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Elecciones provinciales de Buenos Aires de 1983



Las elecciones generales de la provincia de Buenos Aires de 1983 se llevaron a cabo el domingo 30 de octubre del mencionado año con el objetivo de restaurar las instituciones democráticas constitucionales y autónomas de la provincia después de la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. Se debían escoger al gobernador para el período 1983-1987, y a los 138 miembros de la Legislatura Provincial (92 miembros de la Cámara de Diputados y 46 miembros del Senado Provincial. La participación fue muy alta, con un 87.49% del padrón registrado emitiendo sufragio.

Las elecciones se realizaron en el marco de las elecciones presidenciales y legislativas a nivel nacional, y al igual que en dichas elecciones, el candidato de la triunfante Unión Cívica Radical (UCR), Alejandro Armendáriz, obtuvo una aplastante victoria con el 51.98% de los votos contra el 39.73% de Herminio Iglesias, del Partido Justicialista (PJ). La UCR obtuvo mayoría absoluta en ambas cámaras con 54 diputados y 28 senadores. El PJ quedó en segundo lugar con 37 diputados y 18 senadores. El diputado restante correspondió al Partido Intransigente (PI). Al mismo tiempo, el radical Raúl Alfonsín era elegido Presidente de la Nación Argentina. Armendáriz fue juramentado en su cargo un día después que el resto del gobierno constitucional, el 10 de diciembre de 1983. Fue la última vez hasta 2015 en que la gobernación de Buenos Aires sería ganada por un candidato no peronista.

La provincia de Buenos Aires es, por amplia diferencia, el distrito más poblado de la República Argentina, y alberga por sí sola a un 38% del electorado registrado del país, lo que la convierte en un distrito clave y casi completamente definitorio para los procesos electorales argentinos. A día de hoy, solo dos candidatos (Hipólito Yrigoyen en 1916 y Mauricio Macri en 2015) han sido elegidos para el cargo de presidente de la Nación Argentina sin haber triunfado en la provincia de Buenos Aires. Del mismo modo, ganar y retener la gobernación bonaerense se considera clave para la estabilidad de cualquier gobierno electo.[1]​ Al igual que en el resto de los territorios del país, el distrito bonaerense se vio intervenido durante la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, que gobernó el país durante casi ocho años entre el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, y finales de 1983, cuando finalmente el régimen colapsó tras su derrota en la Guerra de las Malvinas, lo que forzó una apresurada transición democrática.[2]

La campaña del radicalismo fue considerada discreta, y se basó principalmente en la campaña a nivel nacional realizada por Alfonsín. Su candidato a gobernador, Armendáriz, era un radical de la corriente Movimiento de Renovación y Cambio, que Alfonsín lideraba, pero era una figura relativamente desconocida hasta las elecciones. Al mismo tiempo que seguía la campaña alfonsinista, Armendáriz dedicó la mayor parte de su propia campaña a prometer un aumento del salario mínimo y de las ofertas de empleo, basándose en las políticas del gobierno de Arturo Umberto Illia (1963-1966).[3]

Por otro lado, la campaña de Herminio Iglesias ha sido particularmente recordada como un posible detonante de la derrota sufrida por el Partido Justicialista tanto a nivel provincial como nacional (que constituyó también la primera derrota del partido en comicios libres).[4]​ Iglesias realizó fuertes críticas al candidato presidencial del radicalismo, Raúl Alfonsín, dirigiéndose a él con insultos personales como "gusano", "traidor" o "malnacido político".[5]​ Iglesias también presumió públicamente de haber sido torturado por la policía durante el régimen militar.[5]​ Varias frases y lapsus de sus discursos serían recordadas posteriormente, tales como "conmigo o sin mígo (sic)", o "si es necesario, trabajaremos las veinticuatro horas del día, y de la noche también".[5]

Dos días antes de los comicios, y en respuesta al multitudinario mitin de Alfonsín durante su campaña presidencial, Iglesias realizó un masivo acto de cierre de campaña que finalizó con la quema de un ataúd con las siglas UCR (Unión Cívica Radical) en pantalla frente a millones de personas que lo veían por televisión. Esta acción violenta generó recuerdos amargos del gobierno de Isabel Perón, siendo considerado durante mucho tiempo el principal aliciente para la derrota peronista.[4]

El escrutinio duró hasta la madrugada, siendo la provincia más poblada, y por lo tanto la elección bonaerense fue la última en definirse. Los primeros guarismos del escrutinio anunciaron desde el inicio la victoria radical, y el propio Herminio Iglesias manifestó su desasosiego con el resultado al conocerse los primeros cómputos de Avellaneda, su ciudad de origen, donde también resultó derrotado, y de Lanús, con la frase que posteriormente fue publicada en los medios de comunicación: "¡No se puede creer!". La Revista Gente publicaría días más tarde una fotografía de la expresión circunspecta de Iglesias tras enterarse de su derrota.[6][7]

Armendáriz, prácticamente desconocido hasta comienzos de la campaña, obtuvo finalmente el 51.98% de los votos positivos, superando por más de doce puntos a Iglesias, que recogió el 39.73% de las adhesiones y resultó derrotado incluso en bastiones peronistas claves del conurbano bonaerense.[6]

Los terceros partidos fueron abrumadoramente superados por la polarización bipartidista y la elección se definió entre el peronismo y el radicalismo en la inmensa mayoría de los distritos. A las cuatro de la mañana del 31 de octubre, las autoridades electorales confirmaron que la tendencia era irreversible y proclamaron a Armendáriz gobernador electo.[6]

Las elecciones municipales de la provincia de Buenos Aires de 1983 se realizaron el 30 de octubre de 1983. Se eligieron 125 intendentes, concejales y consejeros escolares.



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