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Experiencia extracorporal



La experiencia extracorporal[1]​ es la sensación de estar flotando en el aire proyectado fuera del cuerpo. En algunos casos, el sujeto puede experimentar la autoscopia (posibilidad de ver el propio cuerpo desde el punto de vista de un observador externo) o incluso poder proyectar otros lugares. La proyección astral o desdoblamiento astral es un tipo de experiencia subjetiva, por la cual muchas personas dicen haber experimentado una separación, «desdoblamiento» de lo que llaman el cuerpo astral[2]​ (o cuerpo sutil), del cuerpo físico. El mismo fenómeno recibe varias denominaciones distintas entre las que se encuentran: desdoblamiento astral, proyección astral, viaje astral, desdoblamiento corporal, proyección de la conciencia,[3][4]​ entre otros.

Neurocientíficos y psicólogos consideran a este tipo de experiencias como una disociación provocada por diferentes factores psicológicos y neurológicos.[5][6][7][8]

El escritor Robert Monroe publicó Far journeys, donde presenta varios relatos sobre desdoblamiento astral. Monroe desarrolló un método llamado Hemisync para inducir las proyecciones. Tras el éxito de su libro, Robert Monroe fundó el Instituto Monroe para difundir sus ideas.[9]

En 1986, el parapsicólogo brasileño Waldo Vieira (1932-2015) publicó Projeciologia, donde registró más de 1900 casos provenientes de fuentes en 18 idiomas.[10][4]

William Buhlman, en Aventuras fuera del cuerpo, investigó métodos de desdoblamiento.[11]

Otros investigadores importantes incluyen a Charles Tart y Karlis Osis.[12]

En experimentos controlados; algunas personas fueron capaces de inducir la experiencia de manera ponderada, a través de visualizaciones dispuestas en un estado meditativo o en un sueño lúcido. La ciencia sabe relativamente poco sobre el asunto por no disponer de medios para comprobar dichas experiencias, mediante instrumentos de medición. Para la ciencia, hasta el momento, no hay ninguna evidencia de que la sensación de experiencia extracorporal se trate de una alucinación ni de lo contrario.[cita requerida]


Algunas personas que han estado cerca de la muerte dicen haber experimentado desdoblamiento astral, donde ven detalladamente el escenario en el que están, incluyendo las personas que están en él, como lo es en la mayoría de los casos, un hospital. Una vez de vuelta a la vida, intentan demostrar que lo que vieron durante su experiencia ocurría en la vida real y que no había forma de que ellos lo supieran.[cita requerida]-->

Sin embargo, este enlace entre el viaje astral y la realidad, nunca ha sido comprobado, y los experimentos han demostrado, más bien, grandes incongruencias entre ambas.

El término EFC (experiencia fuera del cuerpo; en inglés OBE o a veces OOBE: out-of-body experience) fue introducido en 1943 por George NM Tyrrell en su libro Apariciones,[1]​ y adoptado por algunos investigadores como Celia Green[13]​ y Robert Monroe[14]​ como concepto alternativo libre de prejuicios acerca de esta creencia, sin centrarse en etiquetas tales como «proyección astral», «viaje del alma» o «senda espiritual». Aunque el término pragmáticamente se distancia de conceptos problemáticos desde el punto de vista científico (como alma o espíritu), los científicos todavía saben muy poco sobre el fenómeno de las experiencias extracorporales.[15]

Algunos investigadores recrearon experiencias extra corpóreas en estudios de laboratorio mediante la estimulación de ciertas partes del cerebro humano.[16]

Según Susan Blackmore, una de cada diez personas ha experimentado una o más veces, una experiencia fuera del cuerpo a lo largo de su vida.[17]

Las EFC son a menudo parte de las experiencias cercanas a la muerte. Los que experimentan EFC a veces afirman haber descubierto detalles, que eran desconocidos para ellos antes de la experiencia.[18]

En algunos casos el fenómeno parece ocurrir de manera espontánea, en otros se asocia con un trauma físico o mental, circunstancias de peligro que crean estrés intenso, deshidratación, estados de coma, experiencias cercanas a la muerte, estados de ensoñación, sueño profundo, cansancio extremo, privación sensorial, sobrecarga sensorial, uso de drogas psicodélicas, psicotrópicas, disociativas y enteógenas. Se han desarrollado muchas técnicas orientadas a inducir la experiencia de forma deliberada, como la visualización, estados de relajación y meditación.[19]

Recientes estudios (2007) han demostrado que experiencias similares a las EFC pueden ser inducidas mediante la estimulación eléctrica del cerebro (en particular la unión temporoparietal). Algunos de los que experimentan EFC afirman que las experiencias han sido producidas por su propia voluntad, mientras que otras informan que se han visto súbitamente expulsados fuera de sus cuerpos (generalmente precedido por una sensación de parálisis). En otros casos, fueron conscientes de estar fuera del cuerpo después de los hechos cuando los experimentadores observaron su propio cuerpo físico casi por accidente.[20]

Algunos neurólogos han sospechado que el evento se desencadena por una falta de coincidencia entre las señales visuales y táctiles. Para ello se utilizó una recreación de realidad virtual para simular una EFC. El sujeto miraba a través de gafas y veía a su propio cuerpo proyectado por delante, ya que parece que un observador en reposo estuviera detrás de él. El experimentador entonces tocaba al sujeto al mismo tiempo con una varilla, y la sensación que describían eran que la imagen virtual era la que experimentaba la sensación táctil.[21][22]

