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Euskal Herria como proyecto político



Desde el nacimiento mismo del nacionalismo vasco a finales del siglo XIX, se han planteado diversos proyectos políticos que abarcasen los territorios que el nacionalismo entiende como vascos. El nacionalismo vasco llamó a esa entidad Euzkadi y la denominaron "patria de los vascos". A partir de entonces, conceptos o términos como la "identidad vasca" y "Euskal Herria" se trasladaron al ámbito político.

Desde posturas autonomistas hasta las nacionalistas e independentistas, a lo largo de la historia ha habido intentos por unir los territorios históricos vascos en un ente soberano, sobre todo en los territorios que forman parte de España.

El concepto de Euskal Herria tuvo, en su origen, una dimensión exclusivamente cultural ya que se trata del modo en que los vascohablantes a partir del siglo XVI han denominado históricamente a los territorios en los que se hablaba su lengua pertenecían a territorios con una gran impronta vascoparlante. Aunque a partir del siglo XVI se haga más patente el uso de este término [cita requerida], la primera alusión a Euskal Herria se encuentra, en una colección de versos, cantares y lances de amor escritos entre los años 1564 y 1567, por el alavés Juan Pérez de Lazarraga. Este idiomático tiene su correlación en castellano con el término Vasconia.

Con la eclosión del nacionalismo vasco a partir de finales del siglo XIX y la concienciación del retroceso territorial del euskera que ya denunciara Unamuno, el término "Euskal Herria", considerado como el territorio donde se habla el euskera ya no podía constituir para el nacionalismo vasco el solar de la "nación vasca"[1]​ y por ello, Sabino Arana, el creador del nacionalismo vasco, rechazó la denominación Euskal Herria, creando el nuevo término "Euzkadi" con mayor significado político, pues Arana inicialmente entendía que su patria (aberri) debía estar solo compuesta por vascos genuinos, independientemente del idioma que hablaran, aunque utilizaba habitualmente en sus artículos el término Euskeria (por ejemplo: "Este partido nacionalista sólo ha nacido y vive para la Patria, que es Bizkaya libre en Euskeria libre"[2]​).

Arana además en sus inicios quiso diferenciarse de los fueristas representados políticamente por los "Euskalerriacos" liderados por Fidel Sagarminaga y Ramón de la Sota, que socialmente pretendían apropiarse del término "Euskal Herria" y aunque posteriormente, tras la muerte de Sagarmina, De la Sota ocuparía cargos políticos en el PNV, inicialmente en 1895 manifestaba su repulsa hacia ellos:

Posteriormente, algunos ideólogos nacionalistas como Arturo Campión defendieron la voz "Euskal Herria"[4]​ considerándola más histórica y entendible que la recién creada "Euzkadi", defendida por los aranistas más puristas como el también navarro José Agerre que escribió :

Durante la dictadura franquista se reprimieron duramente las ideas nacionalistas, pero el término Euskal Herria estaba permitido, al ser el término que los carlistas venían utilizando desde antes, incluso, del nacimiento del nacionalismo vasco. Prueba de ello es la distinción que en 1973 realizaba un censor, citando a Unamuno, entre Euzkadi y Euskal Herria:

NOTA: La diferencia que existe entre decir GORA EUZKADI y GORA EUSKAL ERRIA es la siguiente: GORA EUSKAL ERRIA: Viva España y Vasconia

[5]​ o que el partido ultraderechista Fuerza Nueva admita Euskal Herria en vez de Euskadi.[6]

Aunque el uso político del término Euskal Herria por una parte del nacionalismo vasco es reciente, hoy en día la expresión Euskal Herria está extendida por todos los partidos políticos nacionalistas [7]​ aunque algunos sectores (principalmente del PNV)[1]​ prefieran el uso del neologismo Euzkadi o Euskadi aun cuando la creación y desarrollo del País Vasco, a raíz del Estatuto de Gernika, haya hecho que se identifique a esta con Euskadi.

