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Lengua transfronteriza



Una lengua transfrontera, lengua transfronteriza, o lengua fronteriza, o simplemente lengua de frontera, se refiere a una determinada lengua hablada por un grupo étnico, una tribu, o una nación, situada en un área geográfica repartida entre dos o más países reconocidos internacionalmente, y que tienen una frontera terrestre o marítima que separa o corta esa área en dos o más partes. Las lenguas fronterizas son particularmente comunes en África debido a su herencia colonial, aunque de todas maneras también se las ubica en otras regiones habitadas por humanos.[1][2][3]

Las lenguas transfronterizas son de cuatro clases, ya que con las mismas es posible definir una tipología basada tanto en el tamaño del área geográfica donde esa lengua en cuestión es utilizada, como en el tamaño de la población hablante.

Según el criterio geográfico, las lenguas fronterizas se dicen «internacionales limitadas» o simplemente «internationales».[4]

Según el criterio de la población, las lenguas fronterizas se dicen «simétricas» o «asimétricas».[4]

Particularicemos ahora en las cuatro clases emergentes de esta tipología.

Por causa de circunstancias políticas, en un determinado momento ciertas lenguas pueden cambiar su estatuto. El kurdo por ejemplo, que es una lengua minoritaria en Turquía, Siria, Irán, e Irak, hasta no hace tanto era clasificada como una lengua «simétrica y limitada», pero gracias al reconocimiento lingüístico acordado por la nueva constitución irakí[11]​ sobre el estatuto oficial del kurdi en el Kurdistán iraquí, ahora puede ser considerado como una lengua transfronteriza «asimétrica y limitada» (referéndum del 15 de octubre de 2005). Obviamente este cambio da mayor peso a esa lengua en cuanto a su supervivencia, a la vez que aporta esperanza y confianza en otras comunidades lingüísticas limítrofes.

En lo que concierne a las lenguas transfronterizas limitadas (asimétricas o simétricas), conviene señalar que el tamaño en población de los países involucrados por cierto es importante e incide en esta cuestión, y debe ser tomado en cuenta. Una lengua minoritaria pero inserta en un pequeño país, tal vez puede tener más incidencia relativa que una lengua hablada por un gran contingente de locutores, pero inserta en un país grande en extensión territorial y en población.

Las gentes que hablan hausa son en total 25 millones, de los cuales 18 millones se encuentran en Nigeria, donde la población total allí es de 140 millones (en números redondos). Obviamente en número los nombrados son un grupo lingüístico numeroso, pero minoritario en Nigeria, pues allí solamente representan el 13 % de los nigerianos. Por el contrario, los hausas de Níger solamente son 5 millones pero sobre una población del país de 11 millones, por lo que allí representan una proporción lingüística más importante que en Nigeria, con un 45 % (casi la mitad de la población). La conclusión por tanto es evidente: el hausa tiene más importancia relativa (como lengua) en Níger que en Nigeria.

La continuidad territorial es parte integrante de la definición del concepto tratado en el presente artículo. Y las lenguas internacionales frecuentemente son también lenguas transfronterizas. Cuando una lengua transfronteriza está presente en varios países, como es notoriamente el caso del árabe, cuya influencia se extiende con sentido de continuidad geográfica desde Mauritania a Iraq, notoriamente es también lengua internacional (imposible argumentar otra cosa, imposible categorizar de otra forma).

Obviamente, las lenguas no-transfronterizas pueden ser de dos diferentes tipos o clases: o bien son lenguas internacionales o bien no lo son. No obstante, y si no se es cuidadoso y estricto, se corre el riesgo de pensar que toda lengua internacional es también transfronteriza. El inglés por ejemplo, se convirtió con naturalidad en lengua internacional mundial debido al aumento del intercambio de bienes y servicios en las altas esferas económicas, aunque con notoriedad fue de hecho lengua transfronteriza como consecuencia de la conquista de Irlanda por parte de Inglaterra (léase: Conquista de Irlanda por Cromwell, Colonizaciones de Irlanda), y en una segunda etapa como consecuencia de la colonización inglesa de Norteamérica[12]​ seguida luego de la formación de dos grandes países: Estados Unidos y Canadá.