El experimento creó la ilusión de estar por detrás y fuera del propio cuerpo. Sin embargo, los críticos y el propio experimentador tuvieron en cuenta que el estudio no llegó a replicar en toda regla todas las características de las experiencias fuera del cuerpo.[23]

Son aquellas experiencias fuera del cuerpo que se experimentan cerca del estado de ensoñación, antes o después, asociadas a veces a sueños lúcidos, aunque otros tipos de experiencias inmediatas y espontáneas también se informan. Un gran porcentaje de estos casos se refieren a situaciones en que el sueño no era particularmente profundo (debido a una enfermedad, ruidos de otras habitaciones, estrés emocional, sueño irregular con frecuentes despertares, etc.). En la mayoría de estos casos, los sujetos luego adquirían la conciencia de haber despertado del sueño y cerca de la mitad de ellos experimentaron parálisis del sueño.[20]

Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) son otra forma de experimentar una EFC. Algunos sujetos afirman haber tenido una EFC en momentos de graves traumas físicos, como ahogamientos, accidentes o cirugías.[cita requerida]

En el mismo sentido que las ECM, realizar grandes esfuerzos físicos, durante actividades como la escalada a gran altitud o maratones, puede inducir experiencias fuera del cuerpo. Pueden experimentar bilocación, experimentando al mismo tiempo puntos de referencia visual desde la tierra y desde el aire.[24]

Las experiencias extracorporales pueden ser provocadas premeditadamente a través de numerosas técnicas,[25][26][27][28][29]​ ejemplos de los cuales están ampliamente disponibles en muchos libros de divulgación sobre el tema.

El pionero de las EFC Sylvan Muldoon utilizaba un método más simple, manteniendo el antebrazo en posición vertical en la cama como el objeto que cae.[27]

Salvador Dalí usaba otro método similar, denominado método paranoico-crítico, para obtener las extrañas visiones que inspiraron sus obras.

Deambular deliberadamente entre estados intermedios de sueño y vigilia puede provocar también episodios espontáneos de trance en el inicio del sueño, que son en última instancia muy útiles para inducir una EFC.[32][33][34]

Al aproximarse a estados próximos al sueño mediante métodos sofrológicos, llega un momento en que se siente que uno «se desliza» sin perder la vigilia. Este deslizamiento se informa como una necesidad de salir del cuerpo físico. Algunos consideran que la relajación progresiva es una forma pasiva de privación sensorial.

Asimismo, son eficaces técnicas como la introducción simultánea de frecuencias beta asociadas a estados de vigilia (detectables en el cerebro de individuos normales y relajados despiertos). Otra tecnología popular utiliza pulsos de ondas sinusoidales para obtener resultados similares, y los tambores que acompañan las ceremonias religiosas de los nativos americanos también se cree que provocan estados de mayor receptividad para el acceso a estados modificados de consciencia.[cita requerida]

Robert Monroe clasifica las EFC en 2 tipos, «locales 1» y «locales 2»:[cita requerida]

En las encuestas, el 85 % de los encuestados relatan oír ruidos fuertes, conocido como síndrome de la cabeza explosiva, durante el inicio de la EFC.[43][44]

Un esquema de EFC clásico se desarrolla a través de varias etapas perceptualmente distintas.[45][46]

Aparece de manera repentina percepciones alternativas tales como intensas vibraciones, algunas veces se siente hormigueos en algunas partes del cuerpo, ruidos y visión con los párpados cerrados.[48]

Las EFC pueden estar seguidas por otras experiencias que son relatadas tan reales como las sensaciones propias de las EFC. Alternativamente, el sujeto puede desvanecerse en un estado de ensoñación, o pueden despertar por completo. Las EFC a veces terminan bruscamente debido a una sensación de miedo por pensar que están yendo "demasiado lejos" fuera del cuerpo. Muchos terminan con una sensación repentina de "chasquido" y, a veces un "tirón" que les empuja de nuevo hacia sus cuerpos, y algunos afirman que incluso sienten algo parecido a ser succionados. La mayoría describe el final de la experiencia diciendo: "entonces me desperté". Sin embargo, algunos informan que vuelven al cuerpo físico plenamente conscientes. La transición desde el "cuerpo astral" hacia el cuerpo físico ha sido comparado con el uso de una cámara que desenfoca lentamente un objeto distante (el cuerpo astral), mientras que vuelven a centrarse en uno mucho más cercano (el cuerpo físico). El objeto distante es desdibujado en un primer momento y, finalmente, desaparece por completo cuando el nuevo objeto aparece en el enfoque.[cita requerida]

La fenomenología de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) por lo general incluye otros factores fisiológicos, psicológicos y trascendentales, más allá de los típicos que habría que considerar en una EFC (Parnia, Waller, Yeates y Fenwick, 2001). Las experiencias cercana a la muerte (ECM) pueden incluir impresiones subjetivas de estar fuera del cuerpo físico, visiones de parientes fallecidos y figuras religiosas, y sentimientos de trascendencia del ego y de los límites espacio-temporales.[52]​ Por lo general la experiencia incluye factores tales como: sensación de estar muerto, sentimientos de paz y la ausencia de dolor; audición de sonidos no-físicos, experiencias fuera del cuerpo, experiencia del túnel de luz (sensación de moverse hacia arriba o a través de un pasadizo estrecho); encuentro con la luz, encuentro con un ser superior (Dios), guías espirituales, o entidades similares; "revisión de la vida", y renuencia a volver a la vida.[53]




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