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Luis Esteso López de Haro



Luis Esteso y López de Haro (San Clemente, 1881-Madrid, 1928) fue un actor, comediógrafo, humorista y escritor español, padre de la actriz y cupletista Luisita Esteso.

Nació en 1881 en San Clemente (provincia de Cuenca), hijo de un guarnicionero en cuyo taller empezó a trabajar hasta los catorce años. A esa edad fue recibido como aprendiz en una mercería de Campo de Criptana (Ciudad Real) y luego trabajó como dependiente u "hortera", en la lengua de la época, en Valdepeñas (Ciudad Real). Entonces empezó a formarse como un voraz lector autodidacta y a hacer versos que acompañaba a la guitarra. El dueño lo echó de la tienda y volvió a San Clemente, donde su padre viudo se había casado por segunda vez; hizo el servicio militar en Barcelona y allí estrenó con éxito su primera pieza teatral.

Tras volver a San Clemente decidió probar suerte como poeta y actor en Madrid, donde hizo monólogos cómicos en la barraca cómico-lírica de Chamberí, calle Luchana llamada Molino Rojo, con algún éxito. Allí debutó en septiembre de 1901 con el monólogo "Un hortera cómico" Y publicó sus versos en el volumen titulado El palacio de las Musas (1901, 2ª edición en 1911). Madrid Cómico esbozó entonces una corta semblanza de este autor, que recoge con otras en su autobiografía.[1]​ Recorrió medio país como cómico ambulante recitando monólogos en los espectáculos en que se proyectaban películas en los pueblos que carecían de cine. Enfermó gravemente en Valencia y, recuperado, volvió a Madrid para consagrarse al teatro como actor, viviendo mucho tiempo la miseria y la bohemia de esos tiempos; hasta que lo contrataron en el Teatro Barbieri y estrenó con éxito su entremés La influencia del tango (1907), que le abrió crédito para estrenar luego el sainete La pobre Dolores (1907) y otras piezas cómicas bien acogidas, interpretando en ellas alguno de los principales papeles.

Luego dirigió una compañía de zarzuela que actuó con poca fortuna, así que decidió consagrarse solo a los monólogos cómicos. El público de Cartagena lo bautizó como El rey del hambre y de la risa y en su periódico El Porvenir publicaron otra reseña biográfica. Tuvo un gran éxito con su zarzuela La loca (1908) y alguna otra más, pero el pateo de La demanda del terror le hizo decidirse a escribir ya solamente los monólogos que él mismo representara, y le fue muy bien en Barcelona, Bilbao, Gijón, Santander, Vigo, Orense, Valencia, Alicante, Murcia, Cartagena, Madrid y Zaragoza, y otras poblaciones menos importantes. Julio Cejador y Frauca escribió sobre él en su Historia de la lengua literatura castellana (1912), volumen XII:

Actor y autor cómico que compone y representa en varietés, es en sus piezas, todas gordas, bastante burdo y verde, como para su público; pero no carece de gracejo, de sal y pimienta y aun pimentón. El buen humor y chocarrería, el chiste, comúnmente de concepto o contraste más bien que de palabras, aunque de palabras otras veces y puro retruécano, hicieron asiento en su ingenio burlesco, reidor y bohemio, como su vida, que se la ha pasado recorriendo el mundo y haciendo reír al mundo todo. Cualidad ésta del buen humor, de la chunga y del chiste, tan de España que hasta no parece vinculada a la raza, puesto que, por lo común, no se trasparenta en los escritores americanos, demasiadamente seriotes y empaquetados. Esteso es un escritor sin hueras ufanías, que ha logrado su propósito de escritor: hacer reír. Podrán decir que llega en el chiste hasta la necedad; pero los mismos que lo digan no leerán dos párrafos suyos sin reír franca y desahogadamente. Agradezcamos al autor libros que nos desahogan, nos ponen la risa en los labios y nos hacen pensar que no todo es tristeza y melancolía en el mundo. Esteso es cómico de pies a cabeza, hombre y escritor amasado con elementos cómicos; y lo cómico es un ingrediente del arte literario. A nadie hace daño, a todos hace bien y los hace más hombres, puesto que sólo de los hombres es el reír.[2]

De gran popularidad en su época, trató con su pluma muchos géneros jocosos, en especial el monólogo, el chiste y el diálogo cómico (sobre todo con su esposa Polonia Herrero) que recopiló y editó en colecciones. Solo de chistes llegó a reunir unos seis mil, que fue publicando en varias antologías. Practicó asimismo la improvisación en diálogos con el público mientras las vedettes se cambiaban de ropa, improvisaciones que él llamaba "pasarelas" y desafiaban al público más asilvestrado que solo quería ver a mujeres semidesnudas; los demás cómicos imitaron este género de él.

También practicó la poesía, la novela y el teatro y escribió la letra de muchos cuplés. Como comediógrafo se entregó sobre todo a las piezas en un acto (juguete cómico, entremeses, sainetes), pero también más ocasionalmente al género chico o zarzuela y a la comedia. Notable erudito y bibliófilo, investigó y editó también a su costa a algunos clásicos españoles y recorrió toda España con sus espectáculos cómicos, experiencia que reflejó en su autobiográfico El nieto de don Quijote: Andanzas y correrías por algunos pueblos de España (1918). Ingenioso y de gran agilidad mental para los juegos de palabras, conocía bien los gustos de su público; su humor es intemporal, aunque posee toques de costumbrismo. Se hicieron famosas sus coplas sobre el Crimen de Cuenca. Alfredo Cabanillas lo llamó "actor de ingenio insuperable" en sus Memorias, y el experto en literatura de variedades Álvaro Retana lo alabó escribiendo que "su nombre procedería grabarlo con letras de oro en la historia del arte frívolo: escritor cultísimo, exhumador y editor de curiosas producciones clásicas, monologuista de ingenio y desenfado quevedescos..."[3]​ Fue muy amigo de César González-Ruano, quien lo cita elogiosamente en sus Memorias.

Estuvo casado con la actriz Polonia Herrero (La Cibeles). Fue padre de la actriz y cupletista Luisita Esteso (1906-1986) y tío-abuelo del actor Fernando Esteso (1945-).



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