El Estatuto Vasco de Autonomía de 1979 manifesta:

En este Estatuto se identifica políticamente a la comunidad autónoma del País Vasco, a Euskadi, al País Vasco, al Pueblo Vasco y a Euskal Herria, considerando que todos esos términos son equivalentes. Esta redacción hizo que la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) elaborase el Informe de la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia sobre la denominación Euskal Herria.

y

El concepto de Euskal Herria como nación es polémico. Además, algunos nacionalistas como el dirigente del PNV Iñaki Anasagasti prefieren utilizar la expresión Euzkadi[1]​ para denominar a lo que consideran la nación vasca.

Los nacionalistas vascos consideran que su patria debe ser soberana para poder autodeterminarse y decidir su estatus político, y, para muchos de los ciudadanos de los territorios que conforman Euskal Herria, su capital sería Pamplona.[8][cita requerida]

El sentimiento nacional vasco[9]​ tiene un grado muy diverso de apoyo en cada uno de los territorios.

Según datos del Euskobarómetro de noviembre de 2006 un 43% de los vascos se considera nacionalista frente a un 50% que se considera no nacionalista. Un 62% de los vascos ve compatible las identidades vasca y española, mientras que un 6% se considera sólo español y un 29% sólo vasco.

Según una encuesta del CIS[10]​ un 13% de los encuestados en la comunidad autónoma del País Vasco y un 6,1% de los encuestados en Navarra consideran a España Un Estado ajeno, del que mi país no forma parte, en tanto que un 35,1 de los primeros y un 21,2 de los segundos la consideran "un Estado formado por varias nacionalidades y regiones".

Por los resultados electorales de los distintos partidos políticos en estos territorios, se puede inferir, con las debidas cautelas, que el sentimiento de pertenencia en exclusiva a esta nación podría ser sólo mayoritario en Vizcaya y Guipúzcoa (que suman más del 60% de la población total de Euskal Herria y cuyo territorio es algo mayor del 20% del total).

El territorio definido actualmente como Euskal Herria no ha gozado de unidad política total en toda la historia. Durante el reinado de Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035), el reino de Nájera-Pamplona, antecesor del Reino de Navarra, al reinar sus últimos seis años (1029-1035) sobre casi todo el norte cristiano peninsular, reinó sobre la mayor parte de los territorios vascos. Algunos autores defienden que incluyó entre sus dominios los correspondientes al País Vasco francés,[11]​ sin abarcar sin embargo la Ribera Baja, que no sería conquistada a los musulmanes hasta el siglo siguiente. Por ello consideran el reinado de Sancho III como la única etapa en la que el pueblo vasco estuvo unido bajo la misma realidad política. Otros autores, como Armando Besga,[12]​ opinan lo contrario:

Lema utilizado por el nacionalismo vasco, que significa "La unión de las Siete", tiene sus antecedentes en el siglo XVIII y se plasma en el siglo XIX con Antoine d'Abbadie y Augustin Chaho en la gramática publicada dedicada a "Zazpi Uskal-Herrietako Uskalduner". El vocablo se populariza en el siglo XX.

Los partidos de ideología nacionalista vasca que se muestran totalmente favorables a la concepción política de Euskal Herria y de crear un ente político común, como pudieran ser EAJ-PNV,[13]EH Bildu, Geroa Bai, EA, Aralar, EHAK, Batasuna...

Algunos partidos vasquistas que no se consideran nacionalistas como Batzarre[14]​ defienden un proyecto político para Euskal Herria considerándolo un sujeto político.

Entre estos propugnan esa concepción algunos sectores del PSE-PSOE según se refleja en el "Plan de reforma del estatuto vasco" que presentó este partido:

Por su parte Ezker Batua-Berdeak en el País Vasco, que ha formado parte del Gobierno Vasco con PNV y EA, concurre en coalición en las elecciones de 2007 con el partido nacionalista Aralar y en su acuerdo de coalición expresa:

La federación navarra de IU, IUN-NEB, es partidaria de una Navarra plural en la que convivan distintas identidades y que mantenga relaciones con la comunidad autónoma del País Vasco.[17]​ Tal y como reflejan los estatutos del partido la formación de izquierdas mantiene con Ezker Batua-Berdeak una comisión de encuentro para coordinar los puntos de vista de ambas organizaciones.[18]

