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Gonzalo Guerrero



¿Dónde nació Gonzalo Guerrero?

Gonzalo Guerrero nació en Palos de la Frontera.


Gonzalo Guerrero (Palos de la Frontera,[1]Huelva, España, circa 1470 - Puerto Caballos (actualmente San Pedro Sula),[2]Honduras, 13 de agosto de 1536) fue un marino español y uno de los primeros europeos en asentarse en el seno de una cultura indígena. Muere luchando contra los conquistadores españoles al mando de Pedro de Alvarado. Personaje controvertido porque se asimiló y llegó a ser un jefe maya durante la conquista de Yucatán, especialmente belicoso contra los conquistadores, por lo que fue conocido como El Renegado por sus compatriotas españoles, mientras que en México le denominan Padre del Mestizaje. También se le llamó Gonzalo Marinero, Gonzalo de Aroca y Gonzalo de Aroza.

Se sabe que nació en Palos en la octava década del siglo XV,[cita requerida] contemporáneo a Vicente Yáñez Pinzón cuando este fue como capitán de la carabela Niña en la expedición colombina.

Fue más soldado que marino y aparece como arcabucero en la conquista de Granada,[cita requerida] en una campaña que culmina el 2 de enero de 1492, cuando las tropas de los Reyes Católicos, comandadas por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, rinden al rey Boabdil de Granada[3]​ y ponen fin a ocho siglos de poder islámico en la península ibérica.

Como arcabucero siguió al Gran Capitán a Nápoles, donde España inicia su influencia en Europa y sus ejércitos van conformando las unidades que luego llegarían a ser los famosos tercios españoles.

En 1508, difuntos ya la reina Isabel y Cristóbal Colón, Fernando el Católico decidió recuperar parte del poder político que había cedido a los Colón en las Capitulaciones de Santa Fe (17 de abril de 1492) [cita requerida], pues su gobierno había generado muchas revueltas y enfrentamientos, y, al mismo tiempo, acelerar la exploración y conquista de Tierra Firme eludiendo el pretendido monopolio colombino e invitando a todo aquel que tuviera los recursos y disposición para hacerlo. Fueron creadas dos nuevas gobernaciones en las tierras comprendidas entre el cabo de la Vela (Colombia) y el cabo Gracias a Dios, (en la frontera entre Honduras y Nicaragua). Se fijó el golfo de Urabá como límite de ambas gobernaciones: Nueva Andalucía al este, gobernada por Alonso de Ojeda, y Veragua al oeste, gobernada por Diego de Nicuesa.

Alrededor de 1510, Gonzalo Guerrero fue con Diego de Nicuesa a América, viéndose allí inmerso en las fratricidas luchas por el poder entre los españoles. Ojeda y Nicuesa tramitaron cédulas de posesión de Tierra Firme por lo que se convirtieron en rivales. Se disputaban los límites de sus pretendidos feudos y, sobre todo, las fértiles tierras que rodeaban el Golfo de Urabá y, aunque ninguno de ellos tuviera asegurado su nombramiento, discutían sobre mapas sus proyectos. [cita requerida] Mientras enviaban al rey cartas repletas de promesas de nuevas tierras, y de peticiones de nombramientos regios para gobernarlas, proseguían frenéticos sus exploraciones, ya que los nativos de la región morían en las plantaciones de caña, y había que sustituirlos por nuevos esclavos. En contra de las leyes españolas, se realizaron crímenes y abusos contra los nativos y luchas internas entre las autoridades locales españolas.

Más tarde comenzó a destacar Vasco Núñez de Balboa, quien participó en la expedición comandada por el bachiller y Alcalde Mayor de Nueva Andalucía Martín Fernández de Enciso que salió a socorrer al gobernador Alonso de Ojeda. Ojeda junto con setenta hombres [cita requerida], había fundado en Nueva Andalucía el poblado de San Sebastián de Urabá, una precaria instalación que fue en realidad un efímero fuerte, en la zona donde hoy en día se encuentra el municipio de Necoclí, localizado en la subregión de Urabá, departamento de Antioquia, en Colombia. No obstante, la proximidad de numerosas comunidades nativas belicosas que usaban armas venenosas, con las cuales hirieron en una pierna a Ojeda, decidió al gobernador a volver a La Española, dejando la ciudad a cargo de Francisco Pizarro, que en ese momento era un soldado en espera de que llegara la expedición de Enciso.[cita requerida]

Vasco Núñez de Balboa descubrió el Mar del Sur comprobando que había otro océano al otro lado de América y por lo tanto, la idea de Cristóbal Colón de llegar a Oriente navegando hacia Occidente era factible. Núñez de Balboa funda Santa María de la Antigua del Darién, en septiembre de 1510, de la que se proclamó alcalde y repartió los cargos del cabildo entre sus hombres, entre ellos a su capitán Valdivia, al que hizo regidor. Solo necesitaba que las autoridades españolas legitimaran sus conquistas militares, para lo cual se enviaban regalos de la manera más cuantiosa posible, de las riquezas de la zona que se proyectaba gobernar:

Gonzalo, con Juan de Valdivia, capitán de Núñez de Balboa, enemigo de Nicuesa, va desde Darién a la isla Fernandina, Santo Domingo, como oficial a cargo de esclavos y tripulación de la nao Santa María de Barca, armada en Almería. Pretende ver a Diego de Almagro en La Española y presentarle recomendación de Nicuesa para ser oficial en el galeón San Pelayo de Antequera.

