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Inés Arredondo



¿Qué día cumple años Inés Arredondo?

Inés Arredondo cumple los años el 20 de marzo.


¿Qué día nació Inés Arredondo?

Inés Arredondo nació el día 20 de marzo de 1928.


¿Cuántos años tiene Inés Arredondo?

La edad actual es 96 años. Inés Arredondo cumplió 96 años el 20 de marzo de este año.


¿De qué signo es Inés Arredondo?

Inés Arredondo es del signo de Piscis.


Inés Amelia Camelo Arredondo (Culiacán, Sinaloa, 20 de marzo de 1928 - Ciudad de México, 2 de noviembre de 1989) fue una escritora mexicana. Integrante del grupo de escritores conocido como Generación del Medio Siglo, grupo de la Casa del Lago o grupo de la Revista Mexicana de Literatura. En 1979 ganó el premio Xavier Villaurrutia por Río subterráneo.

Nació el 20 de marzo de 1928 en Culiacán, Sinaloa, en una familia de clase media alta que empobrecería más tarde. Su padre, Mario Camelo y Vega, fue un médico liberal, e Inés fue la hija mayor de nueve hermanos. Pasó gran parte de su infancia en la hacienda azucarera de su abuelo materno Francisco Arredondo cercana a Culiacán, llamada Eldorado. Entre 1936 y 1944 fue alumna del Colegio Montferrant en Culiacán, un colegio de monjas españolas. De 1945 a 1946 cursó estudios de preparatoria en el Colegio Aquiles Serdán en Guadalajara.

En 1947 se inscribe en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Ciudad de México, para seguir una licenciatura de Filosofía, pero vive una crisis espiritual causada por las lecturas de Friedrich Nietzsche y Søren Kierkegaard y por el ambiente escéptico y ateo de su entorno. Como está a punto de suicidarse porque «la vida sin Dios no tiene sentido», su médico le aconseja cambiar de materia, de modo que en 1948 empieza la carrera de Letras Hispánicas como nueva materia. Termina sus estudios en 1950 con una tesis sobre Sentimientos e ideas políticas y sociales en el Teatro Mexicano de 1900 a 1950. Entre 1950 y 1951 estudia Arte Dramático, y en 1953 sigue un curso de Biblioteconomía. Durante su estudio llega a conocer a muchos exiliados de la Guerra Civil Española; los republicanos serán para ella un fuerte contrapeso contra las corrientes nacionalistas vigentes en México. En estos años, también descubre el existencialismo francés, el surrealismo, la Generación del 27, a Juan Rulfo y Juan José Arreola. Convive con Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Rubén Bonifaz Nuño como compañeros de estudio, y sus maestros fueron Julio Torri, Francisco Monterde y Carlos Pellicer.

En 1958, se casa con el escritor Tomás Segovia, con quien comparte intereses comunes. Después del nacimiento de su primera hija Inés, su segundo hijo José nace muerto, causa para otra crisis espiritual.

Entre 1952 y 1955 trabaja en la Biblioteca Nacional; después sustituye a Emilio Carballido en una cátedra de la Escuela de Teatro de Bellas Artes. Colabora en la redacción del Diccionario de Literatura Latinoamericana editado por la Unesco; de 1959 a 1961 es redactora del Diccionario de Historia y Biografía Mexicanas y trabaja como autora para la radio y la televisión (1961). También se desempeña como traductora, y de este trabajo le surge la idea para su primer cuento propio, «El membrillo» (publicado en 1957 en la Revista de la Universidad de México). Desde entonces, ya no dejaría de escribir.

Mientras nacen dos hijos más, Ana y Francisco Segovia, colabora con su marido en la Revista Mexicana de Literatura, donde no figura con su propio nombre, hasta que se separa de Segovia. Elena Poniatowska cuenta que fue para los otros una especie de musa, la única mujer de su generación, y que tuvo a Huberto Batis y Juan García Ponce como «adoradores» (Poniatowska 1994: 2). En la misma Revista se publican varios de sus cuentos. En 1961/62 recibe una beca del Centro Mexicano de Escritores y en 1962 otra de la Fundación Fairfield en Nueva York. Ya con problemas matrimoniales, los cónyuges se deciden a hacer borrón y cuenta nueva mudándose a Montevideo (Uruguay), donde Inés Arredondo trabaja en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC). Pero en 1962 se separan definitivamente, Inés vuelve a México y el divorcio se efectúa en 1965.