Desde otras ideologías se considera que dicha identidad política o nacional que defiende el nacionalismo vasco no existe tal y como expresan parte de los líderes de algunos partidos antes citados:

Por ejemplo Patxi López (PSE-PSOE) en relación a un comunicado del grupo terrorista ETA que hacía referencia a Euskal Herria afirmó:[19]

El Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados presentó el 12 de diciembre de 2006 una proposición no de ley que fue rechazada[20]​ en la que, entre otros asuntos, proponía que :

Desde UPN, Alberto Catalán, se refiere a la concepción política de Euskal Herria como una "quimera nacionalista lejana a la voluntad de los navarros".[21][22]

Desde el Partido Popular también se denunció que en los libros de texto educativos en el País Vasco se hiciera referencia a Euskal Herria considerando que la presentaba como sujeto político, solicitando su retirada en el 2003 y 2004,[23]​ por considerar que:

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) desestimó en el 2003 el recurso interpuesto por "carecer de datos para considerar que este término tenga una base acientífica o vaya contra lo establecido en la Constitución española o sus leyes básicas".

En 2004 el TSJPV desestimó el recurso que un grupo de padres presentaron contra el Gobierno vasco sobre esta misma cuestión. En este caso, el tribunal no valoró el contenido de los textos al afirmar que "corresponde a la autonomía pedagógica de los centros educativos adoptar los libros de texto". Alegaba, además, que la "supervisión de los libros y materiales curriculares constituye parte del proceso ordinario de inspección que ejerce la Administración educativa, en este caso la comunidad vasca."

El nuevo Gobierno socialista (que sustituyó en marzo de 2004 al PP) desistió de presentar más recursos sobre libros de texto, aunque aseguró que analizaría el desarrollo que haga el País Vasco de la LOE para que se ajusten "a los preceptos legales".[23]

Por otro lado y desde algunos sectores nacionalistas vascos, también se ha criticado la concepción política que otros sectores nacionalistas dan al término Euskal Herria, considerándolo un mero término cultural, y que el término político correcto sería Euzkadi.[24]

En Navarra, la federación navarra del PSOE, PSN-PSOE no es favorable a considerar Euskal Herria como identidad política que constituya un ente político común y soberano.

Antes del surgimiento del nacionalismo vasco, el jesuita Manuel Larramendi, en su obra Sobre los fueros de Guipúzcoa hizo a mediados del siglo XVIII una de las primeras menciones a crear un estado independiente vasco que abarcase al pueblo vasco asentado en ambos lados del Pirineo. La lengua de esta república sería el euskera y sería hablada por todos los vascos y sus leyes se basarían en los fueros.

El labortano Dominique Joseph Garat, ministro dos veces de justicia de Francia en la época de la Revolución (1792) y también embajador de Napoleón Bonaparte, escribió por primera en 1803 al cónsul Napoleón resaltando los siguientes aspectos:

En 1808 Garat hizo llegar a Savary, comandante en jefe de las tropas francesas en España, el opúsculo Exposé succint d'un projet de réunión de quelques cantons de l'Espagne et de la France dans la vue de rendre plus fáciles et la soumission de l'Espagne et la création d'une maxime puissance. En este informe describe idílicamente a los vascos:[25]

A su vez aludió a la comunidad de la lengua, el igualitarismo vasco (a analogía de su justicia universal) y la hidalguía universal, la costumbre de huir del servicio militar cruzando la frontera, idénticas costumbres sencillas de alimentación, instinto marítimo, afición al canto, etc. Propuso por ello para sacar provecho de este pueblo que:[25]

articulados de la siguiente manera:

También propuso:[25]

Darriu narra así la respuesta del Emperador:

[25]

