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Vegetarianismo



El vegetarianismo, también conocido como vegetarismo,[1]​ es el régimen alimentario que tiene como principio dejar de consumir cualquier tipo de carne (incluyendo la carne de pescado). Con frecuencia, la dieta vegetariana no se reduce únicamente a la nutrición, ya que es probable que también se adopte una actitud y un estilo de vida que rechaza otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana.

Dentro de la práctica vegetariana hay distintos tipos y grados. Quienes no admiten ninguna ingesta de productos derivados de los animales (como el huevo, los lácteos o la miel de las abejas) son denominados veganos, vegetarianos estrictos o vegetarianos puros. Aquellos que sí consumen leche se conocen como lactovegetarianos, aquellos que consumen huevos son denominados ovovegetarianos, si consumen ambos productos, ovolactovegetarianos, quienes ni se alimentan de nada animal ni usan productos provenientes o testados en ellos, se denominan veganos. Finalmente quienes solo se alimentan de fruta practican el frugivorismo. En la dieta vegetariana sí se acepta la cocción de los alimentos y el consumo de productos refinados (los más comunes son el azúcar y la harina), además de pastas blancas, frituras y alimentos en conserva o a los que se le han añadido colorantes o conservantes. Esto lo diferencia de otros tipos de dietas, como la macrobiótica y la naturista.

Algunas características de la dietas vegetarianas, como el bajo aporte de vitamina B12 y ácido graso omega 3, y la elevada proporción de ácido graso omega 6 con respecto al omega 3, pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.[2]​ En el caso de los lactantes y niños, dadas las limitaciones nutricionales de estas dietas, se debe vigilar el aporte de energía y ciertos nutrientes (calcio y vitaminas D y B12).[2]​ Un meta-análisis realizado por Bella et al. en 2016 señaló que la eliminación completa de las proteínas animales no muestra ningún efecto en la disminución de cáncer de mama, colorrectal y de próstata.[3]​ La vitamina B12, una de las vitaminas esenciales para el ser humano, proviene de los suelos donde se cultiva y de los cuales pastan los animales. En la actualidad los suelos han sido demasiado explotados y la mayor parte del ganado consume otro tipo de alimentación procesada, por lo que la vitamina B12 ya no es encontrada de forma natural el los suelos. Como consecuencia al ganado se le es suministrada, de esta forma llega al ser humano y ese el motivo por lo que los vegetarianos debe suplementarlo.[4][5]​ Su deficiencia puede provocar trastornos neurológicos, alteraciones vasculares tempranas y un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la ateroesclerosis, entre otros.[4][6]​ La única forma de evitar esta deficiencia en personas que hacen dietas vegetarianas es mediante la toma regular de suplementos o alimentos fortificados con esta vitamina.[4][7]

Los motivos que los vegetarianos aducen para justificar su dieta varían. Algunos se abstienen de ingerir carne por consideraciones de salud. Otros lo hacen por preocupación por el medio ambiente. Están también quienes se oponen al consumo de productos de origen animal por razones éticas, así como aquellos que lo hacen sobre la base de motivos de índole religiosa (por ejemplo hindúes o budistas).

La dieta vegetariana por motivaciones éticas está relacionada con la defensa de los derechos de los animales. Las personas que dejan a un lado el especismo se denominan antiespecistas, y si no utilizan animales en sus vidas cotidianas, directa o indirectamente, son llamadas veganas. Este tipo de vegetarianos consideran reprochable la muerte del animal, y sobre todo su maltrato y explotación o especulación como bien, con el único fin de producir productos para el consumo humano.

De este modo, los vegetarianos estiman que el consumo de carne es producto de una elección voluntaria y por lo tanto puede ser rechazada y aun así llevar una dieta saludable.[9]

Además, consideran que el alimento que se dedica a engordar a los animales destinados a la alimentación podría alcanzar para alimentar a todas las personas del mundo. Según la revista estadounidense PETA, en EE. UU., el 80 % del maíz y el 95 % de la avena que se cultivan son destinados al alimento de ganado.[10]

En este sentido, la dieta vegetariana no puede contemplarse solo en términos de nutrición, sino que también conforma una actitud y estilo de vida, ya que es probable que un vegetariano rechace otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana al igual que puede tender a apoyar su dieta alimenticia por razones ecológicas y naturalistas. Los hindúes y budistas más estrictos, ni qué decir los jainistas estrictos reprueban el consumo de animales, en parte por seguir la sabia normativa de la ahimsa (no violencia) ya que, como el cristianismo preconizado por Francisco de Asís todos los seres son hermanos y deben ser solidarios; sin embargo pese a ello, cuando las situaciones extremas (por ejemplo la hambruna entre los humanos) algunos hindúes y buddhistas o budistas aceptan el consumo de pescado siempre y cuando esos pescados por naturaleza no críen a su prole, tal cual lo ha expresado Indra Devi en los 1980 de Argentina explicación que va para todo el mundo.[11]

