La reorganización del Ejército de Tierra de España, 2006-2009 se llevó a cabo dentro de un proceso de reorganización de las Fuerzas Armadas Españolas para adecuar su estructura a los recursos disponibles en términos de personal, material y presupuesto. La reforma fue llevada a cabo de acuerdo con lo legislado por el primer gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero por Real Decreto 416/2006 de 11 de abril de 2006.
Esta reforma trató de adecuar la organización de las Fuerzas Armadas a los efectivos disponibles, que en el caso del Ejército de Tierra se cifraban en 54 404 efectivos de tropa, según el jefe del Estado Mayor del Ejército,Unidad Militar de Emergencias, compuesta en más de un 80 % por personal del Ejército de Tierra, y que competía con otras unidades para atraer personal, incluso ofreciendo complementos salariales especiales. La reorganización afectó a sesenta unidades del Ejército de Tierra, de las que treinta y tres fueron disueltas, veintitrés transformadas y cuatro trasladadas. De las disueltas, veinticuatro eran batallones.
mientras que las plantillas teóricas antes de la reorganización sumaban un total de 86 000 plazas de tropa. El problema fue agravado por la creación de laLa reforma modificó la organización establecida por el Real Decreto 912/2002, de 6 de septiembre de 2002, y fue a su vez modificada por la reforma iniciada por el Real Decreto 872/2014, de 10 de octubre de 2014. La reforma del 2006 hizo desparecer la División como unidad orgánica, eliminó las unidades movilizables, e integró las antiguas Fuerza de Maniobra y Fuerza Terrestre en la nueva Fuerza Terrestre. Como consecuencia de la reforma la División Mecanizada «Brunete» n.º 1 desapareció como unidad orgánica, siendo sustituida por el Mando de las Fuerzas Pesadas. Las otras brigadas de maniobra peninsulares fueron integradas en el Mando de las Fuerzas Ligeras, desapareciendo la Fuerza de Acción Rápida.
El nuevo despliegue de la fuerza del Ejército de Tierra fue establecido en el anexo I del ya citado Real Decreto 416/2006.
Este real decreto fue más tarde modificado por la Orden del Ministerio de Defensa 3771/2008, de 10 de diciembre de 2008, que declaraba que, debido a la evolución de la disponibilidad de los recursos humanos y materiales, y de las necesidades operativas, se hacía necesario modificar la organización y despliegue tanto de la Fuerza como de los apoyos logísticos. Los cambios fueron numerosos e incluyeron, entre otros:El despliegue resultante del Ejército de Tierra fue el siguiente:
El Ejército de Tierra español se estructuró orgánicamente en el Cuartel General, la Fuerza y el Apoyo a la Fuerza. El jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra ejercía, bajo la autoridad del Ministro de Defensa, el mando del Ejército.
El Cuartel General del Ejército de Tierra era el conjunto de órganos que encuadraban los medios humanos y materiales necesarios para asistir al jefe de Estado Mayor del Ejército en el ejercicio de su mando. El Cuartel General estaba ubicado en Madrid y estaba formado por:
La Fuerza del Ejército de Tierra era el conjunto de medios humanos y materiales que se agrupaban y organizaban con el cometido principal de prepararse para la realización de operaciones militares terrestres y el llevarlas a cabo. En su ámbito, llevaba a cabo el adiestramiento, la preparación y la evaluación de sus unidades y realizaba las misiones específicas que se le eran asignadas por el Cuartel General.
El Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD) proporcionaba la capacidad para constituir un Cuartel General de nivel superior al de Brigada, con capacidad de proyección y alta movilidad táctica. El CGTAD cumplía con el compromiso de España con la OTAN de contribuir con un Cuartel General permanente para su uso por el Cuerpo de Despliegue Rápido de la Alianza. El CGTAD reunía elementos que servían de base para constituir Cuarteles Generales tanto de Cuerpo de Ejército como de División, y se componía de dos Estados Mayores, uno de carácter internacional (HQ NRDC-SP) y otro nacional (EMNAC-CGTAD).
La Fuerza Terrestre (FUTER) era el responsable orgánico de la preparación de las unidades a ella asignada y de la generación de mandos y fuerzas que requiriera la estructura operativa. La nueva Fuerza Terrestre se creó para mejorar la capacidad de proyección, y para potenciar las unidades ligeras con amplia movilidad táctica. La nueva estructura simplificaba y racionalizaba la fuerza, reduciendo el número de unidades pero asegurando que las existentes contaran con recursos humanos y materiales al nivel requerido para su buen funcionamiento. En la nueva estructura desapareció la División como unidad administrativa, y la Brigada se configuró como el elemento fundamental de maniobra. La FUTER tenía su Cuartel General en Sevilla, y estaba compuesta por las Fuerzas Ligeras, las Fuerzas Pesadas, las Comandancias Militares de Baleares, Ceuta y Melilla, y otras unidades de maniobra y de apoyo.
El Mando de Fuerzas Ligeras del Ejército de Tierra tenía inicialmente su Cuartel General en Alcalá de Henares (Madrid) y más tarde fue traslado al Acuartelamiento Tte. Muñoz Castellanos en Madrid. Las misiones que tenía encomendadas eran: supervisar las unidades que componían su mando en lo que concernía a material, personal y adiestramiento; dirigir la planificación de sus ejercicios; gestionar la creación de contingentes operacionales y coordinar su preparación logística. Las Fuerzas Ligeras estaban al mando de un general de división y su Cuartel General, con los refuerzos necesarios, podía operar como el elemento de apoyo al mando de una unidad tipo división.
El Mando de Fuerzas Pesadas del Ejército de Tierra tenía su Cuartel General en Burgos. Como era el caso con el Mando de las Fuerzas Ligeras, las misiones que tenía encomendadas eran: supervisar las unidades que componían su mando en lo que concernía a material, personal y adiestramiento; dirigir la planificación de sus ejercicios; gestionar la creación de contingentes operacionales y coordinar su preparación logística. Las Fuerzas Pesadas estaban al mando de un general de división y su Cuartel General, con los refuerzos necesarios, podía operar como el elemento de apoyo al mando de una unidad tipo división.
La Comandancia General de Baleares tenía su Cuartel General en Palma de Mallorca.
El Mando de Canarias tenía su Cuartel General en Santa Cruz de Tenerife. Tenía como misiones: el ejercer el mando orgánico de las Unidades de él dependientes en el archipiélago canario; participar en el planeamiento de las operaciones en las que intervinieran las unidades a su mando; y ejercer, en su ámbito territorial y con los refuerzos necesarios, el mando operativo conjunto de sus propias fuerzas y de otras que le fueran asignadas.
La Fuerza Logística Operativa tenía su Cuartel General en La Coruña y Valencia. La misión primaria que tenía asignadas era el proporcionar el apoyo logístico que precisaran las unidades, centros y organismos del Ejército de Tierra en las áreas de abastecimiento, mantenimiento, transporte y sanidad, tanto en el territorio nacional como en las operaciones de proyección en el extranjero. La Fuerza Logística Operativa generaba las unidades necesarias para proporcionar el apoyo logístico de las unidades del Ejército de Tierra allá donde estuvieran desplegadas, y también podía proporcionar apoyo logístico como nación anfitriona a unidades de países aliados en el territorio nacional.
El Apoyo a la Fuerza era el conjunto de órganos responsables de la dirección, gestión, administración y control de los recursos humanos, materiales y financieros asignados al Ejército. En su ámbito dirigiría y controlaba el mantenimiento de la Fuerza y llevaba a cabo las actividades de apoyo que posibilitaban la vida y funcionamiento de las unidades, centros y organismos.
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