Parten de Darién el 15 de agosto de 1511, con buen tiempo. Pero, al amanecer del tercer día de navegación, se desató una gran tormenta [cita requerida]. Se dice que peces voladores saltaron a la cubierta de la nave, lo que fue considerado un mal presagio. Vientos huracanados dañaron la embarcación, mientras olas gigantescas barrían la cubierta, cuando más tarde la nave encalló. Habían naufragado en los bajos de las Víboras o de los Alacranes, frente a las costas de Yucatán.

Solo entre 13 a 21[cita requerida] personas, dieciocho hombres y dos damas, sobreviven en un pequeño batel sin provisiones, donde por desesperación beben sus propios orines "...porque vinieron a tan gran necesidad que bebían lo que orinaban".[5]​ Únicamente llegan ocho a la costa de Yucatán, donde entraron en tierras de los Cocomes, quienes los enfrentaron. Gerónimo de Aguilar fue la principal fuente de esta historia, ya que fue el único superviviente junto a Gonzalo Guerrero:

Los Cocomes se enfrentaron a los sobrevivientes del naufragio, donde 4 de ellos fueron ejecutados, mientras el resto fue encarcelado.

Llegan a la tierra del grupo de los Tutul xiúes, enemigos de los Cocomes, en la Ciudad-Estado de Maní, a la que pertenecía Xaman Há (actualmente Playa del Carmen),[7]​ donde el cacique Taxmar los entrega como esclavos a Teohom, su sacerdote, quienes mueren por extenuación, excepto Gonzalo y Gerónimo. Aguilar explica bien cuál era su trabajo, que debió ser, en principio, muy similar al de Gonzalo Guerrero:

Gerónimo de Aguilar se mantuvo fiel a su cultura y su religión, mientras Gonzalo Guerrero se iba asimilando, a veces con mucho sacrificio:

Taxmar se enteraría de los duros trabajos que realizaban sus esclavos, y que los dos únicos supervivientes estaban al borde de la muerte, los reclamaría para sí. En esa decisión se tomó en cuenta que los dos españoles habían participado en algunos enfrentamientos[10]​ con los enemigos del grupo Maya, en los cuales habían destacado por sus habilidades militares, es por esto que consideró tomarlos como consejeros de guerra. Gonzalo les enseñaría diferentes formas de ataque y defensa, diversas formaciones en cuadros y columnas, lo que incluyó criterios del cómo no todos los combatientes tenían que pelear en forma cerrada y desordenada, ni al mismo tiempo, sino relevándose en las líneas lo mismo que atacar por los costados, para alternar combate y descanso, a fin de no agotarse antes que los enemigos. Además, formaría una falange macedonia, para derrotar a los Cocomes, con lo que alcanzó un gran prestigio [cita requerida].

Taxmar regalaría a Guerrero al sabio jefe Na Chan Can, cacique de los cheles en la ciudad de Ichpaatún, al Norte de la Bahía de Chetumal, quien, a su vez, lo regala a su Nacom (jefe de guerreros) Balam. Balam trataba con mucho cuidado a Guerrero, hasta que un día, al atravesar un río, Balam fue atacado por un caimán y Gonzalo Guerrero salva la vida de su amo, quien por este hecho le otorga la libertad [cita requerida].

Como guerrero y hombre libre del grupo maya, participa con gran éxito en varias expediciones guerreras. Se transculturiza, dejándose hacer mutilaciones y tatuajes rituales que eran propios a su rango [cita requerida]. Sus victorias se suceden y asciende hasta Nacom al casarse con la princesa Zazil Há, también llamada Ix Chel Can,[11]​ hija de Na Chan Can. Consiente que a sus propios hijos les aplanen la frente con una tablilla. También sufre los rituales de mutilación, por los cuales los guerreros demuestran su desprecio al dolor y la muerte. Su asimilación e integración en el pueblo que lo había adoptado fue tan grande que se dice que permitió que su primogénita Ixmo, fuera sacrificada en Chichén Itzá para acabar con una plaga de langostas.[cita requerida] Sin embargo, no hay evidencia de que sucediera esto.

