a nuevas elecciones con el peronismo aún proscripto y Frondizi detenido e inhabilitado políticamente para presentarse. Sin embargo, el panorama militar más estable fue eclipsado por preocupaciones económicas.[9]​ Después de un breve período de crecimiento robusto liderado por la producción industrial, el equipo económico del presidente Guido, dirigido por el economista liberal conservador Álvaro Alsogaray, impuso una nueva devaluación y medidas de austeridad tales como estrictos controles de crédito e incluso el pago de salarios estatales con bonos casi sin valor. El PIB cayó un 4% entre 1962 y 1963, y el desempleo aumentó a casi un 9%.[10]

La elección presidencial se realizó mediante el sistema de elección indirecta. A tal fin los votantes debieron elegir electores, quienes a su vez debían elegir al presidente de la Nación, reunidos en congresos electorales separados, reunidos en cada provincia y la Capital Federal.

Los colegios electorales se reunieron el 31 de julio, separadamente en la Capital Federal y en las capitales de provincias, oportunidad en la que los electores eligieron como presidente de la Nación a Arturo Illia, que obtuvo 270 votos y como vicepresidente a Carlos Perette, que obtuvo 269 votos.[11]

Simultáneamente se realizaron también elecciones de legisladores nacionales y de autoridades provinciales.

La participación ciudadana fue del 85,6% de los votantes habilitados. Los votos en blanco fueron 1 884 435 es decir el 19.4 %, máximo de la historia electoral presidencial argentina, y fueron considerados válidos por la justicia.[12]​ La gran cantidad de votos en blanco se debió a la proscripción del peronismo que llevó a muchos de sus simpatizantes a pronunciarse de ese modo.

La candidatura de Illia se debió en gran medida a que en las elecciones de 1962 fue el único candidato de la UCR del Pueblo en ganar una gobernación al imponerse por estrecho margen en la provincia de Córdoba, donde se había logrado la mayor concentración de votos no peronistas incluso durante su período de apogeo en 1950. El historiador Luis Alberto Romero atribuyó la elección de Illia como candidato de la UCRP a la escasa fe de triunfo de la dirigencia partidaria.[13]​ Su abanderado en 1958, Ricardo Balbín, declinó su postulación con la fe de que una figura menos antiperonista captaría más votos de este sector y de la desgastada UCR Intransigente.[9]

Desde su encarcelamiento, Frondizi discutió con Perón la posibilidad de fundar un "Frente Nacional del Pueblo" que agrupara a la totalidad del peronismo, radicales intransigentes y conservadores favorables al peronismo, a pesar de la oposición de quien sería el candidato de la UCRI, Oscar Alende. El candidato de dicho frente sería el conservador Vicente Solano Lima. Una de las revueltas entre azules y colorados, realizada el 2 de abril de 1963, llevó a que los militares rechazaran la idea de tolerar un frente Perón-Frondizi. Perón rechazó apoyar a cualquier candidato en una elección no libre y pidió a sus partidarios votar en blanco. El peronista Alejandro Leloir, sin embargo, se presentó independientemente con el Partido Tres Banderas, siendo la única candidatura peronista legalmente permitida en la elección de 1963.[14]

Los incidentes de abril condujeron a la candidatura de Pedro Eugenio Aramburu, expresidente de facto que proscribió al peronismo en 1955, bajo la bandera de los partidos Unión del Pueblo Argentino (UDELPA), y el Partido Demócrata Progresista (PDP). Ambos presentaron compañeros de fórmula diferentes para Aramburu, Arturo J. Etchevehere y Horacio Thedy respectivamente. Uno de los lemas de campaña de la UDELPA, evidenciando su fuerte tono antiperonista, fue "Vote UDELPA y no vuelve".[9]​ Otros conservadores antiperonistas apoyaron al ex intendente de Córdoba Emilio Olmos, de la Federación Nacional de Partidos de Centro (FNPC), provocando la división de las tres principales fuerzas políticas del país: el peronismo, el radicalismo, y el conservadurismo, de cara a las elecciones.[15]

La designación de Arturo Illia como presidente de la Nación en 1963 se realizó mediante el sistema de elección indirecta establecido por la Constitución de 1853, impuesta por la dictadura que gobernó entre 1955 y 1958. El sistema indirecto establecía que los ciudadanos elegían electores y eran estos quienes, reunidos colegios electorales organizados en cada provincia y la Capital Federal, debían elegir por mayoría absoluta y en votación separada al presidente y al vicepresidente de la Nación.[18]​ De este modo la mayoría necesaria era de 239 electores.

Los colegios electorales se reunieron el 31 de julio de 1963, en cada una de las capitales provinciales y en la Ciudad de Buenos Aires. Previamente la UCRP había realizado acuerdos con la Federación de Partidos de Centro, el Partido Socialista Democrático, el Partido Demócrata Cristiano, la Confederación de Partidos Provinciales y tres electores de la UCRI, que en conjunto sumaban 102 electores, para apoyar a los sus candidatos. Con este apoyo la candidatura a presidente de Illia obtuvo 270 votos -31 votos más que el mínimo constitucional necesario- y la candidatura a vicepresidente de Perette obtuvo 269.[19]



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