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Patriarcado de Constantinopla



La Iglesia ortodoxa de Constantinopla, oficialmente patriarcado ecuménico de Constantinopla (en griego, Oικουμενικό Πατριαρχείο Kωνσταντινουπόλεως y en turco, Rum Ortodoks Patrikhanesi), es una de las Iglesias autocéfalas de la comunión ortodoxa. Está encabezada por el arzobispo de Constantinopla, que es también el patriarca ecuménico de la Iglesia ortodoxa. El título de ecuménico es solo honorífico, ya que no tiene jurisdicción propia en los asuntos de las otras Iglesias ortodoxas, aunque al patriarca de Constantinopla sí se le reconoce la primacía de honor (primus inter pares) entre los jerarcas de las Iglesias ortodoxas, la cual antes del cisma de 1054 se le reconocía al obispo de Roma. Actualmente tiene jurisdicción sobre unos 3,5 millones de fieles dispersos por la diáspora, así como sobre los ortodoxos de Turquía y de las islas del mar Egeo. La sede patriarcal está en Fanar, en el distrito de Fatih en la parte europea de Estambul en Turquía.

Según la tradición, la diócesis de Bizancio fue establecida en el año 38, luego de que Andrés el Apóstol, a quien se atribuye la fundación de esta Iglesia, predicara por Asia Menor.[2]​ Cuando en 324 el emperador romano Constantino I decidió fijar su nueva capital en Bizancio dándole el nombre de Constantinopla, la primacía de la Iglesia la ostentaba el obispo de Roma. Entonces Constantino convocó en 325 el Primer Concilio Ecuménico celebrado en Nicea, en el que, además de tomar decisiones doctrinales, se procedió a organizar la Iglesia en metropolitanatos y diócesis, y se les otorgó el mismo rango a las futuras sedes patriarcales de Roma, Alejandría y Antioquía, cuyos titulares recibieron el nombre de arzobispos. La diócesis de Bizancio quedó como sufragánea de la arquidiócesis de Heraclea, cabeza del exarcado de Europa. La ciudad de Constantinopla fue inaugurada el 1 de mayo de 330 y la diócesis fue elevada a arquidiócesis.

En el Segundo Concilio Ecuménico celebrado en Constantinopla en 381, se estableció que el obispo de Constantinopla debía tener la precedencia de honor tras el obispo de Roma.[3]​ Debido a que esta decisión fue tomada por presiones imperiales, el Patriarcado de Alejandría presentó su protesta, ya que en el primer concilio se había decidido que el obispo de Alejandría tendría la precedencia de honor tras el de Roma.

El Cuarto Concilio Ecuménico celebrado en Calcedonia en 451 reconoció a Constantinopla el mismo primado de honor que a Roma y se le otorgó derechos de inspección sobre los metropolitanatos cercanos, aunque al obispo romano se le reconocía autoridad moral sobre el resto de los patriarcados,[4]​ quedando establecida la pentarquía. El papa León I el Magno se negó a aprobar esos cambios, argumentando que fueron aprobadas en ausencia de sus legados, y además decidió resaltar su primacía sobre todos los patriarcados adoptando el título de Pontifex Maximus[5]​ —título que el emperador romano Flavio Graciano había dejado de usar—, aunque varios siglos después sus sucesores reconocieron la primacía del patriarca griego de Constantinopla sobre la Iglesia de Oriente. La jurisdicción del obispo de Constantinopla fue fijada sobre los exarcados de Ponto, Asia y Tracia;[4]​ el Ilírico Oriental quedó en disputa entre los obispos de Roma y Constantinopla y quedó fuera de sus jurisdicciones hasta 535, cuando pasó a ser dependencia papal.

La confirmación del despojo de la sede de Alejandría por presiones del poder imperial sobre la Iglesia, además de las resoluciones tomadas en el Concilio de Calcedonia sobre las disputas cristológicas que tenían lugar en ese momento, hicieron que el patriarca de Alejandría Timoteo Eluro en el año 457 excomulgara al patriarca de Constantinopla y al resto de los patriarcas, separando su patriarcado del resto de la Iglesia y dando origen a la Iglesia copta. Luego, el intento de Constantinopla por terminar con la división religiosa del Imperio aceptando el miafisismo, llevó al cisma acaciano entre Oriente y Occidente desde 482 hasta 519.