Es por ello que el exministro, cumpliendo la petición del Emperador de escribir una historia de España (Une histoire de l’Espagne me fut demandée, il y a trois ans, au nom de Sa Majesté l’Empereur, par un de ses ministres.), presentó un trabajo más completo al respecto en 1811: una síntesis de su Recherches sur le peuple primitif de l'Espagne, sur les revolutions de cette péninsule, sur les Basques espagnoles et français que hace llegar a Napoleón mediante el duque de Bassano, ministro de relaciones exteriores. En esta síntesis Garat apoya de nuevo la unificación de este pueblo para hacer «la sumisión de España voluntaria y la humillación de Inglaterra próxima» (à rendre la soumission de l’Espagne volontaire et l’humiliation de l’Angleterre prochaine) Sus argumentos son, entre otros:

El documento está dividido en una introducción y tres partes.

Garat se reafirma en su propuesta de crear un "Estado Nacional Vasco"[25]​ formado por la unión del País Vasco francés y el País Vasco español y parte de Cantabria uniéndolos en dos o tres departamentos del Imperio. Dichos departamentos se llamarían Nueva Tiro y Nueva Sidón y el conjunto Nueva Fenicia ya que para Garat, los vascos eran los primeros pobladores de toda la península, que provenían de los fenicios y hablaban su lengua. Su bandera y escudo serían los de Navarra, que considera eran los de las naves de Tiro y sus habitantes se dedicarían al servicio marítimo del Imperio.

Los puertos para sus naves irían desde Bayona hasta Santander:

He aquí uno de los pasajes de otro de sus informes traducido del francés:

Literatura: La novela La alternativa Garat, de Iñigo Bolinaga, recoge de forma literaria los hechos y circunstancias que rodearon a la concepción y desarrollo del proyecto de Nueva Fenicia.

Durante mucho tiempo, cada uno de los territorios vascos, las ciudades y las villas conservaron sus diferentes fueros particulares que no fueron abolidos por las coronas española o francesa.

En Francia, la situación cambió con la Revolución francesa pues en los territorios vascos del norte de los Pirineos, al igual que en el resto de Francia, los fueros fueron derogados. En España, los territorios vasconavarros fueron uno de los escenarios de las Guerras Carlistas. En estas guerras, detonadas por problemas sucesorios, lucharon los liberales, partidarios de una monarquía moderna y constitucional, en la que se contemplaban los mismos derechos para todos los pueblos de España, contra los carlistas, anticonstitucionalistas y partidarios de una monarquía de tipo absolutista y católica y de preservar los fueros. El pretendiente carlista, Carlos María Isidro de Borbón se declaró foralista, por lo que consiguió apoyo en los reinos de Corona de Aragón, que habían perdido gran parte de sus fueros en el siglo XVIII, y en las Provincias Vascongadas y el Reino Navarra, donde a la influencia del clero católico, se unía el temor de perder los fueros con los liberales.

Al finalizar la Primera Guerra Carlista, los generales carlistas e isabelinos acordaron la rendición de los carlistas, incluyéndose una cláusula en la que se instaba al respeto de los fueros de las provincias vascongadas y Navarra. Esto se materializó en el Ley de confirmación de fueros, de 25 de octubre de 1839, antecedente de la Ley Paccionada Navarra de 1841. Esta ley pudo hacerse gracias al entusiasmo de la élite navarra con el liberalismo y la mayoría liberal en las cortes, que creó una doctrina llamada fuerismo liberal donde se abogaba por adaptar los fueros al estado liberal y que ha estado vigente hasta la constitución de 1978.

Tras la derrota carlista en la Tercera Guerra Carlista, el régimen foral de las provincias vascongadas fue prácticamente abolido, aunque mantenían una cierta autonomía fiscal como los conciertos económicos de cada provincia [28]​ y en Navarra la Ley paccionada permitió conservar parte de los especifidades forales.

A través de sus diversas vicisitudes históricas, el carlismo continuó defendiendo los antiguos fueros. En la actualidad, el carlismo de orientación izquierdista los defiende como fuente de identidad diferenciada considerándolos garantía de la soberanía vasca.[29]​ y así el Partido Carlista de Euskalherría defiende recuperar "aquellas libertades forales"[30]​ como aspiración a la soberanía y autogestión de Euskal Herria en una España federal.

