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Lev Tolstói



Lev Nikoláievich Tolstói (en ruso, Лев Николаевич Толстой, pronunciado /lʲɛf nʲɪkɐˈlaɪvʲɪtɕ tɐlˈstoj/, Acerca de este sonido escuchar ,[nota 1]​ también conocido en español como León Tolstói; Yásnaia Poliana, Tula, Rusia; 28 de agostojul./ 9 de septiembre de 1828greg.- Astápovo, en la actualidad Lev Tolstói, provincia de Lípetsk, 7 de noviembrejul./ 20 de noviembre de 1910greg.), fue un novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.[1]​ Sus dos obras más famosas, Guerra y paz y Ana Karénina, están consideradas como la cúspide del realismo ruso, junto a obras de Fiódor Dostoyevski.[2]​ Recibió múltiples nominaciones para el Premio Nobel de Literatura todos los años de 1902 a 1906 y nominaciones para el Premio Nobel de la Paz en 1901, 1902 y 1910; el hecho de que nunca ganó es una gran controversia del premio Nobel.[3][4][5][6]

Nacido en una familia aristocrática rusa en 1828,[7]​ es mundialmente conocido por las novelas Guerra y paz (1869) y Anna Karénina (1877),[8]​ a menudo citadas como pináculos de ficción realista.[7]​ Primero alcanzó el éxito literario en su juventud con su trilogía semiautobiográfica, Infancia, Adolescencia y Juventud (1852-1856), y Relatos de Sebastopol (1855), basada en sus experiencias en la Guerra de Crimea. La ficción de Tolstói incluye docenas de cuentos y varias novelas como La muerte de Iván Ilich (1886), Felicidad conyugal (1859) y Hadji Murat (1912). También escribió obras de teatro y numerosos ensayos filosóficos.

En la década de 1870, Tolstói experimentó una profunda crisis moral, seguida de lo que consideraba un despertar espiritual igualmente profundo, como se describe en su obra de no ficción Una confesión (1882). Su interpretación literal de las enseñanzas éticas de Jesús, centrada en el Sermón del Monte, lo convirtió en un ferviente anarquista cristiano y pacifista.[7]​ Sus ideas sobre la «no violencia activa», expresadas en libros como El reino de Dios está en vosotros, tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi[9]​ y Martin Luther King.[10]​ Tolstói también se convirtió en un defensor dedicado del georgismo, la filosofía económica de Henry George, que incorporó a sus escritos, particularmente en Resurrección (1899).

Tolstói nació en Yásnaya Poliana, la finca que poseía su familia en la región de Tula (Rusia). Los Tolstói eran una conocida familia de la antigua nobleza rusa. León fue el cuarto de los cinco hijos del conde Nikolái Ilich Tolstói y la condesa Maríya Tolstaya (Volkónskaya). En 1844, comenzó a estudiar Derecho y Lenguas Orientales en la Universidad de Kazán, pero pronto abandonó sus estudios y regresó a Yásnaya Poliana, para luego pasar gran parte de su tiempo entre Moscú y San Petersburgo.[11]

Durante este periodo de su vida, su intención fue buscar un empleo o un casamiento conveniente. En aquel período de indecisiones, acosado de deudas contraídas en el juego, se declara la Guerra de Crimea y su hermano Nikolái, el teniente de artillería, lo insta a ir con él al Cáucaso, en el Valle del Térek. Al llegar a la stanitsa, Tolstói se desilusiona y se arrepiente de su viaje. Pocos días después, acompaña a su hermano que debía escoltar un convoy de enfermos, hasta el fuerte de Stary-Yurt. Cruzan las fuentes termales de Goriachevodsk donde Tolstói, algo reumático, aprovecha para tomar baños termales y donde conoce a la cosaca Márenka, idilio que reaparece en su novela Los cosacos.

Tolstói no pertenecía al ejército, pero en una de las campañas de la Guerra de Crimea, el comandante, príncipe Aleksandr Bariátinski, repara en él y tras unos exámenes Tolstói ingresa a la brigada de artillería, en la misma batería que su hermano, como suboficial. Tiempo después consigue permiso para una cura reumática en las aguas termales en Piatigorsk, donde, aburrido de pasar largas horas encerrado en su habitación, se dedica a la escritura. El 2 de julio de 1852, termina Infancia y fruto de su estancia escribe La tala del bosque y los Relatos de Sebastópol.

Poco después de ser testigo del sitio de Sebastópol, donde los muertos y heridos en combate o por enfermedad alcanzaron el número de 102 000,[12]​ se reintegró a la frívola vida de San Petersburgo, sintiendo un gran vacío e inutilidad.

Adscrito a la corriente realista, intentó reflejar fielmente la sociedad en la que vivía.

La novela Los cosacos (1863) describe la vida de este pueblo.

Anna Karénina (1877) cuenta las historias paralelas de una mujer atrapada en las convenciones sociales y un terrateniente filósofo, Liovin, que intenta mejorar las vidas de sus siervos (apellido derivado del nombre Liova, el diminutivo de Lev; así es como llamaba en privado a Tolstói su esposa Sofía Behrs).

Guerra y paz es una monumental obra en la que se describen cientos de distintos personajes durante la invasión napoleónica.

