Apoyo internacional
Grupos guerrilleros
Debilitados
Otros cárteles activos
Desarticulados y/o inactivos
Otros grupos criminales
Felipe Calderón Hinojosa
Mariano Fran. Saynez
Guillermo Galván
Marisela Morales
Genaro García Luna
2012-2018
Enrique Peña Nieto
Salvador Cienfuegos
Vidal Fran. Soberón
Arely Gómez González
Jesús Murillo Karam
2018-actualidad
Andrés Manuel López Obrador
Luis Cresencio Sandoval
José Rafael Ojeda Durán
Alejandro Gertz Manero
Alfonso Durazo Montaño
Rosa Icela Rodríguez
Autodefensas de México
Capturados:
Abatidos:
Infantería de Marina:
33.000
Guardia Nacional:
107 000
Policía Federal:
pasaron a formar parte de la guardia nacional
Gendarmería Nacional:
pasaron a formar parte de la guardia nacional
Policías Estatales:
190,800
Policías Municipales:
124,400
Militares muertos
Muertes 2006
486.
Muertes 2007
2.477
Muertes 2008
6.290
Muertes 2009
9.724
Muertes 2010
15.273
Muertes 2011
24.068
Muertes 2012
18.061
Muertes 2012-2018
20.000
Muertes 2019
1.110
Detenidos
La guerra contra el narcotráfico en México, o guerra contra el narco, es un conflicto interno en México por el Estado mexicano y los Grupos de Autodefensa Popular y Comunitaria contra los cárteles que controlan diversas actividades ilegales, principalmente el narcotráfico. Esta situación comenzó el 11 de diciembre de 2006, cuando el gobierno federal anunció un operativo contra el crimen organizado en el estado de Michoacán, donde a lo largo de 2006 se habían contabilizado cerca de 500 asesinatos entre miembros de los cárteles del narcotráfico (véase «Cronología de la guerra contra el narcotráfico en México»). Para enfrentarlos, el gobierno mexicano privilegió el uso de las fuerzas armadas. Desde el inicio del conflicto se ha movilizado a la Policía Federal en compañía de los cuerpos de seguridad de cada entidad federativa y de diversos municipios. A ellos se habían sumado el ejército y la marina.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, hasta marzo de 2010 se había detenido a 121.199 personas a las cuales se ha vinculado con grupos del crimen organizado. Los grupos más afectados por las detenciones son los cárteles del Golfo y Los Zetas. Muchos de los detenidos aún no han recibido sentencia. Algunas de las aprehensiones y abatimientos más notables son las de Édgar Valdez Villarreal, José de Jesús Méndez Vargas alias "El Chango" y Heriberto Lazcano Lazcano.
Entre diciembre de 2006 y enero de 2012 se estima que han muerto alrededor de 60.000 personas mediante ejecuciones, enfrentamientos entre bandas rivales y agresiones a la autoridad.Arturo Beltrán Leyva, Ignacio Coronel Villarreal, Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén y Nazario Moreno. Se desconoce con precisión el número de asesinatos de personas sin relación con actividades delictivas —que son llamadas «daños colaterales» por el gobierno —, los cuales han sido denunciados por diversas organizaciones. El número total de asesinatos en México ha crecido hasta sobrepasar los 30 mil muertos en 2019 y sumar casi 275 mil desde 2006.
Este número de víctimas engloba a narcotraficantes, efectivos de los cuerpos de seguridad y civiles. Entre los civiles se encuentran periodistas, defensores de los derechos humanos y personas sin identidad o no identificadas que son ejecutadas por los cárteles. Entre los narcotraficantes fallecidos en operaciones realizadas por las fuerzas del gobierno se encuentranEl presidente Andrés Manuel López Obrador declaró en 2019 que se había acabado la guerra contra el narco, y que "buscaría la paz". · Sin embargo, los comentarios del presidente fueron recibidos con duras críticas, esto debido a que la tasa de homicidios durante su gobierno sigue siendo alta, inclusive incrementando y llegando a máximos históricos.
Por otro lado, el 10 de diciembre de 2019, a 13 años de iniciado el conflicto, es detenido en Texas Genaro García Luna, quien fuera Secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón y uno de los principales líderes de operación de la Guerra. Se le acusó de conspiración para efectos de tráfico de drogas, cobro de sobornos efectuados por el Cártel de Sinaloa y falsedad en declaraciones. Con tal acusación, la opinión pública puso en tela de juicio la objetividad del combate armado durante la administración de Calderón; este último negando también conocer las actividades ilícitas de García Luna.
Dada su ubicación geográfica, México ha sido utilizado como un punto de parada y transbordo para narcóticos y contrabando entre América Latina y el mercado de Estados Unidos. Contrabandistas mexicanos suministraban alcohol a los gánsteres de los Estados Unidos durante la época de la prohibición, y la aparición del comercio ilegal de drogas con los EE. UU. comenzó cuando la ley de prohibición de drogas se aprobó en 1933. Hacia el final de la década de 1960, los contrabandistas de narcóticos mexicanos empezaron a introducir drogas a gran escala.
Durante las décadas de 1970 y 1980, Pablo Escobar era el principal exportador de cocaína y se ocupó de las redes criminales del negocio en todo el mundo. Cuando se intensificaron los operativos de vigilancia en Florida y el Caribe, Escobar y las demás organizaciones criminales colombianas formaron asociaciones con traficantes mexicanos para transportar cocaína por México hacia Estados Unidos.
Esto se logró fácilmente debido a que México era una fuente importante para Estados Unidos de heroína (producida gracias a los cultivos de amapola o adormidera concentrados en el llamado "Triángulo Dorado" mexicano: Sinaloa, Durango y Chihuahua, además de 6 estados más ) y de cannabis (perdiendo importancia en el comercio binacional desde su legalización, con fines medicinales, en varios estados del país norteamericano) para el mercado estadounidense, además que los traficantes de droga mexicanos ya habían establecido una infraestructura que estaba dispuesta a servir a los traficantes de Colombia. A mediados de la década de 1980, las organizaciones mexicanas estaban bien establecidas y eran confiables en el transporte de cocaína colombiana. En un primer momento, las bandas mexicanas fueron integradas para solo transportarla, pagándoles por este servicio; pero a finales de 1980, las organizaciones de transporte mexicanas y los narcotraficantes colombianos establecieron un acuerdo de pago por el producto.
Los transportistas mexicanos, por lo general, se les daba el 35% o el 50% de cada envío de cocaína. Esta disposición significaba que las organizaciones mexicanas estaban implicadas en la distribución, así como el transporte de la cocaína, y se convirtieron en traficantes formidables en su propio derecho.
El nacimiento de la mayoría de los cárteles mexicanos se remonta al antiguo agente judicial mexicano, Policía Federal Miguel Ángel Félix Gallardo ("El padrino"), que fundó el Cártel de Guadalajara en 1980 y controló la mayor parte del comercio ilegal de drogas en México y los corredores de tráfico a través de la frontera entre México y Estados Unidos, mientras que Juan García Abrego líder del Cartel Del Golfo, controlaba el tráfico de Marihuana y opio en el Noreste del país.
El agente de la DEA Enrique Camarena comisionado en Guadalajara, comenzó se infiltro en la organización logrando grandes golpes en contra de esta, entre ellas, la operación en rancho búfalo, el cual fue fotografiado por el piloto Alfredo Zavala lo que derivó en la destrucción en una mega operación del ejército mexicano, por lo que se ordenó la ejecución del agente, provocando un conflicto diplomático entre Estados Unidos y México , el Cártel de Guadalajara sufrió un duro golpe en 1985, cuando fue capturado el cofundador del grupo Rafael Caro Quintero, y más tarde condenado por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena El Padrino", entonces decidió dividir el oficio que controlaba.
La ruta de Tijuana iría a los hermanos Arellano Félix. Ciudad Juárez iría a la familia Carrillo Fuentes. Por su parte,Héctor Luis Palma Salazar Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García se haría cargo de las operaciones de la costa del Pacífico.
Félix Gallardo fue detenido el 8 de abril de 1989.