Si una lengua inicialmente no es transfronteriza por su situación geográfica, y/o por razones histórico-culturales, como son el caso del vietnamita y del japonés, con el devenir de los años se tiene menos chance de ser utilizada en los intercambios transfronterizos, y su uso queda fundamentalmente restringido al interior mismo de un determinado país, sin llegar nunca a ser lengua internacional. Por cierto hay notorias excepciones, y una de ellas es el idioma chino, lengua oficial en tres países, y por tanto lengua internacional aunque no lengua transfronteriza al considerar esos tres países (al no tener continuidad geográfica entre ellos): [1] Singapur que cuenta con 77 % de chinos en su población, [2] Taiwán, y [3] por cierto también China.

Las lenguas transfronterizas por lo general tienen muchos locutores de esa lengua materna en la zona fronteriza, y las excepciones son raras, pero cuando se dan, afectan a una lengua internacional transfronteriza.

El suajili por ejemplo es una excepción en sí misma, ya que es lengua materna para solamente 5 millones de personas sobre las costas de Kenia y de Tanzania, pero también utilizada como lingua franca y lengua transfronteriza en once fronteras trasnacionales, donde concentra 55 millones de locutores. En efecto, el swahili es utilizado como lengua de intercambio entre Burundi y la República popular democrática del Congo, pero además, a pesar del pequeño territorio cubierto fundamentalmente por locutores unilingüe-maternos, supo en su momento mestizarse con el árabe, transformándose así en una trascendente lengua de comunicación entre muchos pueblos africanos.

Una lengua fronteriza sin duda siempre es una lengua internacional (al menos entre dos naciones, y quizás más), pero una lengua calificada como de internacional no necesariamente es una lengua transfronteriza. Ejemplo de ello es el portugués, que sin duda debe ser calificado como internacional, pues es hablado en Angola, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Timor oriental, Santo Tomé y Príncipe, y Portugal, áreas geográficas que no tienen ninguna continuidad geográfica entre ellas. Ninguno de estos países comparten frontera.

La continuidad territorial de una lengua siempre debe ser tenida en cuenta, porque de una u otra forma provoca una diferenciación en el habla en la región fronteriza trasnacional. Una lengua transfronteriza se caracteriza por su aire geográfico y la repartición de sus locutores, y puede tener numerosas y diversas funciones a través de mecanismos sociales, culturales, y/o económico-comerciales, así como funciones de tipo político, refugio, contrabando y tráfico de sustancias ilegales, manipulaciones político-partidarias, etc. Si una determinada lengua es hablada en dos diferentes países que no tienen continuidad territorial, como es el caso del francés de Canadá y de Francia, es preferible calificar esta particular situación lingüística como la correspondiente a una « lengua internacional» o una « lengua común». El francés es en sí misma una lengua transfronteriza, en la frontera común entre Francia con por ejemplo Bélgica, Luxemburgo, Mónaco, y Suiza, y en alguna medida también con Italia en la zona de Valle d'Aosta.

El control de bienes y de personas en una frontera rígida, implementado por una determinada nación (la aduana, la policía, los puestos militares, etc), son como símbolos de soberanía nacional, y efectivos medios para regularizar y controlar y administrar, aunque en muchos casos son percibidos como vallas a la circulación de gente y de mercancía, y/o fosos de separación o de alienación, para las gentes que viven de ambos lados de la frontera.[13]

Frecuentemente hay una identidad etnolingüística fundamental (o al menos cultural) a través de fronteras arbitrarias, la que muy frecuentemente tiende a ser ignorada por parte de las naciones concernidas y sus respectivos funcionarios. Los sentimientos negativos y los rencores manifestados por integrantes de un mismo pueblo dividido arbitrariamente por una frontera político-administrativa, se manifiesta en un reforzamiento de las redes sociales-comerciales-culturales al interior de dicho pueblo o de los grupos en ese tipo de situación, así como la voluntad de esas personas de ignorar y repudiar esas fronteras en todo lo posible.

