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Porcelana de Meissen



La porcelana de Meissen (en alemán Meißner Porzellan) es la primera porcelana producida en Europa, tras los resultados conseguidos en 1708 por Ehrenfried Walther von Tschirnhaus. Con la muerte prematura de este, Johann Friedrich Böttger continuó su trabajo, por lo que a menudo es considerado erróneamente responsable de su invención. La producción de porcelana de Meissen comenzó en 1710 atrayendo artistas y artesanos. La compañía sigue en actividad como Staatliche Porzellan-Manufaktur Meissen GmbH. Su logotipo, dos espadas cruzadas (quizá una de las marcas más antiguas que se conocen), fue creado en 1720 con la intención de proteger su producción de falsificaciones.[1]

Desde tiempos remotos se ha fabricado porcelana en China. Ya en el siglo xvii, la porcelana oriental era una mercancía muy valorada. La mayor parte era importada de China y Japón por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. La porcelana oriental era símbolo de riqueza, importancia y buen gusto. Es este el motivo por el que se comenzó a pensar en la posibilidad de producir en Europa porcelana, cuando los intentos anteriores de elaborar porcelana habían sido un fracaso, como el caso de la porcelana de Médici.

A comienzos del siglo xviii Johann Friedrich Böttger aseguró tener la fórmula para cumplir el sueño de los alquimistas de convertir materiales sin valor en oro. Cuando el elector de Sajonia y rey polaco Federico Augusto I el Fuerte oyó sobre sus trabajos, le puso bajo su custodia y le pidió que hiciera oro para él. Durante muchos años Böttger no tuvo éxito en su tarea. Al mismo tiempo, Ehrenfried Walther von Tschirnhaus, un matemático y científico, experimentaba con la fabricación de cristal intentando crear porcelana.

Tschirnhaus supervisó a Böttger y hacia 1707 Böttger comenzó -a regañadientes- a prestar su ayuda en los experimentos de Tschirnhaus. Cuando Tschirnhaus murió repentinamente, parece ser que la receta pasó a manos de Böttger, que en menos de una semana anunció al elector que podía fabricar porcelana. Böttger perfeccionó la fórmula y, con la ayuda de sus ayudantes holandeses, hizo experimentos relacionados con la fabricación y decoración de azulejos. En 1709, Augusto el Fuerte estableció la primera manufactura de Meissen y emplazó el laboratorio de Böttger en el castillo de Albrechtsburg en Meissen. La producción comenzó oficialmente en 1710.

El primer tipo de porcelana producido por Böttger era un material refinado, extremadamente duro y de color rojo que se conoció en Alemania como Böttgersteinzeug ("barro de Böttger"). Destacaba la gran nitidez y definición de los detalles, añadidos mediante moldes, con que se adornaban las piezas. Estas podían ser pulidas y abrillantadas antes del proceso de cocción. Las obras imitaban figuras de plata barrocas y cerámicas chinas. Pronto se comenzó a elaborar en Meissen porcelana blanca de pasta dura, un tipo especial de porcelana que se había comenzado a fabricar en China en el siglo ix y que se obtenía cociendo a temperaturas muy elevadas un aglomerado que contenía caolinita y una roca feldespática denominada "petunse". Esta porcelana de pasta dura podía ser vidriada y pintada y comenzó a comercializarse en 1713.

La mercancía resultante de los experimentos de Böttger mejoró su calidad rápidamente, pero nunca llegó a caracterizarse por la calidad de su decoración. La primera vez en la que se puede hablar de éxito fue cuando los ornamentos fueron grabados en oro sobre la pieza cocida antes de recibir un segundo horneado a menor temperatura. Las decoraciones de esmaltado policromático fueron introducidas por Johann Gregorius Höroldt en 1723, con una cada vez mayor paleta de colores que marcó el comienzo de la denominada "fase clásica" de la porcelana de Meissen. Sus pinturas al esmalte siguen siendo hoy en día la base de la pintura sobre cerámica. Inicialmente las pinturas eran imitaciones de motivos orientales. El logotipo de la porcelana, grabado en azul bajo el vidriado, fue introducido por primera vez por Friedrich August Köttig. Pronto, paisajes y escenas portuarias detalladas minuciosamente, animales, flores, escenas "galantes" y chinoiseries inspiraron las decoraciones de la porcelana de Meissen.

Se imitaron los jarrones de Kakiemon y juegos de té japoneses. Los motivos florales representados en estas porcelanas japonesas conservan aún hoy el nombre de indianische Blume(n), flor(es) de la India, porque al ser importadas por las compañías de las Indias Orientales de los distintos países europeos la gente pensaba que las propias porcelanas eran indias. También se copiaron pinturas del artista barroco francés Antoine Watteau. También se fabricaban en Meissen porcelanas vidriadas de colores sin decoración alguna, que eran vendidas al por mayor a talleres privados para ser esmaltadas en estos. El mecenazgo de Augusto el Fuerte atrajo a Meissen a algunos de los mejores artistas de Europa.