Los enfrentamientos entre los cárteles rivales comenzaron en serio después de la detención, en 1989, de Miguel Ángel Félix Gallardo, principalmente entre 4 organizaciones que se enfrentaron entre sí por el control del negocio ilícito, provocando atentados contra los antiguos socios que afectaron también a civiles inocentes.
El Cartel de Sinaloa Fundado por Héctor Luis Palma Salazar, Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García realizaron una alianza con el Cartel de Juárez, para poder competir con los carteles del Golfo y Tijuana, esto provocó la furia de Los Arellano Félix, quienes comenzaron a asesinar a personas que trabajaran para el cartel de Sinaloa y Juárez, además de estallar un coche bomba en una de las residencias de El Chapo Guzmán.
En respuesta a estos ataques, el 8 de noviembre de 1992 integrantes del Cartel de Sinaloa atacan la Discoteca Christine en Puerto Vallarta, dejando un saldo de 6 Personas asesinadas y 3 heridos, los hermanos Arellano Félix quienes frecuentaban ese club nocturno escaparon del lugar, tras lo cual, ordenaron el asesinato de la Familia de El Güero Palma.
Los hechos de violencia entre las dos organizaciones continuaron hasta que el 24 de mayo de 1993, es asesinado el Cardenal Posadas en el aeropuerto Internacional de Guadalajara pues, los sicarios del CDT confundieron el vehículo en que viajaba con el del chapo Guzmán, 15 días después, el 9 de junio de 1993 Guzmán Loera es capturado en Guatemala quedando al frente de la Organización Ismael Zambada y Héctor el Güero Palma .
El 24 de noviembre de 1993, seis meses después del Intento de homicidio contra Joaquín Guzmán Loera, los sicarios del Cártel de Tijuana intentan asesinar a Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos y líder del Cártel de Juárez, en el restaurante Ochoa Bali-Hai de la Ciudad de México. El suceso ocasiona un enfrentamiento armado entre ambas organizaciones y en consecuencia resultan dos personas asesinadas. Amado Carrillo Fuentes y su familia logran escapar por la puerta trasera del lugar gracias a la protección de sus guardaespaldas.
Héctor el Guero Palma es detenido en 1995 y a partir de aquí, comienzan a suceder una serie de cambios en el país pues a tan solo un año del inicio del Sexenio de Ernesto Zedillo como presidente de la república, se intensifico la persecución de los grandes capos, el Cartel de Juárez y el de Tijuana se mantenían como los dos carteles más poderosos del país, por lo que en 1996 el General José de Jesús Gutiérrez Rebollo fue nombrado jefe del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) puesto desde el cual brindo protección al Cartel de Juárez de Amado Carrillo Fuentes, por otro lado Juan García Abrego, aprovechando el declive del Cartel de Guadalajara, comenzó a expandir sus operaciones iniciando a su organización también en el tráfico de cocaína hasta su detención en 1996, hecho tras el cual, Osiel Cárdenas Guillen tomó el mando de la Organización tras una pugna interna por el control de la misma, Cárdenas Guillen reclutó a exmilitares con los cuales conformaría el Grupo de Los 14, quienes después serían conocidos como Los Zetas, los cuales empezarían una serie de incursiones en los territorios de otros carteles, en especial en los que fueron descuidados a causa de las capturas de El Chapo y El Guero Palma.
El 6 de febrero de 1997 el General Gutiérrez Rebollo es detenido acusado de nexos con la delincuencia, por lo que Amado Carrillo Fuentes se ve obligado a escapar hacia chile y luego se traslado a Brasil donde presencia hacerse una Cirugía plástica para cambiarse el rostro muriendo por un exceso de sedante el 4 de julio de 1997.
Tras la muerte de Amado Carrillo, el cartel del Golfo y el Cartel de Tijuana se erigieron como los 2 principales carteles del País lo que trajo una paz momentánea a los hechos de violencia.
El sexenio de Ernesto Zedillo cerro con una suma total de 70'000 homicidios y una tasa de homicidios de 15.1 por cada 100mil habitantes, esto sumado a los homicidios cometidos durante los Sexenios de Miguel de La Madrid y Salinas de Gortari los cuales alcanzaron juntos la cantidad de 140´000 homicidios provocados por la violencia.
Tras unas aplastantes elecciones, Vicente Fox Quesada asumió la presidencia de la república en el 2000, siendo la primera vez que el PRI perdía las elecciones presidenciales frente a a la oposición del PAN. El Nuevo Gobierno tenía muchos problemas que enfrentar, por un lado México se encontraba en una crisis de seguridad, pues la tasa de homicidios iba en aumento, los enfrentamientos entre carteles se habían reanudado, pues las organizaciones emanadas del Cartel de Guadalajara aún seguían compitiendo por las rutas de tráfico.
A esto se sumo el rápido ascenso de Los Zetas como una de las organizaciones más violentas del país, grupo el cual comenzó a tomar territorios a base de violencia. Por otro lado, la guerra entre los aliados del Cartel de Sinaloa y el Cartel de Tijuana aún continuaba.
Tras los atentados del 11 de Septiembre en Estados Unidos, las fronteras fueron cerradas, lo que convirtió las rutas del narcotráfico en cuestión de vida o muerte para los carteles, además el 18 de enero de 2001 se fuga del Penal de Puente grande Joaquín El chapo Guzmán, repuntando la violencia entre el CDS y el CDT, con el retorno de Guzman a la organización.
El 5 de febrero de 2002, según los reportes de la DEA y de la PGR, Ramón Arellano Félix llega a la ciudad de Mazatlán, Sinaloa con el fin de perpetrar un asesinato contra de Ismael Zambada García, alias El Mayo Zambada y líder del Cártel de Sinaloa. Sin embargo, el 10 de febrero del mismo año, es detenido por agentes de la policía ministerial de la ciudad cuando se trasladaba por vehículo acompañado por dos hombres, Manuel López y Héctor Solórzano. Cuando la policía ministerial trata de llevar a cabo una revisión rutinaria, eventualmente se desata una balacera entre ambos grupos. En el enfrentamiento, Ramón Arellano Félix es asesinado frustrándose así el intento de homicidio contra El Mayo Zambada. También resultan asesinados Héctor Solórzano, escolta de Ramón Arellano Félix, así como un policía ministerial, tras este hecho, El Chapo Guzman acuerda una alianza con otros capos, entre ellos Nazario Moreno, Vicente Carrillo Fuentes, Los Beltran Leyva y Los Valencia, estos últimos tenían problemas territoriales con el Cartel del Golfo, pues su brazo armado Los Zetas se habían adueñado de varias plazas suyas. En Tamaulipas, El Cartel del Golfo y Los Zetas quienes eran comandados por Arturo Guzmán Decena inician una serie de ataques en contra de miembros de organizaciones rivales de la entidad, entre ellas los Texas, finalmente Arturo Guzmán Decena Fundador de Los Zetas es asesinado en matamoros Tamaulipas en un enfrentamiento con el ejército mexicano en noviembre de 2002.
El 14 de marzo de 2003 es capturado Osiel Cárdenas Guillen es capturado tras una serie de tiroteos en Matamoros Tamaulipas, presuntamente, miembros del cartel de Sinaloa Filtraron su Ubicación a autoridades.
el 2 de agosto de 2003, Un grupo de sicarios de Los Zetas realiza una serie de ataques en contra de autoridades en Nuevo Laredo Tamaulipas, además de cometer una serie de asesinatos en contra de un grupo local llamado Los Texas, tras este hecho, los Zetas se quedan con el control de nuevo Laredo.
En septiembre de 2003, miembros de Los Zetas secuestran a familiares de miembros del cartel de Sinaloa a partir de estas acciones se desata una guerra entre el Cartel de Sinaloa y el Golfo por el control de Nuevo Laredo
En 2004, el presidente Vicente Fox envió tropas militares a Nuevo Laredo a combatir a los cárteles. Se estima que alrededor de 110 personas murieron en Nuevo Laredo, entre enero y agosto de 2005, como consecuencia de los enfrentamientos entre el Cártel del Golfo y el de Sinaloa. En 2005, La Familia Michoacana se estableció en el estado de Michoacán incrementando la violencia[cita requerida].