La postura de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos y de la Asociación de Dietistas de Canadá, publicada en 2003, sostiene que las dietas vegetarianas correctamente planificadas son saludables, nutricionalmente adecuadas, se asocian con tasas más bajas de diabetes tipo 2 y ayudan a disminuir los niveles de colesterol y la presión sanguínea.[2]

Si bien se ha atribuido a las dietas vegetarianas la capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares, en los estudios se han empleado dietas muy bajas en grasa acompañadas de cambios saludables en el estilo de vida, lo cual son factores de confusión que impiden extraer conclusiones válidas.[2]​ Al contrario, algunas características de la dietas vegetarianas, como el bajo aporte de vitamina B12 y ácido graso omega 3, y la elevada proporción de ácido graso omega 6 con respecto al omega 3, pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.[2]

Las dietas vegetarianas no protegen contra el desarrollo de osteoporosis.[2]

Un metaanálisis de 2016 concluye que la eliminación completa de las proteínas animales no ejerce ningún efecto beneficioso sobre la salud. Al contrario, las dietas vegetarianas que permiten el consumo de pescado o aquellas que reducen, pero no excluyen, la carne ni el pescado, se asocian con un menor riesgo de desarrollo de cáncer de colon. Las dietas vegetarianas no protegen contra el cáncer de mama, el cáncer de colon, ni el cáncer de próstata.[3]

Las dietas veganas, lactovegetarianas y ovolactovegetarianas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluyendo el embarazo y la lactancia; adecuadamente planificadas satisfacen las necesidades nutritivas de los bebés, los niños y los adolescentes, y promueven un crecimiento normal.[2]​ En el caso de los lactantes y niños, dadas las limitaciones nutricionales de estas dietas, se debe vigilar el aporte de energía y ciertos nutrientes (calcio y vitaminas D y B12).[2]​ Algunas evidencias demuestran que los niños que siguen dietas veganas son en general más pequeños, aunque pueden estar dentro de los límites de la normalidad.[2]

Actualmente existe controversia en torno a los ácidos docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA), dos de los componentes de los ácidos grasos omega-3. Estos componentes existen en el pescado y en la carne, pero no se encuentran en productos de origen vegetal, salvo en determinadas algas,[12]​ y en el aceite de inca inchi o sacha inchi (Plukenetia volubilis L.), proveniente de la Amazonia.[13]

El organismo es capaz de sintetizar DHA a través de la conversión del ácido alfa-linolénico (ALA), otro ácido graso omega-3 más fácil de obtener en una dieta vegetariana, pues se encuentra en diversos alimentos (como el aceite de lino y las nueces). La cantidad diaria recomendada de DHA es de 220 mg,[14]​ un nivel que no es alcanzado en la mayoría de países, ni siquiera por las personas que no son vegetarianas.[cita requerida]

Como solución para conseguir niveles recomendados de DHA en el marco de una dieta vegetariana se han recomendado dos posibilidades:[15]

Un nivel bajo de DHA se relaciona con deficiencia subclínica, que puede dar lugar a enfermedades cardiovasculares, desórdenes inflamatorios, enfermedades mentales y psiquiátricas y neurodesarrollo subóptimo. Por el contrario, un suplemento de DHA, estudiado en pruebas controladas aleatorias, muestra mejoría en el neurodesarrollo neonatal, salud cardiovascular y menor presión sanguínea al final de la vida.[cita requerida]

Un error común es pensar que la carne se puede reemplazar sin problemas por huevos y productos lácteos.[4]​ La vitamina B12, una de las vitaminas esenciales para el ser humano, solo se encuentra en cantidades suficientes en la carne, principalmente en la carne de rumiantes.[4][5]​ La deficiencia de vitamina B12 puede provocar trastornos neurológicos, alteraciones vasculares tempranas y un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la ateroesclerosis, entre otros.[4][6]​ La única forma de evitar esta deficiencia en personas que hacen dietas vegetarianas es mediante la toma regular de suplementos o alimentos fortificados con esta vitamina.[4][7]

Hay quienes son vegetarianos por motivos ecológicos y les preocupa el estado actual del medio ambiente en el mundo. Por una parte, este tipo de vegetarianos consideran que, al ser los recursos naturales limitados, se ahorra si el ser humano se alimenta directamente de los vegetales, en lugar de utilizarlos como comida para los animales. Por otra parte, estos vegetarianos señalan a las formas de ganadería extensiva e intensiva entre las principales causas de la degradación de la Tierra. Según recientes estudios,[16]​ el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero que la industria del transporte, y por tanto sería uno de los principales impulsores del cambio climático global. Asimismo, es una de las principales causas de la deforestación (como la de América del Sur) y de la degradación del suelo y del agua.

