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Fall Blau



La Operación Azul (en alemán: Fall Blau) fue una operación bélica planificada y ejecutada por la Wehrmacht alemana en 1942 durante la II Guerra Mundial. El objetivo de la operación era arrebatarle los pozos petrolíferos del Cáucaso a la Unión Soviética. Si bien las fuerzas alemanas conseguirían parcialmente sus objetivos, la falta de fuerzas para cubrir el extenso territorio conquistado los obligaría a retroceder rápidamente.

El 22 de junio de 1941, los ejércitos alemanes invadieron la Unión Soviética. La enorme capacidad de la Unión Soviética para crear nuevas divisiones y la temprana llegada de uno de los peores inviernos en la historia de Rusia, fueron solo unas de las muchas causas de la derrota alemana en la batalla de Moscú. Con el frente en el norte exhausto, Hitler empezó a planear una ofensiva en el sur de Rusia con el objetivo de capturar el Cáucaso, que era el principal proveedor de petróleo de la Unión Soviética.

El Grupo de Ejércitos Sur al mando de Fedor von Bock recibió la misión de ocupar la zona oriental Ucrania para luego iniciar el asalto sobre el Cáucaso. A comienzos de 1942 las fuerzas de von Bock ocupaban el territorio necesario para iniciar la Operación Azul. Las principales unidades del Grupo de Ejércitos Sur eran las siguientes:

El 9 de julio de 1942, ante los avances exitosos del Grupo de Ejércitos Sur en Ucrania, Hitler ordenó su anulación y con sus fuerzas creó los Grupos de Ejércitos A y B. De esta manera, los generales Wilhelm List y Fedor von Bock tomaron el mando de estos grupos. Inicialmente, el Grupo B debería cubrir el flanco izquierdo del Grupo A, pero cuatro días después Hitler ordenó que el primer grupo tomara Stalingrado, mientras que el Grupo A se dirigiría solo al Cáucaso. Los deseos de Hitler de tomar dos objetivos con las fuerzas destinadas inicialmente para uno se repetirían muchas veces hasta el final de la guerra tres años después.

El 16 de julio, Hitler actuó de nuevo, esta vez ordenó al IV Ejército Panzer de Hermann Hoth que se dirigiera al sur, a ayudar al I Ejército Panzer, dejando solo al 6.º Ejército de Friedrich Paulus para conquistar Stalingrado. De esta manera, el ataque sorpresa alemán fue anulado y los soviéticos tuvieron tiempo para preparar defensas adentro y alrededor de la ciudad. El 30 de julio Hitler reconoció de manera implícita su error, al ordenar a Hoth que dirigiera su ejército Panzer hacia Stalingrado de nuevo. No obstante, para entonces la defensa de los soviéticos era muy fuerte en la ciudad. En la tercera semana de julio, las continuas objeciones de von Bock a los planes de Hitler motivaron a que fuera cesado del mando del Grupo de Ejércitos B y fuera enviado a casa. En su lugar fue nombrado el general Maximilian von Weichs, para aquel entonces comandante del 2.º Ejército, estacionado en Vorónezh.

Para finales de agosto, el Grupo de Ejércitos A había ocupado buena parte del Cáucaso, aunque las ciudades costeras del Mar Negro continuaron resistiendo. El máximo avance alemán puede resumirse:

El terreno hostil y la nueva habilidad soviética para anular la efectividad de la blitzkrieg (guerra relámpago) evitaron que los alemanes descansaran en el extenso territorio ganado. La falta de combustible evitó que los tanques llegaran a los pozos de petróleo de Bakú, lo que condenó a la operación Azul. El 9 de septiembre Hitler toma el mando directo del Grupo A y pierde por completo su interés en el Cáucaso, enfocando su mirada en Stalingrado. Mientras tanto, 20 divisiones de las fuerzas del Eje luchaban por cada metro que avanzaban dentro de Stalingrado, y los bombardeos de la Luftwaffe sobre la ciudad solamente crearon más caos que los defensores soviéticos aprovecharon para esconderse mejor. En efecto, si bien el avance del VI Ejército hacia la ciudad había sido relativamente fácil, las fuerzas alemanas habían quedado con los flancos expuestos, ya que las divisiones rumanas de inferior calidad eran quienes los resguardaban. Conscientes de esto desde el inicio, los generales Zacha Melatsova y Gueorgui Zhúkov habían dejado suficientes tropas en la ciudad para mantenerla, y el resto de las tropas habían sido enviadas al otro lado del Volga, con el objetivo de atrapar a las fuerzas alemanas.

El 19 de noviembre los soviéticos atacan a las tropas alemanas dispersas por el Cáucaso, empujándolas de vuelta hacia Ucrania. El 23 de noviembre, se desata la operación Urano y el 6.º Ejército alemán es atrapado en Stalingrado, siendo aniquilado a finales de enero del año siguiente.

La exitosa intervención de Hitler al negar la retirada general en el frente oriental durante la ofensiva soviética de 1942, le hizo creer que podía ignorar todos los consejos de sus generales. Al ordenar que el Grupo de Ejércitos A avanzara hacia el Cáucaso sin los flancos protegidos, creó la perfecta situación para que sus hombres fueran expulsados fácilmente poco después. El mismo error permitió que las fuerzas alemanas en Stalingrado quedaran atrapadas. La obsesión de Hitler por tomar Stalingrado ocasionó que perdiera de vista el objetivo inicial de la Operación Azul: la captura de los pozos de petróleo del Cáucaso.

Por otro lado, los desastrosos resultados de las órdenes de no retirarse dictadas por Stalin en 1941, lo hicieron cambiar de opinión, ya que en el verano de 1942 permitió que sus fuerzas se retiraran, evitando ser rodeadas. De esta manera, menos de 90.000 soldados soviéticos fueron capturados durante la ofensiva alemana, una cifra muy baja si se compara con la cifra de prisioneros de guerra de la operación Barbarroja. El hecho de que los soviéticos se hubieran retirado en lugar de haber luchado, debió haberle indicado a los alemanes la posibilidad de una trampa. El extenso territorio a ser ocupado superaba las fuerzas alemanas; peor aún: de acuerdo a testimonios posteriores a la guerra, se conoce que los generales de la OKW pensaban continuar avanzando por el Cáucaso hasta Medio Oriente, con el objetivo de arrebatarle los pozos de petróleo al Reino Unido también. Estos objetivos —muy superiores para las fuerzas disponibles— fueron una de las causas que condenaron a la Operación Azul al fracaso desde el inicio. El traslado del 11.º Ejército al sitio de Leningrado no ayudó a mantener las posiciones alemanas en el Cáucaso, y muestra el carácter ambivalente de las decisiones de Hitler.



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