El 10 de diciembre de 2006, Calderón declaró una ofensiva total contra todo cártel de la droga en México, dando oficialmente inicio a la guerra contra el narcotráfico. El 11 de diciembre de 2006, el presidente Felipe Calderón envió 6500 soldados del Ejército Mexicano a Michoacán para poner fin a la narco violencia en aquel estado. Esta acción es considerada como la primera represalia importante hecha contra la narco violencia, y es generalmente vista como el inicio de la guerra contra el narcotráfico.
El conflicto causó innumerables bajas a los cárteles mexicanos, por lo que estos empezaron a diezmar sus actividades poco a poco, otros optaron por retirarse del conflicto pero los cárteles más poderosos (CDG, Los Zetas, CDS, La Familia, TIjuana) decidieron seguir peleando el control de sus territorios.
A partir de 2009 el grupo conocido como Los Zetas controlaba más de la mitad del estado de Tamaulipas y una cuarta parte del territorio nacional, lo que lo convirtió en la organización más peligrosa del país.
El 30 de enero de 2010, varios integrantes de Los Zetas, bajo las órdenes de Treviño Morales, secuestraron y ejecutaron a 16 miembros del Cártel del Golfo en Reynosa, Tamaulipas, después de una disputa generada por el asesinato de Víctor Peña Mendoza, alias "El Concorde 3," lugarteniente de Miguel Treviño Morales, líder de Los Zetas. Durante la captura, los del Golfo forzaron a Peña Mendoza a que cambiara de bando y dejara a Los Zetas. Al no hacerlo, fue ejecutado, presuntamente por órdenes de Flores Borrego.
Cuando Treviño Morales se enteró de lo sucedido, le dio un ultimátum a Flores Borrego y a Jorge Eduardo Costilla Sánchez. Después de la ruptura de ambas organizaciones, todos los cárteles mexicanos se alinearon en dos bandos, uno encabezado por Los Zetas y Cártel de los Beltrán Leyva y el otro encabezado por el Cártel de Sinaloa y el cártel del golfo. El conflicto al principio favoreció al Cártel Del Golfo, provocando un repliegue de los Zetas. Tan solo un mes después, los Zetas lanzan una contraofensiva masiva contra el CDG recuperando el territorio perdido.
En febrero de 2010 se provoca una guerra entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, principalmente en el estado de Tamaulipas, dando como resultado que numerosas ciudades fronterizas se convirtieran en "pueblos fantasma", tal es el caso de la franja fronteriza conocida como "La Frontera Chica" conformada por las ciudades de Miguel Alemán, Mier, Camargo y Nueva Ciudad Guerrero. Es por eso que en noviembre de 2010 el ejército mexicano, junto con la Policía Federal y la Marina, extienden sus actividades y ponen en marcha un operativo en torno al norte del estado de Tamaulipas, permitiendo que cientos de familias regresaran a sus hogares después de meses de exilio en otros estados, principalmente en municipios como Mier, en donde se da el regreso de alrededor de 4000 personas. Calderón dijo que los cárteles buscaban "reemplazar al gobierno" y de "estar tratando de imponer un monopolio a través de la fuerza de las armas, e incluso están tratando de imponer sus propias leyes". A partir de noviembre de 2010 la marina armada de México inicia un barrido desde las costas de Tamaulipas para frenar a los violentos cárteles del golfo y los zetas (véase Operación Noreste), con lo que se logró el repliegue de ambos cárteles a rancherías, carreteras y las afueras de las ciudades tamaulipecas, permitiendo que miles de familias regresaran a sus casas.
El 7 de octubre de 2012, la Armada de México respondió a una denuncia civil que informaba de la presencia de hombres armados en Sabinas, Coahuila. A la llegada de la armada de México, los hombres armados lanzaron granadas contra los marinos desde un vehículo en movimiento, lo que provocó un tiroteo que dejó al líder Zeta, Lazcano y otro pistolero muerto y un herido leve del lado de la marina. En el vehículo se encontraron, 12 granadas, posiblemente, un lanzador de granadas propulsadas por cohetes y dos fusiles, de acuerdo con la Armada. La Armada logró confirmar la muerte del líder Zeta "Z-40" a través de la verificación de huellas dactilares y fotografías de su cadáver antes de entregar el cuerpo a las autoridades locales. Lazcano era el líder más poderoso del cártel de los zetas hasta que fue abatido. Esta muerte se produjo horas después de que la Marina detuvo a un alto miembro de los zetas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, Salvador Alfonso Martínez Escobedo.
Mientras que en los estados de Guerrero y Michoacán se llevaron a cabo importantes operativos en contra de los cárteles, en el estado de Sinaloa el combate se centró más en la destrucción de plantíos de marihuana, y laboratorios de metanfetaminas, con escaramuzas menores entre las fuerzas armadas y comandos del Cártel de Sinaloa. Torres Félix, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, murió en un tiroteo con el Ejército Mexicano en la comunidad de Oso Viejo, en Culiacán, Sinaloa temprano en la mañana del 13 de octubre de 2012. Su cuerpo fue enviado al centro forense y fue vigilado por militares, con el fin de evitar que el cuerpo fuera robado.
Después del tiroteo, los militares confiscaron varios alijos de armas, municiones y otros materiales.
Antes de su muerte, Torres Félix fue una figura clave e importante narcotraficante de Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán Loera, el hombre más buscado de México.
Al tomar protesta el 1 de diciembre de 2012, luego de firmar el Pacto por México, se lanzaron nuevas ofensivas militares esta vez más organizadas. Para inicios del 2014, los índices delictivos, pobreza, corrupción y violencia habían descendido en la zona norte, centro y sureste del país. Se estiman en 220.000 los efectivos de las fuerzas armadas y 60.500 de la Policía Federal que participan en la guerra contra los cárteles del narcotráfico. Se destaca en el sexenio de Peña Nieto la recaptura y extradición a Estados Unidos del líder del Cartel de Sinaloa, "El Chapo" Guzmán que causó el debilitamiento y la desaparición de los carteles en la zona norte y el surgimiento de bandas en Guerrero, Michoacán y Colima.
En diciembre de 2018, a días de tomar protesta, anunció el despliegue de 35 mil policías federales para el combate al crimen organizado.
Posteriormente, Obrador señaló el 30 de enero de 2019, que la Guerra contra el Narcotráfico, supuestamente, "había terminado", por lo cual buscaría una nueva política para acabar con el crimen organizado. Pese a esto la cifras de homicidio continúo incrementando a la par del robo armado y cualquier otro acto delictivo, produciendo así la militarización de zonas clandestinas, la alta vigilancia de las calles de ciudades de mayor Índice de violencia organizada e incluyendo así la vigilancia de la frontera mexicana con Estados Unidos para combatir la crisis migratoria y el contrabando de drogas. El 17 de octubre de 2019, después de 13 años de guerra, se dieron los Enfrentamientos de Culiacán por parte de la organización criminal Cártel de Sinaloa contra las fuerzas de seguridad del Ejército mexicano, a raíz de la captura (y posterior liberación) de Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo, el gobierno mexicano replegó a sus tropas y por orden presidencial, Ovidio Guzmán es liberado.
El 10 de diciembre de 2019, es detenido en Estados Unidos el Secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna acusado de recibir sobornos del Cartel de Sinaloa. En abril de ese mismo año su Procurador de Justicia Eduardo Medina Mora también es investigado por lavado de dinero. Estos dos pilares de la guerra contra el narcotráfico del sexenio de Calderón eran en realidad parte del problema. Existen testimonios de diversos personajes de la política y fuerzas de seguridad, como el político Manuel Espino, el General del ejército Tomás Ángeles Dauahare y el comisionado de la PFP Javier Herrera Valles que, supuestamente, le notificaron al presidente Calderón de las irregularidades de García Luna, quien aun así se mantuvo en el cargo.