Según la revista estadounidense PETA, un informe de la ONU afirmaría que la industria de la carne generaría un 40 % más de gases de efecto invernadero que todos los coches, camiones, barcos y aviones del mundo juntos.[17]

En octubre de 2009, Nicholas Stern, autor del Informe Stern sobre la economía del cambio climático, afirmó en una entrevista exclusiva al diario británico The Times que la única vía para salvar el mundo es que todo el planeta se haga vegetariano.[18][19]

Un estudio de 2017 encontró que las dietas vegetarianas y veganas tienen en promedio un menor impacto ambiental que las dietas omnívoras.[20]

Algunas personas religiosas, como los hinduistas, los budistas, los jainistas,[21]​ o los adventistas[22]​ promueven el vegetarianismo, como un estilo de vida.

La mayor concentración de vegetarianos se da en la India, donde aproximadamente el 80 % de la gente es hindú. Allí, la vaca es considerada un animal sagrado y digno de veneración, por lo cual no puede ser sacrificada para alimentación.

Los textos del hinduismo condenan el sacrificio de otros animales y el consumo de su carne.[23]

En el budismo, algunos de los textos donde mejor se ilustra la recomendación de ser vegetarianos es en los jataka, del que se extrae que matar un animal no humano es lo mismo que matar a un ser humano, puesto que todos hemos sido otro tipo de animales en vidas anteriores.

Los jainas también practican un tipo de vegetarianismo (mucho más estricto que el de las otras religiones).

Por su parte, algunas fracciones del cristianismo, como la Iglesia Adventista del Séptimo Día mantienen una tendencia hacia el vegetarianismo; aunque la Iglesia anglicana y la Iglesia católica suponen que los animales fueron creados para ser usados por los humanos.[24]

Por otra parte, a finales del siglo {{Versalita algunos grupos de cristianos no comían carne pues pensaban que Jesucristo tenía como misión final acabar con la matanza de animales no humanos,[cita requerida] y actualmente algunos movimientos cristianos toman el vegetarianismo y el respeto a los animales como parte de su doctrina.[25][26]

Asimismo, en la Biblia existen algunas citas que pueden interpretarse con una tendencia vegetariana. Por ejemplo, en las profecías de Isaías se muestra un futuro que donde los animales conviven en armonía con las personas, de manera similar a lo planteado en el Génesis:[27]

Ahora bien, en el Nuevo Testamento se recomienda no comer carne, si molesta a tu hermano:

Sin embargo, en la Biblia se encuentran muchos versículos que alientan el consumo de la carne:

La Iglesia católica prohíbe el consumo de carnes (rojas y blancas) el miércoles de Ceniza, los viernes de Cuaresma, y el Viernes Santo. Debido a que en estos días los católicos solamente pueden consumir vegetales (frutas y verduras); sin embargo, también pueden consumir animales acuáticos (pescados y mariscos), así como también otros productos de origen animal como los huevos, la leche y la miel.

Dentro de la práctica vegetariana hay distintos tipos y grados. Quienes no admiten ninguna ingesta de productos derivados de los animales (como el huevo, los lácteos o la miel de las abejas) son denominados veganos, vegetarianos estrictos o vegetarianos puros. Aquellos que sí consumen leche se conocen como lactovegetarianos, aquellos que consumen huevos son denominados ovovegetarianos, si consumen ambos productos, ovolactovegetarianos, quienes ni se alimentan de nada animal ni usan productos provenientes o testados en ellos, se denominan veganos. Finalmente quienes solo se alimentan de fruta practican el frugivorismo.

En la dieta vegetariana sí se acepta la cocción de los alimentos y el consumo de productos refinados (los más comunes son el azúcar y la harina), además de pastas blancas, frituras y alimentos en conserva o a los que se le han añadido colorantes o conservantes. Esto lo diferencia de otros tipos de dietas, como la macrobiótica y la naturista.

La siguiente tabla resume las principales variantes del vegetarianismo:

El ovolactovegetarianismo es una dieta que excluye la carne y el pescado, pero que a diferencia de dietas más restrictivas como el veganismo, incluye huevos y productos lácteos —es decir leche y sus derivados, como el queso y la mantequilla— además de los alimentos vegetales como cereales, legumbres, setas, frutas, verduras, etc.

El lactovegetarianismo es una dieta vegetariana que además de excluir la carne y el pescado, excluye los huevos, pero a diferencia de dietas más restrictivas como el veganismo, incluye productos lácteos —es decir leche y sus derivados, como el queso y la mantequilla— además de los alimentos vegetales como cereales, legumbres, setas, frutas, verduras, etc.

