Un poema (del latín poēma, y este del griego ποίημα, «creación») es una obra de poesía, tradicionalmente de cierta extensión. Lo habitual es que se componga en verso, esté o no sujeto a los recursos poéticos clásicos de la métrica, el ritmo y la rima.
También hay poemas en prosa (prosa poética, poema en prosa). Un poema largo puede dividirse en «cantos», y uno breve en estrofas. Un conjunto de poemas es un poemario (libro de poemas o recopilación de poemas). Es muy habitual hacer antologías de poemas y competencias de poemas (juegos florales).
Joachim du Bellay, en Défense et illustration de la langue française (Defensa e ilustración de la lengua francesa, 1549), define el poema como una «ouvrage en vers d'une assez grande étendue» (‘’obra en verso de una extensión bastante grande’’).
El poema sinfónico es una composición musical para orquesta, de forma libre y desarrollo sugerido por una idea poética u obra literaria.
Sinónimo de «canto» (Canto general de Pablo Neruda), «cántico» (Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís, Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, Cántico de Jorge Guillén), «canción» (Canción sobre el asfalto de Rafael Morales), «cantar» (el Cantar de los Cantares bíblico, los cantares de gesta medievales, los de ciegos, los de trabajo -de siega, de trilla, de siembra, de vendimia-) o del carmen latino (Carmen Campidoctoris, Carmina Burana), se ha venido identificando al poema con la poesía lírica (teóricamente la más musical, que se cantaba acompañada de los sones de una lira, y en la que el poeta expresa sentimientos), aunque obviamente hay poemas de poesía épica (narrativa, como el Génesis, la Ilíada, el Ramayana, la Eneida, el Cantar de Mio Cid, Os Lusiadas o El paraíso perdido) y teatral o escénica (la destinada al teatro -tragedia, comedia o drama-, tanto si es la totalidad de una obra en verso -la mayor parte del teatro clásico antiguo y moderno- como si es solo alguna parte de la obra que se populariza por sí sola -el shakesperiano monólogo de Hamlet, el Soneto de repente de Lope de Vega, la seducción de doña Inés en el Don Juan Tenorio de Zorrilla-). En realidad, podría identificarse el poema, en cuanto obra de poesía, y esta en cuanto poiesis («creación»), con cualquier composición literaria concebida como expresión artística de la belleza por medio de la palabra.
Los subgéneros principales del poema lírico son el himno u oda, la elegía y la sátira. El himno y la oda expresan sentimientos positivos, de alegría y celebración; por eso solían celebrar victorias. La elegía, por el contrario, expresa sentimientos negativos, de tristeza o lamento; por eso se empleaba como molde para expresar pérdidas de cualquier tipo que afectaban al equilibrio psíquico del poeta (muertes, desengaños amorosos, etc.) La sátira, por su parte, formula también sentimientos básicos, como la indignación, la burla o el desprecio ante algo que va contra la virtud o la moral social.
Otros subgéneros líricos, considerados en la preceptiva poética clásica como menores por ser de naturaleza mixta (menos pura), son el epitalamio (canto que celebra las bodas), el epigrama (sátira que se expresa concisamente por medio de la agudeza o el ingenio), el peán (canto de guerra) o la égloga (donde unos pastores dialogan sobre sus amores).
Se ordenan cronológicamente:
Recogido en José Antonio Benito Lobo, Literatura para la vida: grandes temas del hombre en la literatura española, pg. 22.
El Amor constante más allá de la muerte de Quevedo:
Por el primer terceto voy entrando,
y aún parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Contexto en La niña de Plata (edición digital en Cervantes Virtual).
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