México tiene un importante tránsito de drogas a través de la frontera con Estados Unidos, y es un país productor de drogas. Es el principal proveedor extranjero de cannabis, aunque su comercialización ha perdido importancia debido a la legalización, con fines medicinales, en varios estados norteamericanos, y un importante punto de entrada de la cocaína de América del Sur y las metanfetanimas de Asia a Estados Unidos. Al comienzo de sus actividades con drogas ilícitas, la mitad de los ingresos de los cárteles provenían de la producción y comercialización de cannabis pero, con el pasar del tiempo y el aumento del consumo en Estados Unidos de otras sustancias psicoactivas como la cocaína, heroína y metanfetaminas, el comercio de estas pasaron a ser su principal fuente de ingresos, sobre todo la cocaína, la cual traen de Colombia.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos estima que el 90% de la cocaína que entra en Estados Unidos se produce en Colombia (seguido por Bolivia y Perú) y que la principal ruta de tránsito es a través de México. Los carteles de la droga en México controlan aproximadamente el 70% de los narcóticos extranjeros que fluyen en los Estados Unidos. A pesar de que México representa solo una pequeña parte de la producción de heroína en todo el mundo, México suministra la mayor parte, sino casi toda, la heroína que consume Estados Unidos.
En la actualidad y luego de varias décadas de disputas y guerras entre los carteles mexicanos, además de la desarticulación y debilitamiento de varios de estos por parte de las autoridades mexicanas y estadounidenses, el Cártel de Sinaloa es el único que ha mantenido su poder internacional pese a los golpes sufridos en su estructura luego de la captura y extradición de su máximo líder, Joaquín "El Chapo" Guzmán, a Estados Unidos, apoderándose del tráfico de cocaína colombiana en los mercados mundiales gracias a los contactos establecidos con la guerrilla de las FARC y los paramilitares de las AUC, ayudados también en el desmantelamiento, por parte de las autoridades colombianas, del último cártel importante que quedaba en el país: El Cártel del Norte del Valle. Luego de la desmovilización de estos grupos beligerantes en Colombia, los contactos pasan a aquellos que no aceptaron desmovilizarse conformando las llamadas Bandas Criminales o Bacrim, siendo el Cártel de Sinaloa el principal comprador de la cocaína que producen estos grupos criminales en las selvas colombianas, compras que se hacen en efectivo o intercambiando armas por drogas. Se dice que el Cartel de Sinaloa, al igual que Los Zetas, compra cocaína colombiana en Venezuela al llamado "Cártel de los Soles", una organización criminal supuestamente conformada por miembros corruptos de las fuerzas armadas de este país enquistados en el poder. Los Zetas también tienen negocios en Colombia, no tan importantes como los del Cartel de Sinaloa, para comprarle cocaína al Clan del Golfo. Ambas organizaciones también trafican con drogas sintéticas como metanfetaminas, las cuales traen de Asia para Estados Unidos.
El equilibrio de poder entre los distintos cárteles mexicanos se ha venido desplazando continuamente, a raíz de la guerra entre carteles, luego que nuevas organizaciones emergían y las mayores se debilitaban hasta el colapso. Una interrupción en el sistema, tales como las detenciones o muertes de líderes de los carteles, generaban grandes derramamientos de sangre para ver quien sería el sucesor.gobierno mexicano o para la DEA.
Debido a que las acciones del gobierno mexicano eran malas para el negocio del tráfico de drogas, los cárteles comenzaron a sobornar funcionarios mexicanos para tomar medidas contra un cártel rival o dejaban fugar información de inteligencia sobre las operaciones del cártel rival para elMientras que muchos factores han contribuido a la escalada de violencia, los analistas de seguridad en la Ciudad de México trazaron los orígenes del flagelo creciente de la desintegración a un acuerdo implícito de toda la vida entre los narcotraficantes y los gobiernos controlados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que perdió su control sobre el poder político a partir de finales de 1980.
La prevalencia del consumo de drogas ilícitas en México es todavía baja en comparación con Canadá y los Estados Unidos. Sin embargo, con el creciente papel de México en el tráfico y producción de drogas ilícitas, la disponibilidad de estas sustancias ha aumentado desde la década de 1980. En las décadas anteriores a este periodo, el consumo no se generalizaba. Según los informes, las drogas en México son consumidas por personas con alto estatus socioeconómico, intelectuales y artistas. Estados Unidos es el mayor consumidor de cocaína del mundo, así como de otras drogas ilegales, su demanda es lo que motiva al negocio de la droga, el objetivo principal de los cárteles de la droga mexicanos es introducir narcóticos a los Estados Unidos. La tasa de exportación de cocaína a los Estados Unidos ha disminuido gracias a que los controles fronterizos se hicieron más estrictos en respuesta a los ataques del 11 de septiembre. Como consecuencia el precio de las drogas ha aumentado, especialmente en las zonas fronterizas populares entre los turistas de bajos ingresos de América del Norte. Los envíos de drogas a menudo se retrasan en las ciudades fronterizas de México antes de la entrega a estadounidenses; lo que ha obligado a los traficantes de droga a aumentar los precios para tener en cuenta los costos de transporte de los productos a través de fronteras internacionales, por lo que es un negocio más rentable para los capos de la droga, y probablemente ha contribuido a las mayores tasas de consumo local de drogas. Con el aumento de consumo de cocaína, se ha producido un aumento paralelo de la demanda de tratamiento de usuarios de drogas en México.
Uno de los principales factores que impulsa la guerra contra las drogas es la voluntad de las personas, principalmente de clase baja para ganar dinero fácil uniéndose a las organizaciones criminales, y el fracaso del gobierno para proporcionar los medios legales para la creación de puestos de trabajo bien pagados. De 2004 a 2008, la porción de la población que recibe menos de la mitad del ingreso medio aumentó del 17% al 21% y la proporción de población que vive en condiciones de pobreza extrema o moderada aumentó del 35 al 46% (52 millones de personas) entre 2006 y 2010
Entre los países de la OCDE, México tiene el segundo mayor grado de disparidad económica entre los extremadamente pobres y extremadamente ricos. La parte inferior del diez por ciento en la jerarquía dispone de ingresos de 1,36% de los recursos del país, mientras que el 10% dispone del 36%. La OCDE también señala que los gastos presupuestados de México para el alivio de la pobreza y el desarrollo social son solo alrededor de un tercio de la media de la OCDE.
En 2012 se estimó que los cárteles mexicanos emplean a más de 450.000 personas en forma directa y que más de 3,2 millones de personas dependían de forma indirecta en el tráfico de drogas.Ciudad Juárez, hasta el 60% de la economía dependía de la toma de dinero ilegítimo. Los cárteles mexicanos no se limitaron solo a las drogas básicas (cocaína, heroína y cannabis), también empezaron en la década del 2000 con el tráfico de drogas sintéticas como las anfetaminas y metanfetaminas fabricadas en México, pero cuyos componentes vienen de Asia (China, específicamente).
En ciudades comoEl analfabetismo y la falta de educación han perseguido a México durante gran parte de su historia. En 1940, el 58% de todos los mexicanos mayores de seis años eran analfabetos; en 1960, el 38%.
El censo nacional de 1960 encontró que a medida que todos los mexicanos mayores de cinco años, el 43,7% no había completado un año de la escuela, el 50,7% había completado seis años o menos de la escuela, y solo el 5,6% restante había continuado estudiando después de seis años de la escuela. El 11 de diciembre de 2006, el presidente Felipe Calderón Hinojosa envió 6500 tropas federales al estado de Michoacán para poner fin a la violencia provocada por los cárteles de la droga allí (Operación Michoacán). Esta acción es considerada como la primera gran operación contra el crimen organizado, y es generalmente vista como el punto de inicio de la guerra entre el gobierno y los carteles de la droga. A medida que pasaba el tiempo, Calderón continuó intensificando su campaña contra las drogas.