Pronto se empezó a emplear el laboratorio de Albrechtsburg para guardar los secretos de la manufactura del "oro blanco". Como precaución, eran muy pocos los trabajadores conocedores de los arcanos de la elaboración de la porcelana. Aun cuando un trabajador conocía algunos secretos del oficio, estos eran relativos solo a una parte del proceso. Por esto, durante algunos años, Meissen tuvo el monopolio de la producción de porcelana de pasta dura en Europa. En torno a 1717 la competencia se estableció en Viena, ya que Samuel Stöltzel vendió la receta secreta, que incluía el empleo de caolinita o "barro chino". Ya en 1760, unos 30 fabricantes de porcelana estaban asentados en Europa. Sin embargo, la mayor parte de ellos producía porcelana de pasta blanda debido a la falta de yacimientos locales de caolinita.

Con el objetivo de identificar los productos de Meissen originales, se marcaron en un principio con un diseño pintado en la superficie. Enseguida, estos diseños identificativos se grabaron en azul por debajo del vidriado. Las primeras marcas como "AR" (Augustus Rex, el monograma del rey), K.P.M. (Königliche Porzellan-Manufaktur), M.P.M. (Meissener Porzellan-Manufaktur) y K.P.F. ("Königliche Porzellan-Fabrik) fueron finalmente sustituidas por el logotipo de las dos espadas cruzadas. Introducido en 1720, se empezó a utilizar de forma habitual a partir de 1731 por decreto oficial. Las diferentes variaciones en el estilo de las espadas permiten hoy en día datar las porcelanas de Meissen.

Augusto el Fuerte encargó primero el diseño de nuevos jarrones a Johann Jakob Irminger. En 1720 Johann Gregorius Höroldt asumió el cargo de director e introdujo colores brillantes que aumentaron la fama de la porcelana de Meissen. El escultor Johann Jakob Kirchner fue el primero en hacer con esta porcelana estatuas, especialmente miniaturas y efigies de santos de estilo barroco. Su asistente fue Johann Joachim Kändler que sería posteriormente el escultor más famoso de Meissen. En 1733 Kirchner dimitió, y Kändler pasó a desempeñar el cargo de jefe de maestros escultores. Bajo su dirección, Meissen produjo una serie de miniaturas, que a menudo representaban escenas de la corte, que exprimió todas las posibilidades que ofrecían los nuevos materiales. Su colección de figuras de animales de gran escala supone uno de los puntos cumbre de la historia de la porcelana en Europa. Su trabajo se tradujo en la producción de espléndidas miniaturas de estilo rococó que influenciaron al sector de la porcelana de todo el Viejo Continente. Apoyado por ayudantes como Johann Friedrich Eberlein y Peter Reinecke, Kändler siguió trabajando hasta su muerte en 1775.

En 1756, en plena Guerra de los Siete Años, las tropas prusianas ocuparon Meissen, dando la oportunidad a Federico II de Prusia de trasladar a algunos de los artesanos y crear la Königliche Porzellan Manufaktur Berlin. Con el cambio de gusto artístico que conllevó el Neoclásico y el auge de la porcelana de Sèvres en la década de 1760, Meissen tuvo que reajustar su producción. Tras la reorganización de 1763, C.W.E. Dietrich de la Academia de Dresde se convirtió en director artístico y el francés Michel-Victor Acier en jefe de escultores. La práctica de imprimir el número de molde en libros de inventario comenzó en 1763. Bajo la dirección del conde Camillo Marcolini (desde 1774), la producción de la manufactura estuvo marcada por estilos "a lo Sèvres" y escarceos con el Neoclasicismo, como por ejemplo piezas de biscuit mate blanco de apariencia marmórea.

En el siglo XIX Ernst August Leuteritz modernizó muchas de las miniaturas rococós y las comercializó creando un "segundo Rococó", rico en detalles de trenzados (hechos con lazos reales) y flores. Los coleccionistas ingleses llegaron a emplear el término de porcelana de Dresde para describir este estilo, especialmente para referirse a aquellas estatuillas femeninas que sugerían timidez coqueta o candorosa. Bajo la dirección de Erich Hösel (desde 1903), los viejos estilos fueron revisados y reinterpretados. Hösel restauró modelos del siglo XVIII. Comenzaron a producirse algunos atractivos trabajos en la línea del Art Nouveau, pero el pilar principal de la producción de Meissen siguieron siendo las recreaciones de modelos dieciochescos.