Para mantener, como madre divorciada, a sus tres hijos, trabaja en los siguientes puestos y funciones:

En 1965 publica su primer tomo de cuentos, La Señal, siendo el cuento, desde entonces, su género favorito; sólo Opus 123 (1983) se puede considerar como novela corta. Quizás debido a un exceso de trabajo, quizás por conflictos psíquicos (sufre de fuertes depresiones), empieza a tener problemas con su columna vertebral: es operada cinco veces y tiene que pasar muchos años de su vida en una silla de ruedas. Elena Poniatowska la describe en esa época como una "mujer en cama con una fuerza inusitada". En 1972 se casa en segundas nupcias con el médico cirujano Carlos Ruiz Sánchez. Retoma sus estudios de Letras y escribe su tesis de maestría sobre el ensayista y poeta mexicano Jorge Cuesta; en 1980 termina sus estudios con una mención honorífica. En 1979 se publica su segundo libro, Río subterráneo, que le vale el Premio Xavier Villaurrutia y excelentes críticas.[1]​ Ahora también se empieza a despertar el interés internacional; escribe Crelis: "...algunos de sus cuentos se tradujeron a otros idiomas – inglés, alemán, holandés–; recibió algunos homenajes: en Mocorito, Sinaloa, a fines de 1980 y en el Tecnológico de Monterrey –Nuevo León–, en su ciclo "Compresencias" el 17 de octubre de 1983; el Municipio de Culiacán le otorgó la medalla "Bernardo de Balbuena" al mérito literario el 7 de noviembre de 1986 y la homenajeó el CREA de Culiacán en marzo de 1987." (Crelis: 34)

En 1979 la Library of Congress de Washington la hace grabar tres de sus cuentos, y la UNAM edita, en 1980, un disco en la serie Voz Viva de México. En 1983 la editorial Oasis publica Opus 123, un año más tarde sale su cuento infantil Historia Verdadera de una Princesa (CIDCLI /SEP), y en 1988 su último tomo de cuentos, Los espejos. En el mismo año se editan sus Obras completas en la editorial Siglo XXI. Con motivo de su 60 cumpleaños recibe muchos premios y honores, el más importante tal vez el doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma de Sinaloa el 27 de mayo de 1988.[2]Canal Once le dedica una extensa entrevista, y en noviembre de 1988 se organiza un festival dedicado a ella en Culiacán. Los últimos años de su vida, Inés Arredondo los pasa en cama; el 2 de noviembre de 1989 muere en su departamento en Ciudad de México.

Aunque Inés Arredondo comenzó a escribir en 1954, no fue sino once años después cuando publicó su primer libro en diciembre de 1965. Algunos de sus textos fueron apareciendo primero en la Revista Mexicana de Literatura y en la Revista de la Universidad de México.[4]

La crítica concuerda frecuentemente en que la poética de la Generación de Medio Siglo, con la que se identifica a Arredondo, recurre a los temas de la identidad, la mirada, la obscenidad, el cuerpo, el erotismo, la exploración del instante, y los usa también como un recurso estilístico para construir personajes, voces, espacios y tiempos[5]​. Y si bien, Arredondo comparte inquietudes y temas con otros miembros de dicha generación, también lo hace con escritoras como Amparo Dávila, Guadalupe Dueñas o Elena Garro[6]​. Evodio Escalante afirma que la prosa de Inés Arredondo tiene cualidades poéticas y que su eficacia se debe en buena parte a la precisión de su lenguaje pero también resalta la impecable estructura de sus relatos y el uso magistral del understatement (o lo sobreentendido) como técnica literaria,[7]​ lo que implica una obra de finales abiertos a la interpretación del lector.[8]​ Las autoras Beatriz Espejo y Claudia Albarrán concuerdan en que Arredondo es ante todo una gran estilista del lenguaje.[8]

Por otro lado, “El erotismo, el mal, lo siniestro, la locura, la mirada, lo ominoso, lo sagrado o la dialéctica pureza/impureza son algunos de los temas más comentados por los estudiosos de su obra. Estos son transmitidos a través de una escritura que revela una feminidad feroz".[6]​ Autoras como Aralia López González[9]​ y Claudia Albarrán hablan de la obra de Arredondo como una “poética del límite”, que con frecuencia enfrenta a sus personajes con el dolor, la muerte, la locura, la perversión y la maldad[10]​. También, “Muchos de sus relatos tocan aspectos de una condición muy particular, la femenina, ya sea por las problemáticas que en ellos se plantean (…) o por la mirada y la voz de quienes cuentan las historias"[10]​, pero para Inés Ferrero Cándenas, es precisamente la experiencia del límite la que se encuentra como eje en los 34 relatos que conforman su producción cuentística, puntualmente en su segundo libro, Río subterráneo.[6]



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