La operación Noreste es el operativo realizado en los estados de Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, y Coahuila por las fuerzas armadas, con el objetivo de diezmar las operaciones del Cártel del Golfo, Sinaloa, y Los Zetas. Aunque el objetivo de Calderón era poner fin a las guerras violentas entre líderes de los cárteles rivales, los críticos argumentan que sin darse cuenta, Calderón hizo que el problema empeorara. Los métodos que Calderón adoptó hicieron que los cárteles volvieran más agresivos sus métodos. Estos métodos agresivos se han traducido en ejecuciones públicas y torturas realizadas contra militares, policías y miembros de los cárteles rivales, que ayuda a sembrar el miedo y el temor en los ciudadanos. Algunos líderes de cárteles están siendo removidos de sus cargos, ya sea porque son detenidos o ejecutados, como consecuencia las luchas por el poder de liderazgo en los carteles se han vuelto más intensas, lo que resulta en una mayor violencia dentro de los propios carteles. Operación Escorpión: su objetivo fue la desarticulación del comando conocido como "Los Escorpiones". Las fuerzas militares se concentran en derrotar a los altos mandos de los cárteles con la esperanza de que cuando se logre la organización caiga destruida junto a su líder. La lucha resultante para ocupar el puesto dejado vacante recientemente es el que pone en peligro la existencia de muchas vidas en el cartel. Por lo general, los cárteles se dividen en dos y se crea más caos. Los cárteles de la droga son más agresivos y contundentes de lo que eran en el pasado y en este punto, los carteles tienen una gran parte del poder en México. Calderón se basó principalmente en los militares para defender y luchar contra la actividad de los cárteles. Las fuerzas militares aún no han dado resultados significativos en la lucha contra los cárteles violentos debido en parte a que se necesitan datos que deben ser otorgados por las corporaciones estatales y municipales, pero estas corporaciones son sospechosas de ser corruptas y en muchas ocasiones no son muy colaborativas con los militares.
En 2007, se dio un conflicto entre los Gobernadores de Coahuila, Humberto Moreira Valdez y de Chihuahua, José Reyes Baeza ambos del PRI y el Presidente Felipe Calderón del PAN, por una poca y mala coordinación en los operativos federales en esos 2 estados. En 2008, la situación empeoró con la contraofensiva de los carteles desde el sur y noroeste del país, donde buscaban llegar hacia la región noreste del país, pero esta vez las tropas federales salieron de esa región para detener el avance de los grupos criminales, dejando solas a las tropas estatales el cual no estaban preparadas para resistir sin el apoyo Federal, por consecuencia a finales de ese año los carteles por medio de enfrentamientos y ataques lograron tomar control en la región, notando Ciudad Juárez, Torreón, Reynosa, Apodada y Saltillo. Fue hasta 2012 cuando la estrategia se cambió dando paso a las victorias, capturas y avances de las Fuerzas Federales y Estatales en la región, que dio paso a la desarticulación o debilitamiento de los carteles, una baja en la incidencia delictiva y el auge del comercio local.
El conflicto causó innumerables bajas a los cárteles mexicanos, por lo que estos empezaron a diezmar sus actividades poco a poco, otros optaron por retirarse del conflicto pero los cárteles más poderosos (CDG, ZETAS, CDS, LA FAMILIA, TIJUANA) decidieron seguir peleando el control de sus territorios.
El número de víctimas se ha incrementado significativamente con el tiempo. De acuerdo con el informe Stratfor, el número de muertes relacionadas con las drogas en 2006 y 2007 (2.119 y 2.275) más que duplicado a 5.207 en 2008. El número aumentado aún más sustancialmente en los próximos dos años, a partir de 6.598 en 2009 a más de 11.000 en 2010. De acuerdo con datos del gobierno mexicano, los números de mortalidad son aún más alto: 9.616 en 2009, 15.273 en 2010, llegando a un total de 47.515 homicidios, desde que las operaciones militares contra los narcos comenzaron en 2006, como se indica en el informe del gobierno de enero de 2012.
El conflicto poco a poco fue recrudeciendo, y de un momento en adelante todos los carteles estaban enfrentados entre sí, respetando muy poco las alianzas que tenían entre ellos.A partir de 2009 el grupo conocido como Los Zetas controlaba más de la mitad del estado de Tamaulipas y una cuarta parte del territorio nacional, lo que lo convirtió en la organización más peligrosa del país.
El 30 de enero de 2010, varios integrantes de Los Zetas, bajo las órdenes de Treviño Morales, secuestraron y ejecutaron a 16 miembros del Cártel del Golfo en Reynosa, Tamaulipas, después de una disputa generada por el asesinato de Víctor Peña Mendoza, alias "El Concorde 3," lugarteniente de Miguel Treviño Morales, líder de Los Zetas.8 Durante la captura, los del Golfo forzaron a Peña Mendoza a que cambiara de bando y dejara a Los Zetas. Al no hacerlo, fue ejecutado, presuntamente por órdenes de Flores Borrego.8
Cuando Treviño Morales se enteró de lo sucedido, le dio un ultimátum a Flores Borrego y a Jorge Eduardo Costilla Sánchez. Después de la ruptura de ambas organizaciones, todos los cárteles mexicanos se alinearon en dos bandos, uno encabezado por Los Zetas y Cártel de los Beltrán Leyva y el otro encabezado por el Cártel de Sinaloa y el cártel del golfo. El conflicto al principio favoreció al Cártel Del Golfo, provocando un repliegue de los Zetas. Tan solo un mes después, los Zetas lanzan una contraofensiva masiva contra el CDG recuperando el territorio perdido.
En febrero de 2010 se provoca una guerra entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, principalmente en el estado de Tamaulipas, dando como resultado que numerosas ciudades fronterizas se convirtieran en "pueblos fantasma", tal es el caso de la franja fronteriza conocida como "La Frontera Chica" conformada por las ciudades de Miguel Alemán, Mier, Camargo y Nueva Ciudad Guerrero. Es por eso que en noviembre de 2010 el ejército mexicano, junto con la Policía Federal y la Marina, extienden sus actividades y ponen en marcha un operativo en torno al norte del estado de Tamaulipas, permitiendo que cientos de familias regresaran a sus hogares después de meses de exilio en otros estados, principalmente en municipios como Mier, en donde se da el regreso de alrededor de 4000 personas. Calderón dijo que los cárteles buscaban "reemplazar al gobierno" y de "estar tratando de imponer un monopolio a través de la fuerza de las armas, e incluso están tratando de imponer sus propias leyes". A partir de noviembre de 2010 la marina armada de México inicia un barrido desde las costas de Tamaulipas para frenar a los violentos cárteles del golfo y los zetas (véase Operación Noreste), con lo que se logró el repliegue de ambos cárteles a rancherías, carreteras y las afueras de las ciudades tamaulipecas, permitiendo que miles de familias regresaran a sus casas.
El 7 de octubre de 2012, la Armada de México respondió a una denuncia civil que informaba de la presencia de hombres armados en Sabinas, Coahuila. A la llegada de la armada de México, los hombres armados lanzaron granadas contra los marinos desde un vehículo en movimiento, lo que provocó un tiroteo que dejó al líder Zeta, Lazcano y otro pistolero muerto y un herido leve del lado de la marina. En el vehículo se encontraron, 12 granadas, posiblemente, un lanzador de granadas propulsadas por cohetes y dos fusiles, de acuerdo con la Armada. La Armada logró confirmar la muerte del líder Zeta "Z-40" a través de la verificación de huellas dactilares y fotografías de su cadáver antes de entregar el cuerpo a las autoridades locales. Lazcano era el líder más poderoso del cártel de los zetas hasta que fue abatido. Esta muerte se produjo horas después de que la Marina detuvo a un alto miembro de los zetas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, Salvador Alfonso Martínez Escobedo.
Mientras que en los estados de Guerrero y Michoacán se llevaron a cabo importantes operativos en contra de los cárteles, en el estado de Sinaloa el combate se centró más en la destrucción de plantíos de marihuana, y laboratorios de metanfetaminas, con escaramuzas menores entre las fuerzas armadas y comandos del Cártel de Sinaloa. Torres Félix, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, murió en un tiroteo con el Ejército Mexicano en la comunidad de Oso Viejo, en Culiacán, Sinaloa temprano en la mañana del 13 de octubre de 2012. Su cuerpo fue enviado al centro forense y fue vigilado por militares, con el fin de evitar que el cuerpo fuera robado.
Después del tiroteo, los militares confiscaron varios alijos de armas, municiones y otros materiales.
Antes de su muerte, Torres Félix fue una figura clave e importante narcotraficante de Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán Loera, el hombre más buscado de México.