Posteriormente liderado por Ramón de la Sota, opuesto a la abolición foral, la restauración foral fue defendida por la sociedad fuerista «Euskalerria», cuyos miembros eran conocidos como los "euskalerriakos". El foralismo vasco influyó en el nacionalismo vasco. Así, el lema del PNV, jaungoikoa ta lagi zarrak (Dios y leyes antiguas/fueros), hace referencia a las leyes forales vascas.[31]

Durante la Guerra Civil, tras la conquista de Vizcaya, el general y dictador Francisco Franco promulgó un decreto en el que declaró a Vizcaya y Guipúzcoa provincias traidoras, perdiendo especifidades forales, como el régimen fiscal propio:

Tanto Álava como Navarra, que habían quedado en manos de los sublevados contra la República desde un primer momento, mantuvieron cierto grado de autonomía fiscal que se vio reflejado en el Concierto Económico de Álava de 1952 (reformulado en 1976 a imagen y semejanza del navarro) y el Convenio Económico de Navarra de 1940 (renovado en 1969) y policía propia, los miñones en Álava y Policía de Carreteras en Navarra.

Tras la muerte de Franco, la constitución de 1978 reconoció a través de la disposición adicional primera los derechos históricos de los territorios forales, restituyendo el régimen foral privativo en Vizcaya y Guipúzcoa (aunque las Juntas Generales de las tres provincias ya habían sido restituidas en 1976). De esta manera se restituyeron los concierto económicos de las provincias que las habían perdido y se abrió la puerta a su integración en la administración autonómica y a su actualización. Este proceso culminó en la aprobación de:

Según datos del Euskobarómetro en 2013, el 58% de la población es partidaria de un referéndum sobre la independencia, mientras que solo un 27% es contraria al mismo. De celebrarse dicho referéndum, el 39% votaría a favor, y el 34% votaría en contra.[cita requerida]

Los partidos nacionalistas vascos (PNV, EA, Batasuna, Aralar, Nafarroa Bai, EHAK, Abertzaleen Batasuna) defienden la independencia a través del derecho de autodeterminación, aunque partidos como Ezker Batua, Batzarre o Zutik también defiendan dicho derecho de autodeterminación.

A pesar de ello hay diferentes visiones de cómo debería de ser dicho país independiente:

El Estado Vasco es un proyecto que el nacionalismo vasco ha ido madurando desde su nacimiento en el siglo XIX.[33]​ Incluso antes del desarrollo del nacionalismo vasco ya se hacía referencia al proyecto político para la consecución de una república vasca asentada en los territorios históricos y tradicionales vascos de ambos lados del Pirineo(nombrado hoy como Euskal Herria). Prueba de ello es la defensa de la existencia de una "nación vascongada" que realizó el Padre Larramendi (1690-1766).

En la actualidad, sigue siendo la máxima aspiración de dicha ideología política.

Esa denominación se le dio al estatuto que la Comisión de Estudios Vascos presentó el 31 de mayo de 1931 un Estatuto General del Estado Vasco en el que declara un Estado Vasco autónomo dentro de la totalidad del Estado español formado por las provincias de Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, cuyo nombre sería Euzkadi.

En su origen, las propuestas de Sabino Arana se circunscribían a Vizcaya, como queda reflejado en el título de una de sus obras Bizkaia por su independencia. El artículo "Fuerismo es separatismo", publicado en 1894 en el periódico Bizkaitarra, definió como objetivo la independencia de Vizcaya con respecto a España identificando los fueros con la independencia, ya que según él, mientras Vizcaya tuvo fueros fue una provincia libre.

Sin embargo, años después la relación fueros-independencia dejó de ser utilizada, ya que para los nacionalistas "moderados" la reintegración foral suponía al fin y al cabo la independencia.

