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Liber de causis



El Liber de causis (Libro de las causas, también conocido como Liber de bonitate pura) es una colección de treinta y dos proposiciones neoplatónicas, reunidas en una obra atribuida erróneamente a Aristóteles. Llegó a ser muy conocido en la Edad Media, primero en los países árabes e islámicos y luego en el Occidente. La identidad del verdadero autor es un misterio, pero la mayor parte del contenido está tomada de los Elementos de teología de Proclo. Esto lo sostuvo por primera vez Santo Tomás de Aquino,[1]​ a quien siguió Guillermo de Moerbeke en su traducción de las obras de Proclo al latín.

El título original en lengua árabe fue Kitāb ul-īḍāḥ li-Arisţūţālis fi'l-khayri'l-maḥd, «El libro de la explicación de Aristóteles sobre la bondad pura». El título Liber de causis comenzó a usarse a partir de la traducción latina de Gerardo de Cremona.

La obra trata sobre los primeros principios de la realidad. En concreto sobre las primeras causas, su modo propio de ser y su relación entre ellas. Lo que hace del texto una lectura difícil es la manera que tiene de nombrar las causas. Son tres, «omne esse superius aut est superius aeternitate et ante ipsam, aut est cum aeternitate, aut est post aeternitatem et supra tempus» (Liber de Causis, II. 19). El ser superior a la eternidad es la Causa Primera, Dios; el ser con la eternidad es la inteligencia; el ser que viene después de la eternidad, pero que está sobre el tiempo porque en cierto sentido él causa el tiempo, en cuanto causa del movimiento, es el alma. Es un esquema típicamente neoplatónico; de hecho, es la división que Plotino hace del universo. En esto el libro se aparta del pensamiento de Proclo.

Se han dado diversas opiniones ya durante la Edad Media aunque la mayoría atribuían el texto a Aristóteles, al menos hasta el comentario de Tomás de Aquino. Las opiniones serían las siguientes:

En general, algunos creen que proviene de una tradición latina de la escuela de Toledo, otros que se trata de textos del ambiente filosófico persa (con Alfarabi a la cabeza). Y es que buena parte de la filosofía plotiniana había llegado a manos árabes que hicieron de ella una síntesis propia adjudicándola a Aristóteles. Este conjunto de escritos, conocido como Plotiniana arabica, podría haber sido elaborado por un filósofo persa llamado Al Himsi.[7]​ Lo cierto es que buena parte del texto del Liber de causis puede ser reconducido al Elementatio theologica de Proclo aun cuando ciertas ideas más bien sean de ambiente plotiniano, cosa que probablemente descubrió Tomás de Aquino pero que no desarrolla críticamente en su comentario, ya que parece no ver que el pensamiento de Proclo difiere del de Plotino, aunque ambos sean platónicos. Y es que una prueba más del origen árabe del texto es que aquellos aspectos donde se aleja de la Elementatio le permiten sostener un monoteísmo de fondo.

Durante la década de 1230, el Liber de causis todavía era relativamente poco conocido y apenas comentado por algunos: Alain de Lille, maestro en París en torno a 1194 y muerto en el 1203, Alejandro de Hales y Rolando de Cremona lo comentarán abundantemente en la década de 1220-1230. Pero ya en 1255 el Liber será introducido como lectura obligatoria oficial en la universidad de París. Entre los comentadores del siglo XIII estarán Roger Bacon, Enrique de Gante, Siger de Brabant, Egidio Romano y Alberto Magno.[8]​ Será Bacon, en su comentario con forma de quaestio, quien haga la primera distinción entre el autor de las proposiciones y el del comentario como si de dos personas distintas se tratara.




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