El 1 de diciembre del 2012 toma posesión el nuevo presidente Enrique Peña Nieto, a su llegada se dio una actualización, reforzamiento y mejoras a las estrategias implementadas por el Gobierno Federal en el conflicto, el reforzamiento del Operativo Noroeste que permitió la captura de líderes y el descenso por primera vez desde 2007 de los índices delictivos en la Zona Norte y en todo el país. En Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Baja California, Michoacán, Guanajuato y Sonora fueron los estados más notables. Con la retirada gradual de las fuerzas armadas de las calles (35% menos que en 2012), y su envió solamente a zonas muy conflictivas del país como Guerrero, Sinaloa, Tamaulipas y Durango como nueva estrategia de combate, los cárteles tenían el camino prácticamente libre para recuperar el control de sus plazas. Sin embargo debido a las constantes capturas y abatimientos por parte de las fuerzas armadas, para 2013 los únicos carteles que se mantenían intactos eran el cartel de Sinaloa, el de los caballeros templarios, y el Cartel de Jalisco Nueva Generación. Los demás carteles enfrentan actualmente el reto de mantener liderazgos estables, como lo es el caso de los zetas y el CDG los cuales después de a muerte de sus principales líderes se fragmentaron en docenas de células más pequeñas pero más violentas, actualmente solo 3 cárteles siguen o están fuertes.
El 24 de febrero de 2013 se lleva a cabo el levantamiento armado de los Grupos de autodefensa en la ruana y Tepacaltepec en el estado de Michoacán, por iniciativa de un limonero local llamado Hipólito Mora y en contra de los grupos criminales de la Familia Y los Caballeros templarios los que mantenían en un estado de semi-esclavitud a la población michoacana. Posteriormente La Policía Comunitaria organiza su propio levantamiento en el estado de Guerrero bajo el mando de Nestora Salgado. A partir de este momento en todo el país se originan movimientos similares. Los enfrentamientos se dieron en todo el estado de Michoacán provocando numerosas bajas a los Caballeros Templarios.
Para enero de 2014 las autodefensas controlaban la mitad del territorio michoacano y continuaron avanzando hasta tener el control del 70% del estado, facilitando la captura de 10 de los principales líderes de los caballeros templarios.
En abril de 2014 el consejo de autodefensas sostiene acuerdos con el gobierno federal para llevar a cabo el desarme de los grupos armados. En estas reuniones empiezan a surgir disputas entre los autodefensas, quienes exigían primero la captura de Servando Gómez "La Tuta", antes de acceder al desarme.
El 7 de junio, José Manuel Mireles exvocero de las autodefensas es capturado bajo cargos de posesión de armas de fuego exclusivas del ejército.
El 16 de diciembre de 2014 se da un enfrentamiento entre un grupo conocido como los H3 Y el grupo de autodefensas comandado por Hipólito Mora, dejando como saldo 11 muertos entre ellos el hijo del fundador de las autodefensas.
Después de la captura de Mireles y la disminución de Hipólito Mora, los grupos de autodefensa fueron objetivos de ataques por parte de un nuevo cartel el de los viagra y los H3. Desembocando en la disolución del movimiento, pero en palabras del propio fundador:
“Estamos tranquilos, orgullosos porque hicimos cosas importantes. Somos personas pobres que siempre buscamos el bien común. Hay cosas positivas que sacamos de eso, de haber tomado las armas y pelear contra Los Caballeros Templarios”, expresó Mora Chávez.
Muchos ex autodefensas expresan que su principal motivo (era deshacerse del yugo de los caballeros templarios) por lo que aseguran valió la pena su movimiento. En febrero de 2016 El gobernador Silvano Aureoles asegura que las autodefensas serían disueltas y entregó 700 reconocimientos a civiles que participaron en este movimiento. Y se abrió la convocatoria para todos los que quisieran participar en la nueva policía estatal.
Finalmente en parte gracias al movimiento armado, el último líder templario fue capturado, y el cartel de los caballeros templario se dio por desarticulado, actualmente diferentes células de los Caballeros Templarios entre ellos «los viagras» y los «h3» se disputan el control territorial del estado, a esto se sumó la intervención del CJNG.
Luego de la muerte de Heriberto Lazcano Lazcano, y la captura de Miguel Ángel Treviño Morales, el liderazgo paso a manos de Omar Treviño Morales quien es capturado después de dos años en el mando. Después de la captura de Omar Treviño Morales Alias el Z42 en 2015, su hermano Juan Francisco Treviño Morales asumió el liderazgo de Los Zetas ante el descontento de otros líderes que también ambicionaban con el control de la organización. Dicha disputa por el liderazgo llevó a enfrentamientos entre las diferentes facciones de Los Zetas por el control de los territorios, y por tal motivo Juan Francisco Alias Kiko Treviño re-nombró a las células bajo su mando como Cártel Del Noreste, (se sabe que así se llamaba a la antigua alianza entre los Zetas y los Beltrán Leyva) e inmediatamente se hizo pública su creación, teniendo entendido que su principal bastión sería la plaza de Nuevo Laredo. Por otro lado el cártel del golfo sufrió su propia fractura después del arresto de Mario Ramírez Treviño, cuando Homero Cárdenas Guillén tomó el mando de la organización escudándose en su facción (Los ciclones), esto no fue bien visto por Los rojos comandado por Juan Reyes Mejía González líder de Los rojos, ni por Juan Manuel Loisa Salinas (comandante toro) líder de los metros. Como consecuencia de estas fracturas internas se dio una alianza entre dos facciones del cártel de los Zetas y El Cártel Del Golfo, Grupo operativo zeta, y Grupo Bravo del CDG los que rápidamente se hicieron de plazas en el estado de tamaulipas y amenazaron con tomar represalias contra las facciones que no se alinearan a la nueva organización, desaparecida en febrero de 2018 con la captura del último Zeta original José María Guizar Valencia, alias Z-43, en Ciudad de México.
Después de la recaptura del El Chapo Guzmán, grupos armados intentaron hacerse con territorios bajo control del Cártel de Sinaloa. Entre estos grupos se encuentra el Cártel de Jalisco Nueva Generación, el cual se declaró enemigo del Cártel de Sinaloa, Y cobrando rápidamente fuerza ante la incompetencia de las autoridades municipales para frenar su expansión, el cartel de Jalisco se internó en territorios del CDS, e inició una campaña de ataques en contra de los grupos de autodefensa que controlan Michoacán, reactivando la violencia en la zona sur y pacífico del País. El día 1 de mayo de 2015 por la presunta detención del líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho o "El Cuini", el cártel efectúa una serie de ataques coordinados en el estado de Jalisco en contra de las fuerzas federales, desencadenó, una serie de narcobloqueos en la zona metropolitana de carreteras y poblaciones, generando incendios de vehículos, gasolineras y sucursales bancarias. Se estima que se tiene un saldo de 7 personas muertas, 15 herido, 15 detenidos, según el gobernador Aristóteles Sandoval. Además de los narcobloqueos los sicarios supuestamente pertenecientes al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) derriban a un helicóptero del ejército donde mueren 3 militares. Este ataque generado de manera coordinado se extendió a diversos estados de la República Mexicana entre ellos Colima, Guanajuato y Michoacán. Con base a los acontecimientos registrados se activó el Código Rojo el cual representa un estado de alerta a la población, del cual surgió una paranoia del cual llegaban imágenes de autos totalmente incendiados, y gasolineras en llamas, sucursales bancarias totalmente desmanteladas, asimismo estos hechos provocaron una serie de rumores sobre el estado de transporte y movimiento de las personas y hasta la falta de libertad de los gobernantes del estado.
El 30 de septiembre de 2016 elementos del Ejército fueron emboscados por una banda criminal en Culiacán, cuando trasladaban a Julio Óscar Ortiz Vega, alias "El Kevin", después de su captura. Estos hechos dejaron como saldo 6 militares muertos y ocho heridos, así como el rescate de Ortiz Vega. Tres soldados que fueron abatidos durante el enfrentamiento murieron quemados dentro de los vehículos. Ante este ataque, el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, declaró en un homenaje a los soldados muertos:
"Este artero y cobarde ataque no es sólo una afrenta al Ejército o a las Fuerzas Armadas; es también una afrenta a la naturaleza humana, a la convivencia colectiva, a los principios sociales, a las leyes que nos hemos dado y al Estado de derecho. Nuestros soldados fueron emboscados por otro grupo… de enfermos, insanos, bestias criminales con armas de alto calibre... Seres sin conciencia...".
