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Museo Ferroviario de Villanueva y Geltrú



El Museo del Ferrocarril de Cataluña (en catalán: Museu del Ferrocarril de Catalunya) es un equipamiento patrimonial dedicado a promover y divulgar el conocimiento sobre el ferrocarril; se encuentra ubicado en la localidad de Villanueva y Geltrú (Barcelona), justo al lado de la estación de tren.

Inaugurado el 3 de agosto de 1990,[1]​​ está gestionado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE) y forma parte tanto del Sistema del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña como de la Red de Museos de España.[2]​ Se trata de un centro de referencia desde donde se pretende trasladar a los visitantes la historia y ventajas de este medio de transporte, la preservación del patrimonio ferroviario catalán,[3]​ además del disfrute lúdico de los visitantes.​ La institución cuenta con el apoyo de la Asociación de Socios y Colaboradores del Museo (SIC).

El conjunto lo conformaban inicialmente la Rotonda y el antiguo edificio del Economato de Renfe, al que posteriormente se añadirían la Gran Nave y la Nave del Puente-Grúa de los antiguos talleres del ferrocarril en Villanueva. En el 2018 se complementó el conjunto con la nave Panorámica.

En sus 32 años de actividad, se ha conseguido impulsar y consolidar un destacable espacio patrimonial, en el que se custodian valiosos bienes materiales e inmateriales y se divulga el destacado papel que ha supuesto este transporte en el mundo contemporáneo.

El museo se encuentra ubicado en un antiguo depósito de locomotoras de vapor, cuya edificación más antigua se remonta a 1881, año en que fue inaugurada la conexión ferroviaria de Villanueva y Geltrú con la ciudad de Barcelona.​ El centro productivo funcionó como base y taller de reparación de locomotoras hasta 1967, cuando fue clausurado; el espacio quedó en situación de abandono y fue utilizado para depositar las viejas locomotoras de vapor a medida que se iban retirando del servicio activo. Cronológicamente, esta ha sido su evolución:

La renovada apuesta del MITMA, con nuevas aportaciones, al proyecto de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y Adif con las que finalizar las obras de la Nave del Puente-Grúa y resto de naves rehabilitadas, además de las intervenciones de la Fundación en diferentes áreas del Museo, generó un incremento de más de 3.000 m2 de espacio expositivo.

El Museo del Ferrocarril de Cataluña en el año 2022 lo componen:

La colección más importante del Museo, la de vehículos, formada por 50 vehículos de todas las épocas y tecnologías distribuidos en la zona exterior, está considerada una de las colecciones técnicas más importantes a nivel internacional, por número y variedad.

La mayor parte está formada por las 25 locomotoras de vapor, con nombres como "Mataró", "Mamut", "Mastodonte", "Santa Fe", "Mikado", etc. cuya datación oscila entre mediados de los siglos XIX y XX.

Entre ellas resalta la locomotora más antigua conservada en España (120-2112 "Martorell"), la locomotora con mayor esfuerzo de tracción (151F-3101 tipo Santa Fe) o la última que circuló con tracción vapor en España (141F-2348 tipo Mikado).

Hay que destacar el simbolismo que representa la reproducción de la locomotora "Mataró" y tres coches de viajeros del "Tren del Centenario", construidos en 1948 para conmemorar el primer centenario del ferrocarril en España. Cada primer domingo de mes se pone en funcionamiento dentro del recinto del Museo.

También se conservan locomotoras diésel, como la "Marilyn" construida por la compañía ALCO en EE.UU. o tres generaciones de locomotoras Talgo, de fabricación alemana a excepción de la estadounidense encargada de remolcar el Talgo II, todas pertenecientes a tres evoluciones de su material.

Entre las locomotoras eléctricas se conservan desde la primera generación en 1928, la "Cocodrilo", de origen suizo o la popular locomotora 1004, de fabricación franco-española por CAF.

La colección también dispone de coches de viajeros y vagones de mercancías. Del material de viajeros destaca el coche HARLAN, construido en 1878 en los Estados Unidos y que fue el primer vehículo en España dotado de freno automático y cuyo rodaje se efectuaba mediante ''bogies'', de madera en este caso conservado también como elemento expositivo, y no con un sencillo eje y sus correspondientes ruedas.

Elementos pertenecientes a Estaciones, uno de los más destacables es la Mesa de enclavamientos de la estación de Barcelona-Francia, construida en 1924 por Thomson Houston para gestionar entradas y salidas de trenes, o el puente de señales de la misma estación, piezas que fueron dadas de baja tras la remodelación efectuada con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 o elementos y útiles empleados en la labor diaria del ferrocarril.

Es destacable el friso escultórico del prestigioso escultor Josep Maria Subirachs (1927-2014), que Renfe le encargó como elemento artístico identitario de la estación de Barcelona Sants y que a causa de la remodelación motivada por la llegada del tren de Alta Velocidad a Barcelona, se decidió su traslado al Museo del Ferrocarril de Cataluña. En el citado friso, jugando con los relieves, el artista incorporó las letras que conforman la palabra Barcelona.

La Infraestructura y superestructura ferroviaria completan la colección, con materiales, maquinaria y diferentes modelos de vía, así como una serie de vehículos para su mantenimiento.

En el piso superior del edificio de servicios se ubica el centro de documentación, abierto al público desde el año 2000 y dotado con más de 4.500 referencias bibliográficas, además de diverso material de archivo y una importante colección de cartografía ferroviaria.[4]​ Dispone también de archivo fotográfico, con más de 7.000 imágenes, muchas de las cuales son de gran calidad por el origen de sus negativos: formato medio en placa de vidrio. Los fondos más antiguos provienen de la antigua biblioteca de la Compañía del Ferrocarril de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), ubicada en la estación de Barcelona-Francia. Fueron donados el año 2001 por el departamento de Mantenimiento e Infraestructura de Renfe. Entre ellos destaca la serie de memorias de antiguas compañías, así como la colección de proyectos de construcción de líneas, especialmente los realizados por Eduardo Maristany. Otra parte importante de fondos proviene de ejemplares duplicados de la biblioteca ferroviaria de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, situada en el Museo del Ferrocarril de Madrid.



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