Con el fin del Imperio romano de Occidente el 4 de septiembre de 476, Roma quedó fuera del control imperial y el patriarca de Constantinopla pasó a ser referido como patriarca ecuménico, tal como fue usado en un concilio oriental en 536 y se oficializó en otro en 587. Esto llevó a una ruptura temporal de la comunión con Roma. Otra ruptura se produjo con el decreto iconoclasta del patriarca de Constantinopla en 730, rechazado por el papa, por lo que el emperador iconoclasta León III trasfirió de la jurisdicción patriarcal de Roma a la de Constantinopla el Ilírico Oriental, el sur de Italia y Sicilia. El Concilio de Nicea II en 787 condenó la iconoclastia, pero esta solo finalizó en marzo de 843, tras haberse destruido gran cantidad de íconos e imágenes de santos.

En 911 el metropolitano búlgaro de Preslav se declaró patriarca, lo cual fue rechazado por el patriarca de Constantinopla hasta un tratado en 927, pero fue abolido en 971. En 976 otro patriarcado búlgaro fue establecido en resistencia en Ohrid, pero en 1018 fue abolido y reemplazado por una arquidiócesis autocéfala que perdió su naturaleza búlgara y pasó a ser de carácter griega.

La elección del patriarca Focio llevó a un cisma con Roma desde 863 al 867. Otro cisma se produjo desde 1009 hasta 1012 por la controversia por la inclusión en Occidente de la cláusula Filioque, esta controversia y el reclamo de la primacía universal por parte del papa llevó a la ruptura definitiva de la relación con Roma en el Gran Cisma de 1054, cuando el 16 de julio de ese año el legado papal excomulgó al patriarca Miguel I Cerulario, y este le respondió de igual manera al día siguiente. Los otros 3 patriarcados orientales de Alejandría, Antioquia y Jerusalén se mostraron a favor del patriarca de Constantinopla y rompieron oficialmente con el papa pocos años después.[6]

En 1186 la Iglesia búlgara volvió a separarse unilateralmente del patriarcado de Constantinopla y estableció una arquidiócesis autocéfala en Tarnovo.

La cuarta cruzada fue organizada como para reconquistar Tierra Santa, pero varió su rumbo terminando con la conquista y el saqueo de Constantinopla el 12 de abril de 1204. Con el establecimiento del Imperio latino y del patriarcado latino de Constantinopla, el patriarca ecuménico se refugió en Nicea, capital del nuevo Imperio de Nicea. El 16 de agosto de 1219 el exiliado patriarca de Constantinopla otorgó la autocefalía a la Iglesia serbia con sede en Peć. En 1234 reconoció también la autocefalía de la Iglesia búlgara y pocos años después la reconoció como patriarcado. El 25 de julio de 1261 Constantinopla fue reconquistada por los bizantinos de Nicea y el patriarca pudo regresar a la ciudad.

En el Concilio de Lyon II, bajo presión del emperador Miguel VIII Paleólogo, el 6 de julio de 1274 los ortodoxos aceptaron el Filioque, el primado del papa y otras doctrinas católicas y se proclamó la unión de las Iglesias de Occidente y Oriente. Pero la unión llegó a su fin en 1281 cuando el papa excomulgó al emperador.

Luego de que en 1346 la Iglesia serbia se proclamara patriarcado de los serbios y los romanos, en 1353 el patriarca ecuménico la declaró cismática. El cisma finalizó en 1375 con el reconocimiento del patriarcado de Peć. Tras la conquista otomana de Bulgaria, en agosto de 1394 el patriarcado búlgaro fue abolido de nuevo y se estableció el metropolitano de Tarnovo dependiente de Constantinopla.

Ante el asedio otomano a Constantinopla, el emperador Juan VIII Paleólogo visitó al papa y presionó para conseguir la unión de la Iglesias de Oriente y Occidente, que fue proclamada el 6 de julio de 1439 en el Concilio de Florencia mediante la bula Laetentur caeli. Los ortodoxos aceptaron que la incorporación del Filioque al credo niceno era una explicitación de la fe y no una herejía; cada Iglesia debía seguir su tradición respecto al pan fermentado o sin fermentar en la eucaristía; se aceptó la existencia del purgatorio; y la primacía del papa sobre toda la Iglesia.[7]​ En rechazo a la unión, en 1448 la Iglesia ortodoxa rusa se autoproclamó autocéfala. Sin embargo, la oposición de los monjes griegos y la conquista de Constantinopla en manos otomanas el 29 de mayo de 1453 acabó con el acuerdo, ratificándose la separación en 1472.