A las 8 de la noche del jueves 9 de febrero del 2017, el mismo cuerpo de élite que logró la captura de Joaquín Guzmán Loera (el chapo Guzmán) realizó un operativo para capturar al líder del cártel de los mazatlecos, Juan Francisco Patrón Sánchez. Lo que lo convirtió en un objetivo prioritario, fue su presunta responsabilidad en la emboscada del 30 de septiembre del año anterior en contra de tropas Mexicanas, a lo largo del día se realizaron 3 enfrentamientos en Tepic Nayarit, durante el Operativo los elementos de la marina realizaron disparos desde un helicóptero para hacer retroceder a los criminales, y que las tropas en tierra pudieran ingresar al área.
A pesar de la desarticulación de la mayoría de los carteles contra los que se lanzó la ofensiva militar de 2006, y las capturas y/o muertes de 35 de los 40 capos más buscados por las autoridades mexicanas, el principal objetivo de la ofensiva militar (disminuir la violencia) aún esta lejos de ser alcanzado; las muertes se siguen incrementando día a día debido a que los carteles debilitados y fragmentados se empeñan en no perder el poder local e internacional (esto último, en el caso del Cartel del Noreste) que aún poseen, convirtiendo las ciudades y regiones de su influencia en campos de batalla entre ellos mismos, provocando cientos de muertes incluyendo civiles. Para finales de 2015, la mayoría de los enfrentamientos se daban entre facciones de una misma organización quienes pelean por el control territorial; por su parte, las fuerzas armadas siguen tratando de frenar estos enfrentamientos. Por otro lado, todos los días hay más y más civiles armándose para protegerse de los ataques de los carteles trabajando en labores de seguridad. Desde el 2017, la guerra está en un estado de estancamiento donde no hay visibles ganadores ni perdedores, con excepción de los capos encarcelados y las organizaciones disueltas e inactivas.
Según los analistas, uno de los objetivos del combate al crimen organizado era fracturar estas organizaciones para que pudieran ser tratadas con más facilidad por las policías federales, estatales y locales. Dicho objetivo ya se logró, y hasta 2017, solo los carteles de Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa aún mantienen sus estructuras criminales pese a los golpes dados, así como su capacidad operativa. El Cártel de Sinaloa fue, durante más de 20 años, la organización criminal más poderosa de México y una de las más importantes del mundo debido a sus contactos internacionales, en cada continente, para traficar drogas y armas, haciendo cuestionable la estrategia del gobierno mexicano en su lucha contra el narcotráfico; sin embargo, las autoridades mexicanas manifiestan que, en 2018, el poderío del crimen organizado nacional que tenía el Cártel de Sinaloa decayó con la extradición del Chapo Guzmán, beneficiando con ello al Cártel de Jalisco Nueva Generación. Los actuales jefes de estos carteles son los capos más importantes de México y objetivos de alto valor para las autoridades mexicanas y estadounidenses: Nemesio Oseguera Cervantes "El Mencho", jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación, e Ismael Zambada Garcia "El Mayo", jefe del Cártel de Sinaloa; este último, con más de 50 años fugitivo de las autoridades. El gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa de USD$5 millones de dólares, por cada uno, a quien brinde información que conduzcan a sus capturas y/o muertes; por otro lado, la PGR ofrece 30 millones de pesos, de manera individual, por el Mayo y el Mencho. A fines de 2018, el gobierno estadounidense aumentó a USD$10 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura del Mencho, convirtiéndose en el narcotraficante más buscado de este país.
"Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, se anunció el final de las operaciones de combate en contra del crimen organizado, dando oficialmente final al conflicto, sin embargo el incremento de las muertes y el aumento de los grupos del crimen organizado demuestran que la guerra está lejos de terminar, significando así una especie de posguerra contra el crimen organizado.
Una vez en la presidencia y a pesar de haber dicho que no militarizaría nuevamente al país, Andrés Manuel López Obrador decretó la creación de una nueva fuerza armada que se encargaría de hacerle frente al crimen organizado, comenzando su formación inclusive desde antes de que fuera aprobada por el Congreso de la Unión. Posteriormente, ya aprobada por ambas cámaras del Congreso, se estableció la Guardia Nacional de México como nuevo cuerpo de seguridad conformado por elementos de ejército y con estructura militar.
El 10 de diciembre de 2019, trece años exactos después de iniciada la guerra, es detenido en Dallas, Texas, Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública durante la administración de Felipe Calderón. Durante una Corte celebrada en Nueva York se dieron a conocer cargos a su persona que incluían tráfico de droga y realización de declaraciones falsas.
Entre los testimonios que lo acusaron se encontró el del narcotraficante Jesús Rey Zambada quien declaró que a mediados de la década de los 2000, entregó a García Luna sobornos en efectivo de entre 3 y 5 millones de pesos. A García Luna se le acusa también de recibir sobornos por parte de Joaquín "El Chapo" Guzmán y miembros del Cártel de Sinaloa.
De acuerdo al comunicado oficial, durante 2018 García Luna habría solicitado la naturalización en Estados Unidos, mediante la cual mintió en su entrega de papeles a fin de ocultar sus nexos con el mencionado Cártel. A García Luna se le acusa también específicamente por tráfico de cocaína.
Durante el proceso de detención, la prensa destacó también los montajes realizados por García Luna a fin de simular detenciones y promocionarlas en televisión como parte de la campaña publicitaria de la Guerra contra el Narcotráfico. La ciudadana francesa Florence Cassez, acusada en 2005 por el delito de secuestro, revivió su declaración alegando que había sido presentado ante los medios de comunicación un video en el que se observaba un minucioso operativo para capturarla, a pesar de que esto había sido falso y su detención se habría efectuado un día antes.
El 11 de diciembre de 2019, el expresidente Felipe Calderón se deslindó de García Luna alegando que "su política de seguridad no era producto de un solo funcionario". La opinión pública se vio dividida luego de que Calderón declarara que no tenía idea de las malas prácticas de su titular en materia de seguridad.
El 14 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a todos los niveles de gobierno realizar una "limpia" para rescindir de su contrato de trabajo, y en su caso investigar, a cualquier funcionario ligado a García Luna. Esa misma semana, fueron congeladas las cuentas bancarias de Luis Cárdenas Palomino, colaborador habitual de Luna; además de darse a conocer que durante el sexenio de Calderón se destinaron 2 mil millones de pesos de la Secretaría de Gobernación a una cuenta particular de la familia de García Luna. La periodista Anabel Hernández referiría que la detención de Genaro García Luna vendría a confirmar que la Guerra contra el Narcotráfico de Felipe Calderón no fue objetiva y que fue más bien una estrategia de beneficio para los personajes de la élite de gobierno y para el propio Cártel de Sinaloa del Chapo Guzmán.
Los paramilitares son una alternativa de los cárteles, estos grupos trabajan junto a ellos para proporcionar protección. Esta protección se inició con el enfoque de mantener el tráfico de drogas; Sin embargo, los grupos paramilitares ahora aseguran otras industrias valiosos como el petróleo y la minería. Se ha sugerido que el aumento de los grupos paramilitares coincide con la pérdida de la seguridad dentro del gobierno. Estos grupos paramilitares se produjo en un gran número de maneras. En primer lugar, ha habido grandes olas de las fuerzas armadas de élite y expertos en seguridad del gobierno que han abandonado el lado del gobierno y se unieron al lado de los cárteles, a menudo con grandes sobornos y una oportunidad para los tipos de riqueza que no pueden recibir en las posiciones del gobierno. El grupo paramilitar, Los Zetas, es el mayor grupo de paramilitares en México. Algunos de los miembros de élite de las fuerzas armadas que se unen a los paramilitares están entrenados en Escuelas Americanas. Estos paramilitares han comenzado a salir de una desregulación del ejército mexicano que ha sido reemplazado lentamente por las empresas de seguridad privada. Los paramilitares, incluyendo los Zetas, han entrado ahora en territorios desconocidos. Protegen no solo cárteles de la droga, sino también a muchos otros sectores económicamente rentables, como el petróleo, el gas, el secuestro y la electrónica de falsificación. Se ha producido una pérdida completa y total de control por parte del gobierno y la única respuesta ha sido aumentar la presencia del ejército, sobre todo un ejército cuyos funcionarios son a menudo pagados o que ya están en la nómina de cárteles de la droga. Los Estados Unidos ha intervenido para ofrecer apoyo en la "guerra contra las drogas" por la forma de la financiación, el entrenamiento y apoyo militar estadounidense, y la transformación del sistema judicial mexicano en paralelo el sistema americano.