En la siguiente tabla se explica cuál sería la territorialidad de dicho estado según el proyecto nacionalista vasco:

En el pasado y en la actualidad, especificando el cómo debería de ser ese "Estado vasco", partidos políticos como Eusko Alkartasuna[34]​ y Hamaikabat defienden una "república federal vasca" que acoja los 7 territorios de un modo federal.

El modelo independentista y federalista ha sido el más defendido desde sus inicios, ejemplo de ello es que mientras Sabino Arana proponía la independencia de Vizcaya[35]​ también apoyaba la del resto de siete territorios vascos por su cuenta para unirlos en una "Euzkadi confederal".

Diversos sectores independentistas de orientación comunista o socialista defienden la consecución de una república vasca, independiente, y de carácter socialista.[36]​ Partidos políticos como Batasuna, EHAK o el Partido Comunista Revolucionario de Euskal Herria.[37]

Uno de los movimientos comunistas más significativos dentro del independentismo vasco es Euskal Herriko Komunistak.[38]

Aparte de las organizaciones políticas, Euskadi Ta Askatasuna (ETA), que invoca la lucha armada como método para obtener la independencia de Euskal Herria, también se declara de ideología marxista-leninista.

Aunque no sea un partido independentista, el EPK-PCE (sección vasco-navarra del Partido Comunista de España) se define como un partido nacional y de clase, laico y republicano. Además, también defiende la construcción de una república socialista apoyándose en el derecho de autodeterminación del pueblo vasco, amén de la unidad libre y voluntaria con el resto de pueblos de España en una República Federal Socialista. En el marco de una Europa de los trabajadores y de los pueblos, propugna la unidad de los 7 territorios de Euskal Herria en un único sujeto político, como declaraba en el XIV Congreso del PCE-EPK.

Es el nombre que llevaría, según el desaparecido partido Acción Nacionalista Vasca (EAE-ANV), un futuro Estado vasco independiente. En el XI Congreso de EAE-ANV se marcó lo que, a su juicio, serían las características de dicho Estado. Sus características serían la capitalidad de Pamplona, la descentralización del Estado vasco y el establecimiento como base de operaciones de las comarcas, frente a los territorios históricos.[cita requerida]

Sin embargo, lo más polémico del Congreso de ANV fue que contemplaron que en dicha República, además de los siete territorios tradicionales, se establecía la posible anexión de localidades limítrofes que anteriormente hubieran formado parte de entidades políticas antecedentes de los territorios vascos, como Castro-Urdiales en Cantabria, el enclave de Treviño y Miranda de Ebro, la zona de La Rioja Alta (fundamentalmente las comarcas de Haro y Santo Domingo de la Calzada)[cita requerida], así el municipio zaragozano de Ejea de los Caballeros.[cita requerida]

Fue una propuesta de colaboración que se elaboró en 1995 entre el País Vasco y Navarra, y el mayor acercamiento dado entre las dos comunidades desde la transición.

El acuerdo de cooperación que dio lugar a dicho órgano fue aprobado por el Parlamento de Navarra el 11 de junio de 1996, bajo el gobierno tripartito formado por PSN, EA y CDN con la oposición de UPN y Herri Batasuna. El convenio fue enviado a las Cortes para su tramitación parlamentaria[39]​ con la firma del Lehendakari del Gobierno Vasco, José Antonio Ardanza y del presidente el Gobierno de Navarra, Javier Otano, pero las circunstancias cambiaron súbitamente cuando dicho presidente navarro presentó pocos días después su renuncia a todos los cargos que ostentaba, el 18 de junio de 1996, al desvelarse ese mismo día en un periódico su participación en el llamado Caso Otano. Tras este hecho el PSOE apoyó el aplazamiento de la votación para la aprobación del Convenio[40]​ y posteriormente fue retirado.[41]​ Otano manifestó posteriormente haber sido "animado" por dirigentes de UPN el 29 de mayo a retirar el convenio a cambio de no desvelar la citada corrupción.[42]

La idea quedó en el olvido hasta el año 2005, en el que fue planteada una moción parlamentaria por EA que se instaba al Ejecutivo foral a crear un órgano común, siendo rechazada por PSN y UPN.