En 1519, desembarca una expedición de Hernán Cortés en la Isla de Cozumel, quienes se enteraron que dos españoles vivían en esa ínsula y enviaron mensajeros para ofrecer rescatarlos. Según narra Diego López de Cogolludo en su obra Historia de Yucatán:

En cambio, Bernal Díaz del Castillo asigna otra causa, y dice:

Cortés necesitaba de intérpretes que hablasen los idiomas de la región, por lo tanto, decidió contactar con ellos enviándoles misivas en las que les exhortaba a unirse a su expedición y les marcaba el punto de encuentro:

Dice Bernal Díaz del Castillo en su crónica Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España que a fray Gerónimo de Aguilar le:

Aguilar aceptó, en tanto que Gonzalo Guerrero prefirió permanecer junto a los mayas. Andrés de Tapia fue el primer español que reconoció en Cozumel a Jerónimo de Aguilar, el náufrago de la flota de Nicuesa que habría de servir como intérprete de la lengua maya. Cortés lo mandó junto con otros dos soldados a recibir unas canoas con nativos entre los cuales estaba Guerrero, el cual pronunció la frase: "Dios y Santamaría e Sevilla".[17]​ Tal es la versión de Díaz del Castillo. Cervantes de Salazar también señala a Tapia como el primero que identificó al que habría de ser intérprete junto con Marina, pero cambia las primeras palabras castellanas:

Rechaza regresar con varias expediciones españolas, y apoya durante los combates para expulsar a Grijalva, Francisco Hernández de Córdoba (1517) y Cortés (1518). Durante los años siguientes, los españoles estimaron que Guerrero se dedicó a entrenar a los mayas para defender su territorio, pues cuando Francisco de Montejo, en mayo de 1527, cruza el Atlántico con 380 soldados en cuatro navíos, encontró serias dificultades para conquistar Yucatán. Combate a los conquistadores Montejo (padre e hijo) y a su capitán Dávila. Instruye a sus guerreros como enfrentar a los extranjeros, aconsejando siempre no dar tregua ni fiarse de los blancos, intentando proteger su territorio, hoy parque natural, de Champotón.

En julio de 1531, el capitán Dávila partió con una fuerza hacia el sitio que hoy es Chetumal, donde suponían que vivía Guerrero y existían minas de oro; sin embargo encontró un lugar en abandono y pese a que más adelante toma a algunos mayas prisioneros, lo engañan diciéndole que Gonzalo Guerrero había muerto de forma natural, por lo que Dávila remite informes a Montejo en Campeche sobre el supuesto fallecimiento. En realidad, muere en 1536 cuando se enfrentaba a las tropas del capitán Lorenzo de Godoy para ayudar, con cincuenta canoas, a Cicumba, cacique Tolupan del poblado de Ticamaya (Honduras), en el valle inferior del Río Ulúa.[19]​ Una flecha de ballesta se clavó justo en su ombligo y le atravesó hasta el costado, donde fue herido de muerte por un disparo de arcabuz. Sus hombres le sacaron del campo de batalla y le escondieron detrás de unas palmeras. Pidió a sus más allegados que cuidaran de sus hijos y, al resto de sus hombres, más de un millar, que siguieran combatiendo. Tuvieron que replegarse y el cadáver de Guerrero quedó en campo enemigo. Se dice que algunos españoles afirmaron luego haberlo visto: tatuado y vestido como un indio, pero barbado. Durante la noche, algunos de sus hombres rescataron su cuerpo y como postrero homenaje, lo lanzaron al río Ulúa, para que la corriente le llevara hasta el Océano de donde vino [cita requerida].

El final de Gonzalo Guerrero en Puerto de Caballos, Honduras, queda relatado en la carta del Gobernador de Honduras, Andrés de Cerezeda, del día siguiente a la batalla, el 14 de agosto de 1536:

Gonzalo Guerrero fue durante siglos un personaje aborrecido por el pueblo español, especialmente por abandonar la fe católica. Los cronistas, informados por Jerónimo de Aguilar, lo presentan como un ser extraño e inquietante.[21]​ Aguilar probablemente subdiácono, describe en sus relatos una comparación de su proceder contrario al de Guerrero. Él afirma que se mantuvo casto y fiel a su rey y a su Dios, en cambio argumenta que Gonzalo Guerrero había caído en la tentación de tomar mujer, formar una familia, mezclar su sangre con la de sus captores. Fue eso lo que, según Aguilar, le perdió, llevándole, poco a poco, a abrazar la cultura y los dioses de su nueva familia.

Tras la independencia de México muchos mexicanos comenzaron a admirar la cultura maya que combatieron sus antepasados. Siendo entre ellos Guerrero un nombre que simbolizaba la lucha contra la potencia colonial e imperialista conocido como el "egregio tránsfuga"[22]​ Gonzalo Guerrero ha sido objeto de honores y monumentos, entre los cuales destacan:




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