El sultán Mehmed II se proclamó emperador y el 6 de enero de 1454 permitió la elección de un nuevo patriarca de Constantinopla, Genadio II, iniciándose la tutela otomana del patriarcado. El patriarca fue reconocido como líder civil de los cristianos ortodoxos griegos del Imperio.

Tras la conquista de Serbia por el Imperio otomano, en 1459 el patriarcado de Peć fue abolido y anexado a la arquidiócesis de Ohrid dependiente de Constantinopla, pero fue restablecido en 1557. En 1484 un concilio ortodoxo en Constantinopla rechazó la unión acordada en Florencia. En 1517 los otomanos conquistan Damasco, Jerusalén y Alejandría, por lo que con el tiempo la autocefalía de los 3 patriarcados fue virtualmente abolida. El sínodo de Constantinopla eligió al patriarca de Alejandría desde 1620 hasta 1865; de Antioquía desde 1724 hasta 1885 y de Jerusalén desde 1661 a 1845. En 1571 los otomanos conquistaron Chipre expulsando a la jerarquía latina y anulando la unión de los ortodoxos con el papa en la isla, por lo que el patriarca ecuménico restableció la autocefalía de la Iglesia de Chipre. El 5 de febrero de 1589 el patriarca ecuménico reconoció la autocefalía y al patriarcado de la Iglesia ortodoxa rusa en Moscú. El 22 de febrero de 1593 un concilio ortodoxo en Constantinopla confirmó la autocefalía rusa, condenó como herejía al purgatorio y rechazó la fecha de la pascua gregoriana.

En noviembre de 1757 el metropolitanato de Alepo fue transferido de la jurisdicción de Antioquía a la de Constantinopla. En mayo de 1763 se puso fin el gobierno absoluto del patriarca sobre la Iglesia de Constantinopla, debiendo desde entonces tomar las decisiones importantes en acuerdo de 3 metropolitanos superiores. El 22 de septiembre de 1766 el patriarcado de Peć fue nuevamente abolido y su territorio anexado al de Constantinopla. El 27 de enero de 1767 fue también abolida la arquidiócesis autocéfala de Ohrid y sus metropolitanatos agregados a Constantinopla, con excepción del de Montenegro que se declaró autocéfalo al estar fuera del Imperio otomano. Tras la anexión rusa de Crimea, en 1783 el patriarcado ecuménico transfirió a la Iglesia rusa los metropolitanatos de Gothia y de Kaphas.

En 1821 comenzó la guerra de independencia de Grecia y las autoridades otomanas ejecutaron a la jerarquía ortodoxa de Chipre y de Creta, que luego fue restaurada por el patriarcado ecuménico. El 29 de agosto de 1831 el patriarcado ecuménico volvió a reconocer la autocefalía de la Iglesia ortodoxa serbia. El 4 de agosto de 1833 la Iglesia ortodoxa griega se proclamó unilateralmente autocéfala, siendo reconocida por el patriarcado ecuménico el 11 de julio de 1850. El 18 de julio de 1860 el patriarcado abandonó el gobierno de metropolitanos superiores y aceptó la inclusión de laicos en la elección patriarcal. El 14 de diciembre de 1864 la Iglesia ortodoxa rumana se proclamó autocéfala, lo que fue rechazado por el patriarcado de Constantinopla hasta el 7 de mayo de 1885. En 1864 las islas Jónicas fueron cedidas a Grecia por el Reino Unido, por lo que el patriarcado ecuménico transfirió sus jurisdicción sobre ellas a la Iglesia ortodoxa griega. El 11 de marzo de 1870 el Gobierno otomano aceptó la creación del exarcado búlgaro, estableciéndose la Iglesia ortodoxa búlgara, pero el patriarcado ecuménico no la reconoció y un concilio el 18 de septiembre de 1872 la declaró cismática. El 13 de febrero de 1879 el patriarcado de Constantinopla transfirió a la Iglesia serbia su jurisdicción sobre los nuevos territorios que pasaron a Serbia y el 1 de noviembre de 1879 reconoció su autocefalía. En 1881 Tesalia pasó a Grecia y el patriarcado ecuménico transfirió su jurisdicción a la Iglesia griega.