En consecuencia, allí donde existen fronteras entre naciones, dos tipos de nacionalismos se manifiestan: (A) o bien un nacionalismo etnolingüístico fundamental, facilitado por el quiebre o corte de una lengua (transfronteriza) común, símbolo y marca de identidad; (B) o bien los nacionalismos políticos que se corresponden con los idearios de nación que se encuentran involucrados con la línea fronteriza.

Los conflictos obviamente surgen cuando los sentimientos tradicionales y/o los intereses comunes son violados, por uno, u otro, o ambos nacionalismos superpuestos, y por consecuencia, las gentes son impulsadas a reaccionar conjuntamente y solidariamente. Las lenguas transfronterizas tienden a tener diferentes sistemas de comunicación para una misma lengua a diferentes lados de la frontera, no solamente expresiones diferentes y tonadillas diferentes sino incluso diferentes normas ortográficas, etc. Esto debe agregarse a los costos del LP (Language Planning), lo que en buena medida crea problemas un tanto forzados y artificiales entre los pueblos involucrados y entre las naciones involucradas (en materia de enseñanza, en los medios de difusión, etc).

Naturalmente existen diferentes niveles de comprensión de una lengua transfronteriza, según el locutor de que se trate y el dominio lingüístico alcanzado. Por ejemplo la lengua vascuence puede ser un caso a estudiar, y algo similar también puede desarrollarse con muchas otras lenguas transfronterizas típicas, o sea, aquellas que son o se dicen « internacionales limitadas». La lengua recién referida, también llamada euskara o euskera, es hablada en España y en Francia, y sus locutores pueden dividirse en cuatro grupos o categorías lingüísticas, según se detalla seguidamente.

Las diferentes lenguas juegan un rol importante en la difusión de las religiones. Las instituciones religiosas usan en prioridad las lenguas transfronterizas como verdaderas herramientas de propaganda, para convertir a un determinado grupo de personas en una cierta fe. Por ejemplo, muchas iglesias cristiana ayudan a evangelizar traduciendo la Biblia a un número cada vez creciente de idiomas; y asociaciones tales como el Summer Institute of Linguistics colaboran en esta tarea,[14]​ muy especialmente así ayudando a evangelizar muchos pueblos en África (léase: evangelización practicada por la Iglesia Kibangui en el área lingüística del kikongo,[15]​ 18 millones de locutores repartidos entre Angola, Gabón, y la zona oeste de los dos Congo). Hace ya más de un siglo, misioneros oblatos que vinieron al Congo, iniciaron su estadía aprendiendo esa lengua en Ipamu.[16][17]​ Las religiones jugaron y juegan un rol decisivo en los procesos de socialización y de integración regional, lo que desafortunadamente en muchos casos también ensancha el campo de los conflictos, y agrava las situaciones de crisis.pp

El rol económico de una lengua transfronteriza es el que más corrientemente es utilizado. L’économie d’un pays envers un autre oblige à l'utilisation d'une langue internationale et/ou transfrontalière car cela facilite les échanges. L'anglais joue un rôle majeur entre les relations des États-Unis avec le Canada, d'ailleurs, leurs liens économiques sont parmi les plus imbriqués au monde.[18]

La langue transfrontalière est un refuge. Nombreux sont les Basques qui se sont réfugiés en France durant les répressions franquistes. Nombreux sont les locuteurs Pachtos[19]​ qui traversent de chaque côté de la ligne Durand,[20]​ vont au Pakistan pour échapper à la misère, à la répression talibane ou américaine en Afghanistan. Toutes ces personnes parlant une langue transfrontalière échappent trop souvent aux recensements.

Le milieu politique dans de nombreux pays utilise les langues internationales la majeure partie du temps mais des langues transfrontalières sont utilisées de façon informelle ou officielle. Dans la résolution du conflit frontalier entre l'Éthiopie et l'Érythrée, les deux pays se sont mis d'accord pour que le tigrinya et l'arabe soient les langues de travail.