En 1933, el Estado de Sajonia restringió la libertad artística en el marco del proceso de adoctrinamiento que imperaba en la Alemania nazi. Algunos creadores con una concepción rupturista del arte fueron proscritos. Por ejemplo, muchas obras del escultor expresionista Ernst Barlach fueron tachadas de "arte degenerado". Tras la Segunda Guerra Mundial y bajo el gobierno comunista de la RDA, la porcelana tuvo dificultades para readaptarse a la nueva situación, al tratarse de un sector tradicionalmente destinado a minorías acaudaladas. Proletarizar una industria como la de la porcelana de Meissen podía suponer el peligro de que acabara convirtiéndose en una fábrica de producción en masa más. Fue a partir de 1969, en el que Karl Petermann se hizo cargo de la fábrica, cuando Meissen pudo volver a abrazar sus viejas tradiciones, permitiéndosele también una expresión artística más libre.

Ya desde la época de Böttger se contempló la producción de vajillas; los primeros juegos datan de la década de 1720. Las primeras vajillas eran sencillas y fue Kändler el que introdujo decoraciones a juego. Hacia 1740, Meissen creó la famosa vajilla Schwanenservice (‘servicio del cisne’), de más de mil piezas, para el protector de Kändler, el Conde Heinrich von Brühl (véase también: Terraza de Brühl). Tras la Segunda Guerra Mundial las piezas se dispersaron, pero los moldes se han conservado, y en la actualidad se pueden adquirir réplicas de las piezas de esta vajilla. Kändler produjo durante 1745 un patrón denominado "nuevo recorte", caracterizado por el corte ondulado de los bordes.

El “modelo de la cebolla” (Zwiebelmuster) lleva produciéndose cerca de tres siglos. Se trata de un diseño de Höroldt de 1739 y probablemente está inspirado en un cuenco chino del periodo Kangxi. Debido a su popularidad ha llegado a ser copiado por más de 60 compañías. Muchas piezas que imitan los famosos adornos del Zwiebelmuster han sido creadas por sus competidores, empleando incluso el nombre de Meissen como marca. El patrón era tan popular y estaba tan extendido, que la Corte Suprema de Alemania declaró el término Meissener Zwiebelmuster (‘modelo de la cebolla de Meissen’) de dominio público en 1926.

Otros modelos populares que siguen produciéndose son el de la “rosa púrpura” y el de las “hojas de parra”. Otra serie de vajillas tiene grabados bajo el vidriado motivos de dragones rojos y dorados volando alrededor del borde del plato, con un medallón en el centro del molde. Precisamente una versión de este modelo se usó en el refugio bávaro de Adolf Hitler.

Al comienzo de la manufactura la propiedad de la producción pertenecía al rey de Sajonia. En 1830 la propiedad pasó al estado. Tras la Segunda Guerra Mundial, la mayoría del equipamiento de la factoría fue a parar a la Unión Soviética como parte del botín de guerra. No obstante, en 1946 los trabajadores y artistas de las fábricas volvieron a los métodos tradicionales mediante el empleo de crisol y de esta forma se evitó que la producción quedara definitivamente interrumpida. La compañía tuvo una profunda relación con la producción de la Unión Soviética, este fenómeno hizo que la comunidad de artistas que decoraban las porcelanas permaneciera con vida. Tras el establecimiento de la República Democrática de Alemania la compañía pasó a ser propiedad del gobierno alemán y en 1950 una entidad perteneciente al pueblo. Tras este periodo la compañía de Meissen Porzellan volvió a ser rentable y esto se convirtió en un problema en una economía comunista. Tras la reunificación de Alemania en 1990, la compañía fue devuelta al estado de Sajonia. Mientras tanto sus productos se volvieron caros, la calidad extrema y el valor artístico tan alto que empezaba a ser objeto de deseo por parte de los coleccionistas.

La extremada rareza de algunas partidas de la porcelana de Meissen y el enorme valor que les confiere la calidad del material empleado, hicieron que fueran empleadas exclusivamente por los estamentos de la nobleza y la realeza. La porcelana de Meissen fue encargada, entre otras, por las realezas rusa, francesa e inglesa, así como por otras casas nobiliarias de países de Europa. De esta simple forma, la porcelana de Meissen se fue repartiendo por diferentes colecciones. Cuando empezaron a emerger las clases acomodadas de Estados Unidos, empezaron también a adquirir piezas de viejas colecciones (como los Vanderbilt, que comenzaron la suya propia). Algunas de estas colecciones pueden disfrutarse en diferentes museos del mundo.[2]

Coordenadas: 51°09′20″N 13°27′58″E / 51.15556, 13.46611



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