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Martín de Riquer



¿Qué día cumple años Martín de Riquer?

Martín de Riquer cumple los años el 3 de mayo.


¿Qué día nació Martín de Riquer?

Martín de Riquer nació el día 3 de mayo de 1914.


¿Cuántos años tiene Martín de Riquer?

La edad actual es 110 años. Martín de Riquer cumplió 110 años el 3 de mayo de este año.


¿De qué signo es Martín de Riquer?

Martín de Riquer es del signo de Tauro.


¿Dónde nació Martín de Riquer?

Martín de Riquer nació en Barcelona.


Martín de Riquer y Morera, también Martí de Riquer i Morera, VIII conde de Casa Dávalos (Barcelona, 3 de mayo de 1914-ibídem, 17 de septiembre de 2013),[1]​ fue un medievalista español, doctor en Filología Románica y especialista en literatura trovadoresca.

Fue nieto del intelectual y artista Alexandre de Riquer. Indignado por la persecución religiosa en el bando republicano,[2]​ Martín de Riquer se pasó a los sublevados en 1937 y fue combatiente requeté durante la guerra civil española. Como miembro del Tercio de Montserrat, Martín de Riquer participó en la batalla del Ebro en el bando franquista. Una vez acabada la guerra ocupó cargos en la Delegación de Propaganda en la provincia de Barcelona y también ingresó en la Universidad de Barcelona en 1942 como profesor de Literatura Española y ayudando más tarde al represaliado Joan Petit a reincorporarse a la misma. Ya en 1940 se había acercado a las poesías de Bernart de Ventadorn, traduciéndolas y poniéndolas al alcance de un público culto, igual que hizo unos años más tarde con las albas provenzales (1944) y, con la edición de Cerverí de Girona (1947). La necesidad de textos y de otros materiales didácticos para sus estudiantes le llevó a traducir y comentar las poesías de los más destacados trovadores del siglo XII (1948) y a elaborar un Resumen de literatura provenzal trovadoresca (1948). En 1950 ganó por oposiciones la cátedra de Historia de las literaturas románicas y comentario estilístico de textos clásicos y modernos románicos en la Universidad de Barcelona. Por entonces inicia su correspondencia con el romanista Dámaso Alonso. En 1952 publica Los cantares de gesta franceses (sus problemas, su relación con España), donde intentó conciliar las tesis individualistas y las tradicionalistas, entonces en plena efervescencia. Publicó también el segundo volumen de una Antología de textos literarios románicos medievales, dedicado a la materia de Bretaña (1952). Luego vendrían numerosos artículos sobre esta materia que darían lugar a su traducción de Perceval o El cuento del Grial (1961). Su interés por el tema lo llevó a participar en el IV Congreso de la Société Internationale Arthurienne, que se celebró en Rennes (agosto de 1954), y allí coincidió con los profesores Rita Lejeune, Jean Frappier, Pierre Le Gentil y Omer Jodogne. El ejemplo de los estudiosos de la materia de Bretaña le sirvió para lanzar la iniciativa de realización de un primer congreso sobre épica, que tuvo lugar en Pamplona y Roncesvalles bajo los auspicios de la Universidad de Zaragoza gracias al impulso de Riquer y de José María Lacarra. En la clausura de aquellos coloquios se proclamó la creación de la Société Rencesvals, que sería legalizada años más tarde. Además coescribió con José María Valverde una exitosa y muy reeditada Historia de la Literatura Universal (1957-1959). Y en 1958 publicó por primera vez su "Introducción a la lectura del Quijote", republicada en numerosas ocasiones de forma exenta como Aproximación al Quijote (1977) y los tres tomos de su monumental Los trovadores, historia literaria y textos fueron publicados en 1975 y después reimpresos por Ariel en 1983 y 1989.

En cuanto a ediciones su labor fue igual de fructífera; ya se han mencionado algunas de trovadores catalanes, pero también hizo la del Tesoro de Sebastián de Covarrubias (1943), una antología de la prosa de fray Antonio de Guevara (1943), y su primera edición de la novela de Cervantes (1944); luego vendrán trabajos sobre Pedro Calderón de la Barca (1945) y Luis de Camões (1945), Luis de León (1946), el Arcipreste de Talavera (1949), Juan de Mena (1949), el Cantar de mio Cid (1949)... Todo ello, antes de 1950, y alternando con trabajos sobre literatura catalana y provenzal. El Cavallero Zifar (1953), Francisco de Luque Faxardo (1955) o Don Juan Manuel (con Castro y Calvo, 1955), Triste deleytación (1956), Juan Boscán (con Comas y Molas, 1957), Fernando de Rojas (1957 y 1959) y un larguísimo etcétera.

Fue miembro de número de la Real Academia Española desde 1965, sustituyendo a Federico García Sanchiz. Se dio la circunstancia de que fue el primer académico que se benefició de la reforma que ya no exigía como condición indispensable el residir en Madrid.[3]

Asimismo, fue presidente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, miembro correspondiente de numerosas instituciones extranjeras y catedrático emérito de Literaturas Románicas de la Universidad de Barcelona. Con 99 años, era el miembro de la RAE más longevo y también el más veterano con gran diferencia, pues ingresó en dicha institución en 1965 y falleció en 2013.

Estudioso de la literatura en lenguas romances (sobre todo en el ámbito de las literaturas en occitano, francés, castellano y catalán), fue uno de los medievalistas más reconocidos del ámbito internacional. Destacan entre su abundante obra editorial y crítica los trabajos dedicados al Quijote (en especial su edición de la obra, considerada ya una de las clásicas), a la épica francesa, a la novela medieval, a los trovadores y al amor cortés, tema del que llegó a ser en vida la máxima autoridad, junto a su discípulo Albert Hauf. Meritoria es asimismo su Història de la literatura catalana.

Tras la restauración de la democracia, Martín de Riquer fue elegido senador por designación real en la legislatura constituyente (1977–1979), originalmente en el grupo parlamentario Agrupación Independiente (cuyo portavoz era Justino de Azcárate) pasó al de Entesa dels Catalans, que agrupaba a la práctica totalidad de senadores elegidos por las provincias catalanas, en agosto de 1978. No volvió a tener actividad política tras el fin de la legislatura.

En 1990 fue Premio Internacional Menéndez Pelayo en su cuarta edición,[4]​ en 1991 recibió el Premio Nacional de Ensayo que concede el Ministerio de Cultura de España, en 1997 Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales,[5]​ y en 2000 fue Premio Nacional de las Letras Españolas.[6]

Tal vez su mejor elogio se lo dispensó en 1965 Dámaso Alonso en su discurso de contestación al ingresar en la Real Academia Española:

Ediciones al cuidado de Martín de Riquer:




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