La culture est rarement dissociable du bagage linguistique qui l’accompagne. Il est facile pour un Belge flamand de pouvoir diffuser un livre ou film vers les Pays-Bas. Cette langue transfrontalière qu'est le néerlandais est un facilitateur d’échanges culturels et sociaux.

Le trafic ou la contrebande est très répandu chez les minorités linguistiques transfrontalières qui y trouvent un moyen de subsistance par des moyens illégaux. Le mohawk s'utilise quand des autochtones du Québec ou de l'Ontario traversent la frontière américaine sans problème puisque leur réserve est à cheval sur deux pays.

La manipulation des statistiques démographiques d'une langue transfrontalière menacée est chose courante. Il est intéressant de voir que certains pays ne prennent pas en compte de façon juste des populations ou un groupe linguistique différent pour les effacer du destin national. Le tibétain n’existe plus officiellement en chine, il doit être noyé au chinois mandarin. Aujourd’hui au Tibet, il y a plus de chinois hans que de tibétains de souche (7,5 millions versus 6 millions). Le chinois prend le dessus car le groupe ethnique des Hans de langue mandarine constitue 91 % de la population. Peu de chance que le tibétain survive dans son territoire linguistique actuel. Il est encore parlé au Cachemire indien.

El rol de asimilación lingüística de ciertas lenguas transfronterizas, con frecuencia asimétricas y consideradas importantes por el resto de la población del o de los países concernidos, en muchos casos prosiguen continuadamente su extensión en detrimento de otras lenguas menos prestigiosas en la zona y/o con menor repercusión internacional. Por ejemplo, a principios del siglo XX en Bélgica, se produjo un retroceso bastante importante del flamenco occidental en beneficio del francés, seguramente por causa del estatuto internacional de este último idioma.

Considerar las lenguas transfronterizas siguiendo las leyes y el posicionamiento de un país o de una nación reconocido/a internacionalmente, es la norma en casi todos los casos. Por ejemplo la lengua lunda[21][22]​ pertenece y se relaciona con un área geográfica precisa, que forma parte de tres países, Angola, Zambia, y República Democrática del Congo, tres países todos ellos reconocidos internacionalmente, así que esta lengua puede ser analizada desde tres diferentes ópticas. Pero por encima de todo, el lunda pertenece a un territorio lingüístico muy bien definido por la realidad del uso cotidiano de esa lengua. Y generalmente y en forma errónea, no se sigue esta línea natural de análisis sino que se hace el ejercicio inverso, o sea, se consideran las fronteras actuales entre naciones, y a partir de ellas es que se categorizan las lenguas y se determinan en particular las lenguas transfronterizas.

Tómese en cuenta que la existencia de una lengua transfronteriza no determina la existencia de un país ni marca parte de las fronteras del mismo, pues las cosas en realidad se pasan a la inversa. Una lengua obviamente está marcada por su propia historia lingüística-cultural pasada, y no tanto por acontecimientos de corte eminentemente político-administrativo de reciente data, impuestos por ejemplo por aplicación de una determinada política colonial y por acuerdos internacionales un tanto arbitrarios y artificiales. Sin embargo y en cuanto al porvenir o futuro de ciertas lenguas, la consideración de la característica fronteriza está marcando aquellas lenguas que tal vez tienen más probabilidades de sobrevivir.

El futuro de muchas lenguas, y especialmente de las que no pueden considerarse hoy día como internacionales (léase transfronterizas), por cierto es bastante incierto. Se estima que en los próximos cien años, y salvo que las políticas lingüísticas actuales cambien en forma radical, muy probablemente desaparecerán el 90 % de las 6700 lenguas que hoy día existen y son aplicadas en forma corriente para la comunicación humana. Así y digamos que por "selección natural", se determinará la sobrevida fundamentalmente de las lenguas transfronterizas en la mayoría de los países. Existen algunas herramientas, como por ejemplo la "Carta europea de las lenguas regionales o minoritarias",[23]​ que protegen las lenguas minoritarias por aplicación de la "política lingüística de la unión Europea" (pensada para contrarrestar el imperialismo lingüístico de las lenguas internacionales); consultar referencias:.[24][25]

Siguen todas las lenguas transfronterizas en el continente americano.



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