En agosto de 1888 el metropolitanato de Alepo fue restituido al patriarcado de Antioquía. El 27 de octubre de 1900 la Iglesia de Creta recibió la semiautonomía. En 1908 se produjo la independencia de Bulgaria, que anexó territorios otomanos y expulsó a la población griega, por lo que la Iglesia búlgara anexó a los metropolitanatos dependientes del patriarcado ecuménico en esos territorios. Entre 1912 y 1913 la guerra de los Balcanes hizo que Grecia se apoderara de Epiro, Tracia occidental, Macedonia y las islas del mar Egeo, que constituyeron los nuevos territorios de Grecia. El patriarcado ecuménico no cedió su jurisdicción sobre ellos, mientras que el exarcado búlgaro anexó a su jurisdicción los nuevos territorios ocupados por Bulgaria. El 1 de abril de 1919 Constantinopla aceptó la autocefalía serbia (incluyendo también a Montenegro) y el 12 de septiembre de 1920 reconoció su estatus patriarcal y le cedió los metropolitanatos de Bosnia y de los nuevos territorios serbios. El 25 de septiembre de 1922 la Iglesia ortodoxa de Albania se declaró autocéfala unilateralmente. El 9 de mayo de 1922 fue establecida la arquidiócesis autónoma de Norte y Sur América.

El 25 de noviembre de 1922, Grecia restituyó a Turquía Tracia oriental, previa evacuación de la población ortodoxa. El 1 de noviembre de 1922 fue abolido el sultanato otomano y proclamada la República de Turquía, que el 6 de octubre de 1923 recuperó Constantinopla (ocupada por las potencias aliadas desde el 13 de noviembre de 1918). El 3 de marzo de 1923 el patriarca ecuménico declaró autónoma a la Iglesia ortodoxa de Checoslovaquia y el 7 de julio de 1923 aceptó como autónomas en su jurisdicción a las Iglesias de Estonia y de Finlandia (separadas de la jurisdicción rusa). El 13 de noviembre de 1924 declaró autocéfala a la Iglesia ortodoxa de Polonia.

En 1923, Grecia y Turquía intercambian población, quedando vacíos de fieles ortodoxos 38 de los 42 metropolitanatos del patriarcado de Constantinopla en territorio turco. Los griegos ortodoxos solo pudieron permanecer en Estambul, Tracia oriental y las islas de Imbros y Ténedos. El Gobierno turco retiró el reconocimiento al patriarcado como ecuménico y solo lo reconoce como líder de los griegos ortodoxos de Turquía. El patriarca debió crear 10 metropolitanatos temporales en los nuevos territorios griegos para algunos de los metropolitanos exiliados de Turquía. En 1923 un concilio ortodoxo permitió que las Iglesias autocéfalas adoptaran el calendario juliano revisado, a excepción del cálculo para la fecha de la Pascua. El 23 de marzo de 1924 el patriarcado de Constantinopla adoptó el nuevo calendario, a excepción de los monasterios del Monte Athos. El 4 de febrero de 1925 el patriarcado ecuménico reconoció al patriarcado rumano.

El 4 de septiembre de 1928, la administración de los metropolitanatos de los nuevos territorios griegos fue cedida a la Iglesia ortodoxa griega. El 14 de diciembre de 1930, algunas parroquias ortodoxas ucranianas pasaron a la jurisdicción de Constantinopla en Estados Unidos. El 10 de enero de 1931 fue abolida la autonomía de la arquidiócesis de Norte y Sur América. En febrero de 1936 la Iglesia ortodoxa de Letonia fue aceptada como autónoma en la jurisdicción de Constantinopla (separada de la Iglesia rusa), pero fue abolida junto a la de Estonia el 30 de marzo de 1941 al ser anexados esos países a la Unión Soviética. Tras la anexión alemana, las Iglesias de Letonia (el 30 de junio de 1941) y Estonia (el 20 de julio de 1941) recuperaron su autonomía, perdiéndola nuevamente con la reocupación soviética el 17 de julio de 1942 y el 9 de marzo de 1945, respectivamente. Sus jerarquía permanecieron en el exilio desde entonces. El 30 de marzo de 1937 fue aceptada la autocefalía de la Iglesia ortodoxa de Albania y el 22 de febrero de 1945 del exarcado de Bulgaria. En 1948 los comunistas disolvieron a la Iglesia autónoma de Checoslovaquia, pero el 23 de noviembre de 1951 fue declarada autocéfala por el patriarcado de Moscú, lo cual fue rechazado por Constantinopla hasta el 27 de agosto de 1998.