Arturo Guzmán Decena (†)
Carlos Rosales Mendoza (†)
José Hurtado Olascoaga
El Fresa
Noé Israel Lara Belman (D)
Los hermanos Casarrubias
Los mexicanos tienen un derecho constitucional que les permite poseer armas de fuego;Guatemala, como sobras de anteriores conflictos centrales-estadounidense. Sin embargo, algunas granadas también se introducen de contrabando desde los EE. UU. a México o robado del ejército mexicano.
legalmente se pueden comprar armas de fuego en una tienda en la Ciudad de México, pero es extremadamente difícil. La gran mayoría de armas utilizadas por civiles mexicanos son del mercado de armas estadounidense. Las granadas y lanzacohetes se introducen de contrabando a través de las frontera deLas armas más comunes utilizadas por los carteles son el AR-15, M16, M4, AK-47 y AKM. Las pistolas son muy diversas, pero el FN Five-Seven (apodado Mata Policías o asesino de policías por parte de delincuentes) es una opción popular debido a su capacidad perforante. Se conocen lanza-granadas que se han utilizado en contra de las fuerzas de seguridad mexicanas, H&K G36s y carabinas M4 con lanza-granadas M203 han sido confiscados.
Algunos investigadores han afirmado que la mayoría de las armas que se utilizan en México no son de vendedores de armas en los Estados Unidos; afirman que las armas que se utilizan son robadas por desertores de las fuerzas del gobierno, o se obtienen de los mercados negros de América Central. También existe una fuerte evidencia para la conclusión opuesta, lo que indica que muchas de las armas rastreables provienen de los mercados de armas estadounidenses y festivales que no tienen regulaciones para los compradores, y hay una coincidencia geográfica entre el origen americano de varias armas de fuego y los lugares donde estas armas se incautaron: principalmente en los estados del norte de México. La mayoría de las granadas y lanzacohetes se introducen de contrabando a través de las fronteras de Guatemala de Centroamérica. Sin embargo, algunas granadas también se introducen de contrabando desde los EE. UU. a México o son robadas al ejército mexicano. Funcionarios del DHS han declarado que la estadística es engañosa: de aproximadamente 30.000 armas incautadas en casos de drogas en México en 2004-2008, 7200 parecían ser de origen estadounidense, aproximadamente 4.000 fueron fabricadas por la ATF, y el 87 por ciento de los -3480-originado en los Estados Unidos.
En un esfuerzo por controlar el contrabando de armas de fuego, el gobierno de EE. UU. está ayudando a México con la tecnología, el equipo y la formación.
El Proyecto Gunrunner era uno de esos esfuerzos entre los EE. UU. y México para colaborar en la localización de armas de fuego que se importen ilegalmente de los EE. UU. En 2008, se informó falsamente, se dice, que el noventa por ciento de las armas, ya sean capturadas en México o interceptadas, eran de los Estados Unidos. El Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. y otros han disputado estas afirmaciones, señalando que la muestra mexicana presentada para el rastreo de la ATF es una fracción de las armas incautadas que parecen haber sido compradas en los EE. UU. o importado de los EE. UU.
En 2015, los informes oficiales del gobierno de Estados Unidos y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) reveló que en los últimos años, los cárteles mexicanos mejoraron su poder en armas de fuego, y que el 70% de sus armas provienen de los EE. UU. Muchos de esas armas se fabrican en Rumania y Bulgaria, y luego son importadas a EU. Los cárteles mexicanos adquieren las armas de fuego, principalmente en los estados del sur de Texas, Arizona y California. Después de los Estados Unidos, los cinco principales países de origen de las armas de fuego incautadas en México fueron España, China, Italia, Alemania y Rumanía. Estos cinco países representan el 17% de las armas de fuego de contrabando en México.
El Proyecto Gunrunner tiene el objetivo de detener la venta y exportación de armas de Estados Unidos a México con el fin de debilitar armamentísticamente y económicamente a los Cárteles de la droga. Sin embargo, en febrero de 2011, provocó un escándalo cuando el proyecto fue acusado de llevar a cabo lo contrario, se descubrió que permite y facilita las ventas de armas de fuego para los traficantes, y permite que las armas sean llevadas libremente a México. Varias de las armas vendidas bajo el Proyecto Gunrunner fueron recuperadas de la escena del crimen en Arizona, y en escenas de crímenes en México, lo que resulta en una considerable controversia.
Un incidente notable fue la "Operación Cisne Negro", donde Joaquín Guzmán Loera fue finalmente capturado. La ATF confirma que una de las armas que la Armada de México incautó durante la operación fue un arma vendida durante el Proyecto Gunrunner.
Muchas armas del Proyecto Gunrunner se encontraron en un compartimiento secreto de la "casa de seguridad" de José Antonio Marrufo "El Jaguar", uno de los lugartenientes más sanguinarios de Guzmán. Se le acusa de muchas muertes en Ciudad Juárez, incluyendo la notoria masacre de 18 pacientes del centro rehabilitación "El Aliviane". Se cree que Marrufo mandó a sus hombres armados con armas compradas en los Estados Unidos.
A finales de 2013, el número estimado de muertos en la guerra contra en narcotráfico en México fue de más de 111 000 personas.
Hasta el año 2012, el número de muertos en noviembre estaba en 18 161.
A través de 2013, el número de muertos en noviembre estaba en 10 929.
En consecuencia de las constantes peleas internas de los carteles, se incrementaron los ataques a la población civil, pasando de ser daños colaterales a objetivos de los mismos criminales, ya sea por intimidación, por denunciar crímenes, o por apoyar a grupos enemigos.
La desaparición forzada de Iguala de 2014 fue una serie de episodios de violencia ocurridos durante la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre del 2014, en el que la policía municipal de Iguala (220 km al sur de la ciudad de México) en complicidad con miembros del cártel de Guerreros Unidos persiguió y atacó a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa (257 km al sureste de Iguala). En dicho enfrentamiento habrían resultado heridos periodistas y civiles. Los hechos dejaron un saldo de al menos 9 personas fallecidas, 43 estudiantes desaparecidos de esa escuela normal rural y 27 heridos.
Los cárteles participan en el secuestro, rescate, asesinato, robo y extorsión de migrantes que viajan desde América Central a través de México en su camino hacia El Norte (Estados Unidos y Canadá). A veces los carteles obligan a los migrantes a unirse a su organización y trabajar para ellos. Las fosas comunes que han sido descubiertas en México contienen los cuerpos de muchos migrantes.
En 2011, 177 cadáveres de migrantes fueron descubiertos en una fosa común en Tamaulipas, la misma zona donde los cuerpos de 72 migrantes fueron descubiertos en 2010. En un caso en San Fernando, México, la mayoría de los muertos eran migrantes y "habían muerto a causa de un fuerte traumatismo en la cabeza." Los cárteles también se han infiltrado en las agencias de inmigración del gobierno mexicano, y han realizado agresiones y amenazas a los funcionarios de inmigración.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH) dice que 11.000 migrantes habían sido secuestrados en 6 meses en 2010 por carteles de la droga. Hay vínculos documentados entre los cárteles de la droga y el tráfico de personas para utilizarlos en trabajos forzados, prostitución forzada y violación. La esposa de un narco describió el sistema en el que las jóvenes se convierten en prostitutas y luego se ven obligadas a trabajar en las fábricas de droga.
Alrededor del año 2011, según informes, Los Zetas comenzaron a moverse en el negocio de la prostitución (incluida la prostitución de niños) después de haber sido previamente solo "proveedores" de las mujeres en las redes ya existentes. El Departamento de Estado de EE. UU. dice que la práctica del trabajo forzoso en México es mayor en extensión que la prostitución forzada.
Periodistas mexicanos como Lydia Cacho han sido amenazados, golpeados, violados y obligados a exiliarse por informar sobre estos hechos. Escribe un comentario o lo que quieras sobre Guerra contra el narcotráfico en México (directo, no tienes que registrarte)
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