La mayoría de vegetarianos de la India y aquellos provenientes del Mediterráneo (como los pitagóricos) son en efecto lactovegetarianos siendo estos los primeros vegetarianos en aparecer y crear esta dieta de la cual derivan las demás dietas vegetarianas. Esta dieta es popular entre muchos seguidores de tradiciones religiosas, tales como los jainistas, hinduistas y budistas. También ha sido popularizada internacionalmente desde los años 60 por la Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna. Según ciertas fuentes, la proporción más grande de lactovegetarianos está en la India y en la zona este mediterránea.

El ovovegetarianismo es una dieta vegetariana que además de excluir la carne y el pescado, excluye los lácteos —es decir leche y sus derivados, como el queso y la mantequilla— pero a diferencia de dietas más restrictivas como el veganismo, incluye huevos y sus derivados (de ahí el prefijo ovo-), además de los alimentos vegetales como cereales, legumbres, setas, frutas, verduras, etc.

El veganismo, del inglés veganism,[28]​ es la abstención del uso de productos de origen animal en la alimentación, en conjunto con una filosofía que rechaza concebir a los animales como mercancías, ya sea para vestimenta, medicamentos, cosméticos, transporte, experimentación, ayuda en el trabajo o entretenimiento.[29][30][31][32][33][34]​ El veganismo es definido como una postura ética,[29][35][36]​ como una ideología,[37][38][39][40][41][42][43]​ y por algunos detractores como una secta.[44][45][46][47]​ A quienes practican el veganismo se les llama veganos.[48]

Los fundamentos del veganismo incluyen argumentos éticos, ambientales, de salud y humanitarios. Los principales productos y servicios excluidos en el veganismo son: carne, huevo, miel, leche y derivados (como el queso o yogur); cuero, lana y pieles; cosméticos y medicamentos probados en animales; y además rechazan el uso de animales en zoológicos, acuarios, circos, como animales de tiro, etc.

Como resultado de la eliminación de todos los productos de origen animal, las dietas veganas pueden provocar ciertas carencias nutricionales, algunas graves,[49][50][51]​ que solo se pueden prevenir con la adición de alimentos fortificados o la toma regular de suplementos dietéticos,[51][52][53][52]​ para lo cual es esencial una educación y evaluación personalizada por parte de los profesionales en nutrición.[50][54][55]​ Una parte de los nutricionistas consideran que las dietas veganas —bien planificadas— son apropiadas para todas las etapas de la vida,[50][56][57][58][59][60][61][62]​ pero otros no las recomiendan en lactantes,[63][64]​ niños,[63][64][65]​ adolescentes,[63]​ ancianos,[65]​ embarazadas o madres durante la lactancia.[63][65]

La gastronomía vegetariana es aquella que utiliza ingredientes que cumplen los criterios vegetariano, excluyendo la carne. Para el ovolactovegetarianismo (el tipo más común de vegetarianismo de Occidente) están permitidos los huevos y los productos lácteos, tales como la leche y el queso. Las formas más estrictas de vegetarianismo son el veganismo y el frugivorismo, que excluyen todos los productos animales, incluyendo los productos lácteos y la miel, e incluso algunos azúcares refinados que se filtran y blanquean con carbón de hueso.

Los alimentos vegetarianos se pueden clasificar en varios tipos:

La historia del vegetarianismo y sus variantes (veganismo, semivegetarianismo, etc.), como concepto y práctica entre un número significativo de personas, comienza en la antigua India,[71][72][73]​ especialmente entre los jainas[74]​ y en particular en el norte y oeste.[75]​ Tiempo después aparece en las antiguas civilizaciones griegas en el sur de Italia y Grecia.[76]​ En ambos casos, la dieta estaba estrechamente relacionada con la idea de la no violencia hacia los animales (llamada ahimsa en India) y fue promovida por grupos religiosos y filósofos.[77]

A nivel mundial, el VRG (Vegetarian Resource Group) realizó una encuesta en 2006 que estimaba que el 6.7 % de la población mundial es vegetariana.[83]

El término inglés vegetarian se comenzó a utilizar en el siglo XIX para referir a quienes evitaban consumir carne. El Diccionario Oxford de la lengua inglesa atribuye el primer uso conocido a la actriz Fanny Kemble (1809-1893) quien la utilizó en un escrito de 1839 que fue publicado en 1863.[91]​ Las palabras «vegetariano» y «vegetarianismo» aparecieron con la primera asociación vegetariana del mundo, la Vegetarian Society, fundada el 30 de septiembre de 1847 en Mánchester; por lo que antes de esa fecha tales palabras no aparecen en ningún escrito y a falta de ellas se habla de «dieta vegetal» o «dieta pitagórica» (debido a que los seguidores de Pitágoras seguían dietas vegetarianas).[92]



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