Nunca ha existido una pronunciación directa, al respecto, de los navarros, salvo la interpretación de los resultados electorales de los respectivos partidos políticos, aunque en ciertos casos su postura ha sido criticada por su calculada ambigüedad.

También llamado Plan Ibarretxe fue presentado el 25 de octubre de 2003 por el lehendakari Juan José Ibarretxe. El pleno del Parlamento vasco lo aprobó el 30 de diciembre de 2004 con mayoría absoluta, con 39 votos a favor y 35 en contra. En enero de 2005, el presidente del Parlamento Vasco entregó la propuesta de Estatuto al presidente del Congreso, para su debate y votación, siendo rechazado el 1 de febrero por 313 votos en contra y 2 abstenciones.

Las principales bases de la propuesta fueron:

Solo en el caso de que ambas sociedades, en referéndum, lo decidieran:No solo la posibilidad de fusionarse, también otro tipo de colaboraciones. El plan también incluye utilizar el mismo mecanismo con Trucíos, Treviño y el País Vasco-francés, aunque en este último caso no deja de ser algo simbólico, en tanto en cuanto aquello es Francia.

El Gobierno Vasco propuso la creación de un poder judicial vasco autónomo que gestione aquellos trámites que se “desvían” a Madrid y puedan solventarse en Euskadi. Este poder judicial trabajaría en conexión con los poderes judiciales español y europeos, y el Tribunal Superior español sería el responsable de unificar las doctrinas del Poder Judicial Vasco y del resto del Estado.

En el año 2007 la izquierda abertzale propuso un nuevo marco político[43]​ según ellos para «superar el conflicto político con el Estado español". Propuso un nuevo marco para los territorios de Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya. En términos jurídicos se basaría en la autonomía política, y debería aprobarse por mayoría tanto en el País Vasco como en Navarra.

También en el País Vasco francés la izquierda abertzale propuso un marco de autonomía que supusiese un "reconocimiento y respeto del País Vasco".[44]​ De este modo se efectuarían dos entidades autónomas vascas en cada estado para poder alcanzar en el futuro cualquier proyecto político, incluido el independentista.

En la política europea, una Eurorregión es una forma de estructura para la cooperación transfronteriza entre dos o más países europeos. Las Eurorregiones normalmente no corresponden a ningún gobierno legislativo o institución gubernamental, no tienen poder político y sus competencias están limitadas al gobierno local y regional.

Existió una eurorregión entre el País Vasco, Navarra y Aquitania para la colaboración transfronteriza e infraestructuras[45]​ que desapareció por decisión del presidente Miguel Sanz (UPN).[46]​ Actualmente, el Gobierno Vasco y la región de Aquitania forman una Plataforma logística llamada Aquitaine-Euskadi, de la que Navarra no forma parte.[47]

Partiendo de esa realidad algunos sectores plantean la impulsar activamente la colaboración entre el País Vasco, Aquitania y Navarra para la creación de una Eurorregión que abarque a toda Euskal Herria, con la cooperación entre representantes del Gobierno Vasco, Gobierno de Navarra y el País Vasco francés o la Región de Aquitania (ya que el País Vasco francés carece de estructura político-administrativa).

No es asumida como proyecto político propio por ninguna formación política en concreto, aunque diversos sectores de la sociedad lo apoyen, así como algunos sectores y representantes políticos[48]​ políticos del nacionalismo vasco más moderado o el vasquismo no nacionalista.

Este proyecto fue dado a conocer por Ezker Batua-Berdeak[49]​ durante el proceso de elaboración y aprobación del Plan Ibarretxe con intención de mantener la distancia ideológica hacia dicho proyecto a pesar de haber dado su voto a favor.

Dicha propuesta supondría un cambio a un Estado español federal y republicano como forma de organización con el derecho libre a decidir de sus naciones y nacionalidades.