Tolstói tuvo una importante influencia en el desarrollo del movimiento anarquista, concretamente, como filósofo de la corriente anarquista cristiana y anarcopacifista. El teórico anarquista ruso Piotr Kropotkin lo citó en el artículo Anarquismo de la Enciclopedia Británica de 1911.

Entusiasta lector del Ensayo sobre la desobediencia civil del pensador estadounidense Henry David Thoreau, envió a un periódico hindú un escrito titulado Carta a un hindú que desembocó en un breve intercambio epistolar con Mahatma Gandhi, por entonces en Sudáfrica, lo que influyó profundamente el pensamiento de este último en el concepto de resistencia no violenta, un punto central de la visión del cristianismo de Tolstói. En septiembre de 1910, dos meses antes de su muerte, le escribió en el sentido de aplicar la «no resistencia», ya que «la práctica de la violencia no es compatible con el amor como ley fundamental de la vida», principio que fue capital en el desarrollo posterior de la satyagraha del hindú. También mantuvo correspondencia con George Bernard Shaw, Rainer Maria Rilke y el zar Nicolás II de Rusia, entre otros. Su epistolario forma un corpus de unas 10 000 cartas conservadas en el Museo Tolstói de Moscú.[13]

León Tolstói fue defensor del esperanto,[14]​ y en sus últimos años, tras varias crisis espirituales, se convirtió en una persona profundamente religiosa y altruista, rechazó toda su obra literaria anterior y criticó a las instituciones eclesiásticas en Resurrección, lo que provocó su excomunión. Ni siquiera una epístola celebérrima, la que le envió su amigo Iván Turguénev en su lecho de muerte para pedirle que regresara a la literatura, hizo que cambiara de opinión.

Fue precursor de lo que poco después se denominaría naturismo. Tolstói escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amándonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos. Prueba de su vegetarianismo son múltiples citas suyas, entre las que destacan:

Tolstói dio origen al denominado Movimiento tolstoyano. Tras ver la contradicción de su vivir cotidiano con su ideología, Tolstói decidió dejar los lujos y mezclarse con los campesinos de Yásnaia Poliana, donde él se crio y vivió. No obstante, no obligó a su familia a que lo siguiese y continuó viviendo junto a ellos en una gran parcela, lugar al cual con frecuencia solo llegaba a dormir, gastando la mayor parte del día en el oficio de zapatero. Fundó en la aldea una escuela para los hijos de los campesinos y se hizo su profesor, autor y editor de los libros de texto que estudiaban. Impartía módulos de gimnasia y prefería el jardín para dar clases. Creó para ello una pedagogía particular cuyos principios instruían en el respeto a ellos mismos y a sus semejantes.

Tolstói murió en 1910 a la edad de 82 años. Murió de una neumonía[15]​ en la estación ferroviaria de Astápovo (actualmente, Lev Tolstói en la óblast de Lípetsk), después de caer enfermo cuando abandonó su casa a mediados de invierno. Su muerte llegó luego de huir del estilo de vida aristocrático y separarse de su esposa.[16]​ Tolstói había intentado renunciar a sus propiedades en favor de los pobres, aunque su familia, en especial su esposa, Sofía Behrs, lo impidió. Este fue uno de los motivos por los que Tolstói había decidido abandonar su hogar.

Entre sus últimas palabras se oyeron estas:

[cita requerida].

La policía restringió el acceso a su funeral, pero miles de personas se unieron a la procesión; muchas de ellas, sin saber acerca de los logros como autor que Tolstói había alcanzado. Sus restos mortales yacen en su casa en Yásnaia Poliana.

Como anécdota, el 26 de diciembre de 1941, el general alemán del 2.° cuerpo panzer de blindados, Heinz Guderian usó su finca en Yásnaia Poliana como cuartel general durante el avance hacia Moscú y, según él mismo, tuvo que desactivar los dispositivos de autodestrucción de la casa y de la propia tumba de Tolstói colocados por órdenes de Stalin, antes de poder ocuparla, salvando los restos de la destrucción.[cita requerida]

Sin embargo, otras fuentes, en especial las soviéticas, han publicado material gráfico que muestra que los alemanes destruyeron parte de las propiedades y obras de arte de la finca.[cita requerida]

Las Obras completas de Tolstói fueron publicadas entre 1928 y 1958. Se trata de 90 tomos, cuyos últimos 32 volúmenes recogen la correspondencia del conde. Esta edición no es fiable: la censura soviética consideró «políticamente incorrectos» muchos pasajes. Por eso es preciso consultar los manuscritos originales en el Museo Tolstói de Moscú.

Biográficas

Más para ver:

Retrato de León Tolstói. 1873.
I. Kramskói

Retrato de León Tolstói. 1884.
N. Gue

Retrato de León Tolstói. 1887.
I. Repin

León Tolstói arando. 1887.
I. Repin

León Tolstói descansando en el bosque. 1891.
I. Repin

León Tolstói descalzo. 1901.
I. Repin

León Tolstói, en la orilla de la laguna en Yásnaia. 1907.
M. Nésterov

León Tolstói, en la colección de Yásnaia Poliana. 1910.
V. Meshkov



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