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Heptarquía anglosajona



Heptarquía anglosajona (del griego ἑπτά hepta «siete», y αρχία arkhía «poder, autoridad»; del anglosajón) es el nombre conjunto dado durante la Antigüedad tardía y la Alta Edad Media a los reinos anglosajones del centro, sur y este de la isla de Gran Bretaña que habitualmente se identifican con Essex, Estanglia, Kent, Mercia, Northumbria, Sussex y Wessex y que finalmente se unieron en el Reino de Inglaterra.

La idea original de que hubo siete reinos anglosajones se atribuye al historiador inglés Enrique de Huntingdon (c. 1080-1160) que la empleó por primera vez en su Historia Anglorum (Historia de los Ingleses), pero no se extendió el uso hasta el siglo XVI.

El concepto heptarquía anglosajona se usa por convención para cubrir el periodo de la historia de Inglaterra que va del año 500, tras la invasión de la isla por bandas de jutos, anglos y sajones, al 850 aproximadamente, cuando Egberto de Wessex quedó como único señor. A menudo se llama a este periodo edad oscura.

Aunque el término heptarquía sugiere la existencia de siete reinos, la cantidad varió con el tiempo a la vez que cambiaba el número de reyes que competían por la supremacía en el mismo periodo. A finales del siglo VI, el rey de Kent era una figura prominente en el sur; en el siglo VII, los reyes de Northumbria y Wessex eran poderosos; en el siglo VIII, el reino de Mercia alcanza la hegemonía sobre el resto de reinos, en particular durante el reinado de Offa. Sin embargo, todavía en los reinados de Edwin y Edgar el Pacífico, en la segunda mitad del siglo VIII, se pueden encontrar estados independientes dentro del territorio juto-anglosajón.

El final de la heptarquía fue un proceso gradual. Los saqueos vikingos del siglo IX que llevaron al establecimiento de un enclave danés en York, y en última instancia a la aparición de Danelaw, cobraron ventaja gracias a la rivalidad existente entre los reinos anglosajones. Alfredo el Grande, primer rey de Wessex que se autoproclamó rey de los anglosajones, resistió a la invasión danesa con quienes firmó un tratado que fijaba los límites de sus respectivas posesiones. Los sucesivos reyes de Wessex, en especial Athelstan, reforzaron la unidad anglosajona hasta que, tras la disolución de Mercia y la sumisión de Northumbria durante el gobierno de Edgar el Pacífico, los antiguos reinos quedaron finalmente unificados en uno.

Recientes estudios han revelado que algunos reinos de la heptarquía (en particular Essex y Sussex) no alcanzaron la misma categoría que el resto. A la vez, también existieron otras divisiones políticas junto a estos siete reinos que representaron un papel más destacado de lo que se pensaba. Algunos de estos estados y tribus fueron: Bernicia y Deira en Northumbria; Lindsey en la actual Lincolnshire; Hwicce en el suroeste de las Midlands; Magonsaete en lo que hoy es Herefordshire; Wihtwara, un reino juto, en la isla de Wight; los anglos del centro, un grupo de tribus en torno a la moderna Leicestershire; los haestingas, alrededor de la ciudad de Hastings en Sussex; y los gewisse, una tribu sajona en lo que hoy es el sur de Hampshire.

Desde comienzos del siglo XX, muchos historiadores han considerado el término heptarquía insatisfactorio porque no describe con precisión el periodo al que se refiere y han optado por no usarlo. Sin embargo, todavía se usa como una etiqueta conveniente para esta fase del desarrollo de Inglaterra.

A continuación se enumeran los reinos conocidos de este periodo.

En tiempos modernos, se asignó a los tradicionales reinos de la heptarquía escudos de armas que nunca poseyeron en realidad porque la heráldica nació cuando estos reinos ya no existían.


Reino de Essex

Reino de Estanglia

Reino de Kent

Reino de Mercia

Reino de Northumbria

Reino de Sussex

Reino de Wessex



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