Llamada por sus creadores la "primera institución nacional de Euskal Herria", Udalbiltza fue una asamblea de cargos municipales que nació como consecuencia del pacto de Estella como contrapunto a la Federación Española de Municipios y Provincias. Nació con la intención de ser "el primer órgano político de representación popular genuinamente vasco para todo el territorio", al abarcar a representantes municipales de los siete territorios de Euskal Herria. Sin embargo en éste foro sólo participaron representantes de partidos nacionalistas vascos.

Cuando se dio fin a la tregua de ETA en 1998 y el pacto de Estella se rompió, los representantes municipales de PNV y EA se escindieron creando Udalbide, mientras que los partidos políticos de la izquierda abertzale intentaron dar continuidad al proyecto sin éxito.

En la actualidad el País Vasco francés y la región del Bearn forman el departamento francés de Pirineos Atlánticos. Sin embargo en el País Vasco francés existe la reclamación (nacionalista vasca o no) de crear un departamento propio para el País Vasco diferenciándose así del Beárn.

Diversos sondeos plantean que un 66,6% de los vascofranceses apoyarían la creación de un departamento propio.[50]​ En un sondeo que realizó Radio Euskadi el 48,5% de los entrevistados se mostró a favor de un "Departamento propio y diferenciado", frente un 20,5% que se mostró en contra y el 21% restante no se pronunció al respecto.[51][52]

Asimismo, el 64% de los alcaldes vascofranceses[53]​ apoyan dicha creación.

La Association des Elus[54]​ es una asociación que agrupa a cargos políticos como consejeros regionales, consejeros generales y alcaldes del País Vasco francés, tanto de derechas como de izquierdas, para la división del departamento de Pirineos Atlánticos en un departamento vasco y otro bearnés.

Los partidos políticos nacionalistas vascos del País Vasco francés, así como los Verdes, se muestran favorables a crear un departamento propio para el País Vasco francés.[55][56]​ Algunos miembros del Partido Socialista Francés (sobre todo los del País Vasco, como su líder François Maitia) defienden dicha reforma, aunque su candidata presidencial, Ségolène Royal, rechazó tal posibilidad en la campaña electoral a las presidenciales en su paso por el País Vasco francés.[57]

Enbata fue un movimiento político creado en 1963 que tenía como objetivo a corto plazo la creación de un departamento vasco dentro de la constitución de Francia.

Sin embargo Batasuna y la coalición para las elecciones legislativas Euskal Herria Bai proponen ir más allá y asumir competencias de nivel autonómico de las que carecen los departamentos franceses en un marco institucional propio.[58]

La oficialidad para las selecciones deportivas vascas es una de las reivindicaciones del nacionalismo vasco. Su repercusión es más notable en el ámbito del fútbol, el deporte más popular de toda Europa. Su propósito es crear selecciones deportivas que reuniesen deportistas de los territorios que tradicionalmente se engloban en Euskal Herria y fuesen oficiales, pudiendo jugar torneos de ámbito internacional. España y Francia poseen selecciones nacionales, y la comunidades autónomas del País Vasco y Navarra poseen autonómicas. La selección de Euskal Herria por lo tanto no puede jugar torneos ni partidos oficiales de ámbito internacional y sus partidos son amistosos. La selección de fútbol de Euskal Herria suele mostrar una pancarta en sus partidos de fútbol con la leyenda «Somos una nación. Oficialidad». La denominación tradicional del combinado vasco era «Euskadi» y decidió cambiar su nombre en diciembre de 2007 por el de «Euskal Herria», en un choque amistoso con la selección autonómica de Cataluña. provocó malestar entre algunos miembros del PNV.[59][60]

La reivindicación de oficialidad cuenta con el apoyo de la Federación Vasca de Fútbol, la plataforma por la oficialidad de las selecciones deportivas vascas ESAIT, los seleccionados del conjunto vasco,[61]​ el Gobierno Vasco[62]​ y numerosos deportistas de diferentes puntos del territorio vasco[63]​ y todo el espectro de partidos nacionalistas vascos, así como Ezker Batua y Batzarre.

La reivindicación de oficialidad no cuenta con el respaldo de las federaciones deportivas de España y de Francia, ni con el del Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular, las dos fuerzas mayoritarias en el conjunto de España.



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