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Guillermo Cano Isaza



¿Qué día cumple años Guillermo Cano Isaza?

Guillermo Cano Isaza cumple los años el 12 de agosto.


¿Qué día nació Guillermo Cano Isaza?

Guillermo Cano Isaza nació el día 12 de agosto de 1925.


¿Cuántos años tiene Guillermo Cano Isaza?

La edad actual es 99 años. Guillermo Cano Isaza cumplió 99 años el 12 de agosto de este año.


¿De qué signo es Guillermo Cano Isaza?

Guillermo Cano Isaza es del signo de Leo.


Guillermo Cano Isaza (Bogotá, 12 de agosto de 1925[1]​ — Ibidem, 17 de diciembre de 1986) fue un periodista y escritor colombiano.

Llegó a ser director del diario El Espectador, propiedad de su familia, desde 1950 hasta su asesinato en 1986 a manos de sicarios bajo las órdenes del Cartel de Medellín. Cano se convirtió en una de las primeras víctimas de alto perfil de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha que tenía como profesión el periodismo.

Hombre de valores y principios, protagonizó enfrentamientos con importantes personalidades del país, a raíz de sus investigaciones periodísticas y el apoyo que su periódico prestó a algunas causas políticas y sociales, como sería el caso de la guerra contra el narcotráfico de Rodrigo Lara Bonilla, Luis Carlos Galán y Jaime Ramírez, y el escándalo de autopréstamos de la familia Michelsen y su conglomerado Grupo Grancolombiano.

Cano Isaza fue el guía y el maestro de toda una generación de periodistas, que recibió de él no sólo la formación profesional, sino los principios éticos que defendió a lo largo de su vida y el ejercicio de su carrera como periodista. Hijo de Gabriel Cano Villegas y Luz Isaza, se vinculó a la redacción de El Espectador como cronista taurino, deportivo, hípico, cultural y político, recién egresado del Gimnasio Moderno, en 1942.

Fue el fundador del Magazín Dominical, secretario de dirección, codirector, con Gabriel Cano, y director de El Espectador.[2]​ En 1986 recibió el Premio Nacional de Periodismo CPB en la modalidad de prensa, por su columna dominical "Libreta de Apuntes", cuya variedad temática iba desde los recuerdos de personajes de la vida nacional, hasta comentarios críticos acerca de los problemas del país. Fue aficionado al fútbol e hincha de Independiente Santa Fe.

En 1980 le fue otorgado el Premio Simón Bolívar a la vida y obra de un periodista. Con motivo del centenario del nacimiento de don Fidel Cano, fundador de El Espectador, escribió "El abuelo que no conocí", y para la conmemoración del 90 aniversario de El Espectador, escribió "Posdata a la autobiografía de un periódico", páginas donde se integran el escritor sensible y el periodista veterano.

Fue enviado especial a los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, y en notas especiales escribió acerca de lo ocurrido en el "Septiembre Negro", aunque esto no fue muy relevante.

En sus columnas denunció públicamente los delitos financieros cometidos por el Grupo Grancolombiano en cabeza de Jaime Michelsen Uribe. Pese a que el grupo en protesta retiró la pauta publicitaria del diario, Cano aun denunció al Grupo que fue finalmente intervenido por el gobierno nacional.[3][4][5][6][7]

Sin embargo, el verdadero martirio de Cano se da, paralelamente a las denuncias contra el Grupo Grancolombiano, cuando en 1982 Pablo Escobar, en ese momento representante suplente de Jairo Ortega, toma posesión de su cargo en el Congreso de la República.

Tras las denuncias del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, y cuando Escobar y Ortega le hacen celada a Lara de un supuesto cheque por parte del narcotraficante Evaristo Porras a su campaña al senado, una fuente advirtió al editor judicial de El Espectador, Luis de Castro, que el periódico alguna vez había publicado antecedentes de Escobar en el narcotráfico.

Guillermo Cano (quien presentía reconocer a Escobar antes) junto a María Jimena Duzán y otro periodista se metieron a los desorganizados archivos del diario hasta que encontró la evidencia; el viernes 11 de junio de 1976, El Espectador había publicado una nota judicial que documentaba como seis narcotraficantes habían caído en Itagüí (Antioquia) con 39 libras de cocaína. Entre los detenidos estaba Pablo Escobar Gaviria y su primo Gustavo Gaviria Rivero. En la edición del 25 de agosto de 1983, El Espectador reprodujo la publicación de 1976, y documentó que el congresista Pablo Escobar sí tenía un pasado ligado al narcotráfico.

Dos meses después el Congreso lo despojó de su inmunidad parlamentaria y el juez Gustavo Zuluaga Serna libró orden de captura en su contra, sindicándolo del asesinato de los dos agentes del DAS que siete años antes lo habían capturado.[8]

Desde entonces Cano denunció públicamente a Escobar y sus socios del Cartel de Medellín, de entre sus escritos en su columna Libreta de apuntes se destacó uno titulado "¿Dónde están que no los ven?":

Su último editorial titulado "Se le aguó la fiesta a los mafiosos" (en clara alusión a la reactivación de la extradición pero por vía administrativa por parte del presidente Virgilio Barco) marcó su sentencia de muerte.[10][11][12]

Fue asesinado al salir de la sede del periódico.[13]​ Su crimen fue declarado en 2010 por la Fiscalía General de la Nación como delito de lesa humanidad, al hacer parte de “un plan sistemático y generalizado” que los narcotraficantes colombianos desarrollaron en aquel momento contra periodistas, líderes y dirigentes políticos que defendían la extradición; lo que significa que las investigaciones por este hecho no prescribirán.[14]

El miércoles 17 de diciembre de 1986 sicarios a órdenes de "Los Priscos", un grupo de criminales al servicio del cartel de Medellín, asesinaron frente a la sede del diario a su director Guillermo Cano Isaza. Los asesinos esperaron a que él hiciera un giro en U en la Avenida del Espectador, poco después de las 19:00. Uno de los maleantes, Jorge Elí Pabón alias 'El Negro',[12]​ se acercó a la camioneta familiar un Subaru Leone Wagon vino-tinto de placa AG 5000 que conducía Cano y le disparó en ocho ocasiones al pecho con una ametralladora.

Cano tenía 61 años al momento de su fallecimiento, 44 de los cuales había dedicado al periodismo en El Espectador. Hasta el día de hoy se considera que su asesinato sigue en la impunidad.[15][16][17][18]

El 19 de marzo de 1989, fue asesinado el abogado de la familia Cano, Héctor Giraldo Gálvez en Bogotá, por sicarios del Cartel de Medellín.[19][20]

En un fallo de octubre de 1995, nueve años después del asesinato, María Ofelia Saldarriaga, Pablo Enrique Zamora, Carlos Martínez Hernández y Luis Carlos Molina Yepes fueron encontrados culpables de conspiración para cometer el crimen y sentenciados a 16 años y 8 meses de cárcel. Sin embargo, en otra sentencia del 30 de julio de 1996, el Tribunal Superior de Bogotá revocó el fallo, absolviéndolos a todos de cargos en el crimen, a excepción de Molina Yepes, que fue el único condenado y quien había sido recién capturado el 18 de febrero de 1997. Con anterioridad habían sido considerados autores intelectuales Pablo Escobar, Evaristo Porras, Gonzalo Rodríguez Gacha y el mismo Molina Yepes, todos ellos capos del Cartel de Medellín.[21]

Según un informe aparecido en diciembre de 2007 en El Espectador, después de la muerte de Pablo Escobar, en 1993, algunos de los sicarios que trabajaron para él, como John Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, revelaron detalles de la participación de la organización del capo en este delito. Durante las investigaciones fueron asesinadas 12 personas incluyendo a un magistrado, una juez y el abogado de la parte civil. La única persona que ha respondido judicialmente por el crimen es Luis Carlos Molina Yepes, quien pagó a los sicarios que asesinaron a Cano. Molina Yepes aparece dentro de la investigación vinculado a Carlos Alberto Gaviria Vélez, hermano de José Obdulio Gaviria, quien fue asesor presidencial de Álvaro Uribe Vélez y primo del extinto capo Pablo Escobar. Molina Yepes purgó solamente seis años de cárcel.[22]​ Estas revelaciones provocaron la renuncia del embajador en Londres y exministro Carlos Medellín, quien está casado con una de las hijas de Cano.[23]

Décadas más tarde alias Popeye,[24][25]​quien era pagador de los dineros a Los Priscos, y coordinador de sus actividades tras la muerte de Pinina, contó que el operativo en contra de Cano Isaza lo llevó a cabo personalmente Jorge Pabón alias El Negro Pabón, jefe máximo del sicariato en Bogotá para Pablo Escobar, y que fue un operativo particularmente fácil. El esclarecimiento se hizo en el marco de la falsa vinculación a un ciudadano de apellido Tobón, quienes otras autoridades ejecutivas y judiciales señalaban de haber sido el autor material de acuerdo a investigaciones adelantadas, alias Popeye presentó una fotografía en la que aparece departiendo con alias El Negro Pabón y alias El Arete, y que fue Pabón quien realizó el homicidio debido a que era el hombre de más alto rango que Escobar tenía y su furia en contra del director del periódico El Espectador así lo ameritaba. La Policía identificó que quien había perpetrado el crimen era un Tal Jorge Tobón o Pabón y por ello procedió a incriminar a un ciudadano de apellido Tobón que nada tenía que ver y que sólo tenía un apellido parecido.[26]​ Pabón era el asesino de Escobar y por quien se inició la guerra en contra del así llamado Cartel de Cali. Alias Otto y alias Popeye confirmaron que el autor material era Jorge Elí Pabón y no Jorge Argiro Tobón[27][28][29]

Un día después del asesinato de su director, El Espectador tituló en primera plana[30]Seguimos adelante, que se convertiría en la constante durante todos los años siguientes.

En su honor, la Unesco instituyó el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco - Guillermo Cano, por:

Con la muerte de Guillermo Can o, en un hecho sin precedentes los diarios El País, de Cali; El Colombiano, de Medellín; El Heraldo, de Barranquilla; y El Tiempo y El Espectador, de Bogotá, entre otros, ofrecieron sus unidades de investigación periodística para conformar un equipo de trabajo que conjuntamente denunciara a quienes estaban detrás del negocio de las drogas, la cual se denominó El Frente Unido. Desde dichos medios se realizaron informes conjuntos para denunciar los actos de terrorismo y la mafia del narcotráfico que había infiltrado los estamentos políticos. A pesar de la fuerza con que empezó, en 1988, se desmoronó la alianza tras las reiteradas amenazas a miembros de la misma.[31]

Ese día, Ana María Busquets de Cano, viuda de Guillermo Cano, y los miembros de la junta directiva del Círculo de Periodistas de Bogotá, con la compañía de comunicadores, sindicalistas, estudiantes, empresarios y empleados, convocaron la marcha del silencio, para exigir libertad de prensa y de expresión en Colombia. Así se describe este hecho:

El 17 de diciembre de 1996, al conmemorarse el décimo aniversario del asesinato del periodista, sus descendientes crearon una fundación sin ánimo de lucro que lleva su nombre, con el objeto de "trabajar en la defensa y la promoción de la libertad de prensa en el mundo así como en la mejora de la calidad del periodismo".

La fundación, con sede en Bogotá, se propone lo siguiente:[32]

La fundación fue un pilar fundamental en la consecución de la Resolución 29, "Condena a la violencia contra los periodistas", aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas.[32][33]



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