El 7 de diciembre de 1965, el papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras I se reunieron y revocaron los mutuos anatemas de 1054, siendo la primera reunión desde 1439. En agosto de 1971 el Gobierno de Turquía cerró el último seminario ortodoxo en el país (en la isla de Halki) y nunca volvió a permitir su reapertura. El 11 de marzo de 1995 la Iglesia ortodoxa ucraniana en Australia, Estados Unidos y Europa occidental aceptó la jurisdicción de Constantinopla. El 8 de enero de 1991 el patriarcado designó un exarca para restablecer la Iglesia ortodoxa de Albania, aniquilada por los comunistas en 1967 y el 22 de junio de 1992 fue restablecida su autocefalía. El 22 de febrero de 1996 el patriarcado restableció la autonomía de la Iglesia de Estonia, lo que fue rechazado por la Iglesia rusa.

El exarcado patriarcal para las parroquias de tradición rusa en Europa Occidental tuvo a su frente un arzobispo con sede en París. Aceptó la jurisdicción del patriarcado ecuménico el 17 de febrero de 1931 y fue abolido el 27 de noviembre de 2018. Los miembros del exarcado se negaron a su supresión y se incorporaron al patriarcado de Moscú, que el 7 de octubre de 2019 creó con ellos la arquidiócesis de las parroquias de Europa occidental del patriarcado de Moscú.

El 11 de octubre de 2018, el patriarcado de Constantinopla revocó su decisión de 1686 por la cual había dado permiso al patriarca de Moscú para ordenar el metropolitano de Kiev. Además confirmó sus intenciones de otorgar autocefalía a la Iglesia ortodoxa en Ucrania y creó una estauropegión en Kiev, es decir, un cuerpo eclesiástico subordinado directamente al patriarca ecuménico. Como respuesta el 15 de octubre de 2018 el Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa suspendió la comunión con el patriarcado de Constantinopla. El 5 de enero de 2019, el patriarcado reconoció la autocefalía de la Iglesia ortodoxa de Ucrania tras la unificación de la Iglesia ortodoxa ucraniana-Patriarcado de Kiev y la Iglesia ortodoxa autocéfala ucraniana.

Los asuntos del patriarcado son manejados por el Santo Sínodo presidido por el patriarca ecuménico. El sínodo existe desde antes del siglo IV y asiste al patriarca en determinados asuntos de las diócesis bajo su jurisdicción. El Santo Sínodo al principio era un sínodo residente, compuesto del patriarca, los obispos locales y los obispos ortodoxos que estuvieran de visita en la capital imperial (Constantinopla). Tras la caída de Constantinopla en 1453, el sínodo quedó limitado a los obispos del patriarcado.

Además del patriarca, otros 12 metropolitanos integran el Santo Sínodo.

La Iglesia ortodoxa de Constantinopla está organizada en diócesis de la siguiente manera:[8]

Los Nuevos Territorios fueron parte del Imperio otomano hasta 1913, cuando pasaron a Grecia. Todavía son nominalmente parte del patriarcado de Constantinopla, pero sus obispos, a raíz de un acuerdo entre las dos Iglesias, participan del Sínodo de la Iglesia de Grecia.

La Sagrada Montaña de Athos tiene 20 monasterios y depende directamente del patriarca, que designa un obispo titular con sede en el monasterio de la Gran Laura.

Sus diócesis tienen obispos titulares al frente. Aceptó la jurisdicción del patriarcado ecuménico el 28 de enero de 1937.

Tiene el mismo primado que la Iglesia ortodoxa ucraniana de los Estados Unidos. Sus diócesis tienen obispos titulares al frente.

Respecto de las demás Iglesias ortodoxas, el patriarca ecuménico tiene